Cuando en las noticias deportivas se hablaba de pequeños deportistas, como las gimnastas, sometidas a una vida extremadamente dura, siempre sentía inquietud. Hasta que finaliza el desarrollo de un joven, siempre me ha parecido más que peligroso alejarle de su entorno natural con vistas a someterle a una vida extraña y muy competitiva. No sé lo que dirán al respecto los psicólogos, aunque dudo que aprueben esta práctica social, cada vez más extendida.

 

Cuando era crío, no se me consideraba precisamente un talento.  Me desarrollé con toda normalidad (incluidos traumas). Incluso ciertos test llegaron a pronosticar que mi coeficiente intelectual estaba en el límite entre la normalidad y la subnormalidad, por hablar en plata. La verdad es que aquel trauma fue duro y condicionó mi vida. A mi lado, ciertos críos demostraban atesorar un talento extraordinario. Tras dos años de ingresar en la universidad comencé a sacar calificaciones más que notables. Con sorpresa, un día retrocedí en mis pensamientos hasta el casi olvidado periodo escolar, y tras preguntar a algunos compañeros que aun guardo de aquella época, constaté que de aquellos talentos ninguno a posteriori había sobresalido en nada. Debo suponer que no siempre será así.

 

Hace unos años una amiga tenía un sobrino “talentoso”. Sus padres quizás le mimaron con esmero. Según alcanzó la pubertad comenzó a desmoronarse. Una práctica al parecer extendida es la de incorporar a estos chavales a programas especiales junto a otros talentos (escuelas especiales). Personalmente tendría mucho interés por saber cuales son los resultados en su fase adulta. He leído muchas biografías de genios de la ciencia, constatando que un buen número eran estudiantes mediocres de niños y a un de jóvenes. Que les sucede después para acabar siendo grandes talentos es una pregunta a contestar, si es que tiene respuesta. ¿Podría ser la propia frustración que les generó su mediocridad en la infancia y/o la pubertad?

 

Recientemente, un centro español de investigación ha comenzado a intentar interesar a jóvenes sobresalientes por la ciencia ¿Será útil? Albergo mis dudas. Pero lo que más me preocupa es que se entorpezca el desarrollo psicológico personal de la criatura. Un exceso de mimo y regalar en demasía los oídos, es decir alimentar sus egos, no suele ser una estrategia que yo recomiende a nadie. Al parecer, alrededor mío, padres con profesiones cualificadas también rehuyen que sus jóvenes retoños, cuando son talentosos (con uno de 5 años me costó sangre, sudor y lágrimas quedar en tablas jugando al ajedrez, y yo competía ya de adolescente). Supongo que una cosa es interesar y otra “condicionar en extremo su desarrollo”. Sin embargo, la extensión de estas prácticas en varios ámbitos comienza a preocuparme, como en el caso de las jóvenes gimnastas. Tampoco logro entender como las lumbreras colegiales que estaban al lado de este mediocre administrador, se fueron apagando tarde o temprano.

 

Albergo dudas sobre todas aquellas prácticas y decisiones que alejen a los niños y jóvenes de un desarrollo normal, en un entorno familiar y con compañeros  de una variada gama de “talentos”. No soy partidario de inculcar a un niño que es excepcional por mucho que se aburra en clase (ya sabemos de que hablo). Creo que este tema reclama un debate social sereno y sensato, con participación de muchos expertos.

 

Juan José Ibáñez    

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8 comentarios

  1. La verdad te digo que a mi me paso igual que a ti, cuando estaba en primaria no me importaba sacar buena nota en ninguna clase, no le paraba, pasaba el año de milagro, y con todo eso lo pasaba no se ni porque. Siempre estaba pendiente de otras cosas me gustaba y me gusta todavía todo lo que tiene que ver con ciencia, misterios, cultura, religión y más aun sobre todo me llamaba la atención la biología, lo dinosaurios y los planetas, eso era lo que más me gustaba leer y analisar. Mis compañeros de clase siempre se burlaban de mi por eso, pero yo no le paraba, por suerte tenía amigos que guardaban mis mismo intereses. Cuando entre en bachillerato todo cambio me di cuenta lo fácil que era sacar buena nota y hasta ahora ocupo el segundo lugar del salón en ocasiones el tercero, y uno de los más altos promedios del colegio. Y ahora tengo más amigos que antes, porque gracias a todo lo que pase en primaria pude entender la razón del ¿por que ? de las cosas.

  2. Gracias Katerin por contarnos tu experiencia. Lo peor de ests asunto es que, a menudo (como fue mi caso) me jeneraron un complejo de tonto que tarde años en quitármelo de encima, incluso aun cuando ya sacaba buenas notas.

    La mente humana es demas¡ado comoleja para que un mero test diga algo decente acerca de ella. No es que no se deban hacer. Simplemente no se deben decir los resultados al alumno y menos aun tomarlas como medidas "adecuadas" de la inteligencia, salvo en casos excepcionales.

    Saludos

    Juanjo Ibáñez

  3. Concuerdo, cuando era niño no me interesaban las notas en la escuela, solo estudiaba para aprobar las materias. En cambio, me encantaba la ciencia y todo lo q tenia q ver con ella, el universo, la fisica y matemáticas y mis compañeros, al comentarles de mis gustos, me miraban con ojos de "de que planeta viene?" xD

  4. yo soy un joven de 15 años me llaman el joven prometedor de la filosofia yo estudio con afan y las personas que me conocen por primera vez se sorprenden pero la naturaleza humana es el saber mas claro lagunos lo desarrollan mas que otros pero mi vida fue un proseso para llegar a mis niveles intelectuales aun que devo de comfesar que estudio se ha echo muy pesado y mas si eres un joven que se prepara solo la filosofia es complicada por el mismo dogma y esto te ispira a saber mas actualmente e terminado de estudiar a kant,descartes,hessen,marx,engels,marquez muro y e iniciado con aristoteles y sofocles sin contar la literatura univesal como gheten shelling dostoyesky y tolstoy bueno no me imagino mi vida dentro de 15 años el niño prodigio se desarrolla solo.

  5. Qué interesantes reflexiones!!! estoy asesorando una investigación con jóvenes que han sido clasificados con "talentos excepcionales" y una de las expresiones que más les escucho es que la presión en la escuela es muy fuerte cuando sus compañeros y maestros saben que es "excepcional", pues le exigen en demasía, casí como si les estuviera prohibido equivocarse…pero lo que hemos podido reflexionar, es que aunque tienen cierta facilidad para procesar altos volumenes de información, son ante todo niños, niñas y jóvenes, con ganas de vivir. Cuando yo era niña, pretendieron avanzarme de grados escolares, por mi "inteligencia" (aprendí a leer al lado de mi hermana mayor, cuando yo tenía 5 y ella 6) ¡afortunadamente mi madre no lo permitió!. Hasta ahora he disfrutado de mis capacidades intelectuales, pero también del desarrollo de mi vida afectiva y social, con los pares de mi edad.

  6. Me gustaria chatear contigo tengo 14 años y tambien me agradan y me yaman la atencion las ciencias con enfasis en biologia espero tu respuesta sobre mi comentario bay ok te cuidas bexos

  7. Yo de pequeño era un melón, y de mayor también…

    Pero ahora sé que trabajando mucho se llega a cualquier lado. Sólo hace falta encontrar los estímulos adecuados.

    Saludos

  8. Nitzia, Y Melón

    Esto es un blog. En otras palabras ponemos textos de divulgación científica sobre suelos y temas afines. No es un Chat ni un foro de discusíón. Lo lamento. Y por favor ten mucho cuidado con quien chateas que hay mucha gente indeseable que solo quiere aprovecharse de los menores.

    Saludos

    Melón: El cebebro es como la musculatura y efectivamente trabajando lo vas ejercitando y tus capacidades intelectuales. El mejor estímulo es la superación día a día para ser más inteligente y mejor persona.

    Saludos a ambos

    Juanjo Ibáñez

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