Política, Economía y Gobernanza del Mundial ¿Quién domina el mundo?

Noam-Chomsky

Fuente: Colaje imágenes Google

A lo largo de toda mi vida, se me ha tildado de ser un heterodoxo, y no solo desde el punto de vista científico. Algunos amigos me lo advertían y se preocupaban por ello. Muy por el contrario, jamás me ha gustado la ortodoxia ya que tal actitud se utiliza para mantener el status quo del mundo, como su propia acepción implica. Jamás comulgué ni con el capitalismo ni con el comunismo y ni tan siquiera con el marxismo. Me he dedicado a intentar ser un espíritu libre. Ya se sabe: “se realista y pide lo imposible”. Cada cual suele dividir el mundo entre buenos y malos, dependiendo de sus perspectivas e ideologías. Empero casi nada en el mundo físico, ni tampoco en el mental es blanco o negro, sino que se encuentra en la escala interminable de la gama de grises qua reposa entre ambos extremos. Como todos vosotros, leo, visiono noticias y escucho a personas a las que les resulta mentalmente muy cómodo adherirse a uno de estos dos extremos y rechazar el opuesto. Esta científicamente demostrado que la mente humana funciona así (ya os enseñaré los ensayos científicos al respecto). Como corolario, la información que nos llega se encuentra ideológicamente sesgada, en función de donde nos ha tocado vivir, así como de nuestras propias decisiones anteriores. Por lo tanto, lo quiera o no, jamás se puede ser objetivamente puro.  Dicen que somos lo que comemos, y tal aserto es válido tanto desde el punto de vista nutricional como intelectual. No obstante, esa libertad también me permite ser agnóstico y a la vez adherirme a un buen número de razonamientos que el Papa Francisco. Se trata de una personalidad que se empeña en denunciar las injusticias del mundo y nos implorar y exhorta a que ayudemos a los desheredados, con independencia de religiones, sesgos, e ideología. Una rara avis en el momento de la historia en el que nos ha tocado vivir.

Los ciudadanos se encuentran cansados de escuchar todo tipo de promesas que al final se incumplen, incluidas muchas procedentes de la propia ciencia. Por el contrario, los medios de comunicación de masas, como voceros de ideologías subyacentes, se preocupan de lo que se denomina el auge de las teorías conspiranoicas, por no hablar de los populismos. En realidad, los rivales tildan a los que “no” defienden su ideología de “populistas” e incluso “comunistas”. Puro cinismo. “O piensas como yo o estás en mi contra”, pensamientos que solo denuncian el “elogio a la tontuna” de los defensores de la intolerancia. Si los populismos crecen resulta ser por el desencanto del ciudadano de a pie ante tanta promesa incumplida. Si aceptamos la acepción gramatical de la rae de populismo, todos los partidos políticos lo son “por definición”.

Ante tanto descreimiento “dicen que crecen los adeptos a las  Teorías de la Conspiración” y los que denuncian el impero del poder de los Grupo de presión o lobbies.

Veamos (…) Ya desde que cayó el telón de acero, y muchos pensaban que el capitalismo disfrutaría de un ampuloso camino despejado para toda la eternidad, yo personalmente defendía que terminaría desmoronándose también, como resultado inevitable. El momento aún no ha llegado, pero no tardará, y las consecuencias ya afectan seriamente la vida de los ciudadanos. En el fondo defiendo que se trata de las dos caras de una misma moneda. La metáfora que utilizaba con vistas a explicar mi punto de vista era más o menos así. Se trata de dos objetos que se mantienen en pie al apoyarse entre sí, por lo que si uno se desmorona, tarde o temprano lo hará el otro. ¿Teorías de la Conspiración?. Como decimos en España “Yo no creo en las meigas pero haberlas haylas”. El problema estriba en que para que surja una conspiración no es necesario que los agentes implicados sean conscientes de ello. En sistemas autoorganizados, suele ocurrir que surgen o pueden hacerlo espontáneamente.

Como casi todos los ciudadanos del mundo, me encuentro decepcionado de la sociedad en que vivimos y la biosfera que destruimos inmisericordemente. No hablaremos de los problemas del comunismo por cuanto basta remitirse a las pruebas. Sin embargo, atacar al capitalismo económico neoliberal, es harina de otro costal, cuando también remitirnos a las pruebas bastaría. Vivo en esa parte del mundo en donde tal ideología impera, por lo que, si no la aceptas, inmediatamente eres tildado de comunista o populista ¡qué más da! Al final vía comunista o capitalista llegamos a esa inexorable y maldita ley de San Mateo.

Prácticamente nadie discute las contribuciones científicas, lingüísticas y filosóficas de Noam Chomsky. ¿Y que nos dice Noam?: Noam Chomsky: “El mundo empresarial tiene una conciencia de clase a un nivel que Marx nunca hubiera imaginado«. Hoy os dejamos con tres notas de “la prensa científica” que nos hablan de las miserias del capitalismo, como reza el título de un libro.

Todas ellas versan sobre las verdades que esconde el capitalismo. Y no son ideologías personales. Salieron en el plazo de dos o tres semanas en los noticiaros que dan cuenta de la prensa científica. Eso sí, hay otras muchas más contribuciones de la misma guisa. Las mentes ramplonamente perezosas piensan que lo justo sería atesorar una gobernanza en un punto medio entre el capitalismo y el comunismo. ¡Es decir el Socialismo”! Y a la vista están los resultados también. Falso, rotundamente falso, por cuanto la sociedad, como otros muchos sistemas y entre ellos los naturales, es de naturaleza compleja y/o no lineal, en los cuales los puntos medios “no dicen nada” ni sirvan para nada.

Prefiero que leáis las notas de prensa y luego reflexiones vosotros mismos. Al fin y al cano soy un defensor a ultranza de generar una sociedad de “espíritus libremente solidarios”.

Juan José Ibáñez

Continúa……..

Cadena SER Hoy – 12:11 h CEST

Noam Chomsky El mundo empresarial tiene una conciencia de clase a un nivel que Marx nunca hubiera imaginado

El académico y referente de la izquierda mundial reflexiona en ‘A Vivir…’ sobre las tendencias políticas, la creciente desigualdad social y las consecuencias en la escena geopolítica mundial de la guerra en Ucrania: «Las compañías de combustibles fósiles están exuberantes. Están consiguiendo enormes beneficios. Les están danto todo tipo de regalos para el futuro. Lo mismo ocurre con la industria armamentística. Pero para los demás, es un desastre»

Cadena SER Hoy – 12:11 h CEST

 Madrid

A sus 93 años, Noam Chomsky no se cansa de hablar de política. Ha dejado atrás su despacho en el MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y ha escogido la ciudad de Tucson, en Arizona, en pleno desierto para su retiro. El mito de esta figura clave de la izquierda mundial viene avalado por su trayectoria: crítico incansable con la política exterior estadounidense, detenido por oponerse a la guerra de Vietnam, figuró en la lista negra del presidente Nixon, apoyó la publicación de los papeles del Pentágono y denunció la guerra sucia del presidente Reagan.

En su último libro ‘La retirada: Irak, Libia, Afganistán y la fragilidad del poder de Estados Unidos’ analiza el orden mundial actual en conversación con Vijay Prashad. No le tiembla el pulso al afirmar que el país norteamericano actúa como la mafia en la escena internacional porque no acepta que ningún pequeño país le desafíe. Y, si lo hace, se tendrá que atener a las consecuencias. Igual que un pequeño comerciante que no esté dispuesto a aceptar la extorsión de la mafia: lo amedrentan para mantener el respeto de los demás, pero ¿de dónde nace esa necesidad tan estadounidense de exhibir poderío para intimidar a todo el mundo?

Chomsky escribió su primer ensayo muy joven sobre la caída de Barcelona en la guerra civil española y el auge del fascismo en Europa un tema que, teniendo en cuenta las tendencias políticas en países como Italia o de Hungría y Polonia, pareciera que volviera a cobrar vigencia. Aunque no es un fatalista, sí cree que durante la Gran Depresión, la época en la que él se creció, la sociedad tenía perspectivas de que todo iba a ir a mejor. No como ahora, en un mundo donde vemos que cada vez más gente lleva una vida precaria, con trabajos cada vez peores, una ruptura entre lo que la gente desea y las políticas públicas que llevan a cabo los gobiernos y una concentración de poder que va en aumento. En unas décadas que han sido tan destructivas para los trabajadores, tanto a nivel de derechos como de rentas, y donde el neoliberalismo lo impregna todo cabría preguntarse si queda algo de compasión por el bienestar de la gente y no solo de las empresas: la industria de la energía recibe millones en subvenciones, las grandes tecnológicas se benefician de investigaciones financiadas con dinero público y los bancos obtienen rescates casi automáticamente cada vez que se hunden: “El sistema es que el público asume los riesgos, paga el coste y a las empresas se les permite quedarse con los beneficios y llevar a cabo ese sistema de marketing que transforma las ayudas públicas en beneficios privados en gran medida (…) Las empresas son básicamente marxistas vulgares. Están librando siempre una guerra de clases. Y quieren un estado fuerte que las defienda. Ellas saben que el mercado es destructivo y quieren que se las proteja del propio mercado»

Y frente a la tiranía de las grandes empresas, encontramos una izquierda atomizada, unos movimientos sociales debilitados y gente que se siente sola ante el mundo y las injusticias, pero, ¿si no es la calle quién va a ejercer de contrapoder contra los abusos?

SEPTIEMBRE 23, 2022

La expansión del capitalismo llevó a un deterioro en el bienestar humano, según un nuevo estudio

 La expansión del capitalismo llevó a un deterioro en el bienestar humano, según un nuevo estudio

por la Universidad Autónoma de Barcelona

Lejos de reducir la pobreza extrema, la expansión del capitalismo a partir de los 16ésimo siglo después se asoció con un deterioro dramático en el bienestar humano. Así lo ha realizado un estudio realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) en colaboración con la Universidad Macquarie, Australia, que muestra que este nuevo sistema económico experimentó un descenso de los salarios por debajo de la subsistencia, un deterioro de la estatura humana y un marcado repunte de la mortalidad prematura.

A menudo se asume que antes del siglo 19, la gran mayoría de la población humana vivía en la pobreza extrema, incapaz de acceder a bienes esenciales como los alimentos, y que el surgimiento del capitalismo produjo una mejora constante y dramática en el bienestar humano.

Un nuevo artículo supervisado por el investigador del ICTA-UAB Jason Hickel pone en tela de juicio estas afirmaciones. El estudio, publicado recientemente en la revista World Development, muestra que los datos utilizados para hacer estas afirmaciones se basan en datos históricos del PIB y tipos de cambio de paridad de poder adquisitivo (PPA) que no tienen en cuenta adecuadamente los cambios en el acceso a los bienes esenciales. Estos datos no ofrecen un buen indicador del bienestar humano y pueden dar la impresión de progreso incluso a medida que se deterioran los estándares de salud.

Los investigadores utilizan un enfoque alternativo para reconstruir la historia del bienestar humano. Analizan tres indicadores empíricos: salarios reales (con respecto a una canasta de subsistencia), altura humana y mortalidad, en cinco regiones del mundo (Europa, América Latina, África subsahariana, Asia del Sur y China) del surgimiento de la economía mundial capitalista en el siglo 16.

Su análisis apunta a tres conclusiones. Primero, encuentran que es poco probable que la pobreza extrema fuera una condición normal o universal antes del siglo 19. Los datos sobre salarios reales indican que, históricamente, los trabajadores urbanos no calificados tendían a tener ingresos que eran suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, de alimentos, ropa y vivienda. La pobreza extrema tendía a surgir durante períodos de dramática dislocación social, como guerras, hambrunas y despojo, particularmente bajo el colonialismo.

«Si uno asume que la pobreza extrema era casi universal en el pasado, entonces puede parecer una buena noticia que solo una fracción de la población mundial viva en esta condición hoy en día», dice Dylan Sullivan, autor principal del estudio e investigador de la Universidad Macquarie, Australia. «Pero si la pobreza extrema es un signo de angustia severa, relativamente rara en condiciones normales, debería preocuparnos profundamente que cientos de millones de personas continúen sufriendo de esta manera hoy en día«, afirma.

La segunda conclusión es que, lejos de generar progreso en los resultados sociales, el surgimiento y la expansión del capitalismo experimentaron un deterioro dramático en el bienestar humano. En todas las regiones que revisan, el proceso de incorporación al sistema-mundo capitalista se asoció con una disminución de los salarios por debajo de la subsistencia, un deterioro de la estatura humana y un marcado repunte de la mortalidad prematura.

«Esto se debe a que el capitalismo es un sistema antidemocrático donde la producción se organiza en torno a la acumulación de la élite en lugar de las necesidades humanas», explica Sullivan. «Para maximizar la rentabilidad, el capital a menudo busca abaratar la mano de obra a través de procesos de encierro, despojo y explotación».

Finalmente, los autores encuentran que la recuperación de este período prolongado de miseria ocurrió solo recientemente: el progreso en el bienestar humano comenzó a fines del siglo 19 en el noroeste de Europa y mediados del siglo 20 en el sur global. Sullivan e Hickel señalan que esto coincide con el surgimiento del movimiento obrero, los partidos políticos socialistas y la descolonización. «Estos movimientos redistribuyeron los ingresos, establecieron sistemas de aprovisionamiento público e intentaron organizar la producción en torno a satisfacer las necesidades humanas», dice Jason Hickel. «El progreso parece provenir de los movimientos sociales progresistas».

Explora más a fondo

Reducción de las desigualdades mundiales en el uso de la energía necesaria para detener el cambio climático

Más información: Dylan Sullivan et al, Capitalismo y pobreza extrema: un análisis global de los salarios reales, la altura humana y la mortalidad desde el largo siglo 16, World Development (2022). DOI: 10.1016/j.worlddev.2022.106026

 

Na, unos movimientos sociales debilitados y gente que se siente sola ante el mundo y las injusticias, pero, ¿si no es la calle quién va a ejercer de contrapoder contra los abusos?

SEPTIEMBRE 23, 2022

Reducción de las desigualdades mundiales en el uso de la energía necesaria para detener el cambio climático

Más información: Dylan Sullivan et al, Capitalismo y pobreza extrema: un análisis global de los salarios reales, la altura humana y la mortalidad desde el largo siglo 16, World Development (2022). DOI: 10.1016/j.worlddev.2022.106026

Los neoliberales son los más receptivos a los trucos políticos, según un estudio

por la Universidad de Ámsterdam

¿Caemos en trucos políticos, cuando los políticos nos dicen cosas que parecen completamente sin sentido? Los psicólogos sociales de la Universidad de Ámsterdam probaron cómo las personas responden a declaraciones vagas y sin sentido como «Liderar políticamente a la gente significa luchar siempre por ellos» y «¡Por un Gonfel mejor y más fuerte!» (un país ficticio). Encuentran que las personas de derecha, y especialmente los neoliberales, son más receptivos a tales declaraciones. El estudio se publica ahora en el Journal of Social and Political Psychology.

La era digital en la que vivimos dio lugar a desinformación, mentiras, verificaciones de hechos, sobrecargas de información y travesuras políticas. Estas son declaraciones que son muy abstractas y sin sentido, pero se supone que movilizan a los votantes. «Es decir, los políticos dicen cosas que parecen no significar nada y todo al mismo tiempo», explican los autores. «Por ejemplo, cuando los políticos afirman ‘creer en las personas o el país’, o ‘prometen luchar por un futuro mejor’. Declaraciones tan vagas las vemos a menudo durante las elecciones políticas y las campañas políticas«.

Pero, ¿qué significan realmente tales declaraciones? ¿Qué efecto pueden tener? ¿Son algunas personas más susceptibles a ella que otras? Esta comunicación muy vaga y el fenómeno social prevalente no se habían estudiado antes.

Probar cuán receptiva puede ser una persona al engaño político

Los investigadores estudiaron el respaldo de declaraciones políticas vagas, eslóganes y programas. Después de un análisis sistemático de la literatura sobre este y otros fenómenos similares, desarrollaron tres pruebas para estimar cuán receptiva puede ser una persona al engaño político, y cómo esto se relaciona con su ideología política y su apoyo al neoliberalismo, el populismo y el comportamiento electoral. Estas pruebas se realizaron en los Países Bajos, Serbia y los Estados Unidos.

Una prueba se compuso de diez oraciones que los participantes calificaron según lo persuasivos que eran. Una de las frases decía: «Liderar políticamente al pueblo significa luchar siempre por él». «Aunque la frase parece que transmite algo, no está claro lo que significa luchar por las personas», afirman los autores. «Es vago, abstracto y esencialmente sin sentido».

La segunda prueba se compuso de cinco lemas sobre las elecciones en el país ficticio de Gonfel: «¡Por gonfel mejor y más fuerte!» Pero, ¿qué significa para un país ser mejor y más fuerte? La tercera prueba contenía tres largos programas políticos que no tenían ningún significado sensato, también relacionados con el país ficticio de Gonfel.

Las personas de derecha (especialmente los neoliberales) son más receptivas a las declaraciones falsas

Los autores concluyen que su estudio funcionó bien para medir el engaño político. «Aunque el término podría ser controvertido, nuestra investigación sugiere que el concepto … existe y se puede medir».

A través de un metaanálisis de las tres pruebas, encuentran que todas las medidas de engaño político se correlacionan positivamente con el apoyo al libre mercado, mientras que solo algunas se correlacionan positivamente con el conservadurismo social y económico y el populismo. «En los Estados Unidos, los Países Bajos y todos los países combinados, aumentó la receptividad … se asoció con una mayor probabilidad de votar por candidatos/partidos de derecha. Especialmente los neoliberales son más receptivos a estas declaraciones».

Los autores no investigaron y no saben qué partidos políticos usan más el engaño político. «Sin embargo, asumimos que todos los partidos o candidatos usan tales expresiones, debido a los requisitos estructurales de la política y la comunicación política«.

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Un estudio sugiere que la ira impulsa a los votantes a recurrir a partidos de extrema derecha en Europa

Más información: Vukašin Gligorić et al, Political bullshit receptivity and its correlates: A cross-country validation of the concept, Journal of Social and Political Psychology (2022). DOI: 10.5964/jspp.6565

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3 comentarios

  1. Tanto el capitalismo como el comunismo tienen bastantes defectos. Y después están los países subdesarrollados en los que realmente no suele haber ni uno ni otro. No se cual es la solución, supongo que algún tipo de mezcla.

  2. Creo que sería positivo fomentar al cooperativismo. Por lo demás el sistema menos malo menos malo me parece el de Europa con el Estado del bienestar.

  3. Generalmente, tanto en la política como en la vida, los extremos son malos. Aunque hay excepciones y algunas veces tienen la razón, pocas. Ambos. Incluso pueden ser validos para algunos cambios radicales positivos…o para, claramente, no cambiar nada.

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