Estamos tan acostumbrados a que nos mientan que ya ni nos percatemos de ello. Peor aun, no le damos importancia. Ya sean gobiernos, fuerzas políticas y sindicales, patronales, entidades financieras, medios de comunicación de masas, etc., sesgan tan indecorosamente las noticias que al final el ciudadano no sabe a que atenerse. Os podría ofrecer mil muestras de tal aserto, pero bastará recordar lo ocurrido el 11 de marzo de 2012 en España. Se llevaron a cabo manifestaciones en muchas o casi todas las ciudades del país en contra de los recortes al estado del bienestar que sufrimos los ciudadanos (otra reforma laboral). Pues bien, cuando uno lee al día siguiente la prensa, la afluencia varía de tal manera como para entender que se miente con un descaro indignante. Ocurre en todos los países del mundo, por lo que lo dicho hasta aquí es extrapolable a cualquier otra nación y lugar. Los numeros de asistentes a las mentadas manifestaciones varían hasta límites hilarantes, según las ofrezcan los convocantes, el gobierno/policía, o los rotativos de prensa, según la ideología que profesen. ¿Quién miente? Posiblemente todos, que es lo más preocupante. Pero hay algo peor. Suponemos que vivimos en una sociedad tecnológica (¿o república bananera?). Sin embargo, al parecer no ¿sabemos? como calcular la cifra de manifestantes con tanto instrumental sofisticado. Dicho de otro modo los poderes fácticos o son mentirosos o simplemente analfabetos numéricos. ¡No saben contar!. Como ciudadano de a pie me siento sumamente indignado. ¿Prensa libre? ¿Información veraz?, son palabros-reliquias de tiempos felices que quizás no vuelvan jamás. Sufrimos pues el imperio de unos poderes (fácticos y no fácticos) que se antojan anuméricos. Empero como resulta difícil creerlo, las escandalosas diferencias de cifras de asistencias a tales manifestaciones serán debidas a la globalización de la falacia en nuestra sociedad, por no hablar de suciedad.

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¿Cuántas personas asistierona la manifestación de ayer en Madrid 30.000 o 500.000? .Fuente: Ellahoy

Obviamente, pensaréis que no abordo un tema nada nuevo, y es cierto. Ahora bien, cuando la ciudadanía permite indolente  que se le mienta reiteradamente un día si y otro también, no puede quejarse de que unos y otros abusen de nosotros. Y es justamente eso tan solo eso, lo que hoy denuncio. Obviamente pueden existir las diferencias de criterio a la hora de enumerar los asistentes a las movilizaciones, empero cuando varían en un orden de magnitud el tema es digno de recordarse. Que los gobiernos (cuando se protesta contra ellos) publiciten las cifras a la baja, o que las fuerzas sindicales convocantes las calculen hacia arriba es humano, pero hasta cierto punto. Sin embargo, reitero que las cifras son tan escandalosas como para que se les caiga a unos y/o a otros la cara de vergüenza. Finalmente, habrá que apelar a los sondeos, por cuanto aciertan más que las cifras  oficiales al menos en las elecciones o plebiscitos. Imaginaros una ciencia en donde las previsiones acertaran más que los hechos reales (…) ¿Es mejor trabajar con una muestra de una población que con todo el espacio muestral?. Pues al parecer, en materia de política y socioeconomía  sí. Algo va muy mal entre la ciudadanía cuando nadie protesta para que nos informen de cifras “más o nenos” fidedignas. O estamos embrutecidos o estamos embrutecidos. Cuando las personas de a pie nos creemos lo que nos conviene, según nos acerquemos a una ideología u otra, cabe plantearse si merece la pena seguir luchando. ¿Y ahora la pregunta del millón?. ¿Cuantos ciudadanos secundaron las movilizaciones sindicales?. ¿Uno, diez, mil, cien mil, un millón, diez millones?.

En esta tesitura, hace falta tener cara dura para aseverar, como se hace en la portada de un rotativo nacional  “-78.490” manifestantes que en la iniciativa anterior, ¡ni uno más ni uno menos!. Vamos sería algo sí como si al asistir a una manifestación te abdujera un “agujero negro” que crece y crece tras cada evento. Hasta ahí alcanza la tendenciosidad de los poderes que nos gobiernan, con independencia de su ideología. Eso si, me atrevería a aseverar que los ciudadanos que asistieron son más que los que desearían unos poderes y menos de los que anhelaran otros. Y como siempre ha sido y será así (…)

Lamentable, vivimos en la sociedad de la mentira, se mire por donde se mire y con independencia del color de nuestras gafas de sol.

Juan José Ibáñez

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2 comentarios

  1. Mentira con premeditación, alevosía y toda la sofisticación del marketing pueda aportar.
    Posiblemente lo mas escandaloso, por su supuesta búsqueda de lo objetivo, provenga de los periódicos. Porque el periodismo es hoy por hoy, la continuación del marketing por «otros medios».

  2. Hola,
    estoy interesada en conocer las características de los suelos en los cuales se va a cultivar uva.
    ¿Podría darme alguna información o recomendarme alguna pagina web donde ponder conseguirla? Gracias.

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