intensificacion-agricola-sustentable

Fuente: Colaje Google imágenes

¿“Intensificación Sustentable”?. En los últimos cuatro años ha comenzado a renacer el interés por todo aquello que hemos divulgado en este blog desde 2005, con cientos de post dedicados al tema. La FAO, la Unión Europea y otros organismos internacionales, finalmente “parece que han entrado en razón. «La agricultura industrial es, a todas luces insustentable”.  Esta última daña la salud humana, la soberanía alimentaria y, por supuesto, se encuentra devastando la biosfera.  Empero albergo dudas de si se trate de una moda, o que en realidad ¿por fin? se han abierto los ojos contra los devastadores estragos de la agricultura industrial y la tiranía de los gigantescos lobbies de la agroindustria. A veces pienso que el ser humano es tonto por naturaleza, mientras que también abundan los científicos oportunistas, con una cara más dura que el cemento. Ya he comentado que, en este mundo dominado por el márquetin  e Internet, los palabros atesoran un poder irreprimible.  En aras de retornar a la racionalidad perdida, ahora se habla  de ¿“Intensificación Sustentable”?, que no deja de ser lo que muchos ciudadanos concienciados por su salud, la soberanía alimentaria y el medio ambiente vienen defendiendo desde hace varias décadas.  Al parecer fue Jules Pretty (como veréis en la primera nota de prensa), la primera investigadora que utilizó  el ambiguo y confundente palabro de «sustainable intensification«. Ahora se vanaglorian de su gran sabiduría. Comienzo a pensar que, con vistas a labrarse una afamada trayectoria investigadora, resulta más útil ser ocurrente que talentoso. Y por ello, retornamos al tema de las modas y la fuerza de ciertos vocablos. Tanto nuestras autoridades, como la comunidad científica, deben dirigirse hacia la concienciación de lo que es bueno para todos, en lugar de dar renda suelta a las jocosas, y a veces perversas  palabras, que no dejan de ser vino rancio en nuevas botellas.

Hoy ofreceremos dos noticias, la primera  que versa sobre la   ¿“Intensificación Sustentable”? (traducida al castellano) y otra más insustancial aparecida en español-castellano que, en el fondo, vienen a decir lo mismo: seguir el camino de la agricultura ecológica y un genuino desarrollo sostenible sobre los pilares del sentido común. Me vuelve a llamar la atención, de que ahora, como en la primera nota de prensa se nos informe de que “Casi un tercio de las granjas del mundo han adoptado prácticas más respetuosas con el medio ambiente sin dejar de ser productivas (…). Los investigadores analizaron granjas que usan alguna forma de «intensificación sostenible», un término que da cuenta de diversas prácticas, incluida la agricultura orgánica, que usan tierra, agua, biodiversidad, trabajo, conocimiento y emisión de gases de Invernadero” (….) casi una décima parte de las tierras agrícolas del mundo se encuentra bajo alguna forma de intensificación sostenible, a menudo con resultados espectaculares. Han visto que las nuevas prácticas pueden mejorar la productividad, la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas al tiempo que reducen los costos de los agricultores. Por ejemplo, documentan cómo los agricultores de África occidental han aumentado los rendimientos de maíz y yuca; unos 100.000 agricultores en Cuba aumentaron su productividad en un 150 por ciento y redujeron el uso de pesticidas en un 85 por ciento

De lo que se habla en la primera nota de prensa, en gran parte, es que deben haberse contabilizado o añadido las actividades de aquellos pueblos que nunca abandonaron sus tradicionales y sustentables sistemas productivos. Tan solo comenzamos en las sociedades modernas a sumar hectáreas, perdidas por el camino de lo que denominaron progreso, en detrimento de la devoradora agricultura y ganadería industriales.  Comer ecológico era la norma hace unos 50 años.

Cuando uno lee estas noticias, tiene la impresión de que ha surgido un vertiginoso movimiento que se propaga a la velocidad de la luz, cuando en realidad  la FAO, y otras instituciones rogaban por retornar al sentido común, en contra de la propaganda maliciosa de los lobbies de la agroindustria y de unos dirigentes que basaban su sentido de la prosperidad en el dicho de “mala comida para hoy en base al hambre y pobreza del mañana”. Se trata de una percepción completamente falsa. “Roma no se construyó en un día”. Hacen falta decenios, comenzando con ímpetu desde hoy mismo, con vistas a que tal retorno a la racionalidad ecológica y la sensatez se propaguen por todo el planeta.   Defender lo contrario es e necios.

Por lo tanto la buena noticia (la gran buena nueva) sería que retrocediéramos en el camino andado, mejorando su piso con las nuevas tecnologías y conocimientos, ante tanta insensatez humana; si esa que nos lleva al precipicio social y al gran desastre ecológico.

Permítanme que les narre algún episodio de lo que recuerdo de mi España allá por la década de 1960, en un país de economía modesta y doblegada por un dictador fascista. «Hijo(a) retorna las botellas de leche, vino y cerveza a las tiendas y compra (….)». Casi todo era reciclable, mientras que el plástico un capricho de los ricos. Se compraba en tiendas de los barrios, llevando nuestras bolsas propias de tela. Los comerciantes nos ofrecían sus productos en papel de estraza o de periódico leídos, y así un largo etc.   

En las décadas de 1960/70 arribaron como la quinta esencia de la posmodernidad, los envases no retornables, es decir los que contaminan y apilamos a la postre en ingentes cantidades, que dañan el medio ambiente y afectan a la salud. Poco a poco, aquellos comercios de barrio desaparecieron y fueron reemplazados por las denominadas “grandes superficies”, es decir supermercados, hipermercados,  etc., que por “jugar con ventaja” (se adquiría a precios más baratos a los fabricantes, haciendo uso de varias artimañas, algunas legales y otras no tanto –puedo dar fe de ello-) terminaron por arrasar aquellos comercios y mercados, y como corolario también las comunidades de consumidores de barrio fueron perdiendo sus relaciones vecinales y cohesión social. 

Seguidamente, en la década de 1980, al incorporarse ambos cabezas de familia al mercado laboral, se ganó en bienestar, a cosa de hacer muchas de las compras, semanalmente, en esas grandes superficies, para lo cual hacía falta cargar todo en los automóviles personales, consumir enormes volúmenes de gasolina, contaminar, envolver todo en plásticos y más plásticos, etc. Finalmente, a partir de la década de los 2000, aquella ventaja de dos cabezas por familia, dos trabajos, dos sueldos, terminó por diluirse hasta el punto en que el uno más uno ya no era igual a dos, sino a uno. Es decir, que deben trabajar los dos para alcanzar las mismas ganancias que antes lo hacía uno, con un móvil, una TV y algunos DVD de regalo. Y por favor que no se me malinterprete. Defiendo a ultranza la incorporación al mercado laboral de la mujer.  Sin embargo no se puede digerir, que ahora trabajemos más horas dispongamos de menos tiempo para estar con nuestros hijos, que no podamos, a menudo, ni tomar una cerveza con los amigos en el bar de abajo y que para más inri, los empresarios nos califiquen de vagos a todos aquellos que no estén pensando en el trabajo las 24 horas del día.

La tecnología debe ayudarnos a vivir mejor, a hacernos más libres, empero,  ha ocurrido todo lo contrario. Tecnología para el bienestar, no tecnología para soportar el malestar.  Cambiar los modos de vida de los ciudadanos cuesta mucho, nos engañaron, y ahora retroceder será una tarea de titanes. Empero conseguir los propósitos del desarrollo sostenible exige retroceder, mejorar el piso de la carretera con lo mejor de la tecnología actual y andar por un nuevo camino.

El caso de Cuba, política aparte, fue imperativo, se hizo de la necesidad virtud y por ello su huella ecológica es “0” o insignificante. Todo debe cambiar, pero no para que todo siga igual. Lo mismo ocurrió con la agricultura a partir de la denominada revolución verde de los años 1960

Uno de los padres: Hijo(a) retorna las botellas de leche, vino y cerveza a las tiendas y compra (….).

Hijo(a): Solo si me prometes un Smartphone “Gold”, y me compras el último videojuego. ¡¡¡UFFFF!!!,

Uno de los padres: No te preocupes hijo bajo yo, para que no termines lastrado por la esclavitud infantil.  ¿¿??

Os dejo, no sin antes recomendar vívidamente que leais las buenas noticias, pero no olvidemos el pasado, si deseamos un futuro mejor para nuestros hijos y una naturaleza más sana. 

Juan José Ibáñez

Continua…..

Environmentally friendly farming practices used by a third of global farms

by Staff Writers; Pullman WA (SPX) Aug 29, 2018

Nearly one-third of the world’s farms have adopted more environmentally friendly practices while continuing to be productive, according to a global assessment by 17 scientists in five countries.

The researchers analyzed farms that use some form of «sustainable intensification,» a term for various practices, including organic farming, that use land, water, biodiversity, labor, knowledge and technology to both grow crops and reduce environmental impacts like pesticide pollution, soil erosion, and greenhouse gas emissions.

Pullman WA (SPX) 29 de agosto de 2018 –

Casi un tercio de las granjas del mundo han adoptado prácticas más respetuosas con el medio ambiente sin dejar de ser productivas, de acuerdo con una evaluación global de 17 científicos en cinco países. Los investigadores analizaron granjas que usan alguna forma de «intensificación sostenible«, un término para diversas prácticas, incluida la agricultura orgánica, que usan tierra, agua, biodiversidad, trabajo, conocimiento y emisión de gases de Invernadero.

Writing in the journal Nature Sustainability, the researchers estimate that nearly one-tenth of the world’s farmland is under some form of sustainable intensification, often with dramatic results. They have seen that the new practices can improve productivity, biodiversity and ecosystem services while lowering farmer costs. For example, they document how West Africa farmers have increased yields of maize and cassava; some 100,000 farmers in Cuba increased their productivity 150 percent while cutting their pesticide use by 85 percent.

Al escribir en la revista Nature Sustainability, los investigadores estiman que casi una décima parte de las tierras agrícolas del mundo se encuentra bajo alguna forma de intensificación sostenible, a menudo con resultados espectaculares. Han visto que las nuevas prácticas pueden mejorar la productividad, la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas al tiempo que reducen los costos de los agricultores. Por ejemplo, documentan cómo los agricultores de África occidental han aumentado los rendimientos de maíz y yuca; unos 100.000 agricultores en Cuba aumentaron su productividad en un 150 por ciento y redujeron el uso de pesticidas en un 85 por ciento.

Sustainable intensification «can result in beneficial outcomes for both agricultural output and natural capital,» the researchers write.

«Although we have a long way to go, I’m impressed by how far farmers across the world and especially in less developed countries have come in moving our food-production systems in a healthy direction,» said John Reganold, Washington State University Regents Professor of Soil Science and Agroecology and a co-author of the paper. Reganold helped identify farming systems that meet sustainable intensification guidelines and analyze the data.

La intensificación sostenible «puede resultar en resultados beneficiosos para la producción agrícola y el capital natural», escriben los investigadores.

«Aunque tenemos un largo camino por recorrer, estoy impresionado por lo lejos que han llegado los agricultores de todo el mundo y especialmente de los países menos desarrollados para mover nuestros sistemas de producción de alimentos en una dirección saludable«, dijo John Reganold, Regentes de la Universidad Estatal de Washington. Profesor de Ciencias del Suelo y Agroecología y coautor del artículo. Reganold ayudó a identificar los sistemas agrícolas que cumplen con las pautas de intensificación sostenible y analizar los datos.

Less developed countries tend to see the largest improvements in productivity, while industrialized countries «have tended to see increases in efficiency (lower costs), minimizing harm to ecosystem services, and often some reductions in crop and livestock yields,» the authors write.

Los países menos desarrollados tienden a ver las mayores mejoras en la productividad, mientras que los países industrializados «tienden a ver aumentos en la eficiencia (menores costos), minimizar el daño a los servicios ecosistémicos y, a menudo, algunas reducciones en los rendimientos de cultivos y ganado«, escriben los autores.

Jules Pretty, the study’s lead author and a professor of environment and society at the University of Essex in England, first used the term «sustainable intensification» in a 1997 study of African agriculture. While the word «intensification» typically applies to environmentally harmful agriculture, Pretty used the term «to indicate that desirable outcomes, such as more food and better ecosystem services, need not be mutually exclusive.»

Jules Pretty, autor principal del estudio y profesor de medio ambiente y sociedad en la Universidad de Essex en Inglaterra, utilizó por primera vez el término «intensificación sostenible» en un estudio de 1997 sobre la agricultura africana. Mientras que la palabra «intensificación» típicamente se aplica a la agricultura ambientalmente dañina, Pretty usó el término «para indicar que los resultados deseables, tales como más alimentos y mejores servicios de los ecosistemas, no necesitan ser mutuamente excluyentes«.

The term now appears in more than 100 scholarly papers a year and is central to the United Nations Sustainable Development Goals.

El término ahora aparece en más de 100 documentos académicos al año y es fundamental para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

For the Nature Sustainability paper, the researchers used scientific publications and datasets to screen some 400 sustainable intensification projects, programs and initiatives around the world. They chose only those that were implemented on more than 10,000 farms or 10,000 hectares, or nearly 25,000 acres. They estimate that 163 million farms covering more than a billion acres are affected.

The researchers focused on seven different farming changes in which «increases in overall system performance incur no net environmental cost.» The changes include an advanced form of Integrated Pest Management that involves Farmer Field Schools teaching farmers agroecological practices, such as building the soil, in more than 90 countries. Other changes include pasture and forage redesign, trees in agricultural systems, irrigation water management, and conservation agriculture, including the soil-saving no-till technique used in eastern Washington.

Para el artículo publicado en “Nature Sustainability”  “Sostenibilidad de la Naturaleza”, los investigadores utilizaron publicaciones científicas y conjuntos de datos para examinar alrededor de 400 proyectos, programas e iniciativas de intensificación sostenible en todo el mundo. Eligieron solo aquellos que se implementaron en más de 10,000 granjas o 10,000 hectáreas, o casi 25,000 acres. Estiman que 163 millones de granjas que cubren más de mil millones de acres se ven involucradas.

Los investigadores se centraron en siete cambios agrícolas diferentes en los que «el aumento en el rendimiento general del sistema no implica un costo ambiental neto». Los cambios incluyen una forma avanzada de manejo integrado de plagas que involucra a las escuelas de campo de agricultores que enseñan a los agricultores las prácticas agroecológicas, como la mejora de la calidad del suelo, en más de 90 países. Otros cambios incluyen nuevas estrategias para la producción en pastos y forraje, los árboles en los sistemas agrícolas, la gestión del agua de riego y la agricultura de conservación, incluida la técnica de labranza cero para meorar las propiedades de los suelos utilizadas en el este de Washington.

Sustainable intensification «has been shown to increase productivity, raise system diversity, reduce farmer costs, reduce negative externalities and improve ecosystem services,» the researchers write. They say it has now reached a «tipping point» in which it can be more widely adopted through governmental incentives and policies.

«Stronger government policies across the globe are now needed to support the greater adoption of sustainable intensification farming systems so that the United Nations Sustainable Development Goals endorsed by all members of the UN are met by 2030,» said Reganold. «This will help provide sufficient and nutritious food for all, while minimizing environmental impact and enabling producers to earn a decent living.»

Research paper

La intensificación sostenible «ha demostrado aumentar la productividad, aumentar la diversidad del sistema, reducir los costos de los agricultores, reducir las externalidades negativas y mejorar los servicios de los ecosistemas«, escriben los investigadores. Dicen que ahora ha alcanzado un «punto de inflexión» en el que puede ser adoptado más ampliamente a través de incentivos y políticas gubernamentales.

«Ahora se necesitan políticas gubernamentales más fuertes en todo el mundo para apoyar una mayor adopción de sistemas de agricultura de intensificación sostenible, de modo que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas respaldados por todos los miembros de la ONU se cumplan en 2030″, dijo Reganold. «Tal estrategia ayudará a proporcionar alimentos suficientes y nutritivos para todos, a la vez que se minimiza el impacto ambiental y permite a los productores ganarse la vida decentemente«.

La importancia de la agricultura ecológica para el medio ambiente

FECHA | 30.08.2018; FUENTE | NCyT Noticias de la Ciencia y la Tecnología

La agricultura ecológica sigue dando pequeños pasos en su crecimiento exponencial para convertirse en una alternativa real respecto a la producción agrícola total de la Unión Europea.

Actualmente, este sistema de cultivo está creciendo a un ritmo entre el 6 y el 9% anual. Un desarrollo continuo que ya ha cuadruplicado su demanda en los últimos diez años, teniendo una extensión actual del 5,4% del total de las tierras agrícolas de la UE. Los productos relacionados con la biocultura están cada vez más presentes en el mercado, en un síntoma inequívoco del proceso de concienciación que vive el ser humano a la hora de valorar la importancia de la agricultura orgánica para la conservación del medio ambiente.

Este sistema agrario tiene como objetivo la obtención de alimentos de la máxima calidad, tanto de origen animal como vegetal, de un modo que ayude a conservar la fertilidad del suelo mediante la utilización óptima de los recursos naturales. Un proceso que respeta al medio ambiente utilizando siempre métodos de cultivo biológicos y mecánicos a través de medidas preventivas para el control de las plagas y enfermedades. De esta forma, los productos químicos de síntesis quedan en un segundo plano buscando siempre la sostenibilidad de la producción.

El estilo de vida acelerado y desenfrenado imperante en la sociedad actual produce que las personas no se paren un momento a pensar sobre sus hábitos de compra diarios. Ya sea por falta de tiempo, por rutina o simplemente por cercanía, la mayoría de los consumidores tiende a realizar sus compras habituales en el mismo establecimiento y, en casi todos los casos, comprando siempre los mismos productos. Sin embargo, estas prácticas generan un gran impacto negativo en la conservación del medio ambiente. Los consumidores deben de tomar conciencia de estos actos y las consecuencias que provocan de forma diaria, mientras que al mismo tiempo es importante conocer los beneficios ecológicos que ofrecen aquellos productos relacionados con la biocultura.

ALIMENTOS ECOLÓGICOS PARA UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Uno de los ejemplos más evidentes del crecimiento de la agricultura ecológica en la actualidad es la experiencia de empresas como El Granero Integral, la cual lleva más de 35 años en el mercado ofreciendo a sus clientes alimentos ecológicos para mantener una alimentación saludable. Esta marca nació por la necesidad personal de Isaías Muñoz, su fundador, que por motivos de salud tuvo que cambiar su estilo de vida orientando su alimentación a productos integrales y ecológicos. La falta de productos de estas características en el mercado propició el nacimiento de la empresa en 1982.

Por suerte para los consumidores actuales, la existencia de empresas como El Granero Integral ofrece un amplio abanico de posibilidades para seguir una alimentación saludable y ecológica. Los productos ecológicos son muy beneficiosos para la salud, además de para el medio ambiente. Su principal ventaja radica en la inexistencia de conservantes químicos que pueden resultar perjudiciales para la salud a largo plazo. Además, se trata de productos más nutritivos y de mejor calidad que aquellos de producción agrícola tradicional. Toda una serie de beneficios que convierten a la dieta ecológica en la mejor opción para respetar el medio ambiente y nuestro propio cuerpo.

Compartir:

Deja un comentario