Como muchos de vosotros sabéis, las especies invasivas son aquellas que fuera de su ámbito natural de crecimiento o dispersión geográfica, se reproducen descontroladamente, desplazando a las nativas y afectando seriamente a la estabilidad de los ecosistemas, ya sean naturales y agrarios. Tal tipo de problemas ha crecido exponencialmente durante los últimos decenios a consecuencia de introducciones deliberadas o no. Pero, ¿porqué se comportan de una manera tan atípica al salir de su hábitat original?. Muy a menudo, las razones deben buscarse en la falta de enemigos naturales de sus nuevos hábitats, por lo que llegan a desarrollarse agresivamente, mientras que las poblaciones originarias del lugar si se encuentran sometidas a tales controles biológicos. Algunos o muchos de tales enemigos naturales se encuentran en el suelo. Ahora, ¡pensemos un poco! (aunque trataremos detenidamente el tema en otro post). Muchas enfermedades infecciosas de los siglos XX y XXI comenzaron cuando el germen salió de su hábitat natural (una determinada especie) y se instaló en otro hábitat nuevo (el ser humano). Fue entonces cuando………. Ya sabéis que últimamente a este sistema de bitácoras no le apetece enlazar los post que escribimos, pero si con cualquier otro que pulule por el ciberespacio. Si cuando lee este estamos en tal trance, debe copiar el título y añadirlo a su buscador favorito. Rápidamente encontrará el post.

 

 

 

Black Berry Tree. Fuente EWoodMagic

 

Este parece ser el caso del cerezo negro americano, cuyas poblaciones en su hábitat natural se encuentran controladas por una especie de hongo patógeno denominado Pythium Esta última especie induce la podredumbre de sus raíces, por lo que en los bosques de Norteamérica el cerezo negro aparece como especie secundaria , dispersa entre otras arbóreas dominantes. No ocurre así en Europa (Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, especialmente), comportándose como una taxon invasivo que diezma las poblaciones de otros árboles. Pythium genera tanto la podredumbre de las raíces en los bosques, como en los semilleros. Las raíces de los cerezos negros se encuentran asociados a especies de  Pythium agresivas y no agresivas o dañinas. Estudios recientes, cuya nota de prensa os reproducimos abajo,  demuestran como los taxa no agresivos se dan tanto en el continente americano como en el europeo, sin embargo los que generan problemas fitopatológicos se encuentran ausentes en primero.

 

En ausencia de los mismos, los cerezos negros se reproducen en demasía, en detrimento de otras especies autóctonas cuyas poblaciones se encuentran bajo el control, de sus enemigos naturales. Tal evidencia refuerza la hipótesis defendida por algunos expertos: que el comportamiento agresivo de las especies invasivas fuera de su hábitat natural, es propiciada por la ausencia de enemigos naturales en su nuevo hábitat. Se trata de un problema serio y complejo, por cuanto, al importar una determinada especie ya sea por su interés comercial, ya inadvertidamente, debiera conocerse detalladamente toda su fisiología, fitopatología y ecología. No basta tan solo con manipular la especie, sino toda la cohorte de taza asociados a la misma, como os mostramos en el post “El perverso encanto de la Naturaleza”, entre otros”.  Los individuos no somos tales, ya que no podemos vivir, en la mayoría de los casos, sin la presencia de otros. Somos pues “individuos-ecosistemas”. Ahora bien, de introducir estos últimos, también corremos el riesgo de que algunas especies “asociadas” se desboquen dañando a otras originales del lugar. Lamentablemente, tales conocimientos no suelen ser puestos en práctica, generándose pérdidas de biodiversidad espectaculares.

 

 

 

Esporas de una especie del género phytium. Fuente: IPM images

 

Uno no puede más que reírse de iniciativas de mitigación del efecto del cambio climático sobre los ecosistemas, como la de la migración asistida, por cuanto, soslaya este complejo pero inevitable problema. Os dejo pues con este ejemplo, que puede ser uno entre otros muchos. La ciencia actual da cuenta mucho mejor de las enfermedades aéreas que las que son llevadas a cabo por los organismos que habitan en el suelo. En consecuencia, es previsible que tan solo estemos vislumbrando la punta del iceberg.     

 

Juan José Ibáñez

 

Why North America Black Cherry Tree Is Invasive In Europe

ScienceDaily (July 28, 2009) — Black cherry trees, native to the United States, are an invasive species in Europe and thrive in that part of the world. Experiments show why: A soil-borne pathogen keeps these trees in check in the United States, but is too weak to stop them from spreading in Europe.

 

 

 

 

That’s according to a study by Agricultural Research Service (ARS) ecologist Kurt Reinhart at the agency’s Fort Keogh Livestock and Range Research Laboratory in Miles City, Mont. He and cooperators collected soil randomly around black cherry trees in more than 20 forests throughout their range in the United States, and nearly 20 forests throughout their range in Germany, France, Belgium and The Netherlands. They isolated the pathogen, called Pythium, from the soil samples.

 

Pythium «damping-off disease» kills seedlings in farm fields and greenhouses as well as trees in forests.

 

Reinhart and colleagues tested the virulence of each Pythium isolate. They then used DNA sequencing to identify each isolate. They found that some nonaggressive Pythium types were common in both ranges, but aggressive types were found only among samples from the tree’s native range.

 

The study is unique because the scientists tested the virulence of soil-borne pathogens associated with cherry trees in the trees’ native and non-native ranges. Other studies have documented variation in the number of pathogen species associated with plants in their native versus non-native ranges, but have not determined virulence.

 

Demographic research by the scientists indicates that black cherry trees grow much more sparsely in native than in European forests. This pattern, coupled with results from the pathogenicity experiments, suggests that Pythium helps regulate black cherry populations in the United States, but not in European forests.

 

Evidence of an invader encountering more aggressive enemies in its native versus non-native range provides new evidence for the popular hypothesis that invasive species-whether plants, insects, or other animals-thrive outside of their native lands in part because they have escaped their enemies.

 

Reinhart will summarize results from this study at the Soil Ecology Society and Society of Nematologists Joint Meeting in Burlington, Vt. in July 2009.

 

Adapted from materials provided by USDA/Agricultural Research Service

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