Todos vosotros sabéis que a los seres humanos les atraen ciertos números simples, a los que a menudo les otorgan propiedades mágicas. No nos referimos a  aquellos que aparecen en las estructuras puramente matemáticas como sería, entre otros el número pi (ver Wikipedia), sino a aquellos que surgen constantemente en la vida cotidiana, como es el caso … «7», del que tanto os he hablado (ver abajo varios post relacionados con el tema). El Psicólogo experimental George Miller, de formación matemática, realizó el primer trabajo científico sobre el tema y que podéis leer en acceso abierto pinchando aquí. Personalmente me topé con la mismo número y sentí también su confusión al enontrarlo reiterativamente con él al analizar las estructura matemática de las clasificaciones biológicas y edafológicas, incluyendo también los códigos internacionales de nomenclatura. En El Congreso Mundial de Suelos de Filadelfia (2006) fui invitado para hablar de estos asuntos en la conferencia inaugural al simposio sobre Clasificación de Suelos. Seguidamente, y como veréis más abajo, recientemente publicamos un libro sobre taxonomías que llevaba el título de “Magic Numbers”, al que podéis acceder pinchando en uno de los post que os detallo abajo.  Desde el trabajo seminal de Miller, el debate sobre este numerito de marras ha sido intenso. Algunos lo han calificado de leyenda urbana, pero otros muchos no. Así por ejemplo, el afamado David Ruelle en su interesantísimo libro de divulgación “El Cerebro de los Matemáticos” (The Mathematician’s Brain, 2007, Princeton University Press) entiende que la ubicuidad del “7” es un hecho incuestionable. Más aun, David llega a la misma conclusión que yo, a pesar que él es una figura de las matemáticas y yo un “borrico” que me intereso por las mismas.  Ambos avalamos los razonamientos de Miller al conjeturar que se debe a las limitaciones de nuestra memoria reciente o de trabajo. Resulta difícil asignar un objeto rápidamente a una categoría cuando se presentan al observador más de siete a la vez. Ruelle nos recuerda que los números telefónicos con más de siete cifras (eliminando prefijos) son difíciles de memorizar.  También en otro post os narramos un caso que mostraba como la elaboración de los diccionarios corrientes se basaban en una jerarquización subyacente de siete ítems. Más aun estudios recientes dicen haber demostrado que esta limitación, entorno al siete, también acaece en el cerebro de los chimpancés.

La cuestión sobre este y otros números deviene en que terminan atrayendo la atención de muchos ciudadanos, dando lugar a fantasiosas, esotéricas y mistas narraciones sobre el poder de estos ¿símbolos?, como las que os narro abajo. ¿Tan solo una ilusión?. Posiblemente sí. Ahora bien, encontrar una explicación científica ayudaría a desmontar tales mitos. Debe quedar claro que hablamos de conjeturas o hipótesis ya que el dilema dista de haber sido resuelto. Reitero Ruelle y yo, encontramos muy razonables los argumentos de Miller.  Efectivamente, la aparición del “número mágico siete por doquier” bien podría ser debida a que la memoria reciente en la mente humana tiene dificultades para recordar números largos y discernir a que categoría pertenece un determinado objeto cuando se le presentan más de siete alternativas. Y por esta razón tendemos a dividir, fragmentar, categorizar alrededor del “7”, comportándose éste como moda más que una media, desde el punto de vista estadístico. Y así, la semana tiene siete días, los jinetes de la apocalipsis son siete, como los siete pecados capitales, etc. etc., etc. Se trata simplemente de la proyección de nuestras mentes hacia el mundo exterior a la hora de organizar (categorizar, clasificar) las estructuras naturales en nuestra memoria (entendida como un sistema de información que necesita ser eficiente), teniendo en cuenta inconscientemente la estructura y limitaciones de nuestros sistemas cognitivos.   Dicho de otro modo, defiendo que no tienen razón los que hablan de leyendas urbanas, al igual que los que les otorgan propiedades sobrenaturales. Desde la perspectiva de tal conjetura, si nuestra mente atesorara una memoria reciente capaz de almacenar y recuperar la información de más categorías (digamos por ejemplo 20), tal magia se disolvería, por cuanto el número siete sería reemplazado por otros superiores (en el supuesto aludido alrededor de 20). Empero en lugar de descalificar con razonamientos científicos este y otros números deberíamos buscar las razones subyacentes, porque entre la mitología y el desprecio, a menudo existen explicaciones heurísticas mucho más enriquecedoras de lo que pudiera parecer en primera instancia.

Veamos pues ahora una interpretación esotérica cuyo título reza así: El 7: ¿Por qué es un número mágico? ¿¿??. Despreciar apriori sin más un cierto análisis, nunca deviene en solución científica. Por cierto cuando era pequeño y me preguntaban cual era mi número favorito siempre respondía «el siete».

Juan José Ibáñez

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El 7: ¿Por qué es un número mágico? En el Blog Sincro-destino

Desde la antigüedad, este dígito encerró un halo de misterio. Para Pitágoras era “el número perfecto”, Alighieri lo usaba en sus obras y la Biblia lo menciona con frecuencia. ¿Qué secreto oculta? De las siete maravillas a los siete pecados capitales, las claves de una cifra que tiene poder en sí misma.

El 7 es considerado un número mágico porque se compone del sagrado número 3 y del terrenal número 4 estableciendo, así, un puente entre el cielo y la tierra. Si asociamos el número 14 a la tierra con sus cuatro elementos y sus cuatro puntos cardinales, con el sagrado número 3 que simboliza la perfección, llegamos al número 7, que representa la totalidad del universo en movimiento.

“El número siete -dijo Hipócrates- por sus virtudes ocultas, tiende a realizar todas las cosas; es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la Luna cambia de fase cada siete días: este número influye en todos los seres sublimes”.

Su simbología se obtuvo, probablemente, a partir del cielo, donde los siete planetas clásicos forman un todo: el septenario. El Sol, la Luna y los planetas visibles: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La inmensa mayoría de símbolos de siete elementos en el mundo entero derivan de este modelo celeste de las siete esferas.

Hay, además, una gran concordancia entre el número 7 y el 12: como 3 y 4 suman 7, tres veces 4 hacen 12, que son los planetas y los signos derivados de la misma raíz y participan con el 3 por la divinidad y con el 4 de la naturaleza de lo inferior.

El 7 está en todo

Vamos a encontrar tantas relaciones y aplicaciones del septenario (el nombre que se le da a los siete planetas clásicos en Astrología y, por extensión, a todo aquello que consta de siete elementos) que sería difícil enumerarlas todas. Veamos algunas: el número 7 está presente en la semana compuesta por siete días y en las fases lunares que duran siete días cada una y, a través de las cuales, surge el mes.

A la simbología del 7 pertenecen, por supuesto, los grupos de los siete elementos como los siete mares del mundo, las botas de las siete leguas y los siete enanitos.

En la Edad Media se conocían siete formas de arte y, desde el inicio de la humanidad, conocemos los siete milagros del mundo. Las siete columnas sobre las que se edificó Roma pertenecen al mismo tipo de simbología que las siete columnas sobre las que se construyó el Templo de la sabiduría de Salomón: en la casa de Dios sobre la tierra se unen el tres divino con el cuatro terrenal.

Al igual que el principio de Hermes, “Como es abajo, es arriba, como es arriba es abajo para que perpetúe el milagro de la Unidad”, así ocurre con el siete celestial, que tiene su correspondencia en el siete terrenal y en los siete metales que -a su vez- constituyen los siete pasos del proceso alquímico. La Lira, el instrumento sagrado de Apolo, consta de siete cuerdas que originaban los tonos de los siete planetas, los cuales elevaban el espíritu del hombre. Los siete colores del arco iris también nos muestran al septenario como regulador de vibraciones.

De acuerdo a Cornelio Agrippa, los siete ángeles que asisten ante la faz de Dios son:

-Para el Sol, el ángel de la Luz , Miguel.

-Para la Luna, el ángel de las aspiraciones y de los sueños, Gabriel.

-Para Mercurio, el ángel civilizador, Rafael.

-Para Venus: el ángel del amor, Anael.

-Para Marte, ángel exterminador, Samahel.

-Para Júpiter, el ángel dominador, Zadkiel.

-Para Saturno, el ángel de la solicitud, Zaphkiel.

Los pecados (o vicios capitales) también se pueden asociar con el septenario: la soberbia al Sol, la avaricia a Saturno, lujuria a Venus, la ira Marte, la gula Júpiter, la envidia a Mercurio, la pereza a la Luna. Como contrapartida, sucede lo mismo con las siete virtudes cardinales.

La dualidad del número siete aparece reflejada en la expresión bíblica “siete años de vacas flacas y siete años de vacas gordas”. Además, el 7 es frecuentemente empleado en la Biblia: en el candelabro de siete brazos, los siete espíritus reposando sobre la vara de José, los siete cielos donde habitan las órdenes angélicas y Salomón que construye el templo en siete años.

El 7 y los Astros

Para la Astrología, es bien conocido que el ciclo de siete suele ser un ciclo crítico por dos razones: o por el ángulo hostil que forma la Luna con el Sol cada siete días (llamados días críticos) o por el ciclo de Saturno que hace un aspecto hostil con su posición inicial cada siete años. El 7 es el número, según se ha señalado, de la finalización de un ciclo y su renovación. El séptimo día el Creador dejó de trabajar y descansó e hizo de éste un día santo: el shabat no es, por ende, su reposo exterior sino su coronación, su finalización en la perfección, y no solamente el séptimo día, el séptimo año también es de reposo.

El número 7, por la transformación que inaugura, posee en sí mismo un poder: es un número mágico.

Patricia Kesselman

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2 comentarios

  1. para que sepais mas de numerologia y lo importante que es……deberiais leer esto

  2. EL NUMERO 7 ES UN NUMERO DIVINO Y TERRENAL,QUE HACE ESTE NUMERO EN ESTE PLANETA Y EN ESTA EPOCA? FACIL RESPUESTA!!!ES EL NUMERO DE LA VIDA Y CREACION…….

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