Efraím Hernández Xolocotzi

Agricultura campesina, ¿obstáculo o alternativa?

Últimamente hemos ido editando algunos post previos sobre la obra de Antonio Bello en agroecología. Nuestro colaborador Régulo León Arteta, nos hizo saber del artículo de opinión que os presentamos hoy, pidiendo los permisos correspondientes para su reproducción. Agradezcamos pues a la Dra. Heike Vibrans, responsable de cuidar el legado del Maestro en el Colegio de Postgraduados campus Montecillo (Estado de México), así como a Catarina Illsley, sus autorizaciones con vistas a editarlo de nuevo aquí. Por aquél entonces, no sabía que había aparecido en acceso abierto. En cualquier caso, si los lectores comparan la opinión de Antonio Bello y la de Efraín Herández Xolocotzi (“Maestro Xolo”, orgulloso de su origen Tlaxcalteca y venerado por muchos en su México natal), inmediatamente comprenderán que hubieran sido grandes amigos. Lástima que este último nos abandonara hace algo más de un año. En estos momentos de zozobra, en el cual la globalización económica nos muestra todas sus verguenzas y desverguenzas, más vale que muchos investigadores de ciencias agrarias, esparcidos por todo el mundo, recapacitaran sobre si lo que necesitamos es más tecnología, o simplemente sabiduría, conocimiento y respeto por la naturaleza. Personalmente me ha emocionado, como seguro que también le hubiera ocurrido a  Masanobu Fukuoka, de cuyos métodos de agricultura natural nos hablo Xabier Ábalo en varios post precedentes (ver Categoría, Etnoedafología, Conocimiento Campesino y Agroecología).  Este artículo apareció en La Jornada del Campo, el 12 de diciembre del año pasado (2009). Nos hemos visto obligados a cambiar el formato y obtener una nueva foto de Internet, por cuanto era necesario para la edición de un post digno. Espero que sea de vuestro interés.

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Maestro en agroecología, etnobotánica y conocimiento campesino

Efraím Hernández Xolocotzi

Fuente: Revista El Campo nº 27. 12/12/2009

I.- Introducción

No se discute si va a haber o no. El desenvolvimiento del capitalismo mundial al cual estamos ligados en forma dependiente, viene creando presiones socioeconómicas sobre el resto de las culturas mundiales. Estas presiones se han considerado básicas en el desarrollo deseado por los pueblos e incluso se han planteado como condiciones inevitables del desarrollo cultural mundial. Por lo consiguiente, la pregunta realza con mayor nitidez al ponderar a la agricultura campesina como obstáculo u opción al desarrollo socioeconómico planteado.

Nuestro interés en el estudio de la agricultura campesina ha sido el llegar a conocer su estructura y función, la racionalidad de las prácticas agrícolas aplicadas en el manejo de los recursos, y los mecanismos propios de generación, de transmisión y de aceptación de conocimientos. Consideramos que, para llevar a cabo el cambio, sea cualquiera que se defina, es básico disponer de la información mencionada.

II.- Naturaleza de la agricultura campesina

La agricultura campesina se encuentra en la base de la subsistencia de las comunidades poco desarrolladas económicamente. Por esta razón nos interesa conocerla, definir sus relaciones, las culturas a las que está ligada y sus aportaciones y deficiencias.

Cuidado con los griegos

Con relación al interés de los países extranjeros en la conservación de nuestros recursos: 1) Hay que aceptar que muchos de éstos han sido depredados y destruidos por los individuos y las empresas capitalistas de los países industrializados; 2) Con frecuencia las proposiciones de conservación no toman en cuenta los antecedentes histórico-sociales de nuestro país y mucho menos los derechos que les atiende a los grupos minoritarios marginados y empobrecidos; 3) Hay que recordar el dicho homérico de tener cuidado con griegos que vienen ofreciendo regalos. EHX, 1989, “Utilización de los recursos vegetales vegetales de México”.

La agricultura se origina de la relación simbólica entre Homo y la naturaleza que lo rodea, especialmente las plantas y animales que puede utilizar para subsanar sus necesidades individuales y comunales inmediatas.

Este proceso coevolutivo resulta: a) en la definición de los elementos biológicos que el hombre procederá a domesticar, b) en la definición de las prácticas agrícolas del manejo del ambiente para la producción deseada y c) en la naturaleza de los productos biológicos requeridos por el hombre. El proceso involucra por lo consiguiente, una fase incipiente de domesticación, el inicio de la formación de nichos agrícolas y el manejo de la naturaleza para fines antropocéntricos.

Este proceso es auspiciado por un método de logro de conocimientos, un sistema de transmisión de dichos conocimientos y el impulso hacia la aceptación de las innovaciones. Es decir que el inicio de la agricultura fortalece el método tradicional de adquirir conocimientos. Esto conduce a postular la existencia de un método científico tradicional prevaleciente en la mayoría de las culturas y agriculturas del mundo. Dicho método se caracteriza por la observación de los fenómenos, el uso del esquema experimental de prueba y acierto, la transmisión de los conocimientos por comunicación oral, sin la diferenciación entre los fenómenos materiales y metafísicos.

La agricultura moderna, hacia la cual aparentemente queremos llegar, es de reciente configuración, consistiendo de los elementos biológicos de la agricultura tradicional y las aportaciones de la ciencia occidental (que sí diferencia entre lo material y lo metafísico), aportaciones que han desembocado básicamente en el manejo de cantidades cada vez mayores de energía inyectables al agroecosistema.

Si conceptuamos a la agricultura como el manejo por el hombre de los recursos naturales, de la cantidad de energía inyectada y los mecanismos de información utilizados, podemos caracterizar a la agricultura campesina como aquella en la cual los niveles y la calidad de la energía utilizadas está limitada fundamentalmente a la mano de obra del hombre y el sistema de información se limita a los métodos tradicionales. En contraste, la agricultura moderna ha logrado incluir el apoyo de la ciencia occidental que se refleja fundamentalmente en un aumento ilimitado de la calidad y la cantidad de energía utilizada, sustituyendo en gran parte la fuerza de mano de obra, ampliando el material utilizable por nuevas formas de transformación y adoptando nuevos métodos de información. Esta agricultura redunda en excedentes que sirven de base al capitalismo por medio de la comercialización de productos y la generación de plusvalía del capital.

Resultante de lo anterior es que la agricultura moderna, como parte del desarrollo capitalista, tiende a homogeneizar a los genotipos de plantas y animales utilizados, a los agroecosistemas impulsados, a la capacidad multiplicadora de los procesos degradativos, debido al objetivo de máximas ganancias en la producción y al dominio de las culturas subyugadas.

III.- Aportaciones de la agricultura campesina.

Nuestros estudios de varias regiones en las cuales prevalece la agricultura campesina indican:

A. Que la agricultura campesina se desarrolla en condiciones limitantes a la producción agrícola. Por ejemplo: 1) los huamiles de Guanajuato se desenvuelven en zonas de fuertes pendientes de continuos afloramientos de roca ígnea y un temporal aleatorio; 2) la roza-tumbaquema, en la mayor parte del estado de Yucatán, se practica sobre suelos pedregosos de roca caliza y nuevamente con un clima aleatorio; 3) los huertos agrícolas en los suelos aluviales profundos de los valles centrales de Oaxaca se enfrentan a fuertes limitaciones de espacio; 4) los terrenos agrícolas de los Huaves del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se caracterizan por su naturaleza arenosa bajo el efecto constante de movimientos eólicos.

Investigación de huarache

Llamamos investigación de huarache aquella que empieza por las bases, que va al terreno de los hechos, que va con la gente que está realizando las acciones; investigación de huarache es aquella que, con toda la humildad del caso, aprende o tratará de aprender de esa gente; aquella que está consciente de que muchas veces nuestra cultura nos frena, nos inhibe e impide que aprendamos muchas cosas que están en realidad a nuestro alcance”. EHX. “La investigación de huarache”, Revista de Geografía Agrícola, núm. 39, julio-diciembre 2007, UACh, Chapingo, Méx.

B. Bajo estas condiciones encontramos ricas enseñanzas sobre la definición de plantas y animales potenciales para el uso por el hombre; formas de aprovechamiento de los materiales, y formas de manejo de los recursos, los agroecosistemas y los sistemas ecológicos. Esto no elimina el hecho de que las prácticas de uso de manejo puedan ser favorables o desfavorables.

C. Un análisis histórico de estas regiones nos lleva a la conclusión de que las culturas ahí ubicadas son el resultado del proceso de conquista y marginación social por varios siglos.

D. El análisis socioeconómico de las fases históricas recientes señala que:

1) La reforma agraria no ha logrado superar las limitantes productivas del espacio otorgado, ya que a la vuelta de más de 50 años de distancia, la presión demográfica se ha acentuado;

2) En el caso de la roza-tumba y quema, la vegetación secundaria es el capital ecológico principal del sistema; con la presión demográfica y el aumento de necesidades monetarias, como consecuencia de la penetración capitalista, el remanente del capital biológico ha llegado a un nivel casi irreversible de baja producción;

3) El sistema de investigación resultante de un enfoque tecnócrata de desarrollo agrícola y una apreciación ahistórica de nuestros problemas, no ha logrado captar la importancia de la agricultura campesina para poder coadyuvar a la solución de sus problemas.

E. Un análisis agroecológico indica, en los tipos de agricultura bajo consideración, que:

1) por un lado, la agricultura tradicional es altamente productiva (relación entre valor del producto y costo de producción), pero de baja producción total;

2) por otro lado, la agricultura moderna registra alta producción basada en fuertes inyecciones de energía (maquinaria agrícola, combustible, productos industriales, tecnología, métodos computarizados de información y sistema científico occidental), pero la resultante de la agricultura moderna es muy baja productividad, desplazamiento del hombre en los trabajos agrícolas y necesidad de altos subsidios gubernamentales. Para esto se requiere de una fuente de generación de capital. En los países desarrollados, esta fuente procede de la industrialización y la explotación de las economías dependientes.

IV.- ¿Obstáculo o alternativa?

Al retomar la pregunta inicial de este encuentro, y tomando en cuenta los señalamientos anteriores, podemos apreciar que se han soslayado las siguientes preguntas clave para verter un juicio:

La ironía de Xolo

Puedo recordar la sensación de vértigo: uno está parado sobre ciertos postulados (ideológicos, sobre todo). Y de pronto, un comentario o una sarcástica broma hace que todo se tambalee. En alguna época, por ejemplo, el modelo satanizado era el de la revolución verde, y el idealizado era el de la agricultura tradicional: ¡mueran los agroquímicos! Fueron necesarias algunas sacudidas (cortesía de Xolo, por supuesto) para empezar a tener una visión un poco más rigurosa y realista de las cosas.

Durante esos años cayeron, uno tras otro, muchos mitos, relacionados con la organización campesina, la comunalidad, la tecnología, el manejo de los recursos naturales y las estrategias de subsistencia de las familias. Hoy, la tecnología agrícola tradicional ya no puede concebirse como algo idílico ni estático. Está llena de contradicciones y en constante evolución, como todo lo vivo. El Xolo, con una combinación de solidario afecto y fi losísima ironía, me ayudó a entenderlo. Gerardo Alatorre F., 1996.

1. ¿Qué rumbo queremos seguir culturalmente?

2. ¿Qué concepto tenemos de desarrollo?

3. ¿Qué relación existe entre crecimiento económico y cultural?

4 ¿Qué precio queremos pagar por un crecimiento material exclusivo?

5. ¿Qué posibilidades existen de aportaciones culturales de parte de México al planteamiento mundial?

Estamos ante un hecho de que el desarrollo materialista, impulsado por la ciencia occidental, ha dejado a un lado los aspectos éticos del problema. Se supone que un crecimiento material conlleva un bienestar social, humanístico con amplias posibilidades de desenvolvimiento cultural de los individuos de las comunidades humanas. Este supuesto no está respaldado por el ejemplo y actuación de los países altamente industrializados. Sin respuesta a estas preguntas, es temerario hacer un juicio sobre la interrogante básica de este seminario.

Seminario CEDERU, Colegio de Postgraduados, Montecillo, México 8 de agosto de 1988

Mensaje para el maestro Efraím Hernández Xolocotzi

Por Juan Pablo de Pina García

Estimado y querido Efraím Hernández Xolocotzi:

En lo que fueron sus pasiones humanas y científicas, las cosas van de mal en peor. Lamento decírselo. Luego de la contrarrevolución agraria salinista, el campo se ha venido hundiendo y, con él, los más desvalidos de este país, los campesinos mestizos e indígenas, a quienes dedicó su vida y su trabajo. Los descendientes de aquellos hombres que inventaron la agricultura, el maíz, la milpa, la coa, las chinampas, y para quienes usted reclamó el reconocimiento histórico de ser los creadores de tecnología, ciencia, culturas y civilizaciones; de aquellos que sostuvieron y sostienen, a pesar de todo, lo que queda de nuestra nación. Menospreciados como siempre, sobreviven y se defienden y pelean como pueden, con los modos y las maneras de siempre.

Como usted nos enseñó, maestro Xolo, la conservación del ambiente y de los recursos naturales dependería del trabajo agrícola y del conocimiento ancestral, heredado, de los campesinos. Los enfoques agroecológicos y orgánicos avanzan, lo que es una de las escasas cuestiones positivas que puedo contarle. Sin lugar a duda, ello es parte de sus siembras científicas y ciudadanas. Pero, con más fuerza, las trasnacionales pretenden apropiarse de los conocimientos tradicionales, de los recursos genéticos, de nuestra base fundamental de subsistencia, de nuestro maíz. Son los biopiratas y biotecnólogos y les apoyan ajados secretarios de agricultura y ejecutivos trasnacionalizados y demás felinos –por no decir gatos– subordinados. Seudocientíficos pretenden justificar tales pretensiones. La lucha va, pero los chicos continuadores de la revolución verde tienen muchos dólares y mucho poder y no conocen límites de ninguna clase: están a punto de poner en riesgo la diversidad de maíces nativos en su obsesión por las ganancias y su profunda ignorancia filosófica y científica.

Le cuento también, mí estimado maestro Xolo, que quieren destruir a las instituciones dedicadas a la investigación agropecuaria. Ello es parte, como usted sabía muchos años antes de morir, del programa de las trasnacionales. A los investigadores del Colegio de Postgraduados y a los de Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias les vuelven a prometer la zanahoria verde, para reconvertirles en agencia de Monsanto y similares, y ya lo lograron con algunos. Ya ve, tenía razón para variar: “donde venden, compran”. Si la Universidad Autónoma Chapingo superase sus tendencias autodestructivas podría regresar a la historia nacional. Soy escéptico.

En fin, querido maestro Xolo, vivimos malos tiempos quienes dependemos de la agricultura. Pero en la brega seguimos, al menos algunos, estudiando maíces criollos, producción orgánica, historia, formando, escribiendo y editando. Los campes en la suya. Pídale a Tláloc y a Xilonen, seguramente a su lado, que no nos abandonen. Como usted nos instruyó, querido maestro, sin agricultura nacional, soberana y autosuficiente, no hay México posible. Que su pensamiento, mi querido Efraím Hernández Xolocotzi, siga dando guerra y que su cuerpo descanse en paz. Le abrazo, como siempre, años después de que nos dejó aquí, solos, confundidos, pero peleando.

Investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.

Mas detalles biográficos que dan fe de su enorme formación y profunda vocación.

Entrevista en YouTube

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