Hacía tiempo que deseaba hablar del tema pero no encontraba las palabras. Finalmente, he decidido abordarlo a bote pronto. Ya veremos si doy una de cal o una de arena. ¿Qué podemos entender por representación canónica y que por singular? Ahí está el meollo de la cuestión, cuando se tiene una idea pero aun no se dispone del aparato modelo-teórico apropiado para poder explicarla. Se trata de uno de los primeros pasos en el  proceso de la génesis de teorías.  Como lanzar un nuevo concepto. Comencemos pues con una ilustración.  ¿Os imagináis un suelo no hidromórfico (es decir, usualmente no sumergido o encharcado y sin rasgos edafogenéticos asociados a encharcamientos de agua), sobre el que pasean delfines y tiburones, entre otros animales acuáticos? Estoy seguro de que la mayoría de vosotros diréis que no. Sin embargo, la naturaleza es tan maravillosamente variada, va que a ser que sí.  Pondremos tres ejemplos,  tres maravillas, que nos denuncian como cualquier represtación al uso del suelo es canónica o genérica, no describiendo todas sus maravillas. ¿Os imagináis peces pastoreando en un bosque tropical? ¿Concebís suelos de los que eventualmente emergen y viven fósiles vivientes del triásico? Vamos a ver como todo esto es posible y, de hecho sucede.

Delfines y tiburones sobre un suelo generalmente emergido. Cuando los grandes cauces fluviales del mundo se desbordan, y más aún durante sus anómalas (inusuales) crecidas, el agua se desborda cientos de kilómetros más allá de sus límites habituales. En el Río Amazonas, leí que las aguas podían llegar a extenderse a lo largo de más de 600 kilómetros o más de anchura. Durante dichos eventos, los animales propios del río, vagan entre bosques genuinamente terrestres (no lo que denominamos “ripisilvas” o bosques de galería, que suelen estar encharcados durante una parte no despreciable del año: saucedas, choperas, alisedas, olmedas). Cuando uno excava un perfil en es lugar, en condiciones normales, no tiene “in mente” nada parecido. Sin embargo, no se trata de un fenómeno extraordinario. A pesar de ello, lo clasificamos como un edafotaxa genuinamente terrestre.

 

Peces saliendo del suelo y pastoreando en un bosque

Antonio Machado (Universidad de la Laguna en Tenerife, Islas Canarias), colega que trabaja en taxonomía y ecología de artrópodos, fue, si recuerdo bien, un alto cargo de la UICN por varios años. Tomando un café un día me narró esta sorprendente historia. En determinado país africano, observó, para su sorpresa, que el suelo de un bosque tropical poseía un tapiz herbáceo propio en apariencia de una dehesa e inaudito en las selvas tropicales. Tras observar a su alrededor solo avistó algunas pozas más o menos fangosas esporádicamente distribuidas entre el “pasto”. Después de indagar, llegó a la conclusión de que el ganado no podía ser el responsable de tal herbivoría. Consultando a los colegas del país se quedó “patidifuso”. Resultaba que, en los años anormalmente húmedos (no recuerdo con que frecuencia), unos peces que habitualmente persistían en las pozas podían salir fuera de ellas y nadar libremente por el bosque, siendo su actividad la que generaba tal césped, que de no conocerse el fenómeno no podría explicarse. Obviamente al desaparecer el agua, estos elementos de ictiofauna regresaban a sus “pozitas” en el suelo (recordemos que, actualmente, se extiende la práctica de incluir los suelos sumergidos en las clasificaciones nacionales de suelos, e incluso en la WRB).

 

Animales del triásico nadando sobre los suelos de la actualidad

Casi todos los españoles (o residentes en el Estado Español) conocen, o al menos han oído hablar, de los lagos de Bañolas, en Cataluña. Se trata de un sistema cárstico. Generalmente unos cuantos de ellos suelen permanecer con agua siempre, otros dependiendo de las precipitaciones se desecan de vez en cuando, y finalmente unos cuantos (y pequeños) tan solo albergan agua en los años más húmedos. Esta historia la vi en un telediario, hace unos cuantos años.  Cuando sobre la región ha llovido abundantemente, debido a mecanismos asociados a la geomorfología cárstica, en las pequeñas charcas aparecen unos diminutos pero visibles animales que nos devuelven cientos de millones de años atrás. Ahora mismo no recuerdo si el tapiz por el que nadaban consistía de plantas vasculares o de algas. Se trata de un fósil viviente del triásico de grandes braquiópodos denominado (Triops cancriformis) que se asemeja a una especie de anmonite (no lo recuerdo bien; tengo la zoología “fósilizada”).

 

Este animal, uno de los fósiles vivientes más antiguos del mundo también se ha encontrado en los Monegros (recordemos que esta zona de Aragón es extremadamente árida) y en las lagunas asociadas a los restos volcánicos del Campo de Calatrava (Ciudad Real). Actualmente, las lagunas y charcas efímeras mediterráneas se encuentran incluidas en la directiva hábitat y son sujetas a especial protección. Hasta aquí lleva la fantástica biodiversidad del suelo que no queremos explorar por pura obstinación. El suelo se comparta eventualmente como un mundo que alberga vida latente desde hace cientos de millones de años.

 

Otra maravilla escondida en el suelo, es una de las dos especies más grandes del mundo en la actualidad, y que hasta hace poco tiempo pensábamos que era un “microorganismo”. Le dedicamos una contribución al comienzo de la andadura de esta bitácora. También aparece en una galería de fotos que hicimos para tal descubrimiento “ex profeso”.

 

¿Vamos entendiendo lo que es una imagen canónica y una eventual?

A veces el suelo muestra un rostro sorprendente que en nada se asemeja a un suelo. No se trata de algo excepcional, sino que en ciertos ambientes puede ser recurrente.

 

Juan José Ibáñez

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Un comentario

  1. Si os interesa el clima y el cambio climático, el próximo martes REDES en la 2 de TVE hablará sobre esto. En la entrevista sale Myles Allen, un tipo de Oxford que apuesta por demandar a las empresas más contaminantes por la ola de calor de 2003.

    Muy interesante!

    Saludos,

    L

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