EL Secuestro de Carbono en los Suelos Árticos. Una Bomba de Relojería para el Calentamiento Climático

Suele ocurrir en las ciencias más mediáticas que la política y el arrivismo sustituyan a la coherencia investigadora y al buen hacer de los expertos más brillantes. Y como no, en estos momentos todo lo relacionado con el cambio climático se encuentra enturbiado por decisiones injustificadas e injustificables, tanto por parte de los gobiernos como del establishment. En nuestra categoría: “biomasa y necromasa en los suelos: raíces y materia orgánica” podéis leer varios post en los que íbamos denunciando que los inventarios de secuestro de carbono en los suelos al uso solo servían para tirarlos a la basura. Pero los arrivistas por un lado, y los responsables de la política científica por otro, ni saben reconocer lo que es buena ciencia, ni les interesa. Demostramos, en base a datos de otros autores (al parecer desconocidos por razones que no alcanzo a entender, o mejor dicho no quiero entender) que muestrear los 20 o 40 cm. superficiales era tirar miserablemente el dinero a la basura. Pero se sigue haciendo, salvo honrosas excepciones. Y para desgracia de los países de la UE, siempre son equipos liderados por científicos norteamericanos (y de otros lares) los que ponen en evidencia las debilidades de un sistema hiperburocratizado y comandado por arrivistas “fundiraptores”. Ya dijimos en otro post, que ni el razonamiento científico ni el sentido común, pueden ser reemplazados por el oportunismo de baja estopa. La noticia que os voy a dar hoy, y que ha sido lanzada con bombo y platillo, tanto por los boletines de prensa científica, como por revistas del prestigio de Nature, no pueden reemplazar las bondades del razonamiento cualitativo enfrentado al cuantitativo. Cualquier edafólogo con un poco de experiencia conoce sobradamente la enorme cantidad de carbono orgánico que pueden almacenar los suelos y regolitos árticos helados. Digamos que la suma de unos y otros es a lo que se denomina permafrost, aunque al parecer algunos colegas y la prensa no atinan a buscar una definición adecuada del vocablo (como en la noticia que exponemos hoy). Para informaros podéis leer  los siguientes post: Concepto de Permafrost y Suelos Helados. ¿Cual es la Diferencia? Y Suelos Helados y Crioturbación: Criosoles o Gelisoles. Pues bien, los yaqués han vuelto a dar en el clavo. Eso sí, ya os he demostrado que haciendo uso del poco sentido común que atesoro, os advertí en la categoría enlazada al comienzo de este post lo que estaba sucediendo, sin tanto bombo y platillo. La siguiente noticia siguiente aparecida en Terradaily hace unas semanas “Global warming time bomb trapped in Arctic soil” nos informa que un derretimiento masivo (y probable de seguir el calentamiento de la atmósfera al ritmo actual) puede poner a nuestra sociedad en una crisis de magnitud global mucho antes de lo predijo por el IPCC (menos mal que les han otorgado el Nóbel). Varias veces se lo había comentado a mi amigo Luis Balairón, una de los escasos científicos españoles cuyas opiniones me merecen todo el respeto. ¡Se están haciendo las cosas mal, muy mal!. Estamos tirando el dinero a la basura.

 

 

 

Deshielo del turrberas heladas al oeste de Siberia

Emitiendo grandes cantidades de metano a la atmósfera

Melting permafrost peatlands at Noyabrsk, Western Siberia.

Image Michael Succow, International Mire Conservation Group (IMCG)

 

Lo que descubrieron los autores del artículo, liderados por un investigador de Alaska, es que con un “relativo” o “aceptable” buen inventario de suelos, estimando el carbono almacenado en los suelos árticos como mínimo hasta 1 metro de profundidad (muy poco a pesar de que ellos lo den por bueno, a no ser que concreten “como mínimo”) elevan las estimas previamente aceptadas para los 40 cm. superficiales hasta un 60% más.

 

Resulta que el permafrost cubre el 20% de las masas continentales emergidas. Del mismo modo, el ártico parece ser la zona actualmente más sensible al calentamiento climático, como lo está constatando el enorme y acelerado deshielo que está sufriendo en los últimos años. El estudio, que tan solo concierne al continente americano, nos indicaría que solamente en la región se les había “olvidado” contabilizar 1/6 del CO2 que actualmente tiene la atmósfera. Empero el permafrost es mucho más extenso en Eurasia, por lo que un rápido deshielo del permafrost podría dar lugar a consecuencias devastadoras mediante un mecanismo de realimentación positiva: más calentamiento = más deshielo = mayor emisión de CO2 y metano a la atmósfera = mayor calentamiento = más deshielo……..). Sin embargo, nuestros numerosos sabios premios Nóbel del IPCC no habían tenido en cuenta en sus predicciones el carbono almacenado en los suelos árticos. Vamos que el Premio Nóbel nos lo debían haber dado a los pocos edafólogos que habíamos advertido que el secuestro de carbono en los suelos esta enormemente subestimado y más.. ¿Pero termina la historia aquí?. ¡Pues va a ser que no!. Al parecer una noticia en Nature da lugar a que otros pobres mortales puedan sacar sus datos, denostados con anterioridad. ¿Resultado? El panorama es más que preocupante de lo que el artículo induciría a pensar. Sin embargo, tal información será motivo de un próximo post. En cualquier caso, también os recuerdo que el deshielo mencionado podría dar lugar, si afecta a las masas heladas de ambos polos, a un escenario no tan calentito, como os anunciamos en nuestro post sobre la hipótesis del recalentón.

 

Digamos de paso que no se esta hablando del permafrost en su globalidad, ya que este  puede alcanzar decenas de metros de profundidad, sino del metro superficial o un poco más. Por tanto, sigue existiendo una subestimación, asevero. La noticia se refiere a los Criosoles (o Gelisoles) y quizás a las turberas o Histosoles parcial o totalmente heladas. Seguiremos hablando del tema, ya que reitero que hay nuevos y jugosos datos que os iré narrando. Os dejo pues con la noticia de Terradaily.

 

Juan José Ibáñez           

 

Global warming time bomb trapped in Arctic soil: study

by Staff Writers Terradaily; Paris (AFP) Aug 24, 2008

 

Climate change could release unexpectedly huge stores of carbon dioxide from Arctic soils, which would in turn fuel a vicious circle of global warming, a new study warned Sunday. And according to one commentary on the research, current models of climate change have not taken this extra source of greenhouse gas into account. Scientists have long known that organic carbon trapped inside a blanket of frozen permafrost covering one fifth of the world’s land mass would, if thawed, release greenhouse gases into the atmosphere.

 

But until now they simply did not have a good idea of how much carbon is actually locked inside this Arctic freezer. To find out, a team of American researchers led by Chien-Lu Ping of the University of Alaska Fairbanks examined a wide range of landscapes across North America. They took soil samples from 117 sites, each to a depth of at least one metre, in order to provide a full assessment of the region’s so-called «carbon pool.» Previous estimates of the Arctic carbon pool relied heavily on a relative handful of measurements conducted outside of the Arctic, and only to a depth of 40 centimetres (15.5 inches).

 

The study, published in the British journal Nature Geoscience, found that the stock of organic carbon «is considerably higher than previously thought» — 60 percent more than the previously estimated. This is roughly equivalent of one sixth of the entire carbon content in the atmosphere. And that is just for North America. The size and mix of landscapes in the northern reaches of Europe and Russia are about the same, and probably contain a comparable amount of carbon-dioxide producing matter currently held in check only by the cold, the study said. And the danger of a thaw is real, note climate scientists.

 

The Nobel Prize-winning UN panel of climate change scientists project temperature increases by century’s end of up to six degrees Celsius (10.8 degrees Fahrenheit) in the Arctic region, which is more sensitive to global warming than any other part of the planet. Commenting on the research, Christian Beer of the Max Planck Institute in Jena, Germany, pointed out that the climate change models upon which future projections are based, do not include the potential impact of the gases trapped frozen Arctic soils. «Releasing even a portion of this carbon into the atmosphere, in the form of methane or carbon dioxide, would have an significant impact on Earth’s climate,» he noted in his commentary, also published in Nature Geoscience. Methane, another greenhouse gas, is less abundant than carbon dioxide but several times more potent as a driver of global warming.

Compartir:

7 comentarios

  1. Al IPCC les dieron el nobel de la Paz, no de física o química…

    Los modelos de clima del IPCC los deberíamos considerar como "en el mejor de los casos", no han tenido en cuenta muchas realimentaciones positivas.

    Pero por otro lado sus modelos de escenarios de emisiones, son en su mayor parte imposibles de realizar (no hay tanto petróleo y gas) y no realientan las consecuencias del cambio climático sobre la economía y el uso de la energía.

Deja un comentario