Análisis a mitad de mandato de la presidencia española de la UE

Juan Manuel Fernández Fernández-Cuesta

Grupo de Investigación en Historia de las Relaciones Internacionales

BUENA ORGANIZACIÓN Y EXCESO DE PROMESAS EN UN CONTEXTO AÚN INCIERTO

España ha organizado eficazmente su presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea, facilitando el funcionamiento de las nuevas instituciones aprobadas en el Tratado de Lisboa, pero ha exagerado ante la opinión pública su capacidad de liderazgo y la posibilidad de emprender reformas que exceden a sus competencias. Esta fue la conclusión más repetida por los especialistas que debatieron sobre el desarrollo de la presidencia española, en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, el pasado 8 de abril.

En el seminario, titulado Entre la renovación y la crisis, la presidencia española de la UE de 2010, participaron Araceli Mangas, de la Universidad de Salamanca; Ignacio Molina, de la Universidad Autónoma de Madrid y el Real Instituto Elcano; Guillermo Pérez Sánchez, de la Universidad de Valladolid, y Carlos Closa, del CSIC, así como el embajador Nicolás Martínez-Fresno, Alto Representante de la Presidencia del Gobierno para la presidencia española de la UE.  La convocatoria fue organizada por la Comisión Española de Historia de las Relaciones Internacionales (CEHRI) y el Grupo de Investigación en Historia de las Relaciones Internacionales (GHistRI) de la UCM, bajo la presidencia del catedrático Juan Carlos Pereira Castañares.

Foto de la sesión de la mañana. Araceli Mangas, Juan Carlos Pereira, Nicolás Martínez-Fresno, Juan Manuel Fernández e Ignacio Molina
Foto de la sesión de la mañana. Araceli Mangas, Juan Carlos Pereira, Nicolás Martínez-Fresno, Juan Manuel Fernández e Ignacio Molina

Recogiendo su experiencia de las tres anteriores presidencias españolas (1989, 1995 y 2002), “se ha hecho un trabajo de organización profundo y serio”, dijo Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público, pero “se ha ido por el camino de la hipérbole pensando seguramente en el consumo interno”. Las propuestas de una presidencia de turno están ya marcadas por un calendario general y ningún Estado miembro tiene capacidad de iniciativa, que corresponde al Consejo Europeo. El país que desempeña la presidencia debe impulsar esas propuestas, pero no puede hacer más. En este semestre España tiene que coordinar la presidencia con las demás instituciones y, especialmente, facilitar el trabajo del nuevo presidente estable del Consejo Europeo. “Eso es lo que le corresponde y lo está haciendo bien”, señaló.

Coincidió en esta valoración Ignacio Molina, que repasó las funciones de la presidencia semestral tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa (1 de diciembre de 2009). En el orden interno destacó el consenso parlamentario que acompaña a la presidencia, pero lamentó el escaso interés que parece mostrar la sociedad española, según las encuestas del CIS y del Instituto Elcano. En el orden externo, dijo que la particularidad de la presidencia española es que se está desarrollando en medio de una fuerte depresión económica, aún más profunda de lo esperado por el impacto de la crisis en Grecia, país miembro del Euro.

Guillermo Pérez Sánchez repasó las presidencias españolas anteriores subrayando el apoyo español a los procesos de ampliación. “Es justo decir –señaló- que España siempre fue el país que mejor percibió el proceso de ampliación al Este”. Las conclusiones del Consejo Europeo de Madrid (junio, 1989) ya se entendieron como un respaldo al inicio de la democratización en Polonia, Hungría y otros países centroeuropeos.

La intervención del profesor Carlos Closa se centró en la figura del nuevo presidente estable del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, elegido por los jefes de Estado y de Gobierno el pasado 11 de diciembre.  En su opinión, mediante una política alejada de los focos, está dando pasos adelante en la configuración de su propio papel institucional, con más acierto del que algunos vaticinaban debido a su perfil bajo. No descartó la existencia de dificultades para hacer valer su puesto entre los jefes de Estado, la Comisión, el Parlamento y la Alta Representante para la Política Exterior, porque, en su opinión, “tenemos una cacofonía en el ámbito de la política exterior europea” que aún está sin resolver.

Alto coste y esfuerzo organizativo

El embajador Martínez-Fresno ofreció los datos más significativos de la organización de esta presidencia, que asumió en marzo de 2008. Según dijo, la presidencia española se ha resentido por las restricciones presupuestarias derivadas de la crisis. Su presupuesto se ha reducido a 55 millones de euros, poco más de la mitad del solicitado inicialmente (En la presidencia de 2002 fue de 42 millones). Unas 40 personas trabajan en la Unidad de Apoyo, dependiente de la Presidencia del Gobierno, que está organizando la celebración en España de unas 350 reuniones de distinto nivel durante este semestre. A éstas se suman otras 2.600 reuniones en Bruselas, entre enero y junio, con participación de funcionarios y expertos.

Como citas especialmente complejas que requieren una esmerada preparación, citó la cumbre de la UE con Latinoamérica y Caribe, que reunirá en mayo a 66 jefes de Estado y de Gobierno, con un coste previsto de 10-12 millones de euros; la cumbre Euromediterránea de Barcelona, a la que asistirán 44 jefes de Gobierno, o el Consejo Europeo, que el 17 y 18 de junio cerrará la presidencia española, con un presupuesto próximo a los 7 millones de euros.

Foto de la sesión de la tarde: Juan Manuel Fernández, Juan Carlos Pereira, Carlos Closa y Antonio Moreno Juste
Foto de la sesión de la tarde: Juan Manuel Fernández, Juan Carlos Pereira, Carlos Closa y Antonio Moreno Juste
Compartir:

2 comentarios

  1. Interesantísima conferencia. ¡Ojalá hubiera estado allí!
    Os mando un correo ahora puesto que me interesarían las ponencias, si es que las tuvierais.

    De paso, pego un comentario que leí hace poco en el blog de Erika Casajoana. No es sobre la presidencia, pero bien pudiera serlo: «José Luis Rodríguez Zapatero recibió un alud de críticas cuando apuntó a la posibilidad de sanciones para los Estados que incumplan las reformas económicas pactadas. La idea no es peregrina, ya que solucionaría el problema del escaqueo. Europa desautorizó el mensaje por venir de este mensajero. España, como líder de paro en la eurozona y con un déficit público desatado, no tiene credibilidad en estos momentos para dar lecciones de economía».

    Creo que esto resume bien lo que nos sucede. España no ejerce un liderazgo político claro, parte por la situación del país, pero apuntaría que también hay una gestión un tanto descuidada de las relaciones exteriores. No se forjan alianzas claras como sucedió en anteriores gobiernos (sin meterme en colores, que eso no es lo mío).

    Un abrazo y felicidades por el blog.

  2. Muchas gracias por tu comentario y por las felicitaciones. Ya sabes que estamos encantados de recibir comentarios a cualquier post.

Deja un comentario