geofagia-tipos-de-suelos-y-addicion

Colaje imágenes Google buscando por «Geophagy»

 Disculpe usted, ¿es este el famoso “Restaurante “Solum”.

Sí señor, este es.

¿Tienen mesa?

Si señor, y sillas también

Perdone, le preguntaba si podemos comer ahora

Por supuesto, pero tendrán que esperar 15 minutos.

Ya veo que su establecimiento se encuentra muy concurrido

Puedo ya ofrecerles la carta y así tendrán que esperar menos tiempo

¿Qué nos recomienda?

Depende de qué tipo de suelos prefieran

Perdón, no le entendemos

Tenemos suelos de varias clases según su sabor, olor, textura, etc., cocinando en crudo, estofados, marinados, fritos….

Somos nuevos, no los hemos consumido antes tales manjares,  según dicen

Si es así les recomiendo un menú de degustación para dos.

¡Perfecto!

 Si podéis visionar este mapa mundial en el que se  ubican todos los lugares del mundo donde se ha detectado la geofagia observarán que tal práctica ancestral se distribuye por todo el globo terráqueo, si bien en algunos lares  han perdido la costumbre. Ya hemos abordado el enigmático tema de la geofagia en post anteriores, como podréis observar más abajo. Sin embargo, el día que redacto este post me he inmiscuido un poco más en la materia, tras leer la siguiente noticia: Geophagy: «soil-eating» as an addictive behaviour”, nota divulgativa del artículo que lleva por título: “Geophagy in Northern Uganda: Perspectives from Consumers and Clinicians.”. Es decir tan solo se trata del caso de Uganda. Sin embargo, existen regularidades sorprendentes en todas las sociedades, etnias y culturas que practican esta “delicatesen. Las principales consumidoras son las mujeres embarazas y los niñ@s, si bien también, a menudo disfrutan de estos riquísimos suelos otras personas, aunque en menor medida.  Podría pensarse en que se trata de un antojo de las féminas preñadas, pero (…) ¿y los niños?. Y algunos varones adultos. Generalmente los hombres abandonan la ingesta de suelos en la adolescencia. Empero algunos se aficionan y manifiestan que pueden llegar a ser tan adictivos como el alcohol y tabaco.

Reitero que, como podréis leer más abajo, existen preferencias por ciertos “tipos de suelos” en función de sus propiedades, tales como el sabor (dulces, salados, amargos), olores, texturas, consistencias etc. Del mismo modo y aunque se consumen suelos en sentido estricto, todos parecen ser ricos en arcillas, no siendo el caso de Uganda una excepción. En entregas anteriores comentaba la posibilidad de que, cuando se ingieren suelos, los polifenoles producidos por la descomposición de la materia orgánica pudieran estar asociados a sus potenciales efectos benéficos, junto a la arcilla. Sin embargo, para mi sorpresa, algunas campesinas ugandesas, prefieren comprar la arcilla en “supermercados. ¡Jesús!, hasta donde llegan los hábitos modernos. Empero a falta del recurso suelo o ingresos monetarios pueden ingerirtse ¡ladrillos!.

Resulta sorprendente que se estén publicando numerosos artículos sobre este tipo de etno-gastronomía, aunque los médicos y nutricionistas sean escépticos. Sin embargo, nadie hasta la fecha parece interesado en conocer, “a ciencia cierta”, cuáles son los beneficios y sus razones. Muchos investigadores y galenos ortodoxos, denuncian supersticiones, tradiciones, etc. Empero que la geofagia salpique todo el globo terráqueo,  e incumba a una enorme variedad de culturas y etnias que jamás estuvieron en contacto, a mí personalmente,  me sugiere todo lo contrario.

Y no diré más, por cuanto abajo os ofrezco traducida la nota de prensa, pero también varias páginas, ¡demasiadas!, del artículo original. En consecuencia, del manuscrito científico, traduje al suajili las primeras páginas, dejando el también el texto anglosajón, en la primera parte. Empero al percatarme que llevaba varias páginas y tenía que parar, so pena de hacerlo con todo el texto, decidí después mostraros tan solo la traducción a nuestra lengua de las primeras páginas. Obviamente no os reproduzco todo el texto. La traducción es pésima, a golpe del traductor Google. Ahora bien, basta para sorprenderos. El artículo original se encuentra en acceso abierto, y podéis bajároslo en pdf o leerlo en línea.

Me ha impelido a extenderme el hecho de que una parte considerable del contenido fueran las traducciones literales, de los indígenas consultados. Confío más en sus experiencias, sensaciones y tradiciones que en aquellas filtradas por los científicos ultraortodoxos vestidos con sus arrogantes batas blancas.

Podéis animaros y probar, empero vivimos en una sociedad en donde los suelos de muchos lugares los hemos contaminado debido a nuestra  impenitente adición (casi adicción) por enmendarlos mediante el vertido de ingentes cantidades de contaminantes químicos y superbacterias, por lo que (….): todo dependerá del territorio en el que viva cada uno de vosotros. En mi caso particular, lo que ingiriera equivaldría a “comida basura” Pero si estáis seguros que deseáis probar, ya os advertimos que, como dicen los gourmets consultados, pueden ocasionaros adición y transformaros  en suelo-adictos. Y ahí no puedo ayudaros. Desconozco clínicas especializadas en desintoxicar a este tipo de drogadictos o suelo-dependientes.

Y os dejo ya con tan abundante como alucinante y sabrosona información. ¡Buen provecho!.

Juan José Ibáñez

Continua…….

Geophagy: «soil-eating» as an addictive behaviour
by staff Writers; Vienna, Austria (SPX) Dec 07, 2016

Between 30 and 80% of people in Africa, especially women, regularly eat clayey soil – this habit is known as geophagy. They consume between 100 and 400 g per day. «Pregnant and breast-feeding women, in particular, nearly always have some soil to eat.

This is cheap to buy in the marketplace,» explains Ruth Kutalek of MedUni Vienna’s Center for Public Health (Institute of Social Medicine). The reason behind this habit, which was previously also widespread in Europe and Asia, is still not clear and is largely unresearched. A study conducted at MedUni Vienna has now been able to show that it is a craving.

That is the central finding of the paper that has now appeared in the renowned periodical «The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene» and which arose from the dissertations of the three medical students Lena Hubl, Stephan Leick and Lukas Guttl under the supervision of Kutalek at the Center for Public Health. This paper describes soil-eating as a craving. The authors regard it as being similar to a craving for chocolate or as a type of «reward«.

Entre el 30 y el 80% de las personas en África, especialmente las mujeres, comen regularmente suelos arcillosos, este hábito se conoce como geofagia. Consumen entre 100 y 400 g por día. «Las mujeres embarazadas y en período de lactancia, en particular, casi siempre tienen algo de suelo para comer.

Esto es barato para comprar en el mercado «, explica Ruth Kutalek, del Centro de Salud Pública (Instituto de Medicina Social) de MedUni Vienna. La razón detrás de este hábito, que anteriormente también estaba muy extendida en Europa y Asia, aún no está clara y es en gran parte Un estudio realizado en MedUni Vienna ahora ha podido demostrar que es un antojo.

Ese es el hallazgo central del documento que ahora ha aparecido en el periódico «The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene» y que surgió de las disertaciones de las tres estudiantes de medicina Lena Hubl, Stephan Leick y Lukas Guttl bajo la supervisión de Kutalek. en el Centro de Salud Pública. Este artículo describe el comer el suelo como un antojo. Los autores consideran que es similar a un antojo por el chocolate o como un tipo de «recompensa».

«These people often eat clay as a snack between meals and report that they could not do without it,» added Kutalek

Detoxifying effect

However, the reason behind it could be quite different – and also quite multi-layered: Soil contains clay, which binds toxins, in the same way as charcoal tablets combat diarrhoea.

This clay could influence the pH of the stomach acid and help to combat heartburn – many women in Africa predominantly eat maize, cassava and pulses – but, as Kutalek explains, there are also indications that the soil helps with morning sickness.

Many African ethnic groups therefore regard soil-eating as «womanly» and the increased consumption of soil is seen as a sign that a woman is pregnant. However, according to the MedUni Vienna experts, men are also starting to eat soil more frequently, especially since clay is also regarded as a natural stimulant.

Reducing soil consumption is recommended

However, from a public health perspective, eating soil is questionable – at least in large quantities. Because, especially in Africa, soil contains a lot of heavy metals such as lead or mercury, which could be particularly harmful to unborn babies but also to their mothers and other adults.

«It is therefore strongly recommended that consumption be reduced,» says Kutalek. The recommendation to stop completely is difficult to implement, because addictive behaviour cannot be changed overnight. MedUni Vienna’s Center for Public Health is already conducting further research into the craving for soil.

Incidentally, some migrants from Africa who have come to Europe, and even Vienna, are in the habit of eating soil. It can be bought in portions in exotic supermarkets. And even health food stores offer bentonite clay for internal use. However, it is not advisable to consume this clay.

«Estas personas a menudo comen arcilla como bocadillo entre las comidas e informan que no podrían prescindir de ella», agregó Kutalek.

Efecto desintoxicante

Sin embargo, la razón detrás de esto podría ser bastante diferente, y también de múltiples capas: el suelo contiene arcilla, que une toxinas, de la misma manera que las tabletas de carbón para combatir la diarrea.

Esta arcilla podría influir en el pH del ácido del estómago y ayudar a combatir la acidez estomacal (muchas mujeres en África comen predominantemente maíz, mandioca y legumbres), pero, como explica Kutalek, también hay indicios de que el suelo ayuda con las náuseas matutinas.

Por lo tanto, muchos grupos étnicos africanos consideran que el consumo de suelo es «femenino» y el aumento del consumo de suelo se considera un signo de que una mujer está embarazada. Sin embargo, según los expertos de MedUni Vienna, los hombres también están comenzando a comer tierra con más frecuencia, especialmente porque la arcilla también se considera un estimulante natural.

Se recomienda reducir el consumo de suelo.

Sin embargo, desde una perspectiva de salud pública, comer tierra es cuestionable, al menos en grandes cantidades. Porque, especialmente en África, el suelo contiene muchos metales pesados, como el plomo o el mercurio, que podrían ser particularmente perjudiciales para los bebés por nacer, pero también para sus madres y otros adultos.

«Por lo tanto, se recomienda encarecidamente que se reduzca el consumo», dice Kutalek. La recomendación de detenerse por completo es difícil de implementar, porque el comportamiento adictivo no se puede cambiar de la noche a la mañana. El Centro de Salud Pública de MedUni Vienna ya está llevando a cabo más investigaciones sobre el deseo por el suelo.

Por cierto, algunos migrantes de África que han venido a Europa, e incluso Viena, tienen la costumbre de comer tierra. Se puede comprar en porciones en supermercados exóticos. E incluso las tiendas de alimentos saludables ofrecen arcilla de bentonita para uso interno. Sin embargo, no es recomendable consumir esta arcilla.

Am J Trop Med Hyg. 2016 Dec 7;95(6):1440-1449. Epub 2016 Oct 3.

Geophagy in Northern Uganda: Perspectives from Consumers and Clinicians.

Huebl L1, Leick S1, Guettl L1, Akello G2, Kutalek R3.

Author information

Abstract

The etiology and health consequences of geophagy are still poorly understood. The consumed soil, individual motives, consumption habits, and the clinical perspective of geophagy in northern Uganda were examined. A total of 50 semistructured interviews (17 pregnant, eight nonpregnant women, 10 men, and 15 health-care professionals) were conducted. Our results suggest that geophagy is not limited to pregnancy and can also be found among nonpregnant women and men. During gestation, excessive amounts of various soil types are consumed and can replace food at times. Nonpregnant women and men consume less soil and stick to one type. When pregnant, craving and alleviating gastrointestinal upset are the main motives. In men, the main reasons for geophagy were craving, hypersalivation, and natural stimulants. If soil is craved, it can show similarities to a dependency syndrome. When picked up in childhood, geophagy is more likely to be continued throughout life. The consumption habits differ and thereby vary in their possible implications on health. Our findings suggest that men should be included in further studies. Especially nurses from the antenatal care are exposed to geophagists; however, no national guidelines exist for geophagy. Further research is necessary to create guidelines to be included in medical training and practice.

© The American Society of Tropical Medicine and Hygiene.

PMID:27698274; PMCID:PMC5154465; DOI: 10.4269/ajtmh.15-0579

 

Resumen

La etiología y las consecuencias para la salud de la geofagia aún no se conocen bien. Se examinaron el suelo consumido, los motivos individuales, los hábitos de consumo y la perspectiva clínica de la geofagia en el norte de Uganda. Se realizaron un total de 50 entrevistas semiestructuradas (17 embarazadas, 8 mujeres no embarazadas, 10 hombres y 15 profesionales de la salud). Nuestros resultados sugieren que la geofagia no se limita al embarazo y también se puede encontrar entre mujeres no embarazadas y varones. Durante la gestación, se consumen cantidades excesivas de diversos tipos de suelo y pueden reemplazar los alimentos a veces. Las mujeres no preñadas y los hombres consumen menos tierra y se adhieren a un tipo. Cuando están embarazadas, los motivos principales son el deseo y el alivio del trastorno gastrointestinal. En los hombres, las razones principales de la geofagia fueron el deseo, la hipersalivación y los estimulantes naturales. Si se anhela el suelo, puede mostrar similitudes con un síndrome de dependencia. Cuando se recoge en la infancia, es más probable que la geofagia continúe durante toda la vida. Los hábitos de consumo difieren y, por lo tanto, varían en sus posibles implicaciones para la salud. Nuestros hallazgos sugieren que los hombres deben ser incluidos en estudios adicionales. Especialmente las enfermeras de la atención prenatal están expuestas a los geofagistas; sin embargo, no existen pautas nacionales para la geofagia. Se necesita más investigación para crear pautas que se incluirán en la capacitación y la práctica médica.

Geophagy in Northern Uganda: Perspectives from Consumers and Clinicians

Se puede acceder a él en pdf o leer en línea

Otros fragmentos del artículo

For the selection of soil smell, consistency and availability are important. The interviewed geophagists described the flavor of soil as sweet, neutral, or tasteless.

Boot [ach. tasteless] (Male, market “Kaunda Ground”) and nwege koo [ach. pleasant smell/aroma], mit [ach. good (flavor)], fott [ach. slippery (in mouth)], yom [ach. soft (in mouth)] (Male, market “Kaunda Ground”)

However, to them, every type of soil has a distinct smell, which acts as an olfactory trigger that provokes the desire for its consumption and maintenance. The aroma is released

The choice of soil can have practical reasons as well.

I like the clay from the market, because it is portable. If I am coming to the hospital like this, I can carry it in my bag and there is no dirt in my bag. Not like the one from the termite mounds. (Mother in second trimester, second pregnancy)

Pregnant women preferred bricks (seven), Lobo agulu (six), and termite mounds (four), but only two of six pregnant women, who preferred Lobo agulu, could afford it as a main source. Due to excessive amounts needed during gestation and lack of income, many pregnant women therefore preferred bricks, which are easily accessible and available for free.

Para la selección del olor del suelo, la consistencia y disponibilidad son importantes. Los geofagistas entrevistados describieron el sabor del suelo como dulce, neutral o sin sabor.

Bota [ach. sin sabor] (Hombre, mercado «Kaunda Ground») y nwege koo [ach. olor / aroma agradable], mit [ach. bueno (sabor)], fott [ach. resbaladizo (en la boca)], yom [ach. suave (en boca)] (Hombre, mercado «Kaunda Ground»)

Sin embargo, para ellos, cada tipo de suelo tiene un olor distinto, que actúa como un desencadenante olfativo que provoca el deseo de su consumo y mantenimiento. Se libera el aroma.

La elección del suelo también puede tener razones prácticas.

Me gusta la arcilla del mercado, porque es portátil. Si vengo al hospital de esta manera, puedo llevarlo en mi bolsa y no hay suciedad en mi bolsa. No como el de los montículos de termitas. (Madre en segundo trimestre, segundo embarazo)

Las mujeres embarazadas preferían los ladrillos (siete), Lobo Agulu (seis) y los montículos de termitas (cuatro), pero solo dos de las seis mujeres embarazadas, que preferían Lobo Agulu, podían permitírselo como fuente principal. Debido a las cantidades excesivas necesarias durante la gestación y la falta de ingresos, muchas mujeres embarazadas prefieren los ladrillos, que son fácilmente accesibles y están disponibles de forma gratuita.

It is expensive, because I find the soil (bricks) I like for free. Free. So I pick that one, but the other people need money. So it is expensive if it is to buy daily. I will not have the money to buy it. (Mother in third trimester, third pregnancy)

According to our study, 10 of 17 pregnant women eat more than one type of soil throughout their pregnancy, but typically one type per day. It is less common to change the main type of soil within gestation, rather between pregnancies due to changes in living conditions, sources of money, and introduction to other types of soil.

This time I don’t want to eat the soil from the termites. This time I want to buy the soil from the market, because that one is very soft and I think it will not cause me appendicitis. This is why I prefer the soil from the market and when I get money I will go and buy it. (Mother in first trimester, second pregnancy)

Nonpregnant women and men mainly stick to the consumption of lobo agulu. The money spent on soil consumption is often included in daily expenses for account of the spending for food.

I have to remove some part of the money for food and buy the soil with it. (Female, market “Kaunda Ground”)

Soil is eaten on demand and its daily-consumed quantity varies depending on the type of soil. Nonpregnant women and men reported to consume about 100 g of lobo agulu per day, but rarely exceed more than 400 g per day. During gestation, the consumption could range from 50 g to a couple hundred grams per day. The biggest diversity of quantity was found in the consumption of bricks ranging from pieces of 2 cm in diameter to a handful three times per day and replacing food at times.

Es caro, porque encuentro el suelo (ladrillos) que me gusta gratis. Gratis. Así que elijo esa, pero las otras personas necesitan dinero. Por eso es caro si es para comprar diariamente. No tendré el dinero para comprarlo. (Madre en tercer trimestre, tercer embarazo)

Según nuestro estudio, 10 de las 17 mujeres embarazadas comen más de un tipo de suelo a lo largo de su embarazo, pero generalmente un tipo por día. Es menos común cambiar el tipo principal de suelo dentro de la gestación, más bien entre embarazos debido a cambios en las condiciones de vida, las fuentes de dinero y la introducción a otros tipos de suelo.

Esta vez no quiero comer el suelo de las termitas. Esta vez quiero comprar el suelo del mercado, porque ese es muy suave y creo que no me causará apendicitis. Por eso prefiero el suelo del mercado y cuando consiga dinero iré a comprarlo. (Madre en el primer trimestre, segundo embarazo)

Las mujeres no embarazadas y los hombres se apegan principalmente al consumo de lobo agulu. El dinero que se gasta en el consumo de suelo a menudo se incluye en los gastos diarios por el gasto en alimentos.

Tengo que retirar parte del dinero para comprar comida y comprar el suelo con ella. (Mujer, mercado «Kaunda Ground»)

El suelo se come a pedido y su cantidad consumida diariamente varía según el tipo de suelo. Los hombres y mujeres no embarazadas reportaron consumir alrededor de 100 g de lobo agulu por día, pero rara vez exceden más de 400 g por día. Durante la gestación, el consumo puede oscilar entre 50 gramos y un par de cientos de gramos por día. La mayor diversidad de cantidades se encontró en el consumo de ladrillos que van desde piezas de 2 cm de diámetro a unas pocas veces tres veces al día y reemplazando a veces los alimentos.

According to the interviewed geophagists, soil from lobo agulu is crushed into small pieces, which are chewed or sucked on and swallowed. The remaining small solid stones are spat out followed by drinking water. Only the inner parts of dried soil from bricks and termite mounds are consumed, because the outside is seen as dirty.

I first break the outer part and then I pick from the inner part, because sometimes I feel maybe the rain has brought some contaminated things that got stuck there on the outside. So I first peel off the soil from the outside and then I pick it from the inner parts. (Mother in third trimester, second pregnancy)

Motivation for consumption. According to interviewed health-care professionals, the main consumers of soil are pregnant women, followed by children and teenagers, but it is rarely seen in men. Health-care professionals believe that in gestation, a craving for soil is caused by hormone changes and iron deficiency.

In a mother who is pregnant, the hormones induce her to like certain things and eat certain things. So there are some mothers who like eating clay. (Midwife)

Según los geofagistas entrevistados, el suelo de lobo agulu se tritura en trozos pequeños, que se mastican o chupan y se tragan. Las pequeñas piedras sólidas restantes se escupen seguidas de agua potable. Solo se consumen las partes internas del suelo seco de los ladrillos y las termitas, porque el exterior se ve sucio.

Primero rompo la parte exterior y luego elijo la parte interna, porque a veces siento que la lluvia ha traído algunas cosas contaminadas que se atascaron en el exterior. Así que primero quito la tierra del exterior y luego la recojo de las partes internas. (Madre en tercer trimestre, segundo embarazo)

Motivación para el consumo. Según los profesionales de la salud entrevistados, los principales consumidores de suelo son las mujeres embarazadas, seguidas por los niños y adolescentes, pero rara vez se ve en los hombres. Los profesionales de la salud creen que en la gestación, un deseo por el suelo es causado por cambios hormonales y deficiencia de hierro. En una madre que está embarazada, las hormonas la inducen a que le gusten ciertas cosas y coman ciertas cosas. Así que hay algunas madres que les gusta comer barro. (Partera)

It is hormonal. It is up to the time when the pregnancy hormones begin to come down, when among those mothers the level of craving also decreases. (Nurse). They also stated, that geophagy can be associated with GI upset, micronutrient deficiencies, human immunodeficiency virus, and mental health diseases, especially when not pregnant.

These hysteric ladies just eat soil, because they want to be seen eating it: “Don’t do it, it is bad.” They just need attention from someone, so they intentionally start eating. They don’t hide it. They do it in public places. (Male nurse). Yes, gastroesophageal reflux. Sometimes, people in the community believe that it acts as an antacid and it can reduce heartburn. In most cases you can see them taking the soil mixed with ashes. (Midwife)

Our interviews have shown that the first geophagy experience is often during childhood due to influence of family members and friends or due to curiosity. Habitually, the consumption of soil ceases in adolescence, but is restarted during gestation. Of 17 pregnant women, five reported to have had prior experience as young girls and gave up geophagy as teenagers.

I stopped eating soil at the age of fifteen, because I was big. I felt that I have already grown up. You know, I can’t walk with my friends when I am there busy eating clay. I feel ashamed. (Mother in second trimester, second pregnancy)

Es hormonal. Es hasta el momento en que las hormonas del embarazo comienzan a bajar, cuando entre esas madres también disminuye el nivel de deseo. (Enfermera). También declararon que la geofagia puede estar asociada con alteraciones gastrointestinales, deficiencias de micronutrientes, virus de inmunodeficiencia humana y enfermedades de salud mental, especialmente cuando no está embarazada.

Estas damas histéricas solo comen tierra, porque quieren que las vean: «No lo hagas, es malo». Solo necesitan la atención de alguien, así que comienzan a comer intencionalmente. No lo esconden. Lo hacen en lugares públicos. (Enfermero). Sí, reflujo gastroesofágico. A veces, las personas de la comunidad creen que actúa como un antiácido y puede reducir la acidez estomacal. En la mayoría de los casos puedes verlos tomando el suelo mezclado con cenizas. (Partera)

Nuestras entrevistas han demostrado que la primera experiencia de geofagia es a menudo durante la infancia debido a la influencia de familiares y amigos o por curiosidad. Habitualmente, el consumo de suelo cesa en la adolescencia, pero se reinicia durante la gestación. De las 17 mujeres embarazadas, cinco reportaron haber tenido experiencia previa como niñas pequeñas y abandonaron la geofagia cuando eran adolescentes.

Dejé de comer tierra a los quince años, porque era grande. Sentí que ya he crecido. Sabes, no puedo caminar con mis amigos cuando estoy ocupado comiendo arcilla. Me siento avergonzado. (Madre en segundo trimestre, segundo embarazo).

The clay from the market is the most favorite when I am pregnant, but when I am not pregnant then the one from the anthills is the favorite. (. . .) When I am not pregnant the feeling for soil comes in, but not so much.

It only comes in when it drizzles and maybe when I look at the clay or when I find an anthill. But when I don’t find it I don’t even have that feeling. But in pregnancy whether there is clay or it is not there I always have that feeling for soil. (Mother in third trimester, second pregnancy)

Causes for soil consumption in geophagists were diverse: in addition to the main cause of craving (15), pregnant women reported multiple other causes such as hypersalivation (seven), natural stimulant (four), vomiting (three), boosting appetite (three), replacing food (two), and heartburn (one).

When I conceived my first baby I began feeling that edge to eat the soil and my heart could force me to even eat in the night, during the day, anytime when I got the feeling. I could just pick and eat. (Mother in third trimester, second pregnancy) The main thing I like about this soil is that it just makes me feel comfortable, makes me feel nice and makes me enjoy my day. Even though when I am just lonely like this and I am eating the soil I feel nice and good. (Mother in first trimester, second pregnancy).

La arcilla del mercado es la más favorita cuando estoy embarazada, pero cuando no estoy embarazada, la de los hormigueros es la favorita. (…) Cuando no estoy embarazada, aparece la sensación de suelo, pero no tanto.

Solo entra cuando llovizna y tal vez cuando miro la arcilla o cuando encuentro un hormiguero. Pero cuando no lo encuentro ni siquiera tengo esa sensación. Pero en el embarazo si hay arcilla o no está ahí siempre tengo esa sensación de suelo. (Madre en tercer lugar trimestre, segundo embarazo)

Las causas del consumo de suelo en los geofagistas fueron diversas: además de la causa principal de ansia (15), las mujeres embarazadas informaron otras múltiples causas, como hipersalivación (siete), estimulantes naturales (cuatro), vómitos (tres), aumento del apetito (tres) , reemplazando los alimentos (dos), y la acidez estomacal (uno).

Cuando concibí mi primer bebé, comencé a sentir esa ventaja de comerme la tierra y mi corazón podría obligarme a comer incluso durante la noche, durante el día, en cualquier momento en que tuviera la sensación. Yo podría simplemente recoger y comer. (Madre en el tercer trimestre, segundo embarazo) Lo principal que me gusta de este suelo es que me hace sentir cómoda, me hace sentir bien y me hace disfrutar de mi día. Aunque cuando estoy solo de esta manera y estoy comiendo la tierra, me siento bien y bien. (Madre en el primer trimestre, segundo embarazo).

De acuerdo con nuestras entrevistas con mujeres y hombres geofágicos, el consumo de suelo podría verse como un estimulante natural, e informaron que el suelo tenía un efecto positivo y eufórico en su mente, podía aliviar los pensamientos perturbadores y relajarse durante momentos estresantes.

El olor me hace comer tierra y, a veces, cuando estoy pensando demasiado en algo, tal vez cuando tengo algunos problemas, también lo uso. Cuando estoy comiendo normalmente me olvido de los problemas. (Hombre, arket «Kaunda Ground»).

¿Antojo o adicción? De los 35 geofagistas entrevistados, 25 atribuyeron su geofagia al deseo. Nuestros hallazgos han demostrado que las mujeres y los hombres que no son embarazadas utilizan el término «ansia» y 10 de los 18 no se consideran «adictos» al suelo. Aunque solo dos geofagistas tenían  experiencia previa con el cannabis y la nicotina, los 10 que se describieron a sí mismos como «adictos» compararon la intensidad del deseo por el suelo con otras drogas como la nicotina (ocho), alcohol (uno), y cocaína (uno), pero el suelo no fue visto como un la propia droga.

Esta cosa (comer tierra) es como si eres adicto a fumar. (Hombre, mercado «Kaunda Ground») (…) La primera vez que vi a mis amigos tomándola. Eso fue como me lo han presentado. Es similar, cuando alguien está siendo introducido a la cocaína. Tienes la oportunidad de aprender [eso], y luego lo haces «. (Mujer, mercado» Mercado Kakanyero «’)

Aquellos entrevistados que se describieron a sí mismos como adictos. Al suelo no lo consideraba como alimento y el consumo era no vinculado a la saciedad, sino más bien necesario para satisfacer un determinado deseo de suelo.

(…) Siento que no estoy satisfecho, a pesar de que como alimento, al menos debería recargarme con bumba. (Mujer, en la casa de la hermana, Gulu Town)

Por el contrario, 15 de las 17 mujeres embarazadas vieron el anhelo por el suelo en lugar de un antojo, que se limitaba a los tiempos de gestación y podía reemplazar la comida a veces.

Sí, comer tierra me ayudó, porque incluso si no como comida, estoy satisfecho con eso.

 ¿Deseo o adicción? De los 35 geofagistas entrevistados, 25 atribuyeron su geofagia al ansia. Nuestros hallazgos tienen demostrado que las mujeres no embarazadas y los hombres con menos probabilidad utilizan el término «antojo» y 10 de 18 más bien se vieron a sí mismos como «Adicto» al suelo. Aunque solo dos geofagistas tenían experiencia con el cannabis y la nicotina, esos 10 que se describieron a sí mismos como «adictos» en comparación con la intensidad de ansia por el suelo a otras drogas como la nicotina (ocho), alcohol (uno), y cocaína (uno), pero el suelo no fue visto como una droga.

Esta cosa (comer tierra) es como si eres adicto a fumar. (Hombre, mercado «Kaunda Ground») (…) Primero vi a mis amigos tomándolo. Eso fue como me lo han presentado. Es similar, cuando alguien Se está introduciendo a la cocaína. Tienes la oportunidad de aprender [eso], y luego lo haces «. (Mujer, mercado» Mercado Kakanyero «’)

Aquellos entrevistados que se describieron a sí mismos como adictos. Al suelo no lo consideraba como alimento y el consumo era no vinculado a la saciedad, sino más bien necesario para satisfacer un determinado deseo de suelo.

(…) Siento que no estoy satisfecho, a pesar de que como Comida, al menos debería recargarla con bumba. (Mujer, en casa de la hermana, Gulu Town)

Por el contrario, 15 de 17 mujeres embarazadas vieron el anhelo para el suelo más bien como un antojo, que se limitaba a los tiempos de gestación y podría reemplazar la comida a veces.

Sí, comer tierra me ayudó, porque incluso si no comer comida estoy satisfecho con eso

Clinical perspectives. In northern Uganda, no uniform recommendation exists on geophagy. Some health-care institutes do not recommend geophagy and others do not inform their medical staff whether eating soil should be encouraged or not. The knowledge among health-care professionals varies widely and depends on one’s own medical education and clinical experience.

[. . .] In midwifery training, when they were teaching us about the hormonal changes in pregnancy, that was when we also touched parts of soil eating, that women develop some unnatural feelings, due to hormonal changes. Some of them prefer certain things and others prefer eating soil. We were not given the details whether it is good or bad. However, they said, there are some nutrients, which can be good from the soil, [. . .] that is the positive part. On the negative part there is the risk of worm infestation. [. . .] They never told us whether we should encourage them to eat or not to eat. (Midwife) .In a clinical setting, midwives and nurses are more exposed to geophagy than doctors.

[. . .] There is one aspect you have to consider. The degree of disease is a little low. If I go to a patient, I will look at the most common symptoms and first of all the geographical location. For example, here I would look for malaria if there were a fever.  Rarely would I go as deep as finding out if the patient took soil. (Doctor)

Perspectivas clínicas. En el norte de Uganda, no existe una recomendación uniforme sobre la geofagia. Algunos institutos de atención de la salud no recomiendan la geofagia y otros no informan a su personal médico si se debe alentar o no a comer tierra. El conocimiento entre los profesionales de la salud varía ampliamente y depende de la propia educación médica y la experiencia clínica.

[. . .] En el entrenamiento de la partería, cuando nos enseñaban sobre los cambios hormonales en el embarazo, cuando también tocábamos partes de comer en el suelo, las mujeres desarrollaban sentimientos antinaturales, debido a los cambios hormonales. Algunos de ellos prefieren ciertas cosas y otros prefieren comer tierra. No nos dieron los detalles si es bueno o malo. Sin embargo, dijeron, hay algunos nutrientes que pueden ser buenos del suelo, [. . .] esa es la parte positiva. En la parte negativa existe el riesgo de infestación de gusanos. [. . .] Nunca nos dijeron si deberíamos animarles a comer o no. (Partera)

En un entorno clínico, las matronas y enfermeras están más expuestas a la geofagia que los médicos.

[. . .] Hay un aspecto que hay que considerar. El grado de enfermedad es un poco bajo. Si acudo a un paciente, analizaré los síntomas más comunes y, en primer lugar, la ubicación geográfica. Por ejemplo, aquí buscaría la malaria si hubiera fiebre. Rara vez iba tan profundo como para averiguar si el paciente tomaba tierra. (Doctor)

However, only four of 15 health-care professionals have had personal experience with eating soil, usually during their own pregnancy.

I ate it (soil) and I became addicted. I started when I was pregnant, [. . .] I used to enjoy it, but I discovered that it was not good. If I ate too much, I couldn’t go to the toilet. So I withdrew slowly and I stopped it. (Nurse).

According to the interviews, all health-care professionals believed that geophagy has possible implications on health. They stated that those patients, who presented with GI upset, such as constipation, diarrhea, nausea, and worm infestation often had a past medical history of geophagy. Particularly, the soil from termite mounds was considered as a risk factor for diseases.

Nurses from the ANC of a local hospital assessed whether women ate soil before pregnancy or started during gestation. We normally tell them the dangers of native medicine and why they are eating soil, [. . .]. We tell them why they are craving for it. Then we normally ask them if somebody is eating. We assess whether the person was eating before becoming pregnant or just started eating in pregnancy. (Nurse, gynecological ward).

Sin embargo, solo cuatro de los 15 profesionales de la salud han tenido experiencia personal al comer suelo, generalmente durante su propio embarazo.

La comí (tierra) y me hice adicta. Comencé cuando estaba embarazada, [. . .] Solía disfrutarlo, pero descubrí que no era bueno. Si comía demasiado, no podía ir al baño. Así que me retiré lentamente y lo detuve. (Enfermera).

Según las entrevistas, todos los profesionales de la salud creían que la geofagia tiene posibles implicaciones para la salud. Afirmaron que los pacientes que presentaban molestias gastrointestinales, como el estreñimiento, la diarrea, las náuseas y la infestación por lombrices, a menudo tenían antecedentes médicos de geofagia. Particularmente, el suelo de los montículos de termitas fue considerado como un factor de riesgo para enfermedades.

Las enfermeras de la ANC de un hospital local evaluaron si las mujeres comían tierra antes del embarazo o comenzaban durante la gestación. Normalmente les decimos los peligros de la medicina nativa y por qué comen tierra, [. . .]. Les decimos por qué lo anhelan. Entonces normalmente les preguntamos si alguien está comiendo. Evaluamos si la persona estaba comiendo antes de quedar embarazada o si recién comenzó a comer durante el embarazo. (Enfermera, sala ginecológica).

En mujeres no embarazadasy hombres, la abstinencia fue posible durante un par de horas (seis) a un par de días (cuatro) y hasta más de una semana (ocho), mientras que durante el embarazo, la abstinencia solo pudo durar de minutos a horas y el suelo había Para ser consumido diariamente por las 17 embarazadas. Nuestras entrevistas han demostrado que la abstinencia del suelo no podía reducir el deseo y que era difícil retirarse del consumo.

No puedes dejar de tomar tierra, si estás acostumbrado. Por eso digo que podría ser una adicción, porque es muy difícil dejar de tomarla. Nunca he oído hablar de nadie, que haya dejado de tomar suelo. Puedes parar, tal vez porque no está ahí. Pero una vez que esté allí, lo tomarás automáticamente. (Hombre, mercado «Kaunda Ground»).

Se creía ampliamente que los efectos adversos dependían del tipo de suelo, su cantidad, su textura y que la ingestión de pequeños cálculos podía causar apendicitis…..Ninguno de los geofagistas entrevistados estaba preocupado por sufrir una infestación de gusanos debido a que recogía con cuidado solo las partes internas del suelo seco y lo comía con cautela. De las 17 mujeres embarazadas, 12 informaron que no estaban preocupadas por los efectos adversos en el feto, ya que habían comido cantidades excesivas de suelo en embarazos anteriores y todavía habían dado a luz a un bebé sano (…)En casos raros, comer tierra se consideraba saludable y necesario, ya que solo se consumía durante la gestación y se podía comprar en el mercado (…) Ninguno de los hombres entrevistados y mujeres no embarazadas experimentaron efectos adversos. Estaban bastante preocupados por la pérdida de control sobre la ingesta de suelo.

Podríamos demostrar que no todos los tipos de suelo se consideran apropiados para el consumo, lo que está en conformidad con estudios anteriores en que el suelo está altamente seleccionado  y debe tener cualidades especiales en color, olor, sabor, suavidad y plasticidad. , la disponibilidad del tipo de suelo también es importante. Las mujeres no embarazadas y los hombres se adhieren principalmente a un tipo, lobo agulu, mientras que durante la gestación se consumen una variedad de tipos de suelo.

Nuestros hallazgos han demostrado que el suelo se consumió principalmente para satisfacer un antojo específico por el suelo, lo que está de acuerdo con los hallazgos anteriores de que el suelo es bastante anhelado y no se consume como último recurso. El anhelo por el suelo es el principal factor que deben seguir los geofagistas el consumo. La intensidad del deseo por el suelo se puede comparar con la del alcohol o los cigarrillos, que están de acuerdo con los hallazgos anteriores.

Los geofagistas incluso se ven a sí mismos como adictos al suelo y cualquier interrupción del consumo puede causar síntomas de abstinencia, como sudoración y nerviosismo, que se han descrito anteriormente  Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el consumo de sustancias no nutritivas y no nutritivas debe ser inadecuado para el desarrollo ( Criterio B) y no es parte de una práctica socialmente normativa o de apoyo cultural (Criterio C). Sin embargo, nuestros resultados han demostrado que las mujeres no embarazadas y los hombres no sufrían de un trastorno alimentario, sino de un síndrome de abstinencia. Por lo tanto, la geofagia no debe verse como un trastorno alimentario, como la pica. Según nuestros resultados, el suelo se puede consumir como un «estimulante natural» para mejorar el estado de ánimo. Esto podría estar en conformidad con los hallazgos previos de que el suelo se puede consumir como respuesta al estrés psicológico. La geofagia experimental en ratas contribuyó a una mejora significativa en los parámetros de comportamiento, confirmando los efectos antiestrés del uso de ingredientes naturales.

En contraste con los hallazgos anteriores, el suelo no se consume como medicina tradicional, y no debido a la falta de acceso a productos farmacéuticos modernos en el norte de Uganda. Las tierras en Uganda tienen un alto contenido de hierro, pero poco de este hierro está biodisponible y algunas tierras pueden inhibir la absorción de hierro de los alimentos. Esto sugiere que la suplementación con hierro podría no ser el motivo principal de la geofagia e incluso podría empeorar la deficiencia de hierro. La geofagia en el norte de Uganda es socialmente aceptada y está altamente asociada con el embarazo (…)La geofagia se detectó principalmente en el segundo trimestre y el inicio en el primer trimestre solo se describió en mujeres que sufrían hipersalivación o náuseas al inicio del embarazo y entre las mujeres que consumen suelo más allá del embarazo. Al comparar nuestros resultados con otros estudios en culturas  nilóticas, encontramos que hay similitudes en el inicio de la ingesta de suelo, un consumo estable de suelo durante el embarazo y una disminución de la ingesta de suelo al final de la gestación. Sin embargo, se pueden encontrar diferencias en los tipos de suelo, la frecuencia de consumo durante la lactancia, así como la prevalencia del consumo de suelo antes del embarazo.

La implicación para la salud parece depender del tipo de suelo y el hábito de consumo. El material geofágico puede contener altos niveles de plomo y otras toxinas. Especialmente durante el embarazo, se consumen cantidades excesivas de suelo y su ingestión podría exponer al feto a niveles altos de plomo. El suelo sin hornear, que se consume comúnmente en el norte de Uganda, puede estar contaminado por microbios y causar malestar gastrointestinal. Sin embargo, a los geofagistas no les preocupaba eso debido a la selección cuidadosa del suelo.

Especialmente las enfermeras en la unidad ANC están expuestas a los geofagistas y la información sobre geofagia debe ser parte de toda educación para la salud. Es necesario crear pautas para la geofagia o modificar las pautas clínicas para un entorno de bajos recursos, que luego se pueden incluir en la capacitación y la práctica médica.

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