Hace ya un par de décadas que el antiguo Presidente de la Sociedad Española de la  Ciencia del Suelo, Carlos Roquero, me mostró en un corte de carretera los silos celtas bajo el suelo, Se trata de  huecos escavados en el tereno en donde estos pueblos almacenaban alimentos tras precocinarlos, con vistas a poder abastecerse de ellos en tiempos de escasez, como las estacionales. Los suelos de la Península Ibérica se encuentran repletos de tales estructuras, no siendo inusual observarlos cuando uno viaja en automóvil. Desconozco la razón  por la que este tema se me ha pasado por alto durante mi andadura a lo largo de más de siete años en esta bitácora. ¡Nunca es tarde si la dicha es buena! Tal hecho no debe extrañarnos por cuanto los alimentos pueden conservarse allí durante mucho tiempo, si la construcción de estos arqueo-silos se realizaba adecuadamente, como también el preparado de los comestibles. La noticia de hoy nos informa sobre todo ello. Así, por ejemplo el grano se tostaba, mientras que las paredes de los silos se recubrían de arcilla endurecida por su exposición al fuego. Posiblemente también se almacenaran otros alimentos. Del mismo modo, si adicionalmente realizaban algún tipo de trashumancia, estas neveras subterráneas podían resultar de gran ayuda para autoabastecerse al llegar a una localidad desde otra. Francamente, no soy experto en la cultura celta, ahora bien, tal práctica era prerromana y muy frecuente, como puede desprenderse de lo dicho anteriormente. El recubrimiento de arcilla protegía los consumibles de su, humedecimiento y putrefacción, impidiendo de paso que fueran detectados por otros animales. El principio, curiosamente, es el mismo que el mostrado en la agricultura natural de Fukuoka, es decir el procedimiento para elaborar el “nendo dango”.Por tanto, sospecho que otros pueblos ancestrales realizaran prácticas similares con vistas a abastecerse de comida en tiempos o estaciones críticas. ¿Tenéis alguno de vosotros testimonios de procedimientos similares en otros lares?

 

Juan José Ibáñez

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Silos Celtas bajo el suelo. Fuente: Pidpaz

Hallado un lápiz de 2200 años en La Vila Joiosa. Fuente: El País.com

El equipo de arqueología del Ayuntamiento de la Vila Joiosa (Alicante) ha localizado en el yacimiento de la excavación Les Ribetes un stylus de hueso o punzón para escribir en tablillas de madera, que data de los siglos II/I a.C., y que simboliza la transición de la época íbera a la romana.

La pieza se ha encontrado en otro hallazgo, un silo circular de 1,8 metros de diámetro, fechado hacia finales del s.II a.C., perteneciente a la fase más antigua del yacimiento, el Ibérico final, según ha informado en un comunicado el Ayuntamiento de La Vila. Aunque es un yacimiento íbero, su fecha corresponde a una época en que se vivía bajo la dominación romana. Estas excavaciones arqueológicas se han realizado con motivo de las obras del gran colector de aguas pluviales en el centro de la ciudad.

Los silos son grandes hoyos excavados en el suelo enlucidos de arcilla y quemados para endurecerla, donde se almacenaba grano tostado para considerarlo durante el año. Cuando se abandonaban, se rellenaban con todo lo que se tenía a mano, por lo que suelen dar objetos «muy interesantes», comola pieza encontrada, que, según ha indicado el consistorio vilero, «ocupará un puesto en las vitrinas del nuevo museo de Villajoyosa.

«El nuevo stylus de hueso se une a otros dos ejemplares decorados de bronce de Vilamuseu, uno de los cuales se encuentra en préstamo representando a Allon (La Vila Joiosa) en la sala del Museo de Prehistoria y de las Culturas de Valencia, dedicada a las diez ciudades romanas de la Comunidad Valenciana, según ha explicado el concejal de Patrimonio Histórico, Pepe Lloret. La pieza del yacimiento de Les Ribetes revela el tránsito de la sociedad ibérica a la romana.

Un extremo del stylus tiene forma de punzón para escribir y el otro es como las gomas de borrar; presenta una superficie biselada plana para aplastar lo escrito en la cera y así borrarlo. Asimismo, esta pieza «revela un momento histórico en que se estaba viviendo el paso de la época íbera a la romana, puesto que el stylus es un instrumento romano».

Los sondeos arqueológicos realizados en 2011 previos a las obras del gran colector de pluviales, llevadas a cabo por la empresa Aquagest, han permitido descartar la excavación arqueológica de aproximadamente el 90% de la superficie de las obras, por lo que ha sido una acción de coordinación, prevención y planificación entre las Concejalías de Urbanismo y Patrimonio Histórico y la empresa, que ha permitido «delimitar exactamente las áreas arqueológicas que era necesario excavar».

Los trabajos han permitido conocer por primera vez los límites de la ciudad romana de Allon hacia el este. Según han indicado las mismas fuentes, antes de las obras de la carretera nacional en los años 30, la costa de Allon era una sucesión de espolones rocosos que dominaban el talud costero, con un desnivel de 20 metros sobre la playa.

Además, una especie de línea ondulada cuyos entrantes eran barrancos penetraban en perpendicular a la costa hacia el interior, y obligaban a subir hasta la actual plaza de Juan Carlos I–popularmente conocida como La Creueta– para sortear el barranco del Censal y el Barranquet y dirigirse hacia la parte oriental del territorium de Allon, es decir, de la comarca de la Marina Baixa.

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