Cuando leí por primera vez la nota de prensa de la que hablaremos hoy me pareció lo suficientemente interesante como para escribir un post sobre el tema.  Sin embargo, tras una segunda lectura, algo no me cuadraba. México, D.F. es una de las urbes más grandes del mundo, cuya calidad del aire resulta ser lamentable debido esencialmente al denso tráfico de  vehículos e industrias aledañas. Todos los estudios precedentes hacían énfasis en este hecho. Sin embargo, en la traducción al castellano del Noticiero ARS se comentaba que: “la erosión eólica es una de las causas principales de las altas concentraciones de PM10 en la Ciudad de México”. Por esta razón busqué y leí el abstract del artículo original que daba lugar a la noticia. Entonces todo quedó aclarado. Reiteramos que la iniciativa de traducir al español-castellano las noticias científicas en inglés me parece digna de encomio. Ahora bien, una deficiente traducción confunde al ciudadano. Y cuando tal hecho se repite en demasía, sin adoptar las medidas correctoras oportunas, resulta más prudente desistir, por cuento “el remedio es peor que la enfermedad”. Si estos despropósitos los lleváramos a cabo los hispanoparlantes, los hijos del Tio Sam nos llamarían subnormales y analfabetos (sin comentarios). Veamos lo que una mala traducción logra conseguir.
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México D.F., como otras muchas ciudades del mundo, padece episodios con tormentas de polvo. Al parecer, estas provienen del lecho del Lago Texcoco (actualmente carente de agua, parcial o totalmente, lo cual personalmente desconozco), así como de las tierras agrarias del este y sudeste de la capital. Obviamente, en esos momentos la cantidad de partículas atmosféricas PM10 aumenta súbitamente, agravando un problema (la contaminación urbana) ya de por sí muy serio para la salud de los habitantes. Ahora bien, reiteramos que es archiconocido que la contaminación del aire por estas partículas obedece generalmente al parque automovilístico (en especial los motores diesel) y la industria (ver enlaces al final del post).  Por tanto, resulta una aberración denunciar quela erosión eólica es una causa principal de las concentraciones altas de PM10 en la Ciudad de México”, por cuanto es palmariamente falso. La calidad del aire, por ejemplo, también empeora notablemente en las ciudades de la cuenca Mediterránea, como Madrid, cuando nos alcanzan los vientos saharianos. Pero,  ¿y el resto del año? En fin el trabajo de los gabinetes de prensa de las instituciones científicas, incluso las de gran prestigio, y de países como EE.UU., dista mucho de ser ni tan siquiera razonable. Todos cometemos errores, pero en el Noticiero ARS de la USDA estos últimos se repiten un día sí y otro también.
Quedémonos con la parte positiva. Día a día, se constata como la erosión del suelo genera cargas de partículas que deterioran la calidad del aire, afectando incluso a ciudadanos a grandes distancias del foco erosivo. Con vistas a preservar su salud, y siempre que sea posible (lo cual depende con harta frecuencia, de las situaciones socioeconómicas de cada país, aunque también de la desidia-interés de sus gobernantes) convendría analizar el origen de las mismas, y si se encuentran en el territorio nacional, cambiar los sistemas de labranza, con vistas a que el suelo permanezca todo el año cubierto de vegetación en las áreas fuente de tales sedimentos. Sin embargo, a veces el problema se complica si también son emitidas desde zonas naturales bajo climas áridos o semiáridos, o antiguas lagunas desecadas.
Juan José Ibáñez

Modelación de la erosión y las partículas de materia

Por Ann Perry
5 de agosto de 2011
Un científico del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y sus colegas han combinado modelos de la erosión eólica y patrones del clima regional para simular las fuentes y la dispersión de las partículas de materia—tales como trozos pequeños de suelo y otras sustancias—en las tormentas de viento cerca de la Ciudad de México.
Las personas que inhalan las partículas que tienen un diámetro de 10 micrómetros o menos (conocidos como PM10) pueden desarrollar los problemas respiratorios. Por consiguiente, los oficiales de salud pública quieren predecir cómo estos contaminantes en el aire se dispersan con el tiempo.
Científico del suelo John Tatarko, quien trabaja en la Unidad de Investigación de la Ingeniería y la Erosión Eólica mantenida por el ARS en Manhattan, Kansas, colaboró con científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México en este estudio. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés).
El grupo combinó dos modelos existentes para explorar cómo el viento erosiona el PM10 de los campos agrícolas y los lagos secos cerca de la Ciudad de México, donde la pobre calidad del aire es una preocupación continua. El primer modelo era el Sistema de Predicción de la Erosión Eólica (WEPS por sus siglas en inglés), el cual fue desarrollado por científicos del ARS para simular las tasas de pérdidas del suelo, emisiones de PM10 y otros datos relacionados con sucesos específicos de erosión.
El segundo modelo fue desarrollado en el Instituto Karlsruhe de Tecnología en Alemania, y se llama el Modelo Multiescala del Clima y la Química (MCCM por sus siglas en inglés). Este modelo combina información sobre las condiciones meteorológicas y otros factores para producir estimaciones del transporte de contaminantes en el aire. El sistema de modelos combinados se llama MCCM-WEPS.
Los investigadores colectaron datos de campo relacionados con cuatro tormentas de polvo cerca de la Ciudad de México durante la estación seca. Luego compararon las tasas de erosión de PM10 de estas tormentas con las simulaciones por MCCM-WEPS de las tasas de erosión causadas por las mismas tormentas.
El grupo descubrió que las tasas simuladas por MCCM-WEPS generalmente se alinearon con las tasas de erosión de PM10 que ocurrieron en realidad durante las tormentas de polvo, y los modelos simularon con precisión las dispersión de PM10 a favor del viento.
El modelo también sugiere que el transporte horizontal de PM10 se acelera cuando los corrientes de viento se mezclan y forman sistemas de baja presión atmosférica, los cuales provocan el movimiento hacia arriba de las partículas. Estos hallazgos combinados indican que la erosión eólica es una causa principal de las concentraciones altas de PM10 en la Ciudad de México.
Los resultados de este estudio fueron publicados en ‘Aeolian Research‘ (Investigaciones Eólicas) en el 2010, y apoyan la prioridad del USDA de responder al cambio climático.
Artículo Original
Abstract
Using wind erosion and air quality models, a study on the effect of PM10 from aeolian erosion episodes in Mexico City is presented. The important contribution of aeolian erosion on urban air quality, its genesis, morphology, location and regional implications such as the role played by surface confluences, the dry Lake of Texcoco and agricultural lands to the east and south-east of Mexico City is established. All analyzed episodes showed that wind erosion is a major cause of high PM10 concentrations in Mexico City. The wind erosion and air quality models used here provide useful computational tools to study the aeolian erosion phenomenon, its sources and impact on urban regions
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