Las interrelaciones globales entre biosfera, geosfera, atmósfera, hidrosfera, criosfera y edafosfera son fascinantes. Los estudios de alcance planetario, con independencia de que nos ayuden a resolver los problemas del calentamiento global, nos comienzan a revelar conexiones insospechadas hasta hace tan solo unos años. Si la evaporación del agua de los océanos, es la fuente que riega las tierras emergidas, otorgándoles la posibilidad de albergar una vida exuberante, la erosión de los suelos y regolitos de los continentes les devuelve el regalo fertilizando los mares y generando vergeles acuáticos en yermos desiertos húmedos. En este sentido, tan importantes son la erosión eólica, como la hídrica y la glaciar.

 

 Biosfera: Fuente geocities.com

Hoy no nos proponemos escribir un post sobre un tema concreto, sino abrir más aun las puertas de esta bitácora a una nueva concepción de la estructura y dinámica del planeta, siempre teniendo presente a los suelos en su concepción más amplia. En post sucesivos, sin prisas, iremos exponiendo las evidencias científicas de lo que hoy presentamos de una forma somera y coloquial.

La biosfera. Fuente: Visual Dictionary online Meriam-Webster

Día a día, resulta más evidente que la biosfera, hidrosfera, atmósfera, criosfera y edafosfera se encuentran interconectadas por vínculos sutiles que apenas comenzamos a vislumbrar. No podemos entender ya del reciclado de nutrientes dentro de un ecosistema como el motor que les proporciona la vida. No solo los distintos ecosistemas terrestres se encuentran frecuentemente vinculados entre sí (ecología del paisaje), sino que también lo están con los marinos. Tales relaciones surgen tanto a través del ciclo hidrológico como de la circulación de la atmósfera. Ya comentamos en un post anterior como la fertilidad de los suelos de la taiga se relacionaba con las formas de vida del plancton, krill, los salmones y osos. Se trataba tan solo de un precioso ejemplo. Retornaremos sobre él en su momento. Pero también vimos como en los años con más tormentas de polvo saharianas se genera una menor frecuencia e intensidad de huracanes en América, al incrementar el número de partículas en suspensión atmosférica reflectoras de la radiación solar. Un nuevo hecho sorprendente. La desertización en un continente puede estabilizar la vida en otros.


a estructura de la Geosfera. Visual Dictioray on-line Meriam-Webster

Conforme los continentes se erosionan, las cuencas fluviales que los drenan ofrecen a los océanos nutrientes y partículas que, en contacto con sus biotas, se tornan en biomasa. Del mismo modo, la atmósfera deposita en tierras y mares partículas y nutrientes arrancados de los suelos, devueltos en parte por los océanos en forma de aerosoles (sin contar las disrupciones creadas por las actividades del hombre). Más aún, la distribución de la vida en el planeta solo puede entenderse si analizamos las interconexiones y retroalimentaciones de Gaia y/o Gea en toda su plenitud y esplendor. Desafortunadamente, tales mecanismos, alterados por la torpeza y codicia de los seres humanos, pueden convertirse en vehículos de contaminantes y en detonantes de desastres ambientales de enorme magnitud.

En cualquier caso, una cosa es cierta, no podemos entender la vida en los mares sin conocer lo que ocurre en los paisajes emergidos y viceversa. Ya hemos hablado en algunos post sobre tales temas, pero las evidencias se acumulan día a día.

Hasta hace muy pocos años, se consideraba que la mayor parte de los fondos oceánicos eran desiertos de vida, salpicados aquí o allí por pequeños oasis. Nuevas evidencias destronan la falsedad de esta concepción. Lo que se creía yermo resuelta ser un vergel de biomasa y biodiversidad superior al de la columna de agua suprayacente. Pero hay más.

 

Algunas de las Esferas de Gaia Falta la edafosfera, entre otras.

Gaia y/o Gea no dejan de deparar sorpresas. La exploración de los subsuelos oceánicos y terrestres arroja información asombrosa. En estos lugares profundos, a kilómetros  de las interfases entre  biosfera, geosfera, atmósfera, hidrosfera, criosfera y edafosfera, se pensaba que eran desiertos de vida, mientras que resultan ser “Nuevos Universos Invisibles Bajo Nuestros Píes”. La bioprospección de ambos comienza a constatar que, nuestra arrogante ignorancia había relegado al olvido una norme diversidad de formas biológicas y una no menos abundante biomasa. Para nuestro asombro, descubrimientos recientes nos indican que los sedimentos profundos de los océanos no sólo son  enormemente biodiversos, sino que también podrían albergar entre un 10 y un 30% de la biomasa terrestre. Aunque se trata descifras aun muy tentativas, ya denuncian la gravedad de nuestro olvido en una época en la que nos afanamos por explorar restos de vida en los suelos y regolitos de otros planetas.

Para finalizar, tan solo mentar que tales hábitats profundos albergan comunidades biológicas sorprendentes desde todos los puntos de vista. Resulta palmario que los cambios climáticos se atemperan rápidamente con la profundidad. A cientos de metros bajo el suelo, las fluctuaciones son nulas e insignificantes durante cientos de miles de años, e incluso millones. Por esta razón, atesoran especies biológicas ancestrales. Posiblemente estas nos ayuden a ir detectando los eslabones perdidos en la evolución de la vida. Ya iremos hablando de todo ello.

Juan José Ibáñez

Compartir:

2 comentarios

  1. […] Ahora bien, como os explicamos en este otro post: “Fertilidad del Suelo y la Cadenas Tróficas: Un Sorprendente Cuento sobre el Mar, Placton, Krill, Salmones, Ríos, Osos y Suelos”, los bosques de coníferas de la taiga, desde un punto de vista biogeoquímico, serían parte de otro ecosistema de muchas mayores dimensiones, que implicarían a los propios océanos, y sus organismos. Debemos entender que cuando nos referimos a los ciclos biogeoquímicos de estas entidades ecológicas, estamos acotando una “realidad” compleja para convertirla en un modelo teórico muy simplista, por cuanto en la naturaleza no existen sistemas cerrados. Dependemos de los flujos de energía y materia que nos proporcionan otras entidades ecológicas. Realizando un escalamiento ascendente, posiblemente terminaríamos por reconocer que existe un solo ecosistema al que denominamos Gaia. […]

Deja un comentario