Diversos estudios recientes van retrotrayendo la evolución cultural y humana hacia tiempos cada vez más remotos. Es habitual, en la literatura reciente, que se asocien las tecnologías menos rudimentarias al Neolítico o a épocas anteriores, aunque no muy distantes. Sin embargo, durante los últimos meses, parecen acumularse evidencias de que ya en el paleolítico remoto el ser humano atesoraba una tecnología hasta ahora insospechada, así como un desarrollo cognitivo individual que permitió ir construyendo redes culturales que fomentaban el comercio y la cooperación. La noticia de hoy, se remonta a las primeras pruebas de una pirotecnología (uso del fuego) que permitía la elaboración de utensilios de “piedra”  más útiles que los derivados directamente de materiales frescos. Y decimos “piedra”, porque en realidad se trataba de  “silicretas” o “silicretas”, es decir de horizontes endurecidos de suelos muy evolucionados, que al ser tratados por aquellos “ingenieros”, sufrían cambios en sus propiedades. Hablamos de las costas de Sudáfrica, nada más y nada menos que entre   72.000-140.000 años atrás, mucho tiempo antes de que acabara la última glaciación. En cualquier caso, estudios australianos constatan el uso de las mencionadas silcretas en aquél continente (donde abundan quizás más que en los restantes), por sus moradores aborígenes, en las que también se menciona “a veces” su posible tratamiento pirotecnológico.

 

 

 

Artefactos en base a material de silicretas

de la noticia tratada. Fuente: Sciencedaily

 

Y ahora la lamentable, una vez más, la fastidiosa “coletilla final”. Ya sabéis que últimamente a este sistema de bitácoras, por aquello de los calores, parece ser que se niega a enlazar los post que escribimos, pero no ocurre lo mismo con cualquier otro material que circule por el ciberespacio. Si cuando lee este estamos en tal trance, debe copiar el título de nuestros post previos y añadirlo a su buscador favorito. Rápidamente encontrará el post, al teclear también “Universo Invisible”. Este tema ya comienza a parecer de ciencia ficción, por pensar bien.

 

Estas evidencias inducen a pensar que cuando los humanos modernos emigraron a Europa durante la última edad glacial, hace 50.000-60.000 años, ya atesoraban un desarrollo cognitivo (que posiblemente incluía el lenguaje), cultural y tecnológico muy superior al de los neardentales que por aquél entonces habitaban el denominado “viejo continente”. Por tanto, su superioridad no tan solo afectaba a lo que podríamos denominar inteligencia individual, sino que iba mucho más allá.

 

Debemos advertir que las notas de prensa que hoy exponemos, hablan de silcretas como roca, y no como horizontes del suelo. La española no parece ser la culpable (eso sí que es novedad) por cuanto, como siempre reproduce parcialmente la anglosajona. Y es ya en la primera en donde aparece tal problema. Visto lo visto, hemos indagado en Internet unos minutos. No he logrado detectar páginas Webs que constaten que a “algún tipo de rocas” se les denomine “silcretes”. Por tanto, inferimos que los autores del trabajo, o se explicaron mal (lo más probable), o no tienen ni idea de la naturaleza del material sometido a pirotecnología. Sin embargo, cabe la posibilidad de que nos equivoquemos, si bien lo dudamos, ya que no resulta ser un vocablo excesivamente común en el ciberespacio.

 

¿Pero porqué las silcretas? Francamente no estoy seguro. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunas de las singularidades de los paisajes africanos, australianos y de parte de los latinoamericanos. En general, tales espacios geográficos albergan suelos muy desarrollados y perfiles de alteración o regolitos de varias decenas de metros. Bajo estas condiciones, encontrar materiales litológicos duros resulta difícil, por cuanto se encuentran a muchos metros de profundidad. Sin embargo, algunos tipos de suelos o edafotaxa de estos paisajes (especialmente en los áridos y semiáridos) atesoran horizontes endurecidos de mucha consistencia.  Ya os hablamos de este tema en el post: “Horizontes Endurecidos del Suelo (Sobre “Cretas” “Petros” “Panes” y “Corazas”)”. Así mismo, también comentamos en esta contribución” Suelos Pobres: Ladrillos Negros y Ladrillos Rojos (Materiales para el Hombre)”, como otro tipo de cretas o capas del suelo duras (en este caso plintitas endurecidas y ferricretas) son utilizadas atávicamente para la construcción de viviendas por los pueblos aborígenes africanos, por las mismas razones. Cuando tales superficies con miles de años sufren un proceso de denudación de los horizontes superficiales de los suelos que los recubren, las mencionadas capas endurecidas afloran hasta la superficie. Debido a que los “solum” que las albergan mucho más resistentes a la erosión que los que carecen de ellas, terminan formando resaltes topográficos como las “mesas” y las cumbres de los “montes islas”, siendo pues accesibles a los aborígenes.

 

 

 

Horizonte superficial de silicreta.

Fuente: Dietmar Down Under’s photostream  

 

Wikipedia menciona que, en ciertos yacimientos en donde se han encontrado, carecen o no afloran tales horizontes endurecidos, por lo que cabe sospechar que fueran motivo de comercio entre unos pueblos y otros. Digamos de paso que las silcretas naturales, al someterse a la pirotecnología, adquieren un color rojizo que no lo tienen las originarias, como la foto de Sciencedaily ilustra. Con vistas a llevar a cabo tal estudio, al margen de hacer uso de termoluminiscencia y técnicas basadas en el magnetismo para datar las edades, etc., los autores emularon el proceso térmico mencionado, obteniendo productos semejantes a los detectados en los yacimientos.

 

Los investigadores que llevaron a cabo este trabajo, realizan mucho énfasis en la capacidad cognitiva que debía ser requerida para llevar a cabo este tipo de ingeniería paleolítica. No lo dudamos pero quizás se excedan en sus elucubraciones ¿Qué el lenguaje por aquel entonces ya estuviera plenamente desarrollado? Posiblemente. Sin embargo, reiteramos que se trata de una evidencia sobre tecnologías (más sofisticadas de las que se presuponían) que usaron los hombres de la edad de piedra. Nada más. A pesar de todo, si que nos informa que el uso de los tratamientos térmicos precedieron a los previamente usados para la elaboración de utensilios mecánicos y cerámicos, generando un continuo interesante y desconocido con anterioridad.  Obviamente, tal dato apoya la controvertida tesis de que los humanos modernos atesoraban capacidades cognitivas, tecnológicas y sociales superiores a las de los Neardentales, por lo que su adaptabilidad a los avatares del entorno fueron superiores. Pero también debemos advertiros que, sobre controversia, se publican con cierta frecuencia estudios que avalan una u otra tesis. Dicho de otro modo, no se trata de pruebas que puedan considerarse concluyentes. Es plausible que pronto se encuentren nuevas pruebas entre los restos arqueológicos de los neardentales que constaten que ellos también usaban tal pirotecnología, aunque les fuera transmitida por los humanos modernos.

 


 

Mesa en el sur de australia con capa de silicreta.

Fuente: Nature’s cards clips and geology

 

 

Juan José Ibáñez

 

Los primeros humanos modernos utilizaron fuego para construir herramientas mejores y más resistentes

 

Investigadores financiados con fondos comunitarios han averiguado más datos sobre la evolución del comportamiento humano. Su investigación aclara cómo los primeros humanos modernos del sur de África lograron emplear el fuego para mejorar la calidad y eficacia de las herramientas de piedra.

FUENTE | CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario; 23/08/2009

 

 

 

Sus descubrimientos, publicados en la revista Science, muestran que dichos humanos habrían comenzado a resolver problemas complejos en el momento en el que se materializó su linaje genético moderno (hace entre 200.000 y 150.000 años). Estudios anteriores datan el desarrollo de esta capacidad con posterioridad.


El equipo científico internacional descubrió que los primeros humanos modernos que habitaban las cuevas de las bahías de Mossel y Still (Sudáfrica) hace unos 70.000 años calentaban con fuego y tallaban silcreta (una roca de gran dureza) para fabricar herramientas de piedra. Al calentar la silcreta, estos humanos modificaban la estructura de la roca y la transformaban en una materia prima ideal para la producción de herramientas más sofisticadas.


«El uso controlado del fuego fue una revolución que permitió la cocina, la producción de calor y luz y la protección frente a depredadores», según se indica en el estudio. «El tratamiento de materiales con calor y todo lo necesario para ello marca un avance tecnológico importante, en el que el fuego comenzó a manipularse como herramienta de ingeniería


Kyle Brown, autor principal del estudio, estudiante de doctorado de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y director de los trabajos de laboratorio y campo en la Bahía Mossel para el Instituto de los Orígenes Humanos de la Universidad Estatal de Arizona (ASU, Estados Unidos), afirmó: «Nuestros descubrimientos sobre el tratamiento con calor muestran que estos primeros humanos modernos controlaban el fuego de manera sofisticada y precisa.»


«Hemos mostrado que los primeros humanos modernos de hace 72.000 años, y quizá de hace 164.000, procedentes de las costas de Sudáfrica utilizaban hogares en un complejo proceso que consistía en calentar la piedra y cambiar sus propiedades. Esta técnica era conocida como tratamiento térmico», añadió.


Curtis Marean, profesor de la ASU, director del proyecto y coautor del estudio, señaló que alguien debió descubrir que era más fácil tallar la roca cuando se le aplicaba calor. «Después, este conocimiento se fue transmitiendo y, de una manera particularmente humana, la tecnología implicada creció lentamente en complejidad al aumentar la sofisticación del control del proceso de calentamiento, enfriamiento y tallado», explicó. Este valioso proceso tecnológico se creó de forma paralela a la aparición del conocimiento complejo en humanos y se habría extendido con tanta rapidez debido a que el lenguaje estaba lo suficientemente desarrollado como para ser utilizado como herramienta de enseñanza y aprendizaje.

En un artículo complementario escrito por John Webb y Marian Domanski se explica que el empleo de fuego «como herramienta de ingeniería es uno de los primeros pasos en la evolución de los medios mediante los que los humanos controlan su entorno». También se afirma que el tratamiento térmico se originó en África prácticamente al mismo tiempo que los «indicios generalizados de comportamiento simbólico que señalan el desarrollo de una capacidad cognitiva cada vez más compleja». Añadieron que «al permitir la fabricación de herramientas más eficientes, el tratamiento térmico debió desempeñar una función básica a la hora de permitir una rápida expansión humana desde los entornos relativamente favorables de Sudáfrica hasta los más hostiles y fríos de Europa».

Los Neandertales europeos «no debían conocer esta técnica, por lo que puede que los primeros humanos modernos tuvieran una ventaja evolutiva al avanzar hasta Eurasia», especulan los Drs. Webb y Domanski. El apoyo comunitario a la investigación partió de una beca Marie Curie de salida a terceros países del Séptimo Programa Marco (7PM).

 

 

Early Modern Humans Used Fire To Engineer Tools From Stone Complex Cognition Older Than 72000 Years?

 

ScienceDaily (Aug. 14, 2009) Evidence that early modern humans living on the coast of the far southern tip of Africa 72,000 years ago employed pyrotechnology – the controlled use of fire – to increase the quality and efficiency of their stone tool manufacturing process, is being reported in the Aug. 14 issue of the journal Science.

 

An international team of researchers, including three from the Institute of Human Origins at Arizona State University, deduce that «this technology required a novel association between fire, its heat, and a structural change in stone with consequent flaking benefits.» Further, their findings ignite the notion of complex cognition in these early engineers. «Our illumination of the heat treatment process shows that these early modern humans commanded fire in a nuanced and sophisticated manner,» says lead author Kyle Brown, a doctoral candidate at the University of Cape Town, and field and lab director in Mossel Bay, South Africa, for ASU’s Institute of Human Origins.

 

«We show that early modern humans at 72,000 years ago, and perhaps as early as 164,000 years ago in coastal South Africa, were using carefully controlled hearths in a complex process to heat stone and change its properties, the process known as heat treatment,» explains Brown. «Heat treatment technology begins with a genius moment – someone discovers that heating stone makes it easier to flake,» says Curtis Marean, project director and a co-author on the paper. Marean is a paleoanthropologist with the Institute of Human Origins and a professor in the School of Human Evolution and Social Change at Arizona State University‘s College of Liberal Arts and Sciences. «This knowledge is then passed on, and in a way unique to humans, the technology is slowly ratcheted up in complexity as the control of the heating process, cooling and flaking grows in sophistication,» Marean says.

 

This creates a long-chain technological process that the researchers explain requires a complex cognition, and probably language, to learn and teach. The heating transformed a stone called silcrete, which was rather poor for tool making, into an outstanding raw material that allowed the modern humans to make highly advanced tools.

 

The eureka moment

The focus of Brown’s research involves experimentally replicating the types of tools and production debris found at African archaeological sites to understand how and why people made and used these tools. «In numerous field surveys with co-author David Roberts, who is a leading expert on silcrete formation, we were unable to locate stone outcrops with material that matched the fine-grained texture and often reddish color of the silcrete artifacts we excavated at Pinnacle Point,» Brown says. «The silcrete we had collected was just not suitable for tool production

 

Most of the silcrete they found was intensively flaked. It was unusual to find a piece larger than a few centimeters. However, one day in 2007, while Brown and Marean were at the Pinnacle Point Site 5-6 (PP5-6) they found a huge flake of silcrete embedded in ash – the largest piece of silcrete they had ever seen on an archaeological site, nearly 10 centimeters in diameter. «It looked like it had been accidentally lost in a fire pit,» Brown notes. He recalls how many of the silcrete tools from the site had a sheen or gloss that reminded him of tools he had examined in North American collections that were heat-treated

.

«That is when we developed the heat treatment idea,» Marean says. «The co-association of the ash cemented to the silcrete, the red color of the silcrete, and its inexplicably large size was the genesis conditions of our eureka momentTo test their theory, Brown placed some of the silcrete stone beneath their fire pit one evening, building a hot fire over the top. «When I returned to dig the stone out the following day, the results were amazing. After heating, the silcrete became a deep red color and was easily flaked. Most importantly, it looked exactly like silcrete from site PP5-6. Using heated silcrete we were then able to produce realistic copies of the actual silcrete tools,» Brown says.

 

Barbequing rocks

«Here are the beginnings of fire and engineering, the origins of pyrotechnology, and the bridge to more recent ceramic and metal technology,» Brown says. According to Marean, the silcrete bifaces are re-usable tools with many potential functions: effective hunting weapons, excellent knives and items of value for exchange. «This explains why people would invest so much effort at wood collection and heat treatment for their production,» Marean says. And, the hearths used to test their theory «were designed to mimic what people in the past may have done. So, not only did we heat silcrete, but we barbecued (a ‘braai’ in South Africa) steaks and chops at the same time as measuring the temperature profiles with our thermocouple,» Marean says.

 

Symbolic behavior and modern human origins

«Our discovery shows that these early modern humans had this complex cognition,» Brown says. «This expression of cognitive complexity in technology by these early modern humans on the south coast of South Africa provides further evidence that this locality may have been the origin location for the lineage that leads to all modern humans, which appeared between 100,000 and 200,000 years ago in Africa,» explains Marean.

 

«There is no consensus as to when modern human behavior appears, but by 70,000 years ago there is good evidence for symbolic behavior,» he says. «Many researchers are looking for technological proxies for complex cognition, and heat treatment is likely one such proxy. «Prior to our work, heat treatment was widely regarded as first occurring in Europe at about 25,000 years ago,» Marean says. «We push this back at least 45,000 years, and, perhaps, 139,000 years, and place it on the southern tip of Africa at Pinnacle Point.» The African location was at the center of another discovery by Marean – the documentation of the earliest evidence for exploitation of marine foods and modification of pigments – reported in the Oct. 17, 2007, journal Nature.

 

«Combined, these results sharply advance our knowledge of modern human origins, and show that something special in human cognition was happening on the coastline of South Africa during this crucial final phase in human origins,» Marean says. He adds that some time around 50,000 to 60,000 years ago, «these modern humans left the warm confines of Africa and penetrated into the colder glacial environment of Europe and Asia, where they encountered Neanderthals.

 

«By 35,000 years ago these Neanderthal populations were mostly extinct, and modern humans dominated the land from Spain to China to Australia,» Marean says. «The command of fire, documented by our study of heat treatment, provides us with a potential explanation for the rapid migration of these Africans across glacial Eurasia – they were masters of fire and heat and stone, a crucial advantage as these tropical people penetrated the cold lands of the Neanderthal,» says Marean. NSF, others fund SACP4

 

Other members of the research team and co-authors of «Fire As an Engineering tool of Early Modern Humans,» include David Baun, University of Cape Town; Andy I.R. Herries, University of New South Wales and University of Liverpool; Zenobia Jacobs and Michael C. Meyer, University of Wollongong, Australia; Changal Tribolo, CNRS-University of Bordeaux, France; David L. Roberts, Council for Geoscience, Republic of South Africa; and Jocelyn Bernatchez, Institute of Human Origins, ASU. They work together on the South African Coast Paleoclimate, Paleoenvironment, Paleoecology, Paleoanthropology Project, known as SACP4, which is directed by Marean, funded by the National Science Foundation and the Hyde Family Foundation, and supported by Arizona State University research and academic units including the Institute of Human Origins, Institute for Social Science Research, and School of Human Evolution and Social Change in the College of Liberal Arts and Sciences. «Our team, working at Pinnacle Point near Mossel Bay, is a leader in revealing the process of how we became who we are today, and we are doing this with state-of-the-art fieldwork and laboratory analysis at this locality,» Marean says.

 

He notes the specifics of the discovery involved combining thermoluminescence, magnetic analysis, optically stimulated luminescence dating, experimental stone tool production, mechanical testing, and field archaeology.

 

Pie de Foto: Adapted from materials provided by Arizona State University.

Evidence reported in the Aug. 14 issue of the journal Science shows that early humans living on the southern coast of Africa 72,000 years ago used a complex heat treatment process to manufacture blades and bifacial tools. Unheated silcrete (left) can show dramatic changes in color and texture after heating and flaking (right). An international team, including three researchers from the Institute of Human Origins at Arizona State University, note that silcrete is not found closer than 5 kilometers from their excavation at Pinnacle Point, Mossel Bay, South Africa, and that most pieces found are extensively flaked. (Photo by Kyle Brown/South African Coast Paleoclimate, Paleoenvironment, Paleoecology, Paleoanthropology Project)

 

A favor de las tesis aquí mostradas, ver también la siguiente nota de Prensa

 

La cultura en la Edad de Piedra más avanzada de lo que se creía según cuentas paleolíticas

 

 

Alguna documentación adicional en la Web.

 

Ver enlace sobre silicretas y otros horizontes endurecidos aquí.

 

Presentación en ppt sobre meteorización y edafogénesis, con información a cerca de la formación de silicretas. Y pone:

 

Las silicretas han sido también utilizadas por otros pueblos aborígenes con vistas a elaborar sus utensilios.

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3 comentarios

  1. Por lo que creo haber entendido las silcretas son una más de las distintas capas de suelo duro que se crean en zonas áridas. Si ello es así, parece lógico que el descubrimiento de su posible utilización tras el contacto adecuado con el fuego haya surgido allí donde más abunda. Sin saber nada de geología supongo que en África este tipo de suelos será más frecuente que en Europa. ¿Es así? Porque si así fuera, mal podría reprochárseles a los neandertales no haber hecho ellos mismos ese descubrimiento…

    Otra pregunta: ¿qué otras tecnologías pudieron desarrollarse a partir de la observación de restos de hogueras sobre el suelo? De niño leí que los fenicios descubrieron pequeñas esferas de vidrio adheridas a algunas de las piedras con las que protegían las hogueras que hacían en las playas donde desembarcaban y que a partir de esta observación desarrollaron la tecnología del vidrio. ¿Es esto plausible?

  2. Txema,

    Efectivamente las silicretas son más abundantes en ambientes áridos y semiáridos, como en partes de África y Australia. Y como digo en el texto, efectivamente era una solución porque roca dura no abunda en esos cratones antiguos.

    Lo de los fenicios ya es otra cosa y no creo que llegaran hastá ahí en el paleolítico.

    Saludos

    Juanjo Ibáñez

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