Salud y Enfermedades del Suelo y la Piel Humana. Consideraciones Ecológicas (La Higiene del Suelo y de los Seres Humanos)

Desde hace tiempo se viene constatando que el contacto entre los seres humanos con los microbios causantes de enfermedades resulta ser beneficioso desde muchos puntos de vista. Del mismo modo, el exceso de higiene con los infantes y un aseo “excesivo” elimina la microflora cutánea natural (como la dental, digestiva, etc.), provocando que estemos más expuestos a adquirir este tipo de infecciones. Los mecanismos aun no se encuentran claramente establecidos, pero día a día, se acumulan evidencias en este sentido. Como apunta la noticia de hoy, posiblemente, el incesante incremento de las alergias infantiles en los países del bienestar es consecuencia de tales hábitos. Las comunidades microbianas de los suelos (la piel de la tierra), de las que ya hemos hablado en muchos post precedentes, desempeñan numerosas funciones en la salud de los ecosistemas y agrosistemas. Una de ella es la de prevenir, con su competencia y antagonismos ínter-específicos, que los microbios infecciosos generen plagas impunemente. Algunas escuelas de agricultura ecológica reconocen tales beneficios, evitando el uso de plaguicidas. Cierto es que los rendimientos pueden descender un poco, en algunos casos, o que incluso debamos añadir tales compuestos en situaciones extremas. Sin embargo, las biocenosis microbianas del suelo, cuando se encuentran saludables previenen al medio edáfico de múltiples enfermedades potenciales, a la par de realizar otros muchos servicios ecosistémicos. En este aspecto la higiene agroecológica se ha anticipado a los descubrimientos de las ciencias biomédicas.

Equipo de jóvenes dirigido por Gustavo Moscatelli

monitorizando la salud del suelo. Foto: G. Moscatelli


Ya hemos comentado en diversos post precedentes, incluidos en nuestra categoría “biología y ecología del suelo”, los múltiples servicios ecosistémicos de la microflora y microfauna del suelo. Sin ellos, no podrían sobrevivir los ecosistemas sobre la tierra emergida. Reiteramos que muchas propuestas de agricultura natural, como algunas ya incluidas en la categoría etnoedafología y conocimiento campesino” (ver por ejemplo los relacionados con el método Fukuoka) tienen muy en cuenta este principio al que los biomédicos denominan la “hipótesis de la higiene. La adición indiscriminada de plaguicidas (intuyendo los herbicidas para que no arraiguen las malas hiervas) esquilan estas comunidades, afectando a su equilibrio. Pero hay más (…)

Fuente: Optimizando el manejo agroecológico de plagas

a través de la salud del suelo, Miguel A. Altieri,

Clara Nicholls, Revista de Agroecología de la Universidad

de Murcia. Vol 1, 2006

También se ha venido constatando que las especies creciendo en policultivos sufren menos enfermedades que las que crecen en los monocultivos agroindustriales que nos impone la globalización económica. Y este hecho también da mucho que pensar. En tal sentido, bajo policultivos, las comunidades microbianas del suelo se enriquecen, por cuanto cada especie vegetal arrastra a su cohorte de microorganismos comensales, antagonistas y depredadores de los patógenos. ¿Pueden ser tales evidencias aplicables a la salud humana? Posiblemente sí. ¿Se puede ser más saludable en un entorno rural y/o natural conviviendo con animales que en otro urbano?. Como ya analizaremos en otros post la respuesta “parece ser afirmativa”. Ya os narramos en entregas anteriores como los seres vivos no somos individualidades puras, sino genuinos ecosistemas. Y el no entenderlo así puede ser la clave (o una de ellas) de numerosos problemas que nos acechan.

Resumiendo: Una cosa es limpiar, sanear, curar, y otra acabar a base de biocidas con una buena parte de las comunidades microbianas que habitan tanto en nuestro organismo como en el suelo. En ambos casos los beneficios pueden ser contrarestados por los perjuicios, de una u otra forma. Recordemos también que todas estas sustancias, ya sean las aplicadas al suelo, ya a la salud humana (evacuadas por las aguas residuales), terminan por contaminar suelos, aguas dulces, subterráneas y oceánicas, perjudicando a la biosfera en general. Posiblemente, un cambio de paradigma higiénico, “higienice” (valga la rebuznancia) a las arrogantes sociedades tecnológicas y su más que deteriorado medio ambiente. La tecnología debe ayudar a la sociedad del bienestar del ser humano y su entorno. Cuando entran en conflicto, como actualmente ocurre, debemos pensar necesariamente que no restamos haciendo las cosas debidamente, sino rematadamente mal.

Juan José Ibáñez

Some Germs Are Good for You: Surface Bacteria Maintain Skin’s Healthy Balance

ScienceDaily (Nov. 23, 2009)On the skin’s surface, bacteria are abundant, diverse and constant, but inflammation is undesirable. Research at the University of California, San Diego School of Medicine now shows that the normal bacteria living on the skin surface trigger a pathway that prevents excessive inflammation after injury.

«These germs are actually good for us,» said Richard L. Gallo, MD, PhD, professor of medicine and pediatrics, chief of UCSD’s Division of Dermatology and the Dermatology section of the Veterans Affairs San Diego Healthcare System. The study, to be published in the advance on-line edition of Nature Medicine on November 22, was done in mice and in human cell cultures, primarily performed by post-doctoral fellow Yu Ping Lai .

«The exciting implications of Dr. Lai’s work is that it provides a molecular basis to understand the ‘hygiene hypothesis’ and has uncovered elements of the wound repair response that were previously unknown. This may help us devise new therapeutic approaches for inflammatory skin diseases,» said Gallo.

The so-called «hygiene hypothesis,» first introduced in the late 1980s, suggests that a lack of early childhood exposure to infectious agents and microorganisms increases an individuals susceptibility to disease by changing how the immune system reacts to such «bacterial invadersThe hypothesis was first developed to explain why allergies like hay fever and eczema were less common in children from large families, who were presumably exposed to more infectious agents than others. It is also used to explain the higher incidence of allergic diseases in industrialized countries.

The skin’s normal microflora — the microscopic and usually harmless bacteria that live on the skin — includes certain staphylococcal bacterial species that will induce an inflammatory response when they are introduced below the skin’s surface, but do not initiate inflammation when present on the epidermis, or outer layer of skin. In this study, Lai, Gallo and colleagues reveal a previously unknown mechanism by which a product of staphylococci inhibits skin inflammation. Such inhibition is mediated by a molecule called staphylococcal lipoteichoic acid (LTA) which acts on keratinocytes — the primary cell types found on the epidermis. The researchers also found that Toll-like receptor 3 (TLR3) activation is required for normal inflammation after skin injury.

«Keratinocytes require TLR3 to mount a normal inflammatory response to injury, and this response is kept from becoming too aggressive by staphylococcal LTA,» said Gallo. «To our knowledge, these findings show for the first time that the skin epithelium requires TLR3 for normal inflammation after wounding and that the microflora helps to modulate this response.»

Additional contributors to the paper include Yuping Lai, Anna Di Nardo, Teruaki Nakatsuji, Anna L Cogen, Chun-Ming Huang and Katherine A. Radek, UCSD Division of Dermatology and the VA San Diego Healthcare System; Anke Leichtle and Allen F. Ryan, UCSD Department of Surgery/Otolaryngology and the VA San Diego Healthcare System; Yan Yang and Zi-Rong Wu, School of Life Science, East China Normal University, Shanghai; Lora V Hooper, Howard Hughes Medical Institute and University of Texas Southwestern Medical Center, Dallas; and Richard R Schmidt and Sonja von Aulock, University of Konstanz, Germany.

The study was funded by grants from the National Institutes of Health, and a US Veterans Administration Merit Award.

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More. Story Source: Adapted from materials provided by University of California – San Diego, via EurekAlert!, a service of AAAS.

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