Resulta cada vez más habitual leer este tipo de noticias en la prensa científica de EE.UU. Mientas por estos lares hispanos olvidamos la agricultura diversificada de nuestros antepasados, en Estados Unidos la reinventan. Ya os hemos comentado en otros post, como en este, que la agricultura industrial cada vez se encuentra más cuestionada, incluso frente a policultivos bien planificados. No hablamos tan solo del medio ambiente, sino incluso de productividad. En la noticia de Sciencedaily que os mostramos abajo, se muestra como los científicos de aquel país, ante la urgencia de los agricultores de Carolina del Norte, por sufrir un descenso en la demanda de tabaco, y desear un aumento en la diversificación de sus plantaciones, se pusieron a “pensar”. Y he te aquí que algunos descubrieron que en las charcas (Pozas, albercas) que utilizaban para el riego podían criarse unos “cangrejos azules”, que también viven por el litoral y son muy demandados por los estadounidenses. Al parecer pueden proporcionar tres cosechas al año y no son baratos precisamente. Su sabor, al parecer, tampoco desmerece a los que actualmente comen. De este modo, el agricultor deviene a su vez en mariscador, como pudiera hacerlo también en acuicultor.

 

 

 

Policultivo Agua-Suelo. Fuente: It’s a Working Farm

 

He leído otra noticia similar de la FAO, respecto al cultivo de carpas, también muy apreciadas en el sureste asiático, y que pueden vivir en aguas estancadas y algo polucionadas. Hace más tiempo, tuve noticia de otros peces que se cultivaban desde antaño entre los arrozales encharcados del continente mentado. Obviamente, no se trata de ninguna novedad, por cuanto tanto la etnoagricultura, como el conocimiento campesino local, han hecho uso, de una u otra forma, de este tipo de producciones diversificadas.

 

Durante los últimos decenios, lamentablemente hemos asistido al fomento de los monocultivos. Estos, al margen de contaminar el ambiente, comienzan a ser cuestionados, en lo que respecta a sus rendimientos, incluso después de sembrar cultivares genéticamente modificados (ya hablaremos de ello en otro post). Reiteramos una vez más que la diversificación es demandada en economía, con vistas a que los empresarios y sus compañías no corran muchos riesgos al “apostar” por un solo producto.

 

 

 

Acuicultura y cultivos terrestres: Fuente. FAO

 

Obviamente, cada ambiente, requeriría la introducción o reintroducción de animales adaptados a sus características, tras valorarse previamente su rentabilidad. Existen pues muchas alternativas posibles. En este caso hablamos de la presencia de agua y suelos hídricos, aunque no resulta estrictamente necesario. Bien pudieran utilizarse animales o plantas que no requieran abundancia de este líquido elemento. Por ejemplo, en las Dehesas de la Península Ibérica, de las que ya os hemos hablado, existe una seta (emparentada con las trufas) subterránea (en su totalidad) muy apreciada y que crecía en el suelo de los montes con arbolado más denso (y por lo tanto que puede llegar a ofrecer beneficios nada despreciables si terminamos por entender como fomentar su crecimiento). Hablamos de las creadillas de tierra. Todo consiste en pensar y planificar, dando alternativas rentables a los campesinos que no causen daños ecológicos, diversificando así sus producciones y minimizando riesgos. Rescatar el conocimiento campesino, al margen de otras posibilidades, sería una gran fuente de inspiración.  Seguiremos hablando de estos asuntos.

 

Juan José Ibáñez     

 

Researchers Turning Freshwater Farm Ponds Into Crab Farms

by Staff Writers; Raleigh NC (SPX) Oct 22, 2008


Work by researchers at North Carolina State University is leading to a new kind of crab harvest – blue crabs grown and harvested from freshwater ponds, instead of from the sea.

 

With the rapid rate of growth for pond-raised crabs, Eggleston expects that in a given year, a farm could produce two to three harvests, as crabs don’t do well in freshwater during the winter months. Crab lovers shouldn’t worry, researchers say, because the pond-raised crabs look and taste just like their ocean-raised brethren.  North Carolina‘s native blue crab population has been at historic lows since 2000. Dr. Dave Eggleston, director of NC State’s Center for Marine Sciences and Technology (CMAST) and professor of marine, earth and atmospheric sciences, looked at various methods for helping the population recover.  He hit upon a solution which not only reduces pressure on existing crab populations, but also benefits farmers looking to diversify their crops: using irrigation ponds on farms to grow blue crabs. «We started out by catching small crabs in the wild and stocking them into farm ponds loaded with bass and bluegill predators, and were still able to get 12 percent survival,» Eggleston says.

 

«So we teamed with the University of Maryland’s Center of Marine Biotechnology who had the expertise to growth hatchery-reared blue crabs, and stocked these blue crabs in freshwater experimental aquaculture ponds at NC State’s Vernon James Research and Extension Center in Plymouth, N.C., where the crabs exhibited some of the highest growth rates on record

 

Eggleston then noticed that a lot of farmers in Eastern N.C. were trying to diversify their crop offerings in response to the decline in tobacco demand. «A lot of these farms have irrigation ponds, and we thought if crabs can live in fresh water, this would take some pressure off the coastal crab population and give farmers another crop, by letting their ponds work for them,» he says. Eggleston and his fellow researchers discovered that crabs can tolerate a salinity level of only .3 parts per thousand, which is about the same level found in coastal tap water. They did further work to determine the best set of circumstances for raising crab: population density, food rations, and habitat structure in ponds.

 

This past July, Eggleston and Ray Harris, NC State director of cooperative extension for Carteret County, had the opportunity for a large-scale test when they stocked a 10-acre lake with 40,000 hatchery-raised crabs, and a smaller pond with 4,000 crabs. The crabs will take approximately 105 days to reach maturity, and so far the endeavor looks successful. With the rapid rate of growth for pond-raised crabs, Eggleston expects that in a given year, a farm could produce two to three harvests, as crabs don’t do well in freshwater during the winter months. «If you look at a 2 1/2 -acre pond, you could stock it with 50,000 hatchery-raised crabs and expect to harvest around 20 percent, or 10,000 fully grown crabs. At $3 per crab, that’s $30,000 – and multiply that times three. It definitely adds up.»

 

Funding for this research was provided by the N.C. Blue Crab Research Program that was established by the N.C. General Assembly and is administered by North Carolina Sea Grant.

Related Links

North Carolina State University

Farming Today – Suppliers and Technology

Compartir:

2 comentarios

Deja un comentario