Las modas en ciencia resultan ser a menudo muy perniciosas, incluso cuando ciertas iniciativas pudieran parecer más que razonables en primera instancia. El otro día hablábamos a cerca de la reforestación de cadenas montañosas erosionadas con vistas al secuestro de carbono, observando que su potencial para tales fines era más que limitado. El problema reside en que con preocupante frecuencia, muchas de las propuestas que se proponen no son testadas adecuadamente antes de considerarse como ciertas. Las empresas suelen lanzarse a comercializarlas, sin el debido rigor, acudiendo a estudios sesgados, que a menudo son financiadas por ellas mismas. Tal actitud debe considerarse una mala praxis científica. Sin embargo, a menudo también los propios científicos abundan en la confusión, incluso en las revistas científicas de prestigio. Finalmente, la prensa y los políticos se contagian de tales “filias” y rematan la faena. Este es el caso, al parecer de las “presuntas” bondades de la agricultura sin labranza respecto a la convencional, al menos en lo que concierne al secuestro de carbono (aunque también para otros propósitos, como veremos seguidamente).

 

 

 

Labranza tradicional en Cuba

Fuente: Guije.com

 

En nuestra categoría: Biomasa y Necromasa en los Suelos: Raíces y Materia Orgánica hemos reiterado hasta la saciedad que cuando se analiza el papel del medio edáfico, a la hora de analizar si una determinada gestión del mismo reporta servicios ambientales deseables, debemos conocer que ocurre en su conjunto, no muestreando tan sólo los cm. superficiales. Ya vimos lo que ocurrió en el post enlazado arriba sobre el rol de la reforestación. Pues lo mismo vamos a demostrar sobre los “supuestos” beneficios de la agricultura sin labranza a la hora de secuestrar carbono.

 

Debemos dejar bien claro que la agricultura sin labranza atesora virtudes que no pueden ni deben desdeñarse, tanto en lo que concierne al propio ecosistema suelo, como al ahorro de recursos hídricos, etc. Sin embargo “no es oro todo lo que reluce”. Se ha dado por supuesto (y no se porqué extraña razón) que tal práctica sin laboreo secuestra más carbono que el laboreo convencional. ¿Es así? ¡Pues va a ser que no!, como lo ha demostrado Lal (experto reconocido mundialmente por sus estudios sobre la relación entre los suelos y el cambio climático) y Humberto Blanco. Al final del post veréis unos resúmenes del reciente estudio firmado por ambos edafólogos, del que se han hecho eco tanto Terradaily como Sciencedaily en las siguientes noticias:     

 

Terradaily: Finding The Real Potential Of No-Till Farming For Sequestering Carbon

 

Sciencedaily: Finding The Real Potential Of No-till Farming For Sequestering Carbon

 

 (….) y que fue previamente publicado por la Revista de la Sociedad Norteamericana de las Ciencias del Suelo. Los autores demuestran que incluso puede ocurrir en ciertas circunstancias que los suelos labrados secuestren más carbono que los sometidos a las prácticas de laboreo mínimo o nulo. Como alegan acertadamente Banco y Lal, si se ha venido considerando como “verdad científica” lo contrario, se ha debido a la pertinaz cabezonería de muchos colegas en muestrear tan solo, los cm. superficiales. Y yo me pregunto: ¡que debe hacerse para que no continúen por un camino tan descarriado!. Efectivamente, si solo se muestren los cm. superficiales se demuestra que el laboreo sin labranza secuestra más CO2 en los cm. superficiales, claro está. Ahora bien, cuando estos autores estudiaron los primeros 60 cm. se toparon con que los datos desmentían que la no labranza sea mejor que la convencional a la hora de secuestrar carbono, ya que con la profundidad los patrones se invierten en muchos casos. Todo depende del tipo de suelo y la historia previa de su gestión.  

 

 

 

Laboreo sin labranza en Zimbabwe

Fuente Ryans blog

 

Los estudios fueron realizados en el medio oeste de USA, es decir en el denominado cinturón del maíz, bajo las mismas condiciones ambientales y una rotación de cultivos maíz-soja. Unas parcelas se sometieron a agricultura sin labranza, mientras las otras se gestionaban con el laboreo convencional. Ya a 10 cm. de profundidad, las segundas comenzaban a atesorar (frecuentemente) más carbono orgánico que las primeras. Los autores consideran que tal hecho puede ser debido a dos causas no mutuamente excluyentes: (i) la incorporación de materia orgánica en profundidad, que de este modo se mineraliza más lentamente, humificándose también en condiciones menos vinculadas al clima aéreo, y/o (ii) a un mayor desarrollo en profundidad de los sistemas radicales de las plantas bajo laboreo convencional. Finalmente, recomiendan (como lo he hecho yo) que no se extraigan conclusiones si no se muestrean los perfiles hasta dos metros de profundidad (y yo añadiría: “coimo mínimo”), y teniendo presente el tipo de suelo concreto de que se trate. Sin embargo, la literatura está repleta de estudios que solo analizan los cm. superficiales (siendo raros los que lo hacen debidamente), como en este ejemplo: “Efecto de la cero labranza sobre algunas actividades biológicas en un alfisol del sur de Chile”. Reiteramos que la mayoría de los artículos publicados en revistas indexadas son de esta guisa. Sinceramente, no hay excusa para seguir publicado bajo tales protocolos cuando se ha demostrado que “no sirven más que para confundir”.  Pero la gravedad del problema va más allá.

 

 

Laboreo sin labranza

 

Hace unos meses enviamos en mencionado artículo de reforestación a una revista indexada. El editor lo leyó, y sin consultar con revisor alguno, rechazó el manuscrito indignado anteponiendo todo tipo de argumentos falaces (en menos de una semana obtuvimos su airada respuesta). ¿Por qué? Posiblemente, debido a que él incurriera en el mismo procedimiento que denunciamos aquí. ¿Podemos denominar a esta actitud revisión por iguales? Ustedes opinarán. Pero hay más.

 

Como ya comentamos en otros post, la Comunidad Autónoma de Castilla y León sufre: una enorme plaga de topillos que  están afectando a las producciones agrícolas. Resulta que una buena parte del territorio afectado fue reconvertido a agricultura sin labranza o de laboreo mínimo hace años (como las modas y los científicos recomendaban). Pues bien, gracias a ello y el uso del riego, los topillos, cuyo hábitat natural eran las sierras, encontraron un nicho ecológico vacío y repleto de exuberante y rico alimento. En consecuencia las autoridades regionales no han tenido más remedio que dar marcha atrás y comenzar un laboreo profundo con vistas a destruir sus madrigueras e intentar erradicar la plaga.  Estos son los post que abordan el problema:

 

Los Suelos de las Cunetas y Lindes de Carreteras (Vegetación, Contaminación, Plagas de Topillos y Comunidades de Vertebrados)

 

La Plaga del Topillo en Castilla y León: Materia para la Reflexión

 

Por mucho que se empecinen políticos y revistas indexadas, las nuevas tecnologías deben contar con los determinantes ambientales de cada lugar. Como suele decirse: “debemos pensar globalmente pero actuar localmente”. Sin embargo, vamos por el camino opuesto. Mal asunto. Y lo peor es que, hoy por hoy, no parece que el horizonte vaya a cambiar. No sería descabellado que la sociología de la ciencia analizara este tipo de comportamientos “objetivos” de algunos colegas, más obsesionados en “colar papers” que en realizar buena ciencia. Os dejo pues con los resúmenes de Terradaily y Sciencedaily.

 

Juan José Ibáñez  

 

Terradaily Finding The Real Potential Of No-Till Farming For Sequestering Carbon

by Staff Writers 15 de may


Washington DC (SPX) May 14, 2008

 

The potential of no-tillage (NT) soils for increasing the soil organic carbon (SOC) pool must be critically and objectively assessed. Most of the previous studies about SOC accrual in NT soils have primarily focused on the surface layer (<20-cm soil depth), and not for the whole soil profile. The lack of adequate data on the SOC profile is a hindrance to conclusively ascertain the effects of NT farming on SOC sequestration and off-setting CO2 emissions.

 

Humberto Blanco and Rattan Lal at The Ohio State University have investigated the impacts of long-term NT-based cropping systems on SOC sequestration on a regional scale in the eastern Corn Belt region under the Midwest Regional Carbon Sequestration Partnership (MRCSP) initiative funded by the U.S. Department of Energy’s Carbon Sequestration Program. For this particular study, they measured the SOC pool for the 0- to 60-cm soil depth under paired NT and plow tillage (PT) based cropping systems across 11 soils in Kentucky, Ohio, and Pennsylvania during spring 2007. The paired on-farm fields were sited on a similar soil and slope and under similar cropping systems with corn (Zea mays L.)-soybean (Glycine max L.) as the dominant rotation.

 

The results of this regional study, published in the May-June 2008 issue of Soil Science Society of America Journal, revealed that NT farming impacts on SOC sequestration depended on soil type and sampling depth.

 

The SOC pools in NT exceeded those of PT in five out of 11 soils, but only within the surface layer (0- to 10-cm depth). Below the 10-cm depth, NT soils had equal to or even lower SOC than PT soils. The total SOC pool to 60-cm depth in NT was similar to those of PT soils.

 

In some cases, the total SOC pool in PT soil was about 30% higher than in NT soils. The higher SOC pool under PT fields may be attributed to incorporation of crop residues in the subsoil and deeper root growth. Because the data for this study were obtained under on-farm conditions, results may be influenced by differences in soil profile, land use history, and cropping intensity. The data from the 11 soils show that NT farming increases SOC concentration in the upper layers of some soils but does not store SOC more than PT soils for the entire soil profile. Blanco and Lal stated, «if the SOC pool was measured only within the surface soil (<20 cm), the data could have led to completely different conclusions

 

Therefore, the authors strongly recommend that «future studies in SOC sequestration must be done by analyzing the soil profile to about 2-m depth rather than the surface layer only

 

Blanco and Lal also indicated that «NT technology offers innumerable benefits to soil and water conservation, but its potential benefits for sequestering SOC on the basis of the data on surface layer only must not be generalized to all soils.» This project is an ongoing research activity at The Ohio State University and among its next goals is to further scrutinize the potential of NT systems for sequestering SOC across a wide range of soils, topographic, and climatic conditions of the eastern U.S. Corn Belt.

 

ScienceDaily (May 7, 2008)The potential of no-tillage (NT) soils for increasing the soil organic carbon (SOC) pool must be critically and objectively assessed. Most of the previous studies about SOC accrual in NT soils have primarily focused on the surface layer (<20-cm soil depth), and not for the whole soil profile. The lack of adequate data on the SOC profile is a hindrance to conclusively ascertain the effects of NT farming on SOC sequestration and off-setting CO2 emissions.


Humberto Blanco and Rattan Lal at The Ohio State University have investigated the impacts of long-term NT-based cropping systems on SOC sequestration on a regional scale in the eastern Corn Belt region under the Midwest Regional Carbon Sequestration Partnership (MRCSP) initiative funded by the U.S. Department of Energy’s Carbon Sequestration Program. For this particular study, they measured the SOC pool for the 0- to 60-cm soil depth under paired NT and plow tillage (PT) based cropping systems across 11 soils in Kentucky, Ohio, and Pennsylvania during spring 2007. The paired on-farm fields were sited on a similar soil and slope and under similar cropping systems with corn (Zea mays L.)-soybean (Glycine max L.) as the dominant rotation.

 

The results of this regional study, published in the May-June 2008 issue of Soil Science Society of America Journal, revealed that NT farming impacts on SOC sequestration depended on soil type and sampling depth. The SOC pools in NT exceeded those of PT in five out of 11 soils, but only within the surface layer (0- to 10-cm depth). Below the 10-cm depth, NT soils had equal to or even lower SOC than PT soils. The total SOC pool to 60-cm depth in NT was similar to those of PT soils. In some cases, the total SOC pool in PT soil was about 30% higher than in NT soils. The higher SOC pool under PT fields may be attributed to incorporation of crop residues in the subsoil and deeper root growth. Because the data for this study were obtained under on-farm conditions, results may be influenced by differences in soil profile, land use history, and cropping intensity.

 

The data from the 11 soils show that NT farming increases SOC concentration in the upper layers of some soils but does not store SOC more than PT soils for the entire soil profile. Blanco and Lal stated, “if the SOC pool was measured only within the surface soil (<20 cm), the data could have led to completely different conclusions.” Therefore, the authors strongly recommend that “future studies in SOC sequestration must be done by analyzing the soil profile to about 2-m depth rather than the surface layer only.” Blanco and Lal also indicated that “NT technology offers innumerable benefits to soil and water conservation, but its potential benefits for sequestering SOC on the basis of the data on surface layer only must not be generalized to all soils.”

 

This project is an ongoing research activity at The Ohio State University and among its next goals is to further scrutinize the potential of NT systems for sequestering SOC across a wide range of soils, topographic, and climatic conditions of the eastern U.S. Corn Belt.

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11 comentarios

  1. Estimado Dr.

    He leído con mucho interés varios artículos interesantes acerca de la hermosa ciencia de la Edafología, y me han parecido muy certeros; pero en esta ocasión creo que te equivocas rotundamente.

    En este artículo se afirma lo siguiente:"mayor desarrollo en profundidad de los sistemas radiculares de las plantas bajo laboreo convencional". Está totalmente demostrado que el laboreo convencional provoca una tremenda COMPACTACIÓN del suelo, y el famoso "piso de arado" a profundidades mayores de 30 cm., y por lo tanto, el desarrollo radicular es mínimo o nulo.

  2. Contestación a post sobre agricultura sin labranza

    Estimado Alfonso,

    Gracias por tus comentarios. Entiendo tu punto de vista. Sin embargo no lo comparto. Esto no significa que tu apelación al efecto de la maquinaria sobre la compactación del suelo y la formación de lo que aquí denominamos "suela del laboreo" sea cierta en un buen número de casos. Sin embargo "yo no opino". Se trata de estudio llevado a cabo por gente muy seria (lo digo porque conozco a alguno personalmente) y se habla "del secuestro de carbono". Y como ya he dicho sobre el caso de la "plaga del topillo" no hay soluciones mágicas, y la agricultura sin labranza a menudo es muy positiva, otras no tanto y en ocasiones trae problemas.

    Saludos cordiales y espero que mis comentarios no te molesten y continúes leyendo nuestros post.

    Juanjo Ibáñez

  3. Estimado Dr. Ibañez.

    Le saludo desde Chile y le felicito por mantener este blog con información muy actualizada y que ciertamente es muy relevante, toda vez que se tratan de temas de actualidad y de connotación global como es el potencial de secuestro de C de los suelos agrícolas.

    Yo tambien trabajo en el tema, y lamentablemente se cae (y lo digo porque mi estudio precisamente esta hecho en la estrada 0-2 y 2-5 cm en suelos con no labranza y labranza convencional) en realizar muestreos superficiales (y esto lo digo en mi caso) debido a que no existen registros detallado de las condiciones iniciales de los ensayos, ya que la tendencia global de muestreo en los ensayos de no labranza es muestrear en los primeros 5 cm del suelo, ya que es donde existe una mayor notoriedad en las diferencias arrojadas por todos los estudios. Esto es un error crítico, y que se arrastra desde hace décadas, pero que a mi parecer ya se empieza a corregir, pues en la gran mayoría de los estudios publicados hace algunos años ya se establece como necesario el muestrear en las capas mas profundas del perfil.

    Quizás mis resultados sean comentados por Ud. en alguna oportunidad, diciendo ESTO NO SE DEBE HACER…pero de todos modos trataré de dar la mayor veracidad y consistencia a los datos que la investigación está arrojando.

    Atte

    Gustavo Curaqueo F.

  4. Estimado Gonzalo,

    Lamento mi tardanza en contestar. Obviamente los datos que me comentas no son útiles para estimar el secuestro de carbono 3n los suelos. Ahora bien, tampoco hay que tirarlos a la basura, ya que te ofrecen información sobre ambas prácticas y sus efectos sobre el carbono de los cm. superficiales, lo cual puede ser interesante para otros fines aunque no para el secuestro de carbono. Todos aprendemos cometiendo errores.

    Un abrazo y no te desanimes porque algun partido sacarás de los datos.

    Cordiales saludos

    Juanjo Ibáñez

  5. La labranza cero gana adeptos entre los productores de trigo de invierno en Turquía

    Las técnicas de labranza conservacionista con manejo de residuos tuvieron un efecto positivo en cuanto a la retención de humedad del suelo, tanto en períodos de sequía como en temporadas de precipitación normal.

    las cosechas típicas de trigo en las explotaciones son de apenas 2 toneladas por hectárea, muy por debajo del potencial genético del cultivo. A medida que los suelos han ido agotándose,En los ensayos de cero labranza se han obtenido rendimientos, en las parcelas de demostración, de más de 4 toneladas por hectárea, el doble de lo que los agricultores tradicionales: "prortejamos a Gaya es la que nos cuida"

  6. Iago yo no dudo de las bondades de la agricultura sin labranza en multitud de circunstancias. Ahora bien, no es la panacea universal. Y por lo que respecta al secuestro de carbono se han detectado evidencias de que no es tan interesante como prometía. Cada cosa en si sitio.

    Saludos cordiales

    Juanjo Ibáñez

  7. Lo de Lal es como mínimo muy llamativo, luego de décadas, cientos de artículos, decenas de libros sobre el secuestro de C y la siembra directa, se viene a percatar de que estaba equivocado con solo medir el C en los primeros cm de suelo.

    Y para colmo, escribe la siguiente frase: "if the SOC pool was measured only within the surface soil (<20 cm), the data could have led to completely different conclusions."… Rattan, eso es exactamente lo que has venido haciendo desde un principio!!

    Es un ejemplo más donde se aplican varios de los comentarios que vos (Juanjo) hacías en un post anterior: "marean a perdiz para hacer creer a los demás que ellos son unos de los precursores de tal hallazgo, cuando no es así"

    y los miles de dólares que ganaron en proyectos? Y los libros? y los artículos? y los litros de herbicidas vendidos? y las sembradoras? y los productores que adoptaron el fantástico paquete secuestrador de C y ahora tienen el suelo más compactado y envenenado que con labranza?

    Saludos desde Argentina,

    José Camilo

  8. Pues efectivamente José Camilo.

    Y por desgracia son tantos y tantos los que se dedican a publicar por publicar y luego ni se molestan en adimitir sus equivocaciones previas que es para llorar.

    Lo único que demuestran es que publican en los temas de moda, porque son moda, y que del tema no saben, ni les interesa profundizar. Lamentable pero cada vez hay más de estos "bichos".

    saludos Cordiales

    Juanjo Ibáñez

  9. Hola soy una alumna de la UNA y les saludo desde Paraguay, y estoy estudiando Ingenieria Agronomica y me interesa mucho sobre el tema de este tipo de labranza, porque quisiera implantar durante mi estudio en mis practicas, porque desde mis conocimientos este tipo de siembra es mucho mas productivo que la siembra directa por mas trabajo que tenga me gustaria mas informaciones
    saludos cordiales
    Alma Martinez

  10. Alma, pero la producción a corto plazo no justifica la degradación del suelo que a la postre reducirá el rendimiento a la larga. Hay varias alrternativa al laboreo con arado.

    Saludos
    Juanjo Ibáñez

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