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Depósitos de Loess y colores ocres y rojos el suelo

La nota de prensa que os mostramos hoy nos informa de algo ya conocido en esta bitácora, aunque no por deje de ser una aportación de gran interés. La mineralogía del suelo resulta ser de gran utilidad con vistas a reconstruir tanto los climas del pasado, como encontrar evidencias de la la posible existencia de vida en marte. Se trata de un potencial que los expertos en edafología deben explotar, en una época en la que la mineralogía de suelos no vive en el seno de nuestra comunidad científica sus mejores momentos. No resulta sexy. El Edafólogo Español José Torrent, Medalla Duchaufour de la Unión de Geociencias Europea, es uno de los más destacados expertos mundiales en la formación de minerales de hierro, por lo que ha llevado a cabo destacadas contribuciones en los dos aspectos mentados, al margen de sus también relevantes investigaciones en el ámbito de la química agrícola y sus relaciones con la producción vegetal. La noticia de hoy nos informa de como Torrent y su equipo acaban de constatar que  “Los óxidos de hierro revelan la historia del clima monzónico en China hace 1,2 millones de años”. El hierro se suele encontrar en los suelos y sedimentos en forma de óxidos e hidróxidos de hierro, siendo su estado el que determina el color que observamos en muchos perfiles del suelo. Cuando estos no se encuentras encharcados y sufren ambientes anóxicos (dando lugar a otros colores en el medio edáfico) el hierro suele encontrase en forma de Hematita y/o Goethita. El primero, menos hidratado da lugar a coloraciones rojizas, mientras que el segundo, asociado a más moléculas de agua se percibe por sus tonos amarillentos (ver nuestro post: el color del suelo y su estimación). En consecuencia, no debe extrañarnos que bajo climas secos y poco lluviosos los suelos suelan ser más rojizos, mientras que, al aumentar la humedad adopten tonalidades ocres/amarillentas. Cuando se analizan secuencias de paleosuelos y regolitos alterados en secciones o columnas estratigráficas, tales variaciones de color nos ayudan a entender los cambios de clima bajo los cuales se formaron cada suelo y/o estrato, aportando una valiosa información a las investigaciones paleoecológicas. El equipo de Torrent usando estos conocimientos, así como, otras técnicas instrumentales se encuentran ayudando a esclarecer la historia del clima monzónico en las plataformas chinas de loess, demostrando sus vaivenes en lo que respecta a los ciclos áridos/húmedos, pero también la evolución sufrida durante los últimos 1, 2 millones de años (desde Glaciación Günz, aproximadamente, es decir ya en el Pleistoceno), el clima de la región parece haber cambiado hacia otro más cálido y seco. Obviamente la noticia nos informa de más aspectos y conclusiones obtenidas en tales estudios, pero estás las podéis leer seguidamente. No cabe duda de que los suelos aportan una enorme y valiosa información por ser un bloque de memoria del pasado del planeta (ver nuestra categoría “La Historia de la Tierra y La Evolución de los Suelos”).

Juan José Ibáñez

Continua………

Los óxidos de hierro revelan la historia del clima monzónico en China hace 1,2 millones de años

En el último millón de años, el clima en China ha ido cambiando hasta hacerse más fresco y seco según revela un estudio realizado por la Universidad de Geociencias de China, dos universidades de Estados Unidos y la Universidad de Córdoba, y publicado por la revista Palaeogeography Palaeoclimatology Palaeoecology. Un trabajo en el que se han utilizado los óxidos de hierro que se conservan en antiguos sedimentos y suelos chinos para poder reconstruir las condiciones climáticas desde mitad del Cuaternario.

Este trabajo responde a la preocupación de hacer frente a los efectos que el cambio climático puede tener sobre la Tierra, conociendo cómo han sido los cambios climáticos a través del tiempo y cuál ha sido su patrón en según qué lugares ofrece ideas para afrontar o prevenir dichos efectos.

El estudio de los paleosuelos es esencial para saber cuáles fueron las condiciones ambientales de otras épocas. Concretamente, los óxidos de hierro que se encuentran en los suelos son los encargados de desvelar cómo fueron los distintos ambientes climáticos. Después de más de 30 años estudiando el origen y el comportamiento de los óxidos de hierro, la Unidad de Edafología del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba, liderado hasta hace poco por el Catedrático José Torrent, utiliza estos objetos naturales para hacer historia. Debido a que la naturaleza de los óxidos de hierro está determinada por el tipo de ambiente en el que aparecen, trabajando de manera inversa se puede hacer una reconstrucción de las condiciones ambientales que provocaron su aparición.

El estudio publicado en Palaeogeography Palaeoclimatology Palaeoecology ha recorrido la historia del clima monzónico chino desde mediados del Cuaternario gracias a la observación de las concentraciones de dos óxidos de hierro (goethita y hematita) de sus suelos. La aplicación de estas técnicas en suelo chinos ha venido siendo aplicada con éxito en los extensos depósitos de loess. Estos depósitos están formados por polvo muy fino que fue transportado por los vientos de las épocas siguientes a la regresión de los glaciares que, tras derretirse, dejaban sedimentos ricos en el polvo que dio lugar al loess. Las tormentas de viento que transportaron estas partículas provocaron su acumulación y la consecuente aparición del loess en amplias zonas de China. El loess suele ser amarillento debido al contenido de la goethita, cuyo tono está en la escala de los ocres. Esto se torna obvio si se tiene en cuenta que la goethita es un indicador de clima húmedo y frío, como el que predominaba en las zonas de origen.

Cuando el clima cambia y se dan las condiciones necesarias para la formación del suelo, sobre ese loess aparecen suelos con propiedades distintas dando lugar, con el tiempo, a perfiles de hasta 200 metros de espesor compuestos por muchas unidades loess – paleosol. Estudiando estos perfiles se consigue ver la evolución climática que dio lugar a los mismos. En el anterior estudio se han aplicado concretamente estas ideas a una sección de sedimentos rojos y suelos en la Cuenca de Shengdu en la que hay concentraciones variables de goethita y hematita en profundidad. El estudio muestra que varios de los antiguos climas en esa zona han contado con temperaturas agradables y periodos de secado del suelo, características necesarias para la aparición de hematita. También que el clima monzónico de esta zona ha tendido a ser más fresco y seco y que, comparado con las regiones del Norte de China, aparece como más activo desde el punto de vista de la alteración de las rocas y formación de suelos.

Gracias a estas investigaciones, los óxidos de hierro no sólo regalan espectaculares paisajes con multitud de tonalidades en la escala del rojo al amarillo, sino que también cuentan la historia del clima y las consecuencias de su evolución futura.

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