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Fuente: colaje imágenes Google

Maestro ¿qué es la corrupción?

¿Y tú me lo preguntas? La corrupción eres tú.

 “Viejo vino en nuevas botellas”

Hay que cambiar todo para que todo siga igual

revistas científicas”  “revisión por pares” y su “ética” “mala praxis” “fraude científico” “gremialismo corporativo”, son temas que han afectado los entresijos de la ciencia “desde siempre”De vez en cuando salen a la palestra mediática, súbitamente y a menudo tan seguidas que parecen virales. ¿Han aumentado en las últimas décadas?.  Posiblemente, pero no podemos saberlo…..

Juan José Ibáñez

Continúa…………..

revistas científicas”  “revisión por pares” y su “ética” “mala praxis” “fraude científico” “gremialismo corporativo”, son temas que han afectado los entresijos de la ciencia “desde siempre”De vez en cuando salen a la palestra mediática, súbitamente y a menudo tan seguidas que parecen virales. ¿Han aumentado en las últimas décadas?.  Posiblemente, pero no podemos saberlo. Ya en el año 2006 Publique el post “Sobre Las Anatomías de los Fraudes Científicos, la Praxis Profesional y El Periodismo.”. En el libro titulado “Anatomía del fraude científico” su autor Horace Freeland Judson, un experto historiador de la ciencia, nos recuerda esa parte de nuestra comunidad que el gremialismo de los científicos desea ocultar. Por ejemplo, en la reseña del libro se puede leer: “El fraude impregna todo tipo de instituciones y, hoy en día, el mundo de la ciencia, el último bastión de la confianza y el respeto no constituye una excepción. Se han descubierto docenas de casos en el pasado cuarto de siglo y los titulares continúan. Horace Freeland Judson argumenta que no podemos quejarnos del fraude en la ciencia como si sólo se tratara del trabajo individual de algún científico particular. Por el contrario, debemos buscar sus causas y sus remedios en las mismas estructuras y cultura de las instituciones científicas. Judson detalla con cuidado todos los tipos de fraude científico y el modo en que ocurren, considera la autonomía de las ciencias, incluyendo las revisiones y el arbitraje de los papers y expone el fracaso de las respuestas académicas, gubernamentales y legales. También muestra cómo la tendencia hacia la publicación de papers en internet promete nuevos descubrimientos de fraude y sugiere cómo podemos restaurar y defender la integridad del mayor monumento del esfuerzo humano: las ciencias”. Y la historia sigue:

De hecho, Horacio tenía la esperanza de que la inminente llegada de las revistas en acceso abierto cambiara el rumbo de las cosas. Horacio sabía que iba a lanzarse ese mismo año una de las primeras revistas de tal guisa y avalada por numerosos colegas de EE.UU. Nos referimos a Plos One. Las editoriales comenzaron a temblar, reaccionando después en una virulenta contraofensiva por la derecha y por la izquierda. Ellos también se lanzaron a permitir el acceso abierto si los autores pagaban cifras desorbitantes. Sin embargo, al abrirse un nuevo nicho de negocio, pronto surgieron otras revistas nuevas, muchas de ellas de baja monta a precios más asequibles y con una revisión por pares aun más deleznable que la que padecíamos. Al objeto de desprestigiares, las editoriales tradicionales las denominaron “revistas depredadoras”, olvidándose de que ellos ya eran depredadores desde su fundación, aunque de otro modo. El exceso de competitividad medido por el denominado factor de impacto  suele ser un cáncer hasta el punto de que ya todo el mundo sabe que un científico “publica o perece”. Y como nadie quiere morir en el intento, seguramente el porcentaje de artículos que “de algún modo” acarrean mala praxis o fraude” ha debido crecer. También el número de investigadores actualmente en activo no tiene parangón en los anales de la historia de la ciencia.

Pero en cualquier caso y ante todo, debemos recordar que los gremialismos son funestos a  la hora de buscar soluciones que atajen los problemas que afectan a un colectivo. Pero en mi motor de búsqueda tecleo gremialismo científico, no encuentro nada que merezca la pena, eso sí tan solo parece afectar a los estamentos universitarios, cuando en realidad incumbe a todo tipo de instituciones científicas, apareciendo titulares como “Universidades con praxis corruptas”.

Más sorprendente resulta hoy que editoriales como la afamada revista Nature publique artículos como este, cuando ellos también son parte del problema: “Publicar juntos o perecer: El creciente número de autores por artículo en revistas académicas es consecuencia de una cultura científica cambiante. Algunos investigadores definen la autoría de manera bastante vaga. Personalmente conozco sobradamente este fastidioso problema por cuanto al hacer el listado de referencias se me llevan los diablos al tener que teclear numerosas referencias en las que tienes que especificar todos y cada uno de los autores. Pero reseñemos que también son muchos los que piensan: “¿Por qué revistas como ‘Nature’, ‘Science’ y ‘Cell’ hacen daño a la ciencia?” (lo defiende un Premio Nóbel).

Puedo jurar que yo nunca he pagado por publicar, me crean o no, y es que rehúyo los proyectos e investigo como francotirador. Sin embargo, entiendo que otros muchos lo hagan. Empero dado que los precios por publicar en una revista importantes son astronómicos, personalmente puedo entender (aunque lo deteste) los trabajos con más de dos o tres docenas de autores.  Distanciado ya de los cambios en la academia, yo me pregunto a que puede deberse esta maldita práctica por dos alternativas que no son excluyentes de los “multiautores:” (i) publica o perece induce a los más desesperados/ambiciosos a firmar todo lo que se ponga por delante y (ii) el costo por autor de los artículos debe dividirse entre los diferentes firmantes que pertenecen a distintas instituciones científicas para asumir las cargas.  I + II = ¡Bingo! ¿sabrán la mitad de esos autores, o casi todos, de que van esos artículos? ¿podrán defender sus contenidos?

Recuerdo que, en una oposición a la escala de titular científico, a mediados de la década de los 90 del siglo pasado, de la que yo personalmente era presidente del tribunal, una candidata se lamentaba lacrimógenamente de que había sido uno(as) excluida(s) de la lista de autores de Nature o Science. Debido a que no permitían más que tres o cuatro informantes. ¡Si que han cambiado los criterios, ¿verdad?”.

También me viene a la mente cuando desde una revista de ecología muy importante y con un alto factor de impacto me rechazaron un trabajo son el siguiente argumento: “su manuscrito es sólido y con argumentos correctos, pero por su temática, tendrá pocas “descargas” por lo que nos vemos obligados, lamentándonos mucho, de…. ¡Todo por la pasta y el IF!. De aquí que me quede totalmente sorprendido cuando La revista Nature, el 2 de abril de 2023 , publicara el siguiente artículo” El fraude en la ciencia: un alegato a favor de una nueva cultura en la investigación”. “A dios rogando y con el mazo dando”.

El gremialismo es pernicioso y la codicia aun más, empero o eres muy, pero que muy brillante, o mucha gente se ve inclinada a pecar.  `

He tenido mucho afecto por un joven investigador cubano. Colaboré y aconsejé (¿Cómo lo llaman ahora? = “mentoring”) durante varios años como a un hijo. Un día para darme una alegría, me envío el borrador de un artículo al que había añadido mi autoría. Le reproche su actitud y le dije que la eliminara inéditamente. El me pidió disculpas, comentándome que en su nueva universidad (fuera de Cuba) era común y lo denominaban ¡hacer grupo! Esto es lo que enseñamos a nuestros jóvenes investigadores. ¿Qué esperamos pues?

Los investigadores somos parte de la sociedad, no unos santos irreprochables. La sociedad tiene unos determinados valores éticos que permean en el colectivo. La falta de ética en la sociedad actual es palmaria por lo que 2 = 2 = 4.

Luego están las instituciones y sus rankings , como el denominado ¡ranking de Shanghái”. Cuando más elevada sea tu posición, más posibilidades habrá de recabar fondos, becas, alumnos……… Y así nos encontramos con “casos como este de una universidad saudí”.

Y nos queda para terminar por hoy, porque tengo material y datos para escribir un libro, una advertencia. Alarma que llega la Inteligencia artificial de lenguaje LLC, amenazando con tipos de fraude más sofisticados ¿más?.

No lo duden, el fraude científico es tan antiguo como la ciencia y vino para quedarse. ¿Carrera armamentista evolutiva?. Pues algo asó, más o menos.

Para finalizar digamos que conforme a transcurrido la historia de la ciencia, han cambiado tanto los sistemas de publicación, estando los tipos de fraude y mala praxis condicionados históricamente. La Fundación y especialmente la consolidación casi mundial del Instituto para la Información Científica (ISI) por Eugene Garfield  marcó un antes y un después, al comenzar las indexaciones, factores de impacto, etc. Luego se fueron trasformando la mayor parte de las revistas científicas editadas por diversas sociedades nacionales e internacionales al pasar a ser abducidas por las compañías internacionales. Y aquí comienza la historia que narramos hoy, por ya que los “criterios de selección/valoración/calificación son los que condicionan las diversas formas en que se realizan la mala praxis y la corrupción científica.

¿Sigo y os pongo más los pelos de punta que nunca?

Dejémoslo aquí por hoy.

Juan José Ibáñez

Los ejercicios de evaluación de la investigación son necesarios, pero tenemos que aprender a hacerlos mejor

Hace diez años este mes, la Declaración de San Francisco sobre Evaluación de la Investigación (DORA) consagró el principio de que las evaluaciones no deben depender demasiado de los factores de impacto de las revistas como medida de la calidad de la investigación…..

La ley de Campbell y el poder blando que explican la trama saudí para corromper científicos

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