Edafodiversidad y Biodiversidad 3. Edafodiversidad y Geodiversidad

Edafodiversidad y Biodiversidad 3. Edafodiversidad y Geodiversidad

 

 

A pesar del impacto de estos conceptos en el campo de la ecología, desafortunadamente apenas se han abordado estudios que demuestren su relevancia en el análisis de las estructuras abióticas de los ecosistemas y paisajes, como este administrador lleva clamando desde hace más de una década, sin el menor éxito entre los geólogos. La caracterización y cuantificación de la diversidad de suelos, fisiografía, litología, etc., como recursos no renovables a escala humana, debería ser considerada a la hora de estimar el valor ecológico de un territorio. Paralelamente, este tipo de aplicaciones puede ser útil para explorar, cuantificar y comparar la complejidad de los paisajes de suelos, el modelado terrestre, etc.

Recientemente, estimulados por los movimientos conservacionistas y la cobertura mediática recibida por la Convención sobre Biodiversidad (UNEP, 1992) diversos investigadores de las ciencias de la tierra han comenzado a abordar el tema de la conservación de los recursos naturales no biológicos.  EL Patrimonio Geológico y la Geodiversidad adquieren así un valor científico, cultural, educativo y/o recreativo, con independencia de su naturaleza: formaciones y estructuras geológicas, modelados del terreno, depósitos sedimentarios, minerales, rocas, fósiles, suelos y otras muchas manifestaciones de la geosfera que permiten conocer, estudiar e interpretar la historia geológica de la Tierra, los procesos que la han modelado, los climas y paisajes del pasado y presente y el origen y evolución de la vida sobre este planeta. De este modo, en la Declaración de Girona sobre el Patrimonio Geológico de 1997 se dice:

 

«La conservación de los Lugares de Interés Geológico es absolutamente necesaria e indisociable con la del Patrimonio Natural y Cultural en general, (.) Cualquier política ambiental y de conservación de la Naturaleza que no contemple adecuadamente la gestión del Patrimonio Geológico, nunca será una política ambiental correcta. Es necesario que los responsables de las diferentes administraciones públicas y centros de investigación, técnicos, científicos, investigadores, ambientalistas, naturalistas, ecologistas, periodistas y educadores, se movilicen activamente en una campaña de sensibilización del conjunto de la población a fin de lograr que el Patrimonio Geológico, indudable cenicienta del Patrimonio, deje de serlo, en beneficio de todos».

 

Esta tarea comienza a ser abordada por iniciativas tales como:

·         Comisión de Patrimonio Geológico de la Sociedad Geológica de España (http://tierra.rediris.es/SGE/)

·         Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM) (http://www.inicia.es/de/sedpgym)

·         European Association for the Conservation of the Geological Heritage (ProGEO) (http://www.sgu.se/hotell/progeo/)

·         . El Foro PatriGeo de la Red Iris (MCyT).

 

Así, de modo orientativo, algunos de los temas abordados en PatriGeo son: (i) patrimonio geológico y parques naturales; (ii) legislación; (iii) utilización didáctica de los lugares de interés geológico; (iv) patrimonio geológico, ordenación del territorio y estudios de impacto ambiental; (v) geoturismo; (vi) geoparques y museos, etc. Del mismo modo, la UNESCO estudia crear la etiqueta de «Geoparque», equiparable a la de «Reserva de la Biosfera».

 

Sin embargo, la práctica totalidad de estas iniciativas, al estar en sus comienzos, tienen una proyección mayoritariamente conservacionista. En otras palabras, se basan en el inventario o catalogación de lugares de interés que se deberían preservar por sus valores intrínsecos y, al contrario que en los estudios de biodiversidad, no existen líneas de investigación desarrolladas para analizar y comparar científicamente los patrones espacio-temporales de los recursos involucrados y, menos aún, cotejar la de éstos con lo establecido en la literatura ecológica. Tan solo existe una excepción, que corresponde a los suelos. Cabe mencionar, modestia aparte, y como se ha reconocido en la bibliografía internacional, que este administrador ha sido el pionero en la materia. El primer trabajo sobre edafodiversidad apareció en la Revista indexada Catena en 1990, si bien los trabajos más citados son los de Catena (1995) y Geoderma (1998). Este último artículo es un «Discussion Paper», en el cual edafólogos de reputación internacional discuten los méritos y debilidades de la propuesta mentada. Desde entonces, la metodología propuesta por el administrador ha sido aplicada en diversos países (USA, Rusia, China, Rumanía, etc.). 

 

Desde el punto de vista de la difusión del concepto y herramientas para el estudio de la edafodiversidad sorprenden cuatro hechos, uno geopolítico, otro sobre la perversidad del establishment, el tercero la ceguera de los especialistas en CC. de la Tierra a aceptar el valor de analizar la geodiversidad y comparar los resultados obtenidos con los procedentes del análisis de la biodiversidad y, finalmente otro concerniente a lo que se ha dado por conocer en sociología de le ciencia por coincidencias o «sincronicidades«.

 

Observaciones Geopolíticas

El mayor éxito alcanzado por la metodología propuesta por Ibáñez se circunscribe (si se atiende a ulteriores publicaciones en revistas indexadas) a USA. No obstante, la falta de contribuciones chinas, rusas y de otros países se debe más a la falta de visibilidad de sus investigaciones (revistas nacionales no indexadas) que a la cantidad de estudios realizados. Con algunas salvedades, si me choca que en los países de la Unión Europea no haya calado el tema, a pesar de ser miembro «electo» durante años de su comité ejecutivo: la Red de Centros de Excelencia en Ciencias del Suelo de la «European Soil Buro Newtwork» (ESBN). Curiosamente esta institución, auspiciada por la UE, y que a parte de tener un papel crucial en la redacción de la futura directiva de protección de suelos, seguramente se encargará de su implementación o puesta en marcha, ha hecho caso omiso de mis recomendaciones durante tres quinquenios. Este hecho merece una especial atención.

 

La Futura Directiva Comunitaria de Protección de Suelos, y especialmente las recomendaciones a esta realizadas por el Consejo de Europa reclaman que: (i) la biodiversidad implícita en los suelos debe ser preservada, y (ii) que los suelos, en si mismos merecen ser conservados por su valor intrínseco (geodiversidad), ya que forman parte del patrimonio natural europeo. Si a este hecho se le añade el que este frustrado administrador les lleva dando la lata durante 15 años, no deja de sorprender la testarudez y falta de perspectiva de mis colegas del ESBN. ¿A que se debe? ¿Porqué los colegas de USA la han aceptado y los europeos no? (más bien los países miembros de la UE). A ciencia cierta no lo sé, os lo puedo asegurar. Eso sí, la miopía de mis compañeros de fatigas del ESBN, sufren el síndrome de una «agronomitis-ecofobia«, digna de ser tratada en un psiquiátrico. ¿Por qué? A pesar de las recomendaciones de la mentada Directiva, su obcecación por el sesgo agronómico, que tanto daño ha hecho a la edafología europea durante los últimos años,  sobrepasa a lo racional y entra en el campo de lo patológico. La edafología y su inventario, no han sido tradicionalmente considerados ni por los ecólogos, ni por los expertos en biología de la conservación. Si  a esto añadimos las declaraciones al texto preparatorio de la Directiva, dimanantes del Consejo de Europa, no se entiende su recalcitrante negativa a abrir un nuevo mercado para nuestra disciplina. No se trata de renegar del pasado, sino de abrir nuevos horizontes y mercados. ¡Pues va a ser que no!. Incluso les molesta mi insistencia: ¡Ya está el pelma de Ibáñez otra vez con la misma cantinela! Ellos erre que erre con sus «funciones y calidades del suelo! Se pierde una oportunidad que tardarán en volver a encontrar. Luego nos quejamos en Europa de que la edafología no alcanza el reconocimiento que merece.  La culpa, en buena parte, es de los propios edafólogos. Echar la responsabilidad a los políticos es lo más fácil (¡pio pio que yo no he sido!)

 

Mientras tanto mis colegas de USA ya tienen mapas de los suelos  (edafotaxa) en peligro de extinción. Ya hablaremos más adelante sobre este asunto. Los estudios sobre edafodiversidad en USA han sido impulsados por colegas de la Universidad de Berkeley, Kentucky y la USDA-NRCS-NSSC (algo así como el Servicio de Conservación de Suelos de Estados Unidos). Finalmente para próximo Congreso Mundial de Suelos, a celebrar en Filadelfia, se ha aprobado un Simposio Internacional sobre edafodiversidad. ¿Será este un ejemplo de porqué en USA la ciencia funciona mejor que en la Unión Europea? Se me antoja que en nuestro continente tenemos menos perspectiva de futuro, a no ser que tuviera en cuenta que en algunos de los estados pertenecientes al antiguo telón de acero, la edafodiversidad si parare haber despertado la atención.

 

De España, sin comentarios, como si hablara en chino. Pues no manejo esta lengua, no. Pero sí me han visitado los colegas de la Academia Sínica de las Ciencias de Beijín (Pekín) para instruirse en las metodologías e invitarme a dar un ciclo de conferencias allí. Esta visto de que con la globalización el dicho: «Nadie es profeta en su Tierra«, debe extenderse al conjunto del continente. Lamentable. El tiempo da y quita razones.

 

Observaciones sobre las Cegueras de los Estudiosos de la Geodiversidad

Quince años después de aparecer el aludido trabajo seminal de Catena (1992) sobre la cuantificación de la edafodiversidad (un componente de la geodiversidad en sentido amplio), los estudiosos de la conservación del patrimonio geológico no parecen sentirse interesados por cuantificar sus objetos de estudio, y como corolario, de formalizar sus resultados. Han aparecido algunos libros sobre Geodiversidad en los últimos años y en ninguno se hace mención al interés de su análisis matemático. En 1981, un ecólogo: «Mark Williamson», comentó en su obra («Island Populations») que el incremento de la diversidad litológica con el aérea era conforme a una ley potencial, al igual que ocurre con los organismos biológicos (y los suelos, dicho sea de paso). Si bien este autor no entró en detalles, ni ecólogos como geólogos se dieron por aludidos. Recientemente, en el último Congreso del CONAMA, fui coordinador de un grupo trabajo que versaba sobre la conservación del patrimonio natural. Contacté con el Colegio Oficial de Geólogos y con miembros del PatriGeo, con vistas a que escucharan nuestros puntos de vista y expusieran los suyos. Uno de ellos, tocayo mío, para más señas, aceptó a participar. Nunca más volví a saber nada de él, y en su lugar tuve que hablar personalmente sobre el tema de la conservación del Patrimonio Geológico. Parece que las matemáticas se les atragantan a muchos y que el corporativismo reduccionista, prima sobre el interés de aprender (de otras disciplinas). Tampoco este colectivo debe quejarse.   Sólo aprende quien desea hacerlo.

 

Observaciones sobre la perversidad del establishment

Los estudios sobre diversidad ecológica, o análisis de la diversidad, se iniciaron en el ámbito de la ecología hace casi 50 años. El término biodiversidad, fue introducido por el norteamericano E.O Wilson, a principios de los 90. Nadie considera que Wilson sea el padre de los estudios de esta rama del conocimiento. Pues bien resulta que un australiano cuyas iniciales son AMcB introdujo el vocablo edafodiversidad en CC. del Suelo a la par que yo (1998; pero él en inglés y yo en castellano). AMcB ha rechazado varias contribuciones mías a la revista de la que él es editor, aludiendo que en la naturaleza no hay individuos suelo o edafotaxa (descalificando a casi todos los edafólogos del mundo). Pues bien, nuestro ínclito amigo insiste en sus publicaciones que él fue el primero en hablar de edafodiversidad, cuando un trabajo mío sobre el tema publicado en la revista indexada aludida (Catena 1990) precede a la introducción del vocablo en anglosajón en dos años. AMcB no ha aportado nada  a esta línea de investigación más que el vocablito de marras como Wilson).  Tal  tipo de chulerías y falacias (por no utilizar vocablos más duros) por parte de los investigadores que son parte del «poder» y que tienen acceso a artículos finalmente rechazados por ellos mismos, y de los que extraen sustancia para sus investigaciones posteriores, es moneda de uso comúnpor desgracia («chupopteros»). La lucha está abierta, pero a la larga, gana quien tiene razón. No diré más por el momento, ya que el tema lo entiende casi todo el mundo, y así es reconocido por mis colegas de USA.

 

Observaciones sobre las coincidencias o sincronicidades

Hace aproximadamente unos 50 años, uno de los denominados «padres» de la sociología de la ciencia, de apellido Merton, ya analizó como es moneda común que cuando se presenta por primera vez un descubrimiento, varios equipos fueran detrás de él sin previo conocimiento del interés de los otros. Se trata de un hecho intrigante. Pues bien, no entraré aquí en detalles sobre el tema. Pero permítanme que les cuente brevemente una historia que viene a cuento. Mientras mi «Discussion Paper» (Geoderma 1998) se encontraba en prensa, un edafólogo rumano escribió prácticamente el mismo texto y con idénticos datos (suelos del mundo por continentes y biomas, publicados por la FAO) y remitió sus estudios al Congreso Mundial de Suelos de Montpelier ¿Plagio? ¡Pues va ser que no! Este autor, procedente de las tierras de Transilvania, sí tenía noticias sobre mis primeros trabajos, pero no sobre el que versaba sobre la edafodiversidad a nivel planetario, que es lo que publicamos sin saberlo, más o menos sincrónicamente (pues no, no era el Conde Drácula ni ninguno de sus atroces vampiros, al contrario que otros). Por precederle, mi contribución fue reconocida y la suya no. Y siento de veras que las cosas funcionen así (sinceramente no es justo). Es Obvio que las sincronicidades  se dan y muy a menudo en ciencia. Tema intrigante que merece la atención de los expertos oportunos.

 

Por hoy ya vale ¿no?

El Tostón del Administrador

Juanjo Ibáñez

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