Historia de la Ciencia del suelo 1ª parte (Salvador González Carcedo)

Respondiendo a una solicitud de mi administrador, vamos a intentar hacer un poco de historia de la Ciencia del Suelo.  Seguro que a muchas personas, sobre todo a las que se inician en esta rama del Saber, les interesará.  Como no pretendo ser, ni soy un historiador (eso es lo que quiere ser mi hijo Fran), dejemos que mis lectores mas cariñosos me hagan las correcciones oportunas, que permitan corregir los errores vertidos en esta serie. Mi agradecimiento por adelantado a los que lo hagan.

 

Los años previos al nacimiento de una nueva Ciencia.

 

En el siglo XVIII existía en Europa una gran efervescencia científica. Mientras que en Francia e Inglaterra, el estudio del suelo es fundamentalmente agrícola y químico, en Alemania y sobre las bases proporcionadas por la Geología, aparece una escuela para estudiar, definir e inventariar los suelos. En una primera teoría sobre la génesis del suelo: «Los suelos se originaban por alteración “in situ” de las rocas o por depósito de materiales alterados después del transporte»  los integrantes de esta escuela consideran que el suelo es el horizonte superior de las rocas, dando a la palabra horizonte el significado de capa.

 

Bishof (1792) desarrolla los problemas de alteración de las rocas, poniendo de manifiesto la importancia del CO2. Trommer en una “Bodenkunde” escrita en 1857 propone un estudio del suelo como objeto científico sin referencia a sus posibles aplicaciones. Schmid presenta otra “Bodenkunde” con capítulos sobre la formación, propiedades y variedades de suelos. Se desarrollaron numerosos sistemas de clasificación de suelos basados en estos conceptos, como el de Einhof y Crome (1812).

Sin embargo, a pesar de la difusión alcanzada por estos sistemas, y su utilización hasta el primer cuarto del siglo XX, aún permaneció arraigada la antigua idea del suelo como soporte del desarrollo de plantas y de los cultivos. Senft (1810-1893) describe al suelo sobre el modelo de los perfiles geológicos, señalando la presencia de horizontes.

 

Sir Humphrey Davy (1778-1829), siguiendo los postulados de Albrecht D. Thaer (1752-1828) sobre la importancia del humus, al que creía la única fuente de nutrición para las plantas (Teoría del humus), considera al suelo  como el resultado de dos procesos super-puestos: «la alteración de las rocas y la descomposición de la materia orgánica». Shaler (1890) reafirma este criterio: la sola alteración de la roca no es suficiente para generar suelos  y añade que los seres vivos participan activamente en su formación.

 

El alemán Karl Sprengel habla del suelo como un “ente natural e independiente”. Su obra Bodenkunde  (1837), es considerada por algunos autores como el primer tratado de Edafología. Al definir la ciencia del suelo por su objetivo “condensar los descubrimientos químicos relacionados con las ciencias del suelo” se le considera fundador de la misma, en el ámbito europeo de la época. Esta visión parcial del suelo no tardaría en ser superada.

 

Friedrich Fallou (1794-1877) en “Pedologie oder allgemeine und besondera Bodenkunde”  se manifiesta crítico frente a la mera consideración de las propiedades químicas y propone considerar al suelo como un ente natural. En 1859 define el suelo como: “… roca disgregada más o menos descompuesta… en parte transformada y completamente variada, mezclada con substancias orgánicas…”  e incluye en su estudio la mayoría de los caracteres concernientes al suelo: historia, geografía, necesidad de estudio conjunto de los constituyentes, estructura y funcionamiento. En 1862 acuña el término “Pedologie ” para los estudios científicos de suelos, simultáneo a otros tales como “Agricultural Geology” o «Agrogeology”. Afirma que la Pedología es, necesariamente, una ciencia interdisciplinar, pues en aquél momento el suelo se observaba sólo como un fenómeno geológico, independiente de otros. Por todo ello, otros autores del ámbito americano, le consideran el fundador de la Pedología.

 

Desde la Geografía, el alemán Ramann (1851-1926) creador del concepto de “suelo pardo”, definió al suelo como “la última capa de la corteza terrestre, constituida por piedras reducidas a fragmentos minúsculos, más o menos cambiados químicamente, en combinación con restos de las plantas y animales que viven en el suelo utilizando sus elementos”.  No estableció la diferencia entre suelo y material rocoso, ni limitó la profundidad ni consideró al suelo como entidad natural. Su influencia en la Edafología Española, es importante. Su clasificación de los suelos de España y de Europa está fundada en la zonalidad climática.

 

En los EE.UU., Eugene W. Hilgard (1833-1916) contribuyó a perfeccionar el estudio de las muestras de suelo en el laboratorio y definió las regiones de suelos en el estado de Mississipi (1880) en función de diversos factores: litología superficial, configuración del terreno y vegetación natural. En sus “cinturones de suelos“, el factor clima era muy importante y la acumulación de carbonatos en los suelos de las regiones áridas era una característica significativa. También aplica el conocimiento de los suelos salinos a la explotación agrícola de los suelos de California. Su forma de pensar supuso un cambio cualitativo decisivo en USA al enunciar ideas novedosas sobre la formación del suelo, alejándose de las bases meramente geológicas y sin olvidar la influencia ejercida por las ideas de von Liebig.

 

En aquella época tienen suma influencia sobre el desarrollo de la Edafología, la información suministrada por geógrafos y botánicos en sus crónicas y descripciones de viajes, que sirvieron para el conocimiento de las interacciones paisaje-vegetación-clima-roca.  Hay que destacar los trabajos de De Candolle, intentando establecer la dependencia del mundo vegetal respecto al suelo, y las ideas de Humboldt (1792-1859) que defendía una visión de la naturaleza, de la cual formaba parte el suelo, y en donde todo se encontraba armónicamente relacionado.

 

En Rusia, hacia 1838, la IFES (Imperial Free Society of St Petersburg) genera los primeros mapas de suelos, pero consideraba como suelo únicamente a la superficie orgánica, de forma independiente y separada del material geológico.  Queda justificado porque muchos de sus integrantes eran miembros de la Sociedad de Mineralogía entre los que destacan Severgin, Kovalevsky, Koksharov, Mendeleev, Dokuchaev, Butlerov, Vernadsky, Belov, Chukhrov, Grigoriev, Smirnov, Frank-Kamenetsky, Lyelle, de Beaumont, Humbold, Berzelius, Hauy, Murchison, Goldschmidt, Clarke, Bowen, Dana, ó Ramdohr. Su variada formación de origen sería vital para la aceptación de una nueva Ciencia: la Edafología. 

 

Saludos cordiales,

 

Salvador González Carcedo

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8 comentarios

  1. Salva, gracias por desemburrarme, llevé mas de treinta años presumiendo de edafólogo y me acabais de demostrar que me falta mucho por aprender. Gracias por ayudarme a a regresar al contacto con "nuestra primera madres" como pregonaba vuestro paisano de la triste figura.

    Régulo.

  2. Hola: Me llamo Sarai y me ha gustado mucho tu trabajo yo estoy realizando mi trabajo de tesis y tu cronologia me va ha ser de gran ayuda solo queria ver la posibilidad y me puedes pasar el nombre completo o aunque sea un solo nombre y apellido de capa personaje que mensionas por favor para yo realizar mejor mi trabajo gracias y espero tu correo.

  3. hola muy interesante tu trabajo de investigacion soy docente profesor de ciencias de la tierra (suelo) me gustaria mas informacion te agradesco de antemano felicidades

  4. que buen trabajo realizado, es una muy buena referncia y la cronologia muy acertada, soy estudiante de ingeniería y me sera mu valiosa esa aportacion para mis trabajos de mecanica de suelos.

  5. PORFAVOR SI ALGUIEN ME DARIA LA INFORMACION DE LA EVOLUCION DE LA CIENCIA DEL SUELO EN EL PERU

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