Sobre la Memoria Perdida de nuestros Políticos y las Modas Científicas

La falta de Memoria de los Políticos y las Modas Científicas

 

 

La falta de memoria es otro mal que aqueja a nuestros gestores de política científica. No acordarnos de otras crisis ambientales y energéticas que ocurrieron en el pasado nos ha acarreado el despilfarro de recursos financiaros en I + D, así como la propensión a financiar proyectos de moda. Podríamos hablar del dilema del Alzheimer y las Modas en Ciencia  como otro mal que aqueja a la sociedad de la información (desinformación), que no a la del conocimiento, por mucho que se empeñen. Si hubiéramos alcanzado esta última, «otro gallo cantaría».

A comienzos de la década de los 80, y como consecuencia de un súbito encarecimiento en los precios de los crudos, el gobierno español, como otros muchos, potenció la investigación en energías alternativas y el reciclado de los residuos de las prácticas agro-silvo-pastorales para diversos propósitos. Por aquel entonces yo me encontraba realizando mi tesis doctoral, cuyo tema inicial era la bioquímica de la materia orgánica del suelo en los ecosistemas naturales (hoy se diría que trabajaba en calidad del suelo). El laboratorio en que me encontraba (del Actual CCMA, CSIC, Madrid) se encontraba a la vanguardia de estos temas en España. Fuertes inyecciones financiares con vistas a realizar tales investigaciones y formar personal investigador joven dio lugar a que cohabitáramos un nutrido grupo de jovenzuelos en espacios reducidos. El tema central era pues el reciclado de los residuos de la bio y necromasa con vistas a su aprovechamiento, omo fertilizantes orgánicos, etc.

 

Poco tiempo después, el mercado del petróleo volvió a su normalidad y como corolario, siguiendo el dictado de las modas científicas, decayó tan súbitamente como se había iniciado, la financiación de estos temas. En cualquier caso ya se reconoció que, más tarde o más temprano, la economía mundial, basada en el uso de fuentes de energía no renovables, no podía ser sustentable. Se necesitaba investigar en la materia. A pesar de todo, y por los motivos mentados, muchos jóvenes investigadores que habían realizado sus tesis sobre temas que ahora vuelven a ser de actualidad, abandonaron la investigación o se dedicaron a otros temas. La masa crítica decreció.

 

Resulta ahora que la UE promueve incita a los gobiernos de los estados miembros a que subsidien las «energías verdes» y «Begin to begining«. ¿Qué hubiera ocurrido si en lugar de lanzar programas sectoriales que tan solo se mantienen vigentes mientras dura una crisis, los ciudadanos se preocupan por el tema y medios de comunicación se hacen eco de tales noticias, se mantuvieran con el tiempo con vistas a formar investigadores jóvenes altamente cualificados?. La respuesta es sencilla, la masa crítica y el estado de las investigaciones sobre estos problemas que acucian a la sociedad, y nuestra capacidad de respuesta sería mucho mayor y rápida.

 

Sin embargo esta política no se mantiene y nuestros políticos se afanan más a parecer preocupados que a preocuparse de verdad. Su Alzheimer nos afecta a todos y a la salud del planeta. Que pena ¿verdad? A parte de las escasas financiaciones y de una adecuada política de formación de personal que denuncian reiteradamente los científicos,  la verdad es que sobre y ante todo, los recursos se destinan mal. Un sistema de I + D + i que se precie de tal, no puede seguir por estos derroteros. Podría citar muchos ejemplos más. En cualquier caso, la falta de memoria en ciencia es tan grave como la de la memoria histórica, mientras que las modas generan unos coitus interrptus en la financiación de la investigación y la formación de científicos de enerormes repercusiones. No debe de extrañar que uno de los nuevos modelos que han aparecido para explicar el progreso científico haga especial énfasis en las modas con vistas a explicar su racional irracionalidad Sin embargo, por acercarse la navidad seré generoso con los lectores y no os apabullaré con mi excesiva verborrea. Eso sí nuestros gestores seguirán a la moda, eso seguro.

 

Juanjo Ibáñez

(Nueva moda de la política científica: «verde que te quiero verde«)

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