Ni los propios edafólogos suelen reparar en que diversas catástrofes naturales pueden dar lugar a cambios bruscos en los horizontes del suelo (y en especial del más superficial) tras determinado tipo de desastres naturales. Algunos de ellos pueden tener una magnitud local, pero en otros casos estos alcanzan extensiones regionales e incluso globales. Las grandes erupciones volcánicas que llegan a esparcir las cenizas por casi todos los confines de la Tierra son un ejemplo, mientras que los impactos de los grandes meteoritos, como el del Límite K-T, que pudieron extinguir los dinosaurios, otros. En ambos casos, parte o la totalidad de la superficie de la Tierra quedó recubierta por una capa de cenizas u otros materiales, que en algunos casos superaron varios metros de espesor, al menos local o regionalmente. Podría por tanto aseverarse que la cobertura de suelos quedó enterrada, bajo un nuevo material originario. Tales hechos cambiaron la estructura y dinámica de los sistemas edáficos de una forma abruta y rápida.

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Capa de Cenizas y lapilli que cubren un suelo subyacente (Ecuador). Fuente: Nova Geoblog: Northern Virginia Community College

Existen dos maneras complementarias con vistas a analizar los avatares de la edafosfera a lo largo de la historia de la Tierra. La más ortodoxa y lógica consiste en estudiar los paleosuelos que aparecen en el registro fósil. Sin embargo, por no ser un tema al que se le preste atención, son muy escasos los especialistas que trabajan en ello. Como corolario, nuestros conocimientos en la materia progresan con exasperante lentitud.

La alternativa más viable, consiste pues en inferir cambios y alteraciones de la información casi subliminal que proporcionan otras disciplinas concernientes a las Ciencias de la Tierra. Es decir, deduciendo las consecuencias a través de modificaciones profundas en algunos de sus factores formadores del suelo (clima, litología, fisiografía, comunidades vivas, etc.). Y resulta que al menos, en una primera instancia, tales estudios pueden aportar una información de sumo interés. Hoy explicaremos como la superficie del suelo quedo recubierta, local, regional o globalmente por eventos volcánicos o impactos meteoríticos de enorme magnitud y escasa frecuencia.

Cuando el gran meteorito que, parece ser, fue causa de la extinción de los dinosaurios, impactó sobre la Tierra, es bien conocido que dejó una capa oscura rica en iridio por todo el Planeta. El registro fósil da cuenta de ello. Al parecer, tales materiales terrestres y extraterrestres producto de tal brutal colusión pudieron alcanzar más de un centenar de metros cerca del punto de choque, disminuyendo su espesor conforme nos alejamos de el, aunque no de forma regular. Francamente, desconozco la posible toxicidad de tal capa de materiales, tanto sobre la vegetación, como en la estructura del sistema edáfico y su biota. En cualquier caso, no cabe albergar duda alguna que las repercusiones debieron ser tremendas. Imagínense a un edafólogo virtual inventariando, cartografiando y analizando la edafosfera antes y después de tal cataclismo. Desconozco si existen estudios al respecto. Sin embargo, no he leído artículo alguno sobre los posibles efectos de tal hecho, que también tuvo que acarrear por necesidad implicaciones biosféricas serias.

Las grandes erupciones volcánicas son eventos mejor conocidos, si bien, aquellos de gran magnitud, ocurridos hace millones de años, adolecen de  serias incertidumbres. Como ya os explicaremos en otro post, aun existe una gran controversia acerca de si los dinosaurios se extinguieron por efecto del meteorito aludido, o por la gran actividad volcánica que se produjo, más o menos simultáneamente, por aquellos tiempos, al parecer en la actual Meseta del Decán. Una vez más, suele hablarse mucho del posible cambio climático que produjo aquél evento y su efecto sobre la biosfera. Sin embargo, es lógico pensar, que miles de millones y millones de toneladas de cenizas debieron alcanzar la estratosfera y depositarse por una buena parte del globo. En este caso, sí  sabemos que el efecto de estos productos, a medio y largo plazo incrementa la fertilidad del medio edáfico. Uno de los tipos de suelos más productivos resultan ser los Andosoles, la mayor parte de los cuales proceden de tal proceso y materiales. A pesar de que las cenizas volcánicas suelen ser bastante hábiles o inestables en ciertos ambientes y/o bajo el impacto de las actividades agrarios, es lógico suponer que hace decenas de millones años lograron fertilizar una buena parte de la edafosfera más improductiva a causa de su carencia en nutrientes.

En ambos casos, un cartógrafo de suelos virtual se hubiera visto obligado a re-cartografiar gran parte de la edafosfera. Y si habláramos de la denominada calidad de los suelos las repercusiones serían aun mucho más acusadas (…….).

Si bien puede alegarse que hablo de la Ciencia ficción del Suelo, los testimonios están ahí. El horizonte de iridio emerge por doquier en el límite K-T. Del mismo modo, la noticia que os ofrecemos abajo, procedente de Consumer Eroski, da fe de lo que ocurriría en EE.UU. si en el Parque de Yelowstone de acaecer una megaerupción, que no parece ser que fuera tan dramática como la acecina en la Meseta del Decán hace más de 60 millones de años.   

Resumiendo este tipo de desastres naturales también debe acarrear enormes repercusiones sobre los suelos del mundo, por mucho que se soslaye su estudio. Craso error, ya que tal hecho genera serios impactos en las biocenosis y el propio clima, al margen del que se induce en la vida que atesoran los suelo.

Juan José Ibáñez

 

Consumer Eroski (1 Mayo de 2007): Volcanes: Como afectan al Planeta

Y podría ser incluso peor. Un informe de la Sociedad Geológica de Londres advierte de que tarde o temprano ocurrirá una súper erupción volcánica en algún punto del planeta que alterará el clima y podría acabar con la civilización actual. Los responsables de informe reconocen que no se puede predecir cuándo sucederá y que no hay nada que se pueda hacer para evitarlo. Una de estas posibles súper erupciones podría ocurrir en el Parque Nacional de Yellowstone, en EE.UU. En 2001, un estudio de la revista ‘Earth and Planetary Science Letters’ señalaba que cubriría la mitad del país con una capa de ceniza de un metro de espesor.

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2 comentarios

  1. es un mito la postura de que cada ciencia define al suelo segun sus criterios? la unica definicion debe ser lo que proponen los edafologos. pues ellos son los especialistas en ellos. es verdad esto?

    gracias juanjo

  2. Jeres,

    Una cosa es lo que «debiera ser» y otra lo que «realmente es». Si hay diferentes definiciones de suelo (segun distintas disciplinas) aunque la que debiera o debieran imperar son las de los edafólogos.

    Saludos cordiales

    Juanjo Ibáñez

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