¿Cómo serían los paisajes actuales si los seres humanos no hubieran alterado la estructura trófica de los ecosistemas durante milenios? Posiblemente, muchos de los bosques actuales podían atesorar una estructura de espacios abiertos de tipo sabanoide o estépico, con arbolado disperso en una matriz de pastos. Sin embargo, nuestros antepasados dieron buena cuenta de las grandes manadas de herbívoros y carnívoros a lo largo y ancho del planeta. Cierto es que, se mantiene un debate sobre si tales extinciones se debieron al cambio climático o a la acción humana. El problema estriba en que, a menudo, ambos procesos coincidieron más o menos en el tiempo, por lo que pudieran haberse reforzado mutuamente (sinergias). Desde hace tiempo, los paleoecólogos nos informan que durante las glaciaciones gran parte de los paisajes de la Península Ibérica se encontraban constituidos por espacios abiertos salpicados de árboles o bosquetes, mayoritariamente de coníferas. Del mismo modo, la fauna de aquellos tiempos se encontraba constituida por unos ensamblajes que atesoraban especies de herbívoros y carnívoros semejantes a los de las sabanas africanas actuales, aunque adaptados al frío, junto con especies que actualmente habitan en la taiga y otras de ambientes templados o fríos (cérvidos, équidos, caprinos). Los primeros formaban grandes rebaños, parecidos también a los de las mencionadas formaciones tropicales. No debe extrañar por tanto, que cuando se analiza la respuesta de los seres humanos ante fotografías de diversos paisajes, suelan manifestar que los más confortables o seguros son los denominados “forest park”, es decir, algo muy parecido a las dehesas mediterráneas (ver este y este post, por citar tan solo dos ejemplos).

 

 

 

Mamut en el sur de la Península Ibérica en la última glaciación:

Fuente: www.pocketburgers.com

 

En efecto, se han realizado estudios respecto a las preferencias de la población humana ante diferentes tipos de paisajes. No soy experto en el tema, pero recuerdo que en muchos casos se llegaba a la conclusión de que los encuestados apostaban  por espacios, ni muy abiertos, ni muy cerrados. Es decir formaciones vegetales del tipo de las sabanas y dehesas. Uno de aquellos estudios fue llevado a cabo por añorado catedrático de Ecología de la UAM, Francisco González Bernáldez, si bien, otros análisis en diferentes países (por ejemplo en EE.UU.) alcanzaron conclusiones similares. Probablemente este hecho se deba a que, a lo largo de su historia, el Homo sapiens, pero también los neardentales, habitaban, pero también ayudaban a conformar con sus primitivas herramientas (como lo es el uso del fuego), tales ecosistemas. Ya os hablamos de sus características en los siguientes post: “Sabanas africanas y el papel de los grandes mamíferos ” y “Sabanas Mediterráneas”. Estas últimas, pertenecen a los periodos interglaciares, es decir los cálidos del cuaternario. Sin embargo, reiteramos que los paleoecólogos suelen defender que en los periodos glaciares, bajo climas muy fríos en el sur de Europa, se establecieron ensamblajes de plantas y animales similares fisonómicamente. Obviamente su composición en especies era totalmente distinta. Eso sí, en las montañas todo a apunta a que la tundra hacía acto de presencia, con glaciares en sus cumbres.  Más adelante comentaremos también algunos rasgos edafológicos.

 

 

 

Estepas Frías Cuaternarias. Mapa de Europa. Fuente:

By Dr. Barry M. Warmkessel and Dr. Herbert W. Kuehne

 

Fuera como fuera, el escenario más plausible consiste en que las estructuras de sabana y estepas frías se alternaran durante los mencionados ciclos glaciares e interglaciares.  Por tanto, la nota de prensa de la que hoy nos hacemos eco, no viene más que a corroborar dicha conjetura (eso sí, bastante avalada por los registros paleontológicos). La única novedad estriba en que se ha detectado al Mamut ya cerca de África, en el límite meridional de la Península Ibérica, hace unos 25.000-35 años, desplazando un poco más al sur su frontera conocida hasta la fecha. El resto de la “noticia no es noticia” por mucho que los periodistas retuerzan para su beneficio la “maquina de la verdad”.  Posiblemente, no sea mera casualidad que los restos de los últimos neardentales europeos se detectaran por aquellas zonas por las mismas fechas (Pleistocenbo Superior), por cuanto eran cazadores habituales de los mamuts.

 

 

Posibles Paisajes Ibéricos durante las Glaciaciones

Fuente: Nova Geoblog

 

Desde el punto de vista de la cobertura de suelos, ya en primera instancia debemos recalcar la diferente distribución de la biomasa radicular y materia orgánica  existente entre los recursos edáficos de bosques y pastos. Diversos estudios han mostrado en España la presencia de cuñas de hielo en ciertos lugares de la meseta norte. Del mismo modo, en las sierras, ciertos tipos de fragipanes delatan la presencia de suelos helados con estructuras poligonales en superficie (ver el siguiente artículo sobre este tema). Hablamos de los Criosoles o Gelisoles (según la taxonomía utilizada) con  sus idiosincrásicas capas de permafrost.  No obstante, aun no se disponen de estudios suficientes como para delimitar con cierta exactitud la ubicación y extensión de este tipo de edafotaxa en Iberia. Finalmente, desde el punto de vista de los regímenes de humedad y temperatura de los suelos, recordemos que los periodos glaciares fueron fríos y secos. Los procesos de crioturbación (sin que necesariamente hablemos de Criosoles) debieron ser francamente intensos, por cuanto aun en los inviernos actuales, en partes de ambas mesetas, se observan pequeños movimientos de materiales edáficos debidos a la congelación del agua en los horizontes superficiales que elevan pequeños cantos y gravas sobre ellos.   

 

 

 

Antepasados de otros animales actualmente extintos de

las estepas frías cuaternarias de Iberia: Fuente Google images

 

Finalmente, y al margen de la noticia, habría que recriminar a una buena parte de los periodistas españoles que “dicen especializarse en noticias científicas” que fusilen inmisericordemente las fuentes de su procedencia (Terradaily, Sciencedaily, Eurekalert), borren su rastro y firmen como autores. ¿Cómo se llama esto? En mi pueblo lo denominamos fraude, o al menos mala praxis profesional. Debe ser un trabajo confortable. Enciendes el PC por la mañana, miras una nota de prensa más o menos llamativa y ¡zás….: la fusilas!  Reiteramos que todo esto ya se sabía, con la salvedad que los Mamuts se han detectado 300 Km. más al sur que en los yacimientos previamente estudiados. Es decir, un par de horitas y a otra cosa mariposa. ‘Lamentable!. Por favor, lean ambas noticias y extraigan sus propias conclusiones. Y esto ocurre un día sí y otro también con una buena parte de las noticias que publican los rotativos españoles de la prensa general (excepto las que se fusilan de las fuentes oficiales de la UE vía CORDIS, a las que sí suelen hacer mención). ¡Vaya ejemplo! Cuando se mayor me gustaría tener un trabajo tan “ligero”. ¿A usted no?

 

Juan José Ibáñez

 

La glaciación llevó a los mamuts hasta Granada

 

Unos restos de mamut encontrados en la localidad de Padul, en Granada, demuestran que las frías praderas de la última Edad de Hielo se extendían más al sur de lo que se creía hasta ahora, conduciendo a los animales hasta las latitudes más cálidas de Europa.

FUENTE | Público; 13/07/2009

 

 

Los fósiles de los cuatro mamuts adultos han sido desenterrados 300 kilómetros más al sur que cualquier hallazgo anterior. «Los restos no pertenecen a ejemplares que se perdieron y aparecieron allí de forma casual», afirma el paleontólogo de la Universidad de Oviedo Diego Álvarez-Lao, autor principal del estudio del yacimiento. «Los fósiles corresponden a individuos que habitaban la zona de forma permanente», añade. Tras realizarles la prueba de datación con carbono-14, los científicos estiman que los fósiles tienen entre 25.700 y 35.000 años de antigüedad, época que corresponde al Pleistoceno Superior.

«Esto es una prueba de que los mecanismos que regularon el clima durante la Edad de Hielo también influyeron en la vegetación y, por tanto, en la migración animal», asume Ralf-Dietrich Kahlke, del Instituto de Investigación Senckenberg de Alemania, otro de los autores del trabajo. Los investigadores opinan que fue el frío el que empujó a los mamuts a latitudes tan bajas. Este fenómeno se dio al mismo tiempo en la región oriental de China y al norte de Japón.


Autor:   Marta del Amo

 

 

Steppe change Mammoths roamed southern Spain

 

by Staff Writers; Paris (AFP) July 9, 2009

 

Remains of woolly mammoths have been found in southern Spain, proving that the chilly grip of the last Ice Age extended farther south than thought, palaeontologists said on Thursday.

 

The fossilised remains of at least four mature male mammoths (Mammuthus primigenius) were found in a peat bog near the town of Padul in the Granada Basin, they said. Carbon-dating estimates the animals lived between 35,000 and 25,700 years ago.

 

Until now, the southernmost mammoths in western Europe were found in Spain at around 40 degrees north, or roughly the same latitude as Spain. This new find, though, is more than 300 kilometres (185 miles) farther south, which shows that the grasslands that flourished in the dry, cold climate in the Eurasian ice ages extended much farther south than previously thought.

 

«These woolly mammoths finds do not belong to stray animals who only chanced to head south, but belonged to Granada’s permanent inhabitants at this time,» said Diego Alvarez-Lao of the University of Oviedo, Spain. The finds are backed by evidence from drill cores, indicating that steppe plants once flourished in Spain.  The team believe the woolly giants pushed south at the same time as similar advances into eastern China, northern Japan and Kamchatka, a migration associated with climate change in the northeast Atlantic and northwest Pacific. Mammoth remains have also been found in Georgia. «This is proof that global mechanisms which regulated climate already during the Ice Age also influenced vegetation and with it also animal migration,» said Ralf-Dietrich Kahlke of Germany‘s Senckenberg Research Institutes.

 

The team, which included scientists from the University of Madrid and the Natural History Museum in Rotterdam, publish their work in the journal Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology. Woolly mammoths eventually died out after the Ice Age, also called the Late Pleistocene, came to an end around 10,000 years ago. Some scenarios blame natural global warming that destroyed the animals’ sources of food; others say the beasts were wiped out by humans who expanded rapidly after the big freeze.

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