Sobre las Variadas demandas de Información de Suelos en Esta weblog

Nuestro amigo Luis Fernández, en un comentario reciente, realiza una serie de observaciones interesantes que expondré a continuación. Quizás, como administrador, sea el momento en el que deba repasar el tipo de información que es demandada en esta weblog. Para ello acudiré de nuevo al número de visitas que hemos recibido. Como podréis observar es de lo  más variado.

Luis, nos dice lo siguiente:

«No se si es por la presencia, en los entornos más diversos, que los «tecnosuelos» han tenido en mi vida: las escombreras de los valles mineros de Asturias; los campos de minas de Mozambique; los depósitos de basuras de El Salvador;… o porque los últimos «post» de esta «weblog» son cada vez más concisos, lo que facilita la lectura de los que desgraciadamente no tenemos demasiado tiempo.

El caso es, querido amigo Juanjo, que quería felicitarte por este cambio de rumbo. La idea de enlazar noticias de actualidad con las nuevas concepciones en las clasificaciones de suelos me parece estupenda y, creo, que ayudan a mantenerse al día al personal interesado en estos temas, pero sin tiempo o recursos para hacerlo».

Amigo Luis (que sé quien eres, obviamente, tras la descripción de los queridos paisajes de tu infancia; «Blanco y en Botella» (.) «Seoane»), seguramente tengas mucha razón. Sin embargo, hay problemas para cumplir tus deseos. Gracias por tus felicitaciones y paso seguidamente a explicarte, a ti y a todos, las razones por las que no podemos cumplir, plenamente tus deseos, que coinciden justo con los de los gestores de esta iniciativa en la CAM (mis amigos Carlos Mazo y colaboradores). 

Luis, como edafólogo, nos solicita contribuciones más cortas sobre novedades en nuestro campo de investigación, en lugar de mis largas desideratas, o las notas de carácter más divulgativo de Antonio López Lafuente y Carmen Lobo.

Cuando comenzamos esta weblog, nuestra idea inicial fue divulgar la edafología entre los ciudadanos que no saben siquiera lo que significa este vocablo. Sin embargo, también deseábamos que tuviera una cierta personalidad propia con vistas a distinguirla de otras iniciativas semejantes que pudieran existir en el mercado del ciberespacio. En cualquier caso, pronto nos dimos cuenta que la demanda debía guiar la oferta, sin renunciar a nuestros fines. ¿Qué quiero decir?

Para nuestra sorpresa, las contribuciones más visitadas no son las que tú demandas: noticias breves de actualidad enlazadas con la importancia de estudiar los suelos. Muy al contrario, aparece otro pico de audiencia muy destacado sobre los demás. Las contribuciones más visitadas han sido las que conciernen al concepto de suelo y las representaciones del sistema edáfico, así como las muchas de las más divulgativas, aunque no todas. ¿Cuáles de ellas? Pues son las relacionadas con la descripción de los componentes, estructuras y procesos. Por el tipo de notas recibidas, en gran parte borradas, nos dimos cuenta que se trataba de estudiantes de edafología de este y el otro lado del «charco». De este hecho se desprende que, en el ciberespacio, existe una laguna notable de información de suelos en lengua castellana para los alumnos, lo que significa una demanda docente. La razón estriba en que las no muy cuantiosas páginas Web de los departamentos de edafología suelen ser de acceso restringido a los universitarios que reciben clases en ellas. Ya comenté el caso en la contribución denominada «Preguntas más Frecuentes...». Es por tanto nuestra obligación intentar rellanar esta laguna, aunque llevará tiempo, por cuanto como bien sabes existen numerosos temas a abordar. Este pico de demanda supera en un orden de magnitud al de las noticias de moda o llamativas, para nuestra sorpresa, y en mayor medida a mis desideratas extensas.

El segundo pico de demanda, es el que tu solicitas, aunque muy alejado del primero. Finalmente, apenas se han visitado mis extensas y probablemente tediosas contribuciones  sobre edafodiversidad. Y lo entiendo perfectamente.

Cuando hemos abordado este tópico, ha sido con vistas a generar esa personalidad propia a nuestra weblog. Pero también subyacían otros intereses que vuelvo a explicar. La edafodiversidad, es hoy por hoy una vía de penetrar a un nuevo tipo de edafología basada en las ciencias de la complejidad, es decir con vistas a relacionarla con las nuevas fronteras interdisciplinarias. Del mismo modo, en los países industrializados, el futuro de la edafología pasa por abrir nuevas vías y perspectivas distintas a las trilladas por el «paradigma agronómico» y una de ellas la biología de la conservación, como reclama el Parlamento Europeo a la nueva Directiva de Protección de Suelos. Más aún reitero que este y otros temas que trataremos en extensión, son los que pretender dar idiosincrasia a esta weblog. Finalmente, si has leído estas contribuciones, verías que hay aún un objetivo de mayor alcance: explicar como trabaja la ciencia y sus practicantes y no lo que quieren hacer creer al público los que se autodenominan sacerdotes de la ciencia. Aquí tales contribuciones pueden entenderse como un repaso a la filosofía y sociología de la ciencia en acción como diría Bruno Latour.

Hoy por hoy, el tema de la edafodiversidad  (y sus relaciones con la geodiversidad y biodiversidad) se encuentra abundantemente documentado aquí, más que en ninguna otra iniciativa del ciberespacio. Considero que, aunque actualmente reciban pocas citaciones, ya se irá divulgando el tema y se «pincharan más en el futuro». Pero ahora que estamos a punto de terminar con este tópico comenzarán otros, tales como la calidad y las funciones del suelo y las estructuras taxonómicas. Todo a su tiempo.

Resumiendo, que no se puede confeccionar una weblog a gusto de todos. Iremos alternando, lo que demanda el alumnado, lo que requerís los edafólogos y noticias breves de actualidad. Se trata de conciliar las diferentes demandas.  Y comento estos asuntos, por cuanto los navegantes nos han criticado acerca de la falta de contribuciones sobre los fundamentos y temas básicos de la edafología.

Un fuerte abrazo y quedo a la espera de tomar unas cañas

Juan José Ibáñez