“Cuba encaminada hacia un desarrollo sostenible” (Por Dilier Olivera Viciedo)
Antes de hablar de la sostenibilidad, recordemos que después de la segunda guerra mundial se produjo un vertiginoso desarrollo de la agricultura, caracterizado por el uso de variedades mejoradas genéticamente, la quimización, la mecanización, la explotación de grandes extensiones, un poderoso sistema de suministro de insumos, la oferta de servicios especializados y un esquema de comercialización que ha contribuido a la globalización de las tecnologías tipo “revolución verde”, como son los plaguicidas, los fertilizantes y su tecnología de aplicación.
Centro de Agricultura Suburbana Ganadera Finca el Anoncillo (Cuba) Foto. Dilier Vicedo y Juan José Ibáñez
Este modelo tecnológico alcanzó tanto auge que en la mayoría de los países la proyección de la agricultura y del desarrollo agrario solo se concebía bajo el paradigma de los rendimientos de los cultivos. Tal es así que la enseñanza en sus diferentes niveles lo asumió como idóneo y por ello un alto porcentaje de los actores del sector agrario mantienen como percepción lo que se conoce como “síndrome de la revolución verde”. Tal perspectiva considera pues a la agricultura como una cuestión puramente tecnológica, sin considerar las externalidades relacionadas con los aspectos medioambientales y sociales. Este tipo de agricultura favoreció la producción de los agroquímicos y su tecnología de aplicación, que ha terminado por ser tendencia predominante de la sanidad vegetal y la nutrición vegetal en el ámbito mundial. Tal agro-concepción ha arraigado con tanta fuerza que aun en la actualidad, a pesar de que se conocen y se han practicado diversas alternativas, muchos agricultores y profesionales agrarios tienen la idea de que para la lucha contra las plagas resulta necesario el empleo de un producto (plaguicida) como única opción y para que las plantas crezcan y produzcan se requiere de un fertilizante sintético, (Vázquez, 2008).
Cuba fue uno de los países de América Latina y quizás de Iberoamérica, que más intensivamente desarrolló la “agricultura moderna” o “convencional”, de altos insumos. Que si bien es cierto que la aplicación de estos conceptos en la actividad agropecuaria cubana produjo positivos impactos productivos en los primeros años de su aplicación, más tarde, este modelo mostró marcada vulnerabilidad, tanto en términos productivos como en eficiencia económica y energética. No obstante, paralelamente, alrededor de los años 70 y 80, del pasado siglo se desarrollaron investigaciones encaminadas a sustituir importaciones, con el objetivo de que nuestros sistemas agropecuarios fueran sostenibles.
Para nadie es un secreto que a finales de la década de los 80 e inicios de los 90, se produjo en nuestro país un brusco colapso en la economía y particularmente en la agricultura, debido a no poder mantener las importaciones de los insumos que hasta ese momento se utilizaba y que en su gran mayoría dependían del mundo socialista y principalmente de la Unión Soviética. Estos cambios nos conllevaron a buscar alternativas sustentables en el modelo de producción de alimentos, los cuales se mantienen en la actualidad. Para ello el Estado cubano propició intensificar el desarrollo de tecnologías de bajos insumos que se habían validado experimentalmente. Se reforzaron las investigaciones en busca de otras alternativas y se rescataron conocimientos del saber hacer del campesinado, con vistas a dar una rápida respuesta a la crisis de aquellos momentos.
Entre los cambios operados, cobra fuerza la agricultura orgánica o ecológica, promovida en sus inicio, por grupos de profesionales y docentes, que pronto ganó seguidores entre los productores, cooperativistas, técnicos, agricultores en general y diversas organizaciones no gubernamentales, todo ello contando con un fuerte apoyo y estímulo de los Ministerios de la Agricultura y del Azúcar, Ministerio de Educación Superior y la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores ANAP, entre otras organizaciones implicadas, por parte del estado cubano. Durante esta etapa se desarrollaron con éxito la Agricultura Urbana y el Arroz Popular, así como una amplia Red de Centros productores de medios biológicos en todo el país. Estas producciones se basan en prácticas orgánicas que no contaminan el medio ambiente, en el uso racional de los recursos locales y en la comercialización directa con el consumidor, lo cual ha sido un aporte importante en el empeño de lograr la autosuficiencia alimentaria, (Prieto et al., 2010).
Entre las medidas más importantes tomadas por el gobierno, se encuentran la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), que pronto promulgó leyes, resoluciones, decretos y otras herramientas legales, Entre estas ´ñtimas caben destacar la inclusión de temas agroecológicos en los programas de educación media y superior, mientras que los centros de investigación continuaron desarrollando líneas de trabajo sobre sistemas agrícolas sostenibles y aspectos medioambientales.
Actualmente en Cuba se continúa con el trabajo de promoción de la agricultura sostenible, desarrollándose un Programa Ramal de Investigación sobre Agricultura Orgánica, y discutiendo las futuras normas para dichas producciones. Muchos investigadores llevan a cabo estudios ininterrumpidos con vistas a resolver los problemas productivos, a bajos costos con alta eficiencia, contándose con algunos productos certificados, que ya han iniciado modestas exportaciones, (Monzonte et al., 2010).
A nuestro criterio personal, la desintegración del campo socialista de Europa del este y la antigua unión soviética (URSS), fue la que nos conllevó e impulsó a buscar estrategias de todo tipo, para salir del embargo económico por él que nos encontrábamos sobre la década de los 90. Ya en los momentos actuales pese a que aún presentamos problemas productivos, si queremos destacar que Cuba constituye hoy en día, un ejemplo ante el Mundo sobre agricultura sostenible. Para cuantificar lo antes planteado nos basaremos en algunas acciones llevadas a cabo en nuestra agricultura actual.
Lo primero fue demostrar mediante la investigación la eficacia de los abonos y biofertilizantes orgánicos, así como la introducción exitosa de los medios biológicos en los agroecosistema productivos. La fase siguiente consistió en convencer a los productores líderes de los efectos positivos que ejercían estas alternativas orgánicas, lo cual debo reconocer que fue la parte más difícil, teniendo en cuenta que se habían acostumbrado, por muchos años, al empleo de grandes volúmenes de fertilizantes y plaguicidas químicos, lo cual no era un factor limitante hasta la década de los 90 del Siglo XX. Más aun, debe entenderse que la tradición campesina se transmite de generación en generación. En la actualidad, tras más de 20 año del colapso de la URSS, que se ve una inclinación positiva al empleo de las variantes orgánicas por las nuevas generaciones de campesinos cubanos.
Otras acciones llevadas a cabo en el País, fueron la implementación de la agricultura Urbana y Periurbana, iniciada en los años 90, con vigencia actual y resultados muy positivos. Con tal motivo se crearon Organopónicos en todas las cabeceras provinciales y municipales, dentro de la ciudad, proporcionando a los consumidores, las hortalizas lo más fresca posible y solo bajo una producción ecológicamente sana, sin repercusión negativa sobre el medio ambiente y la salud de la población. Los restos de cosecha son procesados mediante el compost e incorporado nuevamente a la producción, funcionando todo como un sistema integrado. Tales prácticas se encuentran reguladas por ley, incidiendo en que que solo se empleen en este sistema productivo, desde el punto de vista nutricional, los abonos orgánicos y biofertilizantes y para el control y manejo de plagas, alternativas mediante trampas de colores, barreras vivas y medios biológicos.
Organopónico El Rápido. Foto: D. Olivera Viciedo
Del mismo modo, se crearon centros de compostaje de abonos orgánicos a base de cachaza, producto derivado de la caña de azúcar, una vez procesada por el ingenio azucarero, los cuales no solo satisfacen las demandas de las provincias del país, si no que también son exportadas a países como Martinica, entre otros. En Sancti Spíritus se encuentra el centro de compostaje mayor del país, el cual procesa anualmente mieles de toneladas hacia diferentes destinos. A continuación mostramos una imagen de dicho centro.
Centro de compostaje de cachaza, mayor del país. Foto: D. Olivera Viciedo
También en esta unidad de producción se practica la Lombricultura, donde actualmente se están desarrollando y ampliando los procesos que permitan lograr el autoabastecimiento requerido y la demanda solicitada a nivel de país. Estas metas logran ser alcanzadas, gracias al colectivo de trabajadores que ahí labora, encabezados por su director, los cuales manifiestan un alto sentido de pertenencia y amor por su trabajo.
Área de Vermicompost. Foto: D. Olivera Viciedo
Existen otras alternativas orgánicas de producción que se podrían abordar en otros Post. Terminaremos este señalando que se trabaja e investiga en la producción de microrganismos eficientes, una de las variantes productivas que se encuentra en alza en nuestro país, con resultados positivos desde lo concerniente a la nutrición de los cultivos hasta el control de algunos patógenos de las plantas. Todo lo hasta aquí descrito no nos confiere la total independencia de los fertilizantes y plaguicidas químicos, pero si nos va abriendo el camino hacia una producción sustentable a bajos insumos, aunque todavía queda mucho por hacer…
MSc. Dilier Olivera Viciedo
Profesor de Ciencias del Suelo
Facultad de Ciencias Agropecuarias
Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez
Oros Post Sobre Cuba sus suelos y el desarrollo Sostenible
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Ahi esta Cuba aprendiendo por necesidad real, aunque aùn no tengo el gusto de conocer ese maravilloso pais, imagino que estan enriqueciendo los conociminetos agroecologicos con vistas a conseguir la sostenibilidad o sustentabilidad.
Hermanos adelante y compartan lo que tienen.
P.D. ¿Esposible disponer de un correo de Dilier para hacerle algunas consultas? muchas gracias por anticipado.
Vidal es posible pero difícil. Ya han sido varios los que se han interesado.El problema es que allí, por el bloqueo nortemericano no tienen banda ancha, los servidores se caen continuamente, etc.
Tampoco se quien eres.
Saludos Juanjo Ibáñez