Incendios en Galicia 2006: Reflexiones de Una Profana en base a la Información de la Prensa (Por Consuelo Ibáñez)

¡Galicia!

La primera vez que viajé a Galicia fue a principios de los años 70. Fue una sorpresa, realmente no me esperaba algo así. Nunca me había sentido tan mediterránea. Esa explosión de verde, miraras donde miraras era verde, los árboles, los matorrales de tojo Y/o helechos, el cielo filtrándose entre las hojas. Yo sabía que Galicia era verde, pero la realidad siempre supera a la imaginación. ¡Todo era tan diferente a lo que yo había imaginado!

Íbamos buscando las raíces de uno de nuestros amigos. Sus  padres habían emigrado a Argentina. Y recorríamos el interior buscando el pueblo. Al tomar una curva de la carretera nos encontramos con un incendio. Todos los habitantes de la aldea estaban en la carretera armados de cubos de agua y ramas intentando que el fuego no traspasase la carretera. Al otro lado se encontraban sus casas, las campanas tañían convocando a todos los vecinos de alrededor y allí nos juntamos todos intentando aportar nuestro granito de arena para que el fuego no traspasase ese límite.

Mucho mas tarde, cuando todos estábamos exhaustos, aparecieron los bomberos………bueno, no eran lo que nosotros ahora entendemos por bomberos, eran personas más entrenadas y con más medios para controlar la situación. Nos retiramos para dejarlo todo en sus manos y, al apartarnos del fuego, empezaron a caer de nuestras ropas todo tipo de insectos, recuerdo sobre todo las arañas, que habían buscado refugio dentro de nuestros pantalones.

Naturalmente, preguntamos a que podía haberse debido el incendio. El cielo estaba despejado, no había signos de tormenta ni húmeda, ni seca y era bastante incomprensible un fuego en un lugar tan apartado.

Nos hablaron de las madereras, empresas de celulosa que compraban los restos de bosque calcinado a poco precio para abaratar los costes y hacer más rentables sus industrias.

He seguido viajando a Galicia casi cada año y los famosos incendios se han convertido en el paisaje habitual de cada verano. Hasta que llegamos a la explosión de locura de este año, donde cientos de fuegos consumen el paisaje y las tierras gallegas ante la impotencia de todos los que lo contemplamos.

A medida que ha pasado el tiempo, las explicaciones que me han dado a las causas han sido más alarmantes hasta que llegamos, hace bastantes años, a la especulación inmobiliaria.

Yo no entiendo nada y posiblemente, preferiría mantenerme en la negación, si no pensara que si conocemos las causas las podemos prevenir.

Como buena salubrista voy a enfocarme en dos aspectos de este problema.

Para hablar sobre las posibles causas voy a utilizar la voz de otras personas con mucha más autoridad que la mía y utilizaré tres fuentes:

          La primera es la de Juan José Ibáñez, administrador de este blog, que ya ha expuesto a lo largo de estos días mucha y muy interesante información científica sobre el uso del fuego, su utilidad y riesgos para el suelo y para los cultivos.

          La siguiente es la de Suso de Toro, gallego de pro, que expuso en un excelente artículo de opinión, “Jugar con fuego”, el viernes 11-08-2006  en el diario el País, sus reflexiones.

          Y la tercera consiste en recortes del artículo de Jesús Duva en su artículo de el País el domingo 13-08-2006 ¿Quién quema Galicia?.

He consultado muchos otros periódicos y artículos, pero estos son los que se aproximan más a lo que yo he reflexionado a lo largo de estos angustiosos días en que contemplo impotente como se devasta una parte tan bella de nuestro patrimonio y del de nuestros hijos y nietos ¡no lo olvidemos!.

El siguiente aspecto a comentar es el que concierne a mi profesión: los efectos del fuego sobre la salud humana.  Pero este saldrá en una contribución posterior hoy mismo.

  Empecemos con Suso de Toro:

“Sopla el Nordés. Correrá aún un par de días este viento que barre nubes y sin embargo, el cielo no es azul, que es turbio y gris. En esta aldea, hoy vigilan este viento revoltoso, que parece que se esté burlando, pues ya ha ardido casi todo: los montes comunales y los particulares; hubo incluso que defender algunas casa del fuego.

Hace ya tres años que se cerró la última cuadra de vacas de la aldea. La gente joven o está embarcada o emigró a Canarias. El campo está abandonado. Esto es lo que hemos hecho aquí estos años: abandonar, política de abandono. Todo se resume en el plan para el campo seguido por la anterior administración autonómica. Plan para o abandono de explotaciones.

Los incendios de este año son algo nuevo, pero el mal es heredado. Viene de que Galicia ha abandonado su campo. El campo, el país es hoy un gran fracaso. Las políticas agrícolas de los gobiernos español y gallego han consistido desde hace ya muchos años en desmantelar la agricultura y recortar la actividad ganadera. Y así la política autonómica de los últimos años ha aumentado este gran eucaliptal. No, nuestro árbol sagrado ya no es el carballo, es el eucalipto. El mal del fuego de hoy es heredado.

Galicia sido históricamente un territorio totalmente humanizado, civilizado, hoy mucho territorio está a monte, asilvestrado. Pero este país sin alma que se prefigura, de arrabales y yermo alrededor,  no será nuestro país, será el solar de los especuladores que ya sobrevuelan la costa. Necesitamos una política nueva que no puede ser la política del fuego. La provincia de Lugo, donde se mantiene una agricultura y una economía ligada al campo, apenas arde, arden sobre todo las provincias occidentales, donde el campo no ha evolucionado sino que se ha descompuesto, donde el mundo rural es una comunidad destruida.

Y donde desaparece la economía agraria aparece otra economía, la del fuego. El fuego es hoy un gran negocio; la administración autonómica gasta una suma ingente cada año en apagar el fuego. Si se buscasen los intereses económicos detrás de lo que ocurre, habría que atender a este sector antes que nada. Pero, sobre todo, habría que imaginar lo que daría de sí esa suma invertida en agricultura y cuidado de montes.

Es una verdadera crisis social, pero puede ser el momento de reaccionar. No  hay por que aceptar como herencia la política del abandono. Galicia tiene derecho a tener su campo, su agricultura. Este nuevo desafío tan duro puede ser la oportunidad de recuperar un país para todos.

Y este desafío es un pulso a la sociedad en toda regla. El castigo es explícito: el fuego no quema masas arboladas, va directo contra las casas, contra la gente. La trama actúa como guerrilla insurgente aquí y allí castiga a una sociedad que hace justo un verano ha tomado una decisión seria, jubilar dieciséis años de administración de la derecha. Dieciséis años es mucho tiempo, el tiempo en que se crea una vasta red de intereses, de vidas e intereses económicos ligados a una administración. Es un tiempo que basta para crear adictos cómplices, para que empresas de comunicación estrechen lazos con el poder político y envuelvan a la ciudadanía en una burbuja ideológica. Tiempo para fomentar el derrotismo de unos y el fanatismo de otros.

Sea como sea esto es un desafío político. Cuando alguien quema el monte a un vecino está atacándolo: cuando una trama conspira para incendiar un país está atacándolo y también está desafiando a su Gobierno.

Y este desafío es amplificado por quienes hacen populismo, demagogia con la desgracia del fuego.

Esta administración cometió un error de apreciación, pensó que se hallaba ante la campaña de incendios anual y crónica, cuando enfrentaban una campaña bien urdida.

Jugar con fuego es peligroso y puede chamuscar a algunos el plumero.

Veamos ahora algo de lo que nos aporta Jesús Duva en El País, domingo 13-08-2006: ¿Qué provoca los incendios?


Las causas pueden ser diversas: fenómenos naturales, negligencia con el fuego, basura tirada por los paseantes, etc. En cuanto al sur de Europa, aquí la causa principal es el incendio premeditado. Según la Protección Civil italiana, gran parte de la responsabilidad por los incendios registrados recae sobre la delincuencia organizada. El propio ministro del Interior italiano reconoce la existencia de una verdadera “industria del fuego” y del “ecoterrorismo”. ¿Pero, qué ganan los pirómanos con destruir los bosques? Según estudios realizados en países del sur de Europa, el motivo principal de los incendios es el interés de la gente sencilla en obtener nuevos terrenos de cultivo y pastoreo, transformar terrenos agrícolas en edificables, protestar contra la creación de zonas vedadas y, por fin, vandalismo puro. La especulación urbanística u otros intereses egoístas redujeron a cenizas un gran pedazo de Europa.


Las cifras son muy elocuentes. En su informe, los expertos de la UE puntualizan que los
fenómenos naturales y la negligencia de la gente con el fuego causaron apenas un porcentaje mínimo de los incendios (del 0,1% en Italia al 8% en España), mientras que las causas más probables son el incendio premeditado y el incumplimiento de las normas de seguridad. La Unión Europea declara que el incendio premeditado es la principal causa conocida de los incendios que devastan el viejo mundo y que contabiliza el 32% del total de todos los incendios en el Mediterráneo.

 

¿Por qué arde Galicia?

 

 El gobierno central sugiere razones políticas y la Xunta lo corrobora, pero ha recordado que no se podrá construir en los terrenos que ardan y acaba de renovar, en plena vorágine de incendios, su compromiso de luchar contra la especulación urbanística, para lo que se remite a la ley que especifica que no se podrá urbanizar en los terrenos «con masa arbórea» que sufran un incendio. De todas formas, no es más que una mera declaración de intenciones ya que más de dos tercios del suelo que se quema en Galicia corresponde a zona no arbolada (monte bajo y matorral), con lo que queda fuera de la protección legal. Desde  1980 han ardido en Galicia más de un millón de hectáreas y esta comunidad acapara ella sola más de la mitad de los incendios forestales que se producen anualmente en el territorio nacional. La provincia de Pontevedra es la más afectada por los fuegos. cuenta con una tasa de ocupación de edificios en su primer kilómetro de costa cercano al 30%, un porcentaje similar al de Valencia o Cádiz y superior al de Castellón, Murcia, Almería o Baleares

 

 

¿Quién quema Galicia?

Aparentemente, los causantes de los incendios son los mismos de siempre: pirómanos desequilibrados, madereros codiciosos, cazadores sin escrúpulos, ganaderos que quieren obtener pastizales con el expeditivo método de arrasar los árboles de los montes, campesinos negligentes que desbrozan sus tierras con el ancestral sistema del fuego, ajustes y venganzas personales, acciones de miembros de las cuadrillas contraincendios que así aseguran su trabajo y su salario o de ex agentes forestales furiosos por haber sido despedidos… Eso es lo que sostenían una y otra vez políticos, policías, guardias civiles y gente del campo.

Sin embargo, con el paso de los días, lo aparentemente «normal» empezó a hacerse más complejo. Tanto, que diversas autoridades empezaron a hablar de «terrorismo incendiario», una expresión que hizo saltar todas las alarmas. El propio fiscal de Medio Ambiente de Galicia, Álvaro García Ortiz, avivó la polémica el pasado fin de semana al recoger la sospecha con esa terminología. «Es cierto que yo contribuí a eso, pero consideré que era una forma de resaltar que esto es un crimen y que hay que concienciar a la gente para que denuncie a los incendiarios», declara.

¿Qué tienen de especial los fuegos forestales que este verano devastan Galicia? «Que la extensión quemada este año es mucho mayor y que, en contra de lo habitual, se parecen mucho a los incendios mediterráneos», señala el fiscal. Éste, no obstante, admite que «el 90% de los incendios que llegan a la fiscalía son causados por discapacitados». Discapacitados son, en efecto, la mayoría de la docena de detenidos desde que comenzó esta epidemia.

Pero atribuir esta lacra a un grupo de desequilibrados mentales que, a modo de Atilas rurales, arrasan los montes gallegos parece una explicación demasiado simple. Tanto, que el fiscal tiene que admitir que la situación que padece la región es «pluricausal» y más compleja de lo que parece.

Por ahora, el Ministerio del Interior no tiene ninguna prueba de que detrás de esta cadena de fuegos haya una banda organizada. Y, sin embargo, cada vez hay más ciudadanos convencidos de que hay algo raro, de que algo huele a chamusquina.

Más de 7.000 hombres y 60 aeronaves participan en las tareas de prevención y extinción de los incendios. Bomberos, agentes forestales, policías, guardias civiles y militares están desplegados por las cuatro provincias gallegas para afrontar lo que el presidente autonómico ha calificado de «situación excepcional».

Recorrer hoy Galicia supone atravesar un paisaje ennegrecido y respirar un aire emponzoñado por el humo y las pavesas. El cielo de Vigo, Ourense, Pontevedra, Santiago de Compostela y decenas de municipios está oscurecido por la humareda. No huele a pino ni a eucalipto, sino a hollín..

Posiblemente esa ancestral cultura del fuego existente en Galicia sea lo que explica la aparente frialdad con que los campesinos observan el imparable avance de las llamas. Algo inexplicable para el forastero. Sólo cuando los incendios se aproximan a los núcleos habitados empieza la movilización ciudadana. Cuando las lenguas de fuego cercan las casas es cuando los vecinos agarran palas y tienden mangueras de agua para hacer frente a la amenaza.

«El 90% de los incendios forestales son intencionados«, afirma un comisario de policía, que atribuye la mitad de estos siniestros a la quema de rastrojos de forma incontrolada. Otra buena parte de los fuegos los atribuye a ganaderos: «Les cuesta pagar por el pienso y prefieren alimentar su ganado con pastos. Una forma de generar pasto es la quema del monte», explica.

Antonio, uno de los 300 policías adscritos por el Ministerio del Interior a la Xunta de Galicia  informa de que esta unidad ha detenido a 36 pirómanos en lo que va de año, mientras que en todo 2005 arrestó a 48. No observa ninguna novedad en la ola de fuegos que devoran la región, excepto que cada vez hay más menores implicados en estas fechorías. «Ya el año pasado hubo más de 50 incendios causados por jóvenes que lo hacían como una forma de divertirse», argumenta el agente.

La policía ha solicitado a la Xunta el listado de trabajadores de los servicios contra incendios a los que este año no les ha sido renovado el contrato, por si alguno de ellos hubiera decidido hacer la guerra por su cuenta como forma de venganza. «Aquí, en Galicia, hay mucha gente que vive del fuego«, sostiene un oficial de la Guardia Civil.

Hasta ahora sólo ha sido detenido un hombre al que este año le fue rescindido el contrato, por lo que la policía pidió discreción sobre las sospechas existentes contra este tipo de cuadrillas.

Hay más aspectos inquietantes: ¿cómo se explica que desde hace una semana haya un promedio de cien incendios diarios? ¿Por qué éstos se están cebando en el eje Vigo-Santiago de Compostela, que es la zona más próxima al litoral y urbanísticamente más codiciada? ¿Puede haber una trama interesada en crear problemas al actual Gobierno de coalición del PSOE y el Bloque Nacionalista Galego?

Ninguno de los mandos policiales que dirigen las investigaciones tiene respuesta para los interrogantes, aunque insisten en que no hay ningún dato objetivo para sostener la hipótesis de que haya una mano negra tras esta catástrofe medioambiental. Dirigentes políticos recuerdan que está en vigor una ley que impide la recalificación urbanística durante 30 años de aquellos terrenos que quedaron arrasados por el fuego. «Ya veremos… Es una ley administrativa de difícil aplicación», replica un jurista, escéptico sobre que esa norma legal sea la panacea.

Por el momento, casi todos los detenidos son perturbados, una especie de nerones del siglo XXI. ¿Serán éstos los responsables del llamado terrorismo incendiario, que tanto ha alarmado a las autoridades? «¡Demasiados locos! No me lo creo», afirmaba un vecino de Pontevedra mientras observaba arder un pinar próximo a su casa.

El jueves, un jefe policial ya empezaba a admitir la posibilidad de que estos dementes sean sólo el brazo ejecutor de alguien más inteligente… y con mayores intereses. Mientras, el enigma sigue sin resolverse.

UNA SIMPLE MECHA de algodón. Un puñado de cerillas de madera. Una latita de gasolina para encendedor. Unas vulgares velas de cera insertas en una patata. Un cohete de feria. He aquí los sofisticados artefactos incendiarios encontrados por la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía en los montes que fueron pasto de las llamas en los últimos tres o cuatro años.

 «Lo más tecnificado que hemos descubierto son varios paracaídas de juguete a los que se les ha acoplado una mecha o algo similar. El paracaídas se lanza al aire mediante un cohete de feria y al caer al suelo provoca un incendio de la maleza», explica un mando policial.

Pero los atestados de la Guardia Civil reflejan una y otra vez el mismo sistema: un trozo de mecha de algodón (de las que se adquieren en estancos para los clásicos mecheros de chispa), en uno de cuyos extremos alguien ha atado un manojo de fósforos de madera. Cuando la mecha se va consumiendo y alcanza a las cerillas, se produce un fogonazo que inflama los hierbajos y desencadena un incendio. Un método sencillo, pero eficaz. Y además permite al pirómano prender la mecha y alejarse tranquilamente: cuando el monte empieza a arder, él puede estar a varios kilómetros de distancia presenciando el espectáculo.

Los incendios arrasan en una de las zonas con más ‘boom’ urbanístico de galicia

el economista, jueves 10 ago 06 | 

 

¡Que casualidad! Mires hacia donde mires nada está claro y cada vez todos tenemos la sospecha de que nada es lo que parece, ¿enfermos mentales?, que pasa que todos los enfermos mentales de una zona se han puesto de acuerdo para los mismos días y en zonas lindantes convertirse en pirómanos. ¿Vandalismo juvenil?, ¿nueva variedad de botellón seco? que entretenido. ¿Vecinos que queman a vecinos? Algo peligroso ¿no?  ¿Buscadores de pastos gratis? , vamos, que no me lo creo. Cuando el dinero fácil de las inmobiliarias y el boom urbanístico anda cerca………Vale, soy muy mal pensada.

No voy a seguir dándole vueltas a esto, ya hay mucha gente, que sabe más que yo, que está en ello.

 

Mucho para reflexionar para una profana en la Materia ¿verdad? Todo especulaciones, ¿verdad? ¿Cuándo sabremos las causas de los hechos?, entre otros muchos. Moco en el caso del Aceite de Colza me temo que (…)

 

Consuelo Ibáñez

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7 comentarios

  1. -Piromanos?: no creo que se organicen tan bien, se coordinen y actuen al mismo tiempo y en tanta cantidad

    -Ganaderos?: ni de broma, q risa! En Galicia hay mancomunidad de montes y ademas en la zona costera la ganaderia esta desmantelada (en lugo hay mucho ganado y no pasa esto)

    -Quema de rastrojos?: tampoco, la gente no es tan gilipollas, ademas nadie se pone a limpiar el monte, ni siquiera quemando rastrojos, esta abandonado

    -Ex-retenes?: probable… muy comentado en la gente del campo. Incendios=trabajo=dinero

    -Propios vecinos?: no creo que se pueda generalizar en tanta gente tanto odio y venganza al projimo. Ademas, la pasividad ante los incendios es fundada, que pueden hacer los vecinos a 2-3km de distancia de sus casas con cubos y palas?

    -Politica?: probable, hay mucho rencor y fanatismo de derechas (muy arraigado). Despecho electoral…

    -Madereras?: muy probable, se compra la madera quemada (se diga lo que de diga), mas barata y rentable

    -Especulacion inmobiliaria?: la reina de las sospechas. Muchos beneficios se reflejan. La ley de no recalificar zonas quemadas en 30 años no se cumple aun, y solo afecta a zonas arboreas. El monte raso se puede recalificar.

    MI OPINION: ESPECULACION INMOBILIARIA, MUY LIGADA Y ARRAIGADA AL ANTERIOR GOBIERNO AUTONOMICO

  2. Anda que ya vale…

    Especulacion inmobiliaria, rencor politico, que si reaccion de derechas… (y lo mejor es que los incendios los provocan los fabricantes de mangueras)

    ¿y vosotros llamais fanaticos a los demas? por favor, deberiais procurar que los que escriban los comentarios tengan por lo menos mas de 80 de coeficiente

  3. Aitor,

    Todo el mundo tiene derecho a opinar mientras no ofenda a los demás y diga lo que piensa. Lo que tu haces es descalificar y decir que censuremos. Mira otras weblogs de la CAM y luego me comentas.

    Juanjo Ibáñez

  4. poned alguna foto interesante de los incendios ke necesito para un trabajo en el cual ablo d sta web

  5. gracias juanjo hai fotos muy interesantes, en la web ya habia mirado peo necesitaba alguna un poco mas interesante u adecuada a mi trabajo.

    gracias

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