De la Burbuja Financiera a la Burbuja Científica (un sistema de publicación científica que no funciona)

Miguel Delibes, Profesor de Investigación del CSIC, se asemeja en muchos aspectos a su afamado padre, escritor del mismo nombre. Como él, atesora un semblante plácidamente benefactor. Y de Don Miguel también heredó su talante. Se trata de los pocos investigadores de mi Institución del que jamás he escuchado crítica alguna, sino todo lo contrario. Un lujo en nuestro mundillo científico. El otro día, en el rotativo Público.es apareció publicado un certero y breve artículo suyo que hacía referencia al de otro colega que no tiene desperdicio. El suyo llevaba el sugerente título ¿Burbuja científica? No puedo estar más de acuerdo con su contenido, del mismo modo que respalda mis tesis: el sistema vigente de publicación en las revistas científicas no funciona e irá a peor. Algo debemos hacer si queremos optimizar la financiación que invertimos en ciencia: monopolios, competitividad desaforada, equiparar la calidad con la cantidad, confundir los fines con los medios y otras lindezas de sabor ultraneodarvinista aquejan al acríticamente denominado sistema “objetivo” sistema de “revisión por pares” (o iguales)”. Esto tiene que cambiar y pronto.

miguel-delibes-de-castro-csic-espanaMiguel Delibes de Castro, CSIC, España

La analogía entre la burbuja financiera y la burbuja Científica, se me antoja francamente interesante, aunque no de cuenta de todos los puntos débiles del sistema actual de publicación que, para mi, es sencilla y llanamente perverso. Obviamente, tras leerlo uno podría pensar que Nature y Science son el problema. Presupongo que para Miguel tampoco, como de hecho insinua. Tan solo son se trata de las puntas del Iceberg, y como tales devienen en emblemáticas. Empero, como ya hemos comentado en otras ocasiones, las multinacionales que atesoran miles de revistas, es decir verdaderos monopolios, también constituyen un verdadero cáncer difícil de extirpar. Aunque hay más, mucho más.

Cabría recordar que estas últimas empresas, como Elsevier entre otras, han ido creciendo con los años tras absorber otras previas, muchas de las cuales pertenecían a sociedades científicas, nacionales e internacionales. Conforme nuestros avezados políticos generaban la perversa política, de confundir número de papers publicados en revistas internacionales, así como su factor de impacto con calidad de los estudios, y a la postre de los investigadores que los publican, se les ha regalado a estas compañías la dinamita para pervertir el sistema, del que extraen pingues beneficios. La ciencia no debiera ser un negocio, excepto cuando es subvencionada por las empresas. Empero al imponer unos precios desorbitados también son generadoras de una enorme discriminación (las instituciones pobres no pueden actualizar su conocimientos al mismo ritmo que las ricas), ampliando la brecha científica entre numerosos países en vías de desarrollo y subdesarrollados.

Tras este “objetivo” entramado, crecen las perversiones, como proliferan las setas de nuestros bosques en otoño. Miguel Delibes y Laurent Ségalat señalan varios problemas que nos aquejan con acierto y precisión. Sin embargo, debemos reiterar que hay mucho más.

Conforme aumenta el número de científicos y las demandas de nuestros “sabios” responsables de la política científica de publicar en revistas de mayor impacto y en mayor cantidad, se induce un escandaloso conflicto oferta/demanda. Tal oferta la otorgan las revistas, mientras que la demanda la constituimos los desesperados investigadores para no hundirnos en el abismo de un anonimato, que da lugar a la falta de financiación (conseguir nuevos proyectos), personal, infraestructura, imposibilidad de promoción, etc.

Aunque no suela mentarse, la revisión por iguales resulta ser una lotería, con el aliciente añadido de jugar con los números cargados. Si eres amigo del editor (…), empero si has mantenido controversias con el (….). Sin el documento a ser evaluado procede de un equipo afamado y/o de institución relevante (…), pero en caso de ser remitido desde un lugar humilde, o por un guerrillero que va por libre (…). Resulta del mismo modo insidioso que las revistas de estas sacrosantas editoriales publicitan su ególatra imagen según la cantidad de muertos que han dejado en el camino: “actualmente son rechazados el 90% de los artículos que nos remiten” (¡que way del paraguay!: Que machos somos). Hace falta ser chabacanos y tener mal gusto.

Del mismo modo, los temas de moda se imponen a la buena ciencia, por lo que no es extraño que ciertos amigos me reiteren hasta la saciedad que cambie de linea de investigación, para hacerlo en temas relacionados con el cambio climático u otros de moda de la misma güisa, ya que si sigo haciéndolo en mi línea de trabajo estoy perdido (efectivamente es así ¡estoy perdido!, ya, ya lo sé, ya sufro los estragos de mis decisiones). Y en verdad que por ejemplo, Science y Nature publican sobre tal tema basura inconcebible, incluso trabajos que jamás pasarían por el tamiz de otras de menor entidad. Pero una vez más, ese resulta ser (“once again”) una ínfima parte del problema. Hay tantos y tantos (…). Veamos algunos, tan solo como botón de muestra.

La Revisión por Pares, la Mala Educación y Mucho Más

Durante muchos años, las revistas científicas elegían a todos los referees. Como muchos de vosotros sabréis, actualmente demandan a los investigadores, al remitir un artículo, que les envíen algunos referees potenciales (es decir personas afines a sus tesis). ¿Cuál es la razón? Sencillamente que “nuestros iguales” suelen ser tremendamente desagradables en sus comentarios con los manuscritos de sus colegas. ¿Pero quien es amigo de quien en un mundo tan feroz?. Hace ya varios años que desde la editorial de una de las revistas de mayor impacto de mi especialidad se me envió un mail agradeciendo el tono de mis críticas y el ánimo que les brindaba a los autores para mejorar su manuscrito en lugar de escupirles a la cara (casi palabras textuales). Materia para la reflexión. Pero veamos otra anécdota que tampoco tiene desperdicio.

Ya son tres los colegas que tras visitas a USA me han comentado que por allí los grandes “popes” se encuentran tan agotados de avaluar papers que comienzan a enseñarles a sus becarios como “ayudarles” (y utilizo este vocablo por no hacer uso de otro más fuerte). No debe extrañar que este tipo de decisiones derive en que las críticas insensatas y la mala educación crezcan con el tiempo. Espero y deseo que no sea una práctica muy extendida. Sin embargo, insisto ya van tres un par de años, más o menos. ¿Evaluación por iguales? ¡Más madera!.

En otro post os mencioné como el editor de una de las revistas más importantes en el mundo, del ámbito de la medicina, declaró públicamente que estaba cansado de leer artículos escritos con un nivel de inglés pésimo. Y quedándose tan tranquilo enfatizó que una persona que no sabe escribir bien en esta lengua (es decir la del imperio) difícilmente podía publicar un estudio interesante. ¿razismo cultural?. ¡Más madera!. Si él tuviera que escribir en español (….). Por favor revivamos el latín, “una lengua muerta” que podría terminar siendo muy mordaz.

Las Cifras que no Cuadran

Si el número de científicos aumenta sin cesar, y cada vez se demanda de los investigadores que publiquen más papers y con un mayor factor de impacto las consecuencias que se derivan son obvias: (i) un incremento escandaloso del número de nuevas revistas (y las multinacionales frotándose las manos a costa de las bibliotecas de las instituciones científicas y universitarias); (ii) una mayor ansiedad e inducción al fraude y/o la mala praxis por parte de los científicos; (iii) la imposibilidad de leer todo el material que se publica, gran parte del cual resulta seres espurio; (iv) el colapso de las revistas de las editoriales con mayor impacto a la hora de recibir nuevos papers, aunque a la postre serán “los iguales” (¿o sus becarios?) los que acarrearán con la mayor parte del esfuerzo y gratis; (v) Por lo tanto, cuadramos el círculo proponiendo nuevas revistas, empero como estas comienzan con un factor de impacto bajo su valor decrece como el de las hipotecas basura.

Muchas de estas mismas editoriales, agobiadas por subir su factor de impacto, empujan (a veces con muy malos modos) a que los autores incluyan entre las referencias de su estudio varios pertenecientes a la revista en la que pretenden publicar, sean pertinentes o no. He tenido que padecer este problema últimamente. De hecho ya muchos avispados envían los trabajos con este gratificante regalo a los editores, no sea que el paper se caiga por tal nimiedad.

El problema

Los valores éticos de los científicos son exactamente los mismos que los de la sociedad que padecemos. Somos seres humanos corrientes y molientes. Si los valores de la sociedad se deterioran, tendrán su fiel reflejo en el comportamiento de los científicos. La amoralidad subyacente a la burbuja financiara es la que comienza a imperar, desde hace tiempo, en el colectivo científico (siempre hay excepciones, por supuesto). Y el “publish or perish (publica o perece) no resulta ser un dicho afortunado que ha calado entre los colegas, sino una cruel verdad que se encuentra erosionando los cimientos de la empresa científica.

La Solución

Nadie garantiza la veracidad de los resultados que se exponen en los artículos científicos. Y menos aun si se tiene en cuenta que la mayoría no son citados más que por sus propios autores, en el mejor de los casos. Tan solo en investigaciones puntuales de gran interés, revistas del prestigio de Science, Nature o PLoS ONE llevan a cabo tal examen. El lector debe darse cuenta que, a la vista de lo hasta aquí escrito, sería imposible a todas luces tal modo de proceder. “Son cientos de miles de papers los que se publican anualmente” La revisión por pares lo único que genera es ruido, contaminación escrita, gasto de papel y atentado contra nuestros recursos naturales (bosques).

La solución resulta ser mucho más sencilla de lo que uno pudiera imaginar. Por un lado, se encuentra el movimiento en Open Access (revistas digitales en abierto -gratuitas para el lector- y en las que se cobra un módico precio a los autores, si el artículo es aceptado para su publicación). Las bibliotecas de las Instituciones en EE.UU. han hecho los cálculos, llegando a la conclusión que es mucho más económico para todas las partes, excepto, lógicamente, para los monopolios aludidos. Sin embargo, también es viable subir los artículos a depositorios institucionales (habría que organizar, es decir, llegar a un acuerdo organizativo en la materia, a la hora de buscar un sistema que no discrimine las contribuciones procedentes de los entes más modestos, aunque todo ello es viable), que al no necesitar límites a su extensión deberían incluir todos los datos y procedimientos, de tal modo que se garanticen la replicabilidad de los experimentos y/o resultados. Le evaluación de cada artículo finalmente sería semejante a la actual, ya que son el número de las descargas contabilizadas, así como el de las citaciones de cada uno en otros. Tal es el modo de proceder el que nos informa de si un estudio ha tenido éxito, o no, entre la comunidad de científicos a los que iba desnatada.

La pregunta del millón resulta evidente: entonces, ¿porque no se hace? La respuesta también es trivial: ¡El poder es el poder!. El ser humano lo desea desde siempre, y descentralizar tal tesoro deviene en un serio problema a los que se afanan por ostentarlo, caiga quien caiga. No conviene olvidar que los científicos somos aquí tanto parte del problema (los editores son científicos, los evaluadores también), como quizás de una futura solución. Echar balones fuera es síntoma de connivencia con un sistema injusto y obsoleto.

Juan José Ibáñez

¿Burbuja científica?

Fuente: Público.es. 26 Jun 2010

MIGUEL DELIBES DE CASTRO

Profesor de investigación del CSIC

No es preciso recordar a nadie que con el asunto Lehman Brothers reventó una gigantesca burbuja financiera global, cuyos efectos nos han sumido en una crisis galopante. La presión por obtener rendimientos inmediatos y la ausencia de control posibilitaron la búsqueda de ganancias a corto plazo, las operaciones de riesgo, la dependencia de unas pocas entidades financieras y los comportamientos irregulares, un cóctel peligroso que nos llevó adonde nos llevó. En un interesante artículo de opinión publicado en la revista de la organización Europea de Biología Molecular (EMBO reports 11: 86-89, 2010), Laurent Ségalat encuentra inquietantes paralelismos entre la organización del sistema financiero previa a la crisis y la del sistema científico actual. “Los mismos síntomas y ¿los mismos peligros?”, se pregunta.

Señala Ségalat la enorme competencia por publicar en las revistas de más impacto, tipo Science y Nature, lo que concede a estos órganos y sus empresas, cuyos intereses no tienen por qué coincidir con los de la ciencia, un enorme poder, y hace a los científicos extremadamente dependientes de sus criterios. La analogía con el sistema financiero le parece obvia: la economía global, e incluso los gobiernos, dependen de unos pocos bancos poderosísimos cuyos intereses no coinciden con los de los países y la economía general. Para publicar en las grandes revistas, señala también, no basta la calidad sino que, a menudo, hay que presentar resultados inesperados y espectaculares. De nuevo aparece la analogía con las operaciones financieras de riesgo, con los pelotazos. La competencia por unos pocos espacios en las mejores revistas estimula el fraude, la manipulación de datos, la publicación de errores que luego se han de corregir (incrementando de paso el número de citas). Esos artículos huecos de verdadero conocimiento serían para el sistema científico análogos a los activos tóxicos del sistema financiero, de los que tanto oímos hablar en su día.

Hay más cosas, pero no puedo mencionar todas. Como en las finanzas, dice Ségalat, a menudo confundimos en ciencia el éxito y el brillo con el mérito real, entendemos la publicación como un fin, no como un medio, y carecemos de sistemas de control efectivos. Durante décadas se ha dejado a los mercados financieros que se regularan a sí mismos, pensando que el sistema mejoraría de un modo natural. Ya sabemos lo que pasó. También el sistema científico carece en general de regulaciones externas y se autoorganiza, imaginando que el fruto de la competencia feroz lo hará mejor. Las similitudes son muchas, y tal vez el estallido de la burbuja financiera debería hacernos pensar si existe una burbuja científica.

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20 comentarios

  1. ¿Plos ONE revisa sus artículos con rigor? Tengo una serie de correos electrónico cruzados con uno de los editores que demuestran que no es cierto.

    Plos One solo ha comenzado ha tener «cotización» (impacto) este año y no pasa del 4, muy lejos de las otras que se citan en el post: «Tan solo en investigaciones puntuales de gran interés, revistas del prestigio de Science, Nature o PLoS ONE llevan a cabo tal examen.»

    Lo siento pero la ciencia buena se publica en las mejores revistas.

    Un científico es: sus trabajos en revistas científicas del mayor impacto posible según su área de tabajo, su divulgación científica, sus proyectos de investigación, su colaboración con la empresa y patentes (si procede según su especialidad) y sus tesis «bien dirigidas».

    En ciencia no todos somos iguales hay gente que trabaja y otros que no.

    ¿Si no se usan datos de producción, como se valora la aportación de un científico? ¿Por su verbo fácil y grácil?

    Por favor, no volvamos al tiempo de los patronatos y al de las revistas españolas dirigidas por una «camarilla imperial».

    Saludos y ánimo

  2. Ante este tipo de comentarios uno no sabe si reír o llorar. Tengamos sentido del humor. ¡¡¡jajaja!!!. Eso si, para insinuar que uno es tan buen científico, extraña que se esconda en el anonimato. La cobardía de siempre tirar la piedra y esconder la mano. Por esta vez pase, pero no tendrás otra, colega.

    Su recetario parece el manual fundamentalista de un defensor a ultranza del establishment. ¿No será usted editor de una revista verdad?. Y los fundamentalismos son malos.

    Comencemos por el final: “Por favor, no volvamos al tiempo de los patronatos y al de las revistas españolas dirigidas por una “camarilla imperial”.

    Cuando se confunde un pasado oscuro con un futuro prometedor que defiende una información libre y sin trabas se demuestra que el lector no se entera de nada de lo que ocurre en el mundo de la ciencia actualmente. Desconoce lo que se cuece USA, lo que opinan las autoridades gubernamentales, científicas y académicas de muchos países, etc.

    Los recetarios fundamentalistas de bolsillo no sirven para nada. Es obvio también que usted es un defensor de la globalización económica, esa que impide a los investigadores de los países pobres acceder a las novedades científicas. Tufillo fascistoide que no merece mayores comentarios. Gran parte de los investigadores de USA no piensan como usted y valoran mucho PLOs ONE (y otros PLOs…..).

    Pero atienda al lector a la siguiente frasecita que no tiene desperdicio

    “¿Plos ONE revisa sus artículos con rigor? Tengo una serie de correos electrónico cruzados con uno de los editores que demuestran que no es cierto”.

    ¿Ah sí??. Jajajaja. ¿Los editores de PLOs ONE “dicen reconocer” que los artículos publicados en su revista carecen de rigor?. Se trata de una acusación muy grave. Si usted fuera un científico honesto debería denunciarlo. “Lo único que me parece cierto aquí es que usted miente. Yo estaría encantado en publicar esos correos en el blog. ¿Porque no nos los envía con nombres y apellidos”.

    No merece la pena seguir, pero ya te informo que sin nombres y apellidos te borraré cualquier comentario.

    Ya has hecho méritos….. ya sabes a que me refiero.
    Mañana no estaré disponible para atender el blog, así que aprovecha, aprovecha defensor de que el sistema científico actual es perfecto.

    Juan José Ibáñez

  3. ¿Cómo puede nadie tener la osadia de venir a pregonar lo que es ciencia buena y firmar Pepito Grillo?

    Por favor JJ, no borres éste tipo de comentarios.

  4. Me sorprende la virulencia de las respuestas.

    Por eso utilizo el seudónimo.

    Si Plos ONE, no es riguroso en la revisión de algunos artículos.

    Y como los he pillado pues lo escribí.

    Me ofrecieron la posibilidad de que añadiera mis comentarios a la publicación pero me pareció un poco feo y por eso me puse en contacto con los autores que reconocieron su error.

    Siguiendo esa misma regla, prefiero guardarme los correos, pero si tienes mucho interés dame una cuenta privada, tu compromiso de no difundirlos y te los paso.

    Habían utilizado una foto de una especie en vez de otra.

    Lo peor es que habían utilizado pirosecuenciación para generar multitud de secuencias de una especie determinada.

    La pregunta que surge a continuación es: ¿pertenecen esas secuencias a la especie que aparece en el título o a la especie de la fotografia que dicen que es la del título pero lso autores admiten que no es?

    Por otra parte la especie del título del trabajo no llega tan al norte y la de la fotografía si.

    El editor admite que no es de la especialidad.

    Y eso es Plos ONE una revista que publica cosas buenas y que mete la pata en otras.

    Los otros Plos, más especializados, son muchos más cuidadosos y rigurosos.

    Por cierto, yo también estoy a favor del acceso libre y publicar sin pagar.

    Y sin estar con miedo a que me critiquen mi inglés, aunque tuve la suerte de ir a un colegio atípico, donde teníamos en los años 60, 3 horas de inglés diarias con ingleses que no entendían español. Además era laico, no había clase de religión. Y por suerte o desgracia yo sigo siendo católico practicante. Ya se ve que el medio no influye tanto como se dice.

    Por vuestros comentarios creo que sois españoles. Es malo generalizar pero los españoles somos bastante viscerales e intolerantes. Un poco menos de esto y un poco más de crítica positiva sin descalificar al que discrepa, solo por hacerlo, haría de este país un lugar mejor.

    Utopía.

    PS. Por cierto Juanjo, ¿los comentarios no aparecen automáticamente?¿los apruebas antes de que se publiquen?

  5. Junajo, PERDON,PERDO, PERDON!!!!!

    Los comentarios si que aparecen automáticamnete.

    Siento haber dudado.

    PERDON millones de veces

  6. Pero Pepe, ¿Eso es todo?. Problemas como este surgen todos los días. Y en Science y Nature muchos peores y sancionados por comités de Ética y Fraude Científico. Y sin embargo las editoriales de estas revistas no se molestaron en retirarlos o advertir al lector.

    Te recomiendo que leas “La Anatomía del Fraude Científico” de Horacle Freeland repleta de casos constatados (y con abundante argumentación, pruebas, juicios, etc.) de fraude en esas afamadas revistas y otras muchas.

    No me digas que firmas como Pepito Grillo por la virulencia de nuestra respuesta que en cualquier caso fue posterior a tu comentario con pseudónimo.

    Y no, no somos Españoles, ni si quiera terrestres, procedemos del planeta “Factor h” y analizamos la perfección del sistema terrestre de valoración científica ya que el nuestro adolece de muchos defectos. Ya que el vuestro es SUBLIME!!!!!!!!!, como Horacle Freeland entre otros demuestra CON CONTENDENCIA.

    FIN DEL COLOQUIO

    Saludos cordiales,
    Juanjo Ibáñez

  7. No aparece el último comentario que escribí.

    ¿Por qué?

    No me parece que lo que escribí fuera tan malo.

    Salud

  8. Joaquín,

    Te aseguro que yo no lo he borrado (al mwenos intencionalmente). Caso que me permnito hacer alguna vez si entramos en descalificaciones, pero no ha sido el caso. Por favor vuélvelo a insertar y si vuelve a ocurrir me avisas para que de notificación a los técnicos.

    Lo lamento mucho.

    Juan José Ibáñez

  9. Hola:

    Ayer estaba hoy no.

    Los comentarios solo los borra el administrador del blog.

  10. Pues te reitero que ha posiblemente fuera yo al intentar borrar otros. A ciertos post muy básicos sobre el suelo entran muchos estudiantes muy jóvenes y si no encuentran lo que quieren dicen atrocidades. Otras veces anuncios de páginas porno, otras, etc……..

    Te invito a que añadas el comentario de nuevo, pero si quieres lo hago yo.

    saludos y mil perdones

  11. Este es el cometario de Pepito Grillo que seguramente borré involuntariamente. Mil perdones «once again».

    Juanjo Ibáñez.

    Pepito Grillo decía:

    No soy de los que crees. Pero virulentos fuisteis, seguro que por experiencias pasadas. Desde luego no era mi intención ofender. Mi comentario se basaba en esta frase de tu post (como siempre interesante, controvertido y provocador, como ten que ser): «Tan solo en investigaciones puntuales de gran interés, revistas del prestigio de Science, Nature o PLoS ONE llevan a cabo tal examen. » En base a mi experiencia documentada decidí intervenir y no os ha gustado. Lo siento. Intentaré hacerlo mejor la próxima vez Sobre lo del comité de ética también se podría hablar pero no te veo proactivo y para que te enfades más. Es licito que un comité decida lo que está bien o mal? Cuantos especialistas había ? Cuantos conflictos de intereses?: los mismos que en los ejemplos que citas. También he vivido bastantes años en USA y su actitud es más abierta y cooperativa que la europea, que en mi modestísima opinión es sectaria a más no poder. Y en España además está extremadamente politizada. Un abrazo

  12. ¿Críticos? Nunca en la Historia de la Ciencia se había dado una relación tan eschecha e indigna entre los científicos y la política. Babean como perfectos idiotas solicitando subvenciones a fondo perdido. Y los califico de idiotas por muchas razones. Para el acceso a las universidades no se exige un nivel mínimo de inteligencia. Cualquier idiota con algo de memoria puede acceder a la «formación» universitaria. De ahí la multitud de idiotas titulados contratados en los medios, que se dedican a la investigacion subvencionada para ineptos o a la «enseñanza», limitada por su propia incapacidad intelectual.

  13. Very nice info and right to the point. I don’t know if this is really the best place to ask but do you guys have any ideea where to employ some professional writers? Thanks in advance 🙂

  14. I’m not sure if I understand to you correctly. Are you a professional writer looking for work?. The question is very ambiguous. Could do you be more concise?.

    Best regards

    Juanjo Ibáñez

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