Ya os hable en un par de post precedentes sobre los problemas que puede acarrear la migración asistida de especies (en una vana iniciativa por paliar los efectos del calentamiento climático sobre la biosfera), que no deja de ser más que una introducción deliberada de organismos vivos nuevos ambientes. El pasado ha mostrado que, con harta frecuencia, tales prácticas devienen en hecatombes ambientales. La ecología de la reconstrucción debe realizarse siempre que sea posible con especies nativas. La historia que os vamos a narrar hoy, extraída de otra escrita en Terradaily hace casi un año, resultaría hilarante, si no fuera por la tragedia ecológica ocasionada, erosión del suelo incluida. La arrogancia, basada en la carencia de conocimientos, puede llegar a ser tal peligrosa como la inactividad. Y así, el conservacionista timorato deviene en bioterrorista. La historia que os ofrezco, simultáneamente en inglés y español-castellano, me permite que hoy sea más breve de lo habitual. Reír por no llorar. Pero recordar que a menudo nos ofrecen como manjar “gato por liebre” o mejor dicho “gato por conejo”. Eso sí, a precios astronómicos.

Isla Macquaire. Fuente: The Sydney Morning Herald

Removing invasive species on remote island unleashed disaster

by Staff Writers; Paris (AFP) Jan 13, 2009

Extracción de especies invasoras en la isla remota desató el desastre


Efforts to remove an invasive species from a sub-Antarctic island that has been named a World Heritage site accidentally triggered an environmental catastrophe, a study published on Tuesday says. The eradication programme on
Macquarie Island, lying halfway between Australia and Antarctica, is a cautionary tale about the complex web of ecosystems, its authors say. In the early 19th century, cats were introduced to Macquarie Island, where they swiftly became feral.

El esfuerzo para eliminar una especie invasora de una isla sur-antártica antártica que había sido nombrada Patrimonio de la Humanidad disparó accidentalmente una catástrofe ambiental, según narra un estudio publicado el martes. El programa de erradicación en la Isla Macquarie, a mitad de camino entre Australia y la Antártida, resulta ser una historia aleccionadora acerca de la complejidad de las redes ecosistémicas, según los autores. En el siglo XIX, los gatos fueron introducidos en la Isla Macquarie, donde rápidamente se asilvestraron.

In 1878, rabbits were brought in by seal hunters, according to the paper, which appears on Tuesday in the Journal of Applied Ecology, published by the British Ecological Society. By the late 1960s, the rabbit population had become so large, and so destructive of vegetation, that the Australian authorities used the Myxoma virus — which causes the disease myxamotosis among rabbits — to control their numbers. As a result, the rabbits dwindled, from a peak of 130,000 in 1978 to 20,000 in the 1980s, and the vegetation recovered. The downside: the cats, which had been tucking into the rabbits for food, turned to Macquarie‘s native burrowing birds for sustenance. Fearing that the birds would get wiped out, the authorities returned to the island in 1985 to launch a cat eradication programme.

Isla Macquaire. Fuente: context.com.

Antes y después de la catástrofe ecológica

En 1878, los conejos fueron introducidos por los cazadores de focas, según el artículo, que aparecerá publicado el martes en el Journal of Applied Ecology, perteneciente a la Sociedad Británica de ecología. A finales de 1960, la población de conejos se había vuelto tan numerosa y tan destructiva de la vegetación, como para que las autoridades australianas introdujeron el virus de la mixomatosis (enfermedad que afecta a estos animales) con vistas a controlar sus poblaciones. Como resultado, el número de conejos se redujo, desde un máximo de 130.000 en 1978 a 20.000 en el decenio de 1980. En consecuencia, la vegetación se recuperó. Pero surgió un nuevo inconveniente: los gatos, que habían sido introducidos para alimentarse de los conejos, se tornaron depredadores de las aves nativas de Macquarie, con vistas a su subsistencia. Ante el temor de que las aves corrieran riesgo de extinción, las autoridades regresaron a la isla en 1985 con vistas a poner en marcha un nuevo programa, esta vez de erradicación de gatos.

The cats were all killed in 2000, but myxamotosis had failed to do the same to the rabbits. Without their feline predators, the rabbit population surged anew and in just half a dozen years has inflicted enormous damage, in some places stripping the ground bare. In ecologists’ terms, this is an example of «trophic cascades» — when a species’ abundance is significantly reduced or increased, the change resonates along the food chain.

Los gatos fueron exterminados en el año 2000, pero la mixomatosis no había alcanzado el mismo resultado con los conejos. Sin sus felinos depredadores, la población de conejos aumentó de nuevo y en tan sólo media docena de años ha causado enormes daños, dejando en algunos lugares el suelo remozado y desnudo. En términos ecológicos, se trata de un ejemplo de “cascada trófica«- Cuando la abundancia de una especie se reduce o aumenta significativamente,, una cascada de cambios afecta a toda la cadena alimentaria.

Isla Macquire. Fuente: Environmental problems in Australia

Paisaje y erosión del suelo tras la devastación

«Between 2000 and 2007 there has been widespread ecosystem devastation and decades of conservation effort compromised,» said lead author Dana Bergstrom of the Australian Antarctic Division. «The lessons for conservation agencies globally is that interventions should be comprehensive, and include risk assessments to explicitly consider and plan for indirect effects, or face substantial subsequent costs.» To fix the problems on Macquarie Island will cost around 24 million Australian dollars (17 million dollars, 12.6 million euros), the authors estimate.

«Entre 2000 y 2007 se produjo una devastación generalizada de los ecosistemas, poniendo en riesgo décadas de esfuerzos en materia de conservación«, de acuerdo a la autora principal del artículo; Dana Bergstrom, de la División Australiana Antártica. «Las lecciones para los organismos de conservación a nivel mundial resultan ser que las intervenciones deben ser amplias, e incluir explícitamente evaluaciones de riesgo, así como planes de posibles efectos indirectos que contemplen una evaluación de los costes adicionales que se puedan derivar del programa.» Corregir los desastres en la isla Macquarie costará alrededor de 24 millones de dólares australianos (17 millones de dólares, 12,6 millones de euros), los autores estiman.

Macquarie is a long, narrow island 34 kilometres (21.25 miles) long by five kms (3.1 miles) wide with tundra-like vegetation that grows in its cool, maritime climate, as well as large numbers of birds, seals and penguins. The island was declared a wildlife sanctuary in 1933. It was named a World Heritage Site in 1997 because it is geologically unique: it is the only place where rocks from Earth’s mantle, some six kilometers (3.75 miles) below the ocean floor, are directly exposed above sea level.

Macquarie es una isla larga y estrecha a 34 kilómetros (21.25 millas) de largo por cinco kilómetros (3,1 millas) de ancho que alberga vegetación de tundra, bajo clima fría y marítimo. Entre su fauna se encuentran un gran número de aves, focas y pingüinos. La isla fue declarada santuario de vida silvestre en 1933. Fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1997, debido a su idiosincrasia geológica: único lugar donde las rocas del manto de la Tierra, a unos seis kilómetros (3.75 millas) por debajo del fondo del océano, afloran sobre el nivel del mar.

Related Links: Darwin Today At TerraDaily.com

Compartir:

2 comentarios

  1. Juanjo bien dicen que: la calzada al infierno esta hecha de buenas intenciones. El reto de divulgar nuestra versión de la realidad, tiene que trascender de nuestro innegable y terco subjetivismo

  2. ¿Cuantos años llevaba el gato de Macquarie en la isla?, ¿ciento y pico años?, ¿cerca de doscientos? ¿Cuantas generaciones de gatos son eso? Como se ha demostrado, el gato antártico estaba integrado a su ambiente. A mi juicio, exterminarlo a supuesto interrumpir un proceso activo de «especiación». Se ha perdido una oportunidad para estudiar mecanismos evolutivos en pleno desarrollo. ¿Cuando comprenderán los talibanes de la ecología que el mundo natural no es ni un jarrón chino ni una vitrina cerrada?
    Deberíamos apenarnos por la desaparición del gato antártico. Un desastre más generado por la estupidez humana.

Deja un comentario