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Quimiodiversidad; Humanidad y Tecnociencia (indicador del envenenamiento tecnocientífico del Planeta)

Fuente: Colaje imágenes Google
Quimiodiversidad: gran peligro de la humanidad (a la sintética me refiero)
En ciertas ocasiones comienzas a indagar en un determinado tema, partiendo del titular de alguna publicación o nota de prensa y penetras en un laberinto que te conduce por caminos insospechados. En esta ocasión se trataba de un artículo científico que versaba sobre los efectos de los microplásticos en el suelo. Me llamó, la atención que se mentara un vocablo concreto a saber la “Quimiodiversidad”. Busqué infructuosamente en Internet, pero nada, de nada. La cuestión deviene en que lo autores chinos habían inventado el vocablo. Empero encontré otro artículo interesantísimo sobre el Antropoceno Químico que abordaré en otro post. Es decir, un palabro me abrió los ojos a tres universos diferentes.
Me llamo la atención el que parece ser un nuevo vocablo, por cuanto en un periodo en que a la menor oportunidad añadimos el término diversidad a cualquier tema, me extrañaba que a nadie más se le hubiera “escurrido” con anterioridad. Empero mientras indagaba, ya con una cierta desesperación, me percaté que en lo actualmente denominamos Antropoceno, nos encontrábamos creando nuevas sustancias químicas sin cesar, muchas de las cuales se nos indigestan a nosotros y a la biosfera en su conjunto. En consecuencia de existir un listado de tales “productos” podríamos demostrar fácilmente que aplicando las herramientas para el estudio de la biodiversidad y edafodiversidad, con toda seguridad, los valores al alza obtenidos serían indicadores de la devastación que causamos en el planeta y nuestra salud. Empero una vez más, mi gozo en un pozo. Eso si terminé por dar con otro artículo científico del cual os expongo traducido al español más abajo su resumen. Creo que es suficiente.
Se trata pues de una línea de investigación por desarrollar. Se trataría de esas indagaciones cuyo éxito se encuentra garantizado de antemano, dada la generosidad de la especie humana en desprender nuevas sustancias a la naturaleza, la mayoría de las cuales, a la larga sino devastadoras. Y a falta de inventarios completos, que yo conozca, basta con lo traducido abajo, a la hora de percatarse de que nos encontraríamos ante una nueva herramienta a la hora de cuantificar nuestros desmanes biogeosféricos. Eso si, en una próxima entrega entráramos más a fondo para dar cuenta de otra indagación que hurga en las causas y consecuencias de este “Antropoceno Químico” al que nos conduce la maldita tecnociencia, y el termino no lo uso ad hoc, sino que, como veréis en su momento, lo hace el propio autor.
Os dejo pues con este post en el que se constata que quien comienza a indagar y trabaje duro, pasará a ser famoso. Adelantemos que el número de compuesto químicos que “inventamos” crece “exponencialmente”, según los autores.
Juan José Ibáñez
Continúa………
Exploración del espacio químico y sus tres regímenes históricos
11 de junio de 2019; 116 (26) 12660-12665; https://doi.org/10.1073/pnas.1816039116
Importancia
Descubrimos que el número de nuevos compuestos químicos ha crecido exponencialmente, con una tasa de producción anual del 4,4% desde 1800 hasta 2015, ni siquiera afectada por las guerras mundiales. Hay tres regímenes de crecimiento distintos: protoorgánico, orgánico y organometálico, con una variabilidad decreciente en la producción de compuestos a lo largo del tiempo. Contrariamente a la creencia de que la síntesis orgánica se desarrolló solo después de 1828, la síntesis había sido un proveedor clave de nuevos compuestos ya a principios del siglo XIX. En 1900, se convirtió en la herramienta establecida para informar sobre nuevos compuestos. Descubrimos que los químicos son conservadores a la hora de seleccionar los materiales de partida y que, a pesar de la creciente producción de nuevos compuestos, la mayoría de ellos pertenecen a un conjunto restringido de composiciones químicas.
Abstracto
La investigación química revela la estructura del espacio químico, que abarca todas las especies químicas, tal como se documenta en más de 200 años de literatura científica, ahora disponible en bases de datos electrónicas. Sin embargo, se sabe muy poco sobre los patrones a gran escala de esta exploración. Aquí mostramos, mediante el análisis de millones de reacciones almacenadas en la base de datos Reaxys, que los químicos han reportado nuevos compuestos de manera exponencial desde 1800 hasta 2015 con una tasa de crecimiento anual estable del 4,4%, a largo plazo no afectados por las guerras mundiales ni afectados por la introducción de nuevas teorías. Contrariamente a la creencia general, la síntesis ha sido el medio para proporcionar nuevos compuestos desde principios del siglo XIX, mucho antes de la síntesis de la urea de Wöhler. La exploración del espacio químico ha seguido tres regímenes estadísticamente distinguibles. El primero incluyó una producción incierta de compuestos orgánicos e inorgánicos de un año a otro y terminó alrededor de 1860, cuando la teoría estructural dio paso a un siglo de producción más regular y guiada, el régimen orgánico. El régimen organometálico actual es el más regular. Al analizar los detalles del proceso de síntesis, encontramos que los químicos han tenido preferencias en la selección de sustratos e identificamos el funcionamiento de dicha selección. En cuanto a los productos de reacción, el descubrimiento de nuevos compuestos ha estado dominado por muy pocas composiciones elementales. Anticipamos que el presente trabajo sirve como punto de partida para estudios más sofisticados y detallados de la historia de la química.