La mayor parte de vosotros sabéis que, durante varias décadas, la comunidad científica ha investigado acerca de como generar lluvia por vías artificiales con vistas a poder irrigar en amientes áridos y semiáridos o sujetos a sequías eventuales. Sin embargo, hasta la fecha, los frutos obtenidos no pueden considerarse exitosos. No albergo la menor duda de que se trata de una línea de investigación interesante a la hora de expandir las zonas de cultivo en donde el déficit hídrico resulta, hoy por hoy, el principal factor limitante para la producción agropecuaria. De hecho, podría ayudar paliar hambrunas en regiones del planeta que sufren tal infortunio climático, desde el punto de vista humano.  Sin embargo, nada he leído del impacto ambiental que podría generarse si finalmente los investigadores lograran producir tal ansiada lluvia artificial. La noticia de hoy da cuenta de un nuevo procedimiento, aun en fase experimental. En este post tan solo deseo ofreceros unas reflexiones que no suelen tenerse en cuenta cuando se habla de este tema.

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Lluvia artificial. Fuente: Rainbow Maker’s World

Reitero que se trata de una línea de investigación por la que debería seguir  avanzándose. No obstante, de conseguirse se generarían también serios problemas ambientales que no deben ocultarse.  Finalmente se trataría de sopesar los pros y los contras en función de cada lugar y problema concreto. Así por ejemplo, no es lo mismo paliar los efectos sobre la producción de alimentos de sequías agudas que nos caiga el maná del cielo en zonas que son naturalmente áridas, semiáridas o desérticas.

Imaginémonos pues que un día, no muy lejano, atesoramos tal tecnología con vistas a inducir lluvia artificial “controlada», ya que si no (…) el remedio podría ser peor que la enfermedad. El problema estribaría en la creación de microclimas no artificiales que afectarían tanto a las zonas de cultivo como a la vida silvestre y/o ecosistemas naturales que las acompañan. Estos últimos, al ver alterado su ambiente natural, se encontrarían a un grave  riesgo para su supervivencia, tendiendo a ser desplazados por otros, y/o dando lugar a una masiva inmigración de especies invasoras adaptadas al nuevo ambiente, incluyendo patógenos que pudieran afectar a la salud de muchas especies incluida la del hombre.

Como consecuencia de todo ello, el paisaje iría cambiando paulatinamente hacia otros que atesoraran un mayor verdor. Pero al hacerlo, los ecosistemas naturales del lugar colapsarían, tarde o temprano. La pérdida de las especies autóctonas que albergaran sería la regla. Muchos ambientes áridos,  semiáridos y desérticos del planeta atesoran una biodiversidad que no tiene nada que envidiar a la de lugares más lluviosos.  Numerosas especies endémicas terminarían extinguiéndose, por desgracia. Dicho de otro modo el impacto ambiental sería enorme.

Todas estas consideraciones no deben entenderse como un alegato contra la lluvia artificial. Ahora bien, resulta palmario que en muchos lugares acabaríamos con un problema generando otro nuevo. En consecuencia, dependiendo del tipo de déficit hídrico, como de los beneficios a obtener, sería deseable analizar las ventajas y beneficios, los pros y los contras. ¡No es oro todo lo que reluce! O ¡Nunca llueve a gusto de todos! ¿Vedad?

Juan José Ibáñez

Físicos crean gotas de lluvia con rayos láser

¿Se puede controlar la lluvia? Más allá de las mágicas danzas que algunas culturas destinan a ese fin, por su potencial impacto en la agricultura y en otras actividades humanas, los científicos han dedicado grandes esfuerzos a investigar cómo conseguir precipitaciones en los lugares más áridos.

FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A. 01/09/2011

Los métodos más comunes empleados hasta ahora consistían en la dispersión en la atmósfera de pequeñas partículas de hielo seco, yoduro de plata u otras sales, pero el nuevo sistema presentado por investigadores de la Universidad de Ginebra va más allá. Los físicos han utilizado un láser para crear gotas de agua en el aire. El estudio, que aparece publicado en Nature Communications, quizás pueda algún día ayudar al ser humano a modificar las condiciones atmosféricas a su antojo.

La técnica provoca la condensación de agua y el crecimiento de gotitas de hasta varias micras de diámetro en la atmósfera tan pronto como la humedad relativa supera el 70%. Los científicos probaron el láser sobre el río Rhône, en Suiza, y, efectivamente, se formaron gotitas, no lo suficientemente pesadas para caer como lluvia, pero los expertos creen que, si consiguen hacerlas cientos de veces más grandes, serán capaces de provocar un aguacero. Claro que, ¿quién quiere crear lluvia en un lugar que ya es muy húmedo? En efecto, el láser necesita mucha humedad en el aire para funcionar, pero es en los lugares más secos del planeta donde realmente haría falta un invento semejante.

DURANTE 20 MINUTOS

El método funciona con el disparo de rayos láser en el aire, creando unas partículas de ácido nítrico que atraen las moléculas de agua y evitan que se evaporen. Las partículas de tamaño micrométrico se forman de manera estable y persisten durante al menos 20 minutos, lo que, según los científicos, demuestra que la condensación no es algo transitorio durante el pulso de láser, sino más bien un proceso que permite el crecimiento de gotas estables, aunque sean de tamaño micrométrico.

Los científicos esperan perfeccionar su método para, algún día, poder provocar la lluvia a su antojo. Quizás, quién sabe, los mapas del tiempo del futuro tengan un rayo láser como símbolo.

Autor:   J. de J.

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3 comentarios

  1. Me parece muy interesante el artículo. Pero creo que las consecuencias de alcanzar la tecnología para lograr esos proyectos van más allá de lo que judicialmente se puede controlar, porque a mi modo de ver, la atmósfera, al igual que los océanos, son globales y no tienen propietarios, y veo, como muy bien dices, “nunca llueve a gusto de todos”, que las consecuencias a nivel global nunca se conocerán hasta que sea demasiado tarde, como en todo.

  2. Completamente de acuerdo Juan Carlos. Yo tan solo intento llamar la atención de posibles problemas como este.
    Un cordial saludo
    Juanjo Ibáñez

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