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Colaje: Fuente Google imágenes

Llevaba tiempo recibiendo una inundación de alertas acerca de las controversias cerca de las publicaciones científicas, el fraude, la mala praxis, el acoso a las revistas en acceso abierto, el “publica o perece” etc. cuando me encontré con un post muy interesante del blog hermano “Matemáticas y Sus Fronteras”, que es el primero que os reproduzco entre otras noticias que podréis leer abajo. Completamente de acuerdo en que la cantidad jamás debe confundirse con la calidad. Ahora bien, ¿quién es capaz “objetivamente” de separar el grano de la paja? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? El problema estriba en si se ha empeorado, seguimos en el mismo pozo o, dicho de otro modo, se trata del “mismo perro con distintos collares.  Personalmente me aferraría al contenido de mi última afirmación. El malestar cambia de dirección con el tiempo e incluso a veces se invierte, pero a fin de cuentas topamos con más de lo mismo.

Como podéis leer al final de este post, le hemos dedicado mucho tiempo y entradillas en esta bitácora para hablar de los temas mentados. Tanto es así que os he dejado sus títulos sin enlazar, rogando que los busquéis vosotros mismos, ya que por sus títulos se encuentran inmediatamente en Google. Como veréis existen muchos posts de los periodos iniciales de nuestra bitácora y eso que no he sido exhaustivo.  

Nos encontramos desde hace décadas, ante un laberinto del que, al parecer, no podemos o sabemos escapar. Obviamente la tecnociencia ha cambiado el malestar anterior, y no para bien precisamente. Obviamente en matemáticas, por su naturaleza formal, posiblemente detectar la genuina calidad de un trabajo sea más sencillo, pero en la mayoría de las disciplinas no.

A penas iniciada la andadura de este blog, leía un libro que pereció interesantísimo; “La Anatomía del Fraude Científicoen el que su autor ya nos relataba los problemas hasta 2005 así como que el fraude en ciencia ha existido, desde que la ciencia es ciencia. También mentaba em aquel momento de la aparición de una nueva forma de publicar que era el acceso abierto con losPlos One” y “hermanos”. Me pareció una idea maravillosa. Empero 20 años después, ha ido deviniendo en desastrosa al introducirse parásitos, depredadores o simplemente sinvergüenzas. Comenzaron a surgir lo que se denominaban revistas depredadoras, muy criticadas por las tradicionales editoriales científicas, pero que a la larga se acogieron al mismo y suculento modelo de negocio, ya que ofrecía mayores ganancias de las que ya atesoraban por aquel entonces, y que eran todo, menos despreciables. Yo les diría que casi todas las revistas son depredadoras, de un modo u otro. ¿Y quien valora la calidad?. Les presento mi tesis, nuevamente.

Los científicos somos humanos comunes y corrientes, proclives, por tanto, a sufrir los mismos defectos que otros ciudadanos e idénticos vicios de la sociedad de la que formamos parte. La ciencia debe ser lo mas objetiva posible, pero los científicos distamos mucho de serlo por el mero hecho de eso mismo: somos humanos. Tenemos nuestras opiniones/creencias y si no estamos de acuerdo con las indagaciones de otros las criticamos, ya sea en público o en la revisión por pares que por ser anónimos……

Sin embargo, en la década de los ochenta del siglo pasado, formando parte del “Comité Científico Asesor de la Presidencia del CSIC” tuve varias experiencias de lo más desagradables. Pongamos un ejemplo, y omito los peores. El presidente constituyó   dos “Consejos de Sabios” con vistas a valorar sendos centros de Institución. Y con vistas a evitar todo tipo de manipulaciones y tráfico de influencia, aquellos paneles, fueron constituidos por expertos de “prestigio” de Instituciones extranjeras. No repitió la experiencia, debido a que sus informes resultaron ser deplorables. No se habían enterado de nada. Del mismo modo, he formado parte de tribunales de oposiciones para el acceso de científicos al CSIC (también becas), valorando proyectos en Europa, España y Comunidades Autónomas. Por cierto, la decepción más fuerte justamente la sufrí en Bruselas, al observar un monumental tráfico de influencias de lo más escandalosas. Y paro aquí de contar, ya que podría redactar un libro.

No se puede ser tal cándido como para creer que los sujetos “subjetivos” van a pronunciarse con «objetividad» sobre temas que a menudo son de su incumbencia y a veces hasta les afectan directamente. ¡No hay remedio, ni con la IA de lenguaje natural! No opino, sino constato las evidencias que he sufrido y también las que me han narrado otros colegas. 

Los tiempos cambian, pero como seres humanos seguimos padeciendo los mismos, sesgos. Mutatis mutandis: “viejo vino en nuevas botellas”, pero con la tecnociencia acuestas.

Primero, la internalización de la comunidad científica y posteriormente la globalización, que incorporó los mismos criterios para todos los investigadores del mundo, exige que todos los indgadores deben publicar en revistas prestigiosas, según su factor de impacto. En consecuencia, se fue produciendo una paulatina avalancha de manuscritos que era insostenible. Me comentó un becario ajeno, tras regresar de USA con su doctorado, que en algunos casos científicos afamados escribían reportes internos de “como ellos valoraban los manuscritos” dándoselos a sus becarios, con vistas a que ellos, siguiendo el manual, realizaran la evaluación/valoración de si debían ser aceptados por una revista o no. ¡Sin comentarios!

Entre a trabajar en el CSIC en la década de los 70 del siglo XX. Por aquella época, al menos en numerosas disciplinas, la internacionalización no alcanzaba las publicaciones. Cada país tenía revistas en sus propios idiomas, pero se las arreglaban para intercambiar ideas por cartas, solicitando las clásicas “separatas”, comunicándose en congresos, etc. A mi amigo Gonzalo y a mí se nos “escurrió” a finales de la década mencionada enviar un par de manuscritos a una revista francesa ahora bien “indexada” (en aquella época ni sabía lo que significaba). Fueron aceptados y publicados. Poco tiempo después, cruzándome en un pasillo del edificio que albergaba el centro al que estaba adscrito me crucé con su director, que no sabía ni mi nombre. El me paró y exclamo algo así como “me han comentado que usted escribe en revistas extranjeras (…) mal asunto (…) lo que debe es publicar en revistas “españolas” y si no lo hace, jamás recibirá apoyo u respaldo de este Instituto. Resumiendo, no volví a publicar en el “extranjero”, ni “en otro idioma” durante varios años. De no ser así simplemente tendría unos ocho o diez papers más, lo que actualmente no significa nada, pero en los albores del del imperio de los “Impact Factors” si”. ¡Cómo ha cambiado el mundo! ¿verdad?   

Nunca he tenido que dejar en el cajón ningún manuscrito sin publicar, ya que finalmente todos se aprobaron. En algunos casos a la primera revista que lo enviaba se rechazaba, aunque raramente he tenido que superar las segundas y jamás pagando, ya que me he negado. Personalmente terminé hastiado por lo que desde 2018 (más o menos) comencé a responder a las críticas de los pares que rechazaban el trabajo a cara de perro. Es decir, en teoría, la mejor forma para que fueran a ir a parar al limbo. Justamente debates de los dos últimos fueron tremendos. En uno de ellos escribí una carta a los editores recriminándolos por no saber elegir los expertos adecuados a la hora de revisar mi manuscrito, ya que los comentarios recibidos eran de juzgado de guardia. Al mismo tiempo, mi respuesta a uno de los revisores tenía una extensión de once páginas, desmontando todas sus criticas y recriminando su ignorancia sin remilgos. Un par de días después, cuando comenzaba a enviar el manuscrito a una segunda revista, recibí la respuesta de la primera. Los editores pedían disculpas, aceptaban el manuscrito sin más que correcciones que las gramaticales y terminaban agradeciendo “mi contundencia” en el proceso de revisión. ¿¿??. «nunca sabes cómo acertar” Pero equilibrando la balanza, os pongo el caso de un entrañable colega y amigo. Era sábado, estábamos juntos en su despacho, e íbamos a seguir charlando, tomando unas cervezas. Él se encontraba remitiendo un manuscrito a Science o Nature (no lo recuerdo). Exclamó ¡listo! Y lo envió. Tardamos unos cinco minutos o menos en recoger nuestros enseres y seguir platicando en un Pub, cuando al ir apagar su PC vio que recibía la respuesta de la grandiosa revista. Pensamos que era una clásica indicación de que se había recibido el documento. No obstante, para nuestra sorpresa no era sí, Se trataba de la valoración final viniendo a decir “tras leer “muy detenidamente” su manuscrito, lamentablemente consideramos que, aunque sea interesante, no es del interés de nuestra revista, animándole a que intente publicarlo en otra. Y todo un sábado por la tarde en ¡cinco minutos! “fastuosa cara dura”.

Ciertos estudios demostraron ya en la década de 2005 a 2015, que el número de autores que firmaban un artículo científico crecía rápidamente desde que se impuso en criterio universal de publica o perece. Debo recordar que en aquella época se sospechaba que una multiautoría era un indicador de mala praxis (yo te pongo como autor en mi paper y tu me añades a mí en el tuyo), por lo que muchas revistas los rechazaban, como Nature y Science. Hoy en día los artículos científicos con más de 15 y 20 autores de diversos países son comunes en tales editoriales (¡la pasta es la pasta!). Empero además no fingen, en absoluto, ya que, en las notas de prensa divulgativas, tras los autobombos y los falsos cambios de paradigma, es frecuente leer comentarios de algunos de los  firmantes de la siguiente guisa: “estos resultados son el fruto de la realización de la tesis doctoral de fulanita o menganito”. ¡Qué cara más dura!     

Resumiendo, que el problema se puede haber agravado por la necesidad/imperiosa obligación de que todos los científicos publiquen en las mejores revistas del mundo, y cuanto más mejor, lo cual es a todas luces imposible.

Os advierto que no estoy en absoluto de acuerdo con los contenidos que muestran las otras dos notas de prensa que siguen al de la declaración de DORA. En algunos casos aciertan, en otros opino que no, pero en varias sentencias demuestras que son ignorantes en la materia (“plumillas”).

Lo dicho, el mismo perro con distintos collares……..

Juan José Ibáñez

Continúa………

Declaración DORA 

Evaluación Nuevas reglas y viejos hábitos

MATEMÁTICAS Y SUS FRONTERAS, GENERAL; 21 OCTUBRE 2023

En esta entrada comentaremos las nuevas reglas para la evaluación de la investigación en España a la vista de los acuerdos internacionales que se han firmado recientemente tanto por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) y la Agencia Estatal de Investigación (AEI).

Las nuevas reglas de evaluación a la luz de la Declaración DORA implican un importante cambio de paradigma. Por ejemplo, el punto 15 del acuerdo sobre el trabajo de un evaluador dice textualmente:

“Cuando participe en comités que toman decisiones sobre financiación, contratación, permanencia o promoción, realice evaluaciones basadas en el contenido científico en lugar de en métricas de publicación.”

Por lo tanto, el evaluador debe examinar el contenido de los artículos publicados por el evaluado, y valorar las aportaciones concretas al desarrollo de la temática en cuestión.

Sin embargo, todavía encontramos en las evaluaciones frases como eta: “Es autor de un número bastante alto de trabajos de investigación en revistas de nivel medio o medio-alto [aquí la disciplina] como por ejemplo [aquí una lista de revistas]”. Es evidente que el evaluador está juzgando ese trabajo usando únicamente el factor de impacto (IF) de las revistas y no por el contenido de los artículos.

De hecho, el punto 2 de DORA insiste en este aspecto:

“Sea explícito sobre los criterios utilizados para evaluar la productividad científica de los solicitantes de fondos de investigación, especialmente para los investigadores que están iniciando su carrera investigadora, que el contenido científico de un artículo es mucho más importante que las métricas de publicación o la identidad de la revista en la que fue publicado.”

El otro acuerdo que nos debería guiar y también reconocido por ANECA (todavía no por la AEI) es la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA), que insiste en las mismas directrices que deben guiar la evaluación:

“La evaluación de la investigación debe basarse principalmente en la evaluación cualitativa, para la que es fundamental la revisión por pares, con el apoyo de indicadores cuantitativos utilizados de forma responsable cuando proceda. La revisión inter pares es el método más sólido que se conoce para evaluar la calidad y tiene la ventaja de que está en manos de la comunidad investigadora. Es importante que los procesos de revisión inter pares estén diseñados para cumplir los principios fundamentales de rigor y transparencia: evaluación por expertos, transparencia, imparcialidad, idoneidad, confidencialidad, integridad y consideraciones éticas, género, igualdad y diversidad.”

Nos consta que hay un movimiento en estas agencias (y también en universidades, agencias evaluadoras regionales y CSIC) para realizar los cambios necesarios, pero los resultados serán los que indiquen que el cambio de paradigma está calando o no en la comunidad científica. Se precisa formar e informar a los potenciales evaluadores de estos cambios, para abandonar los viejos hábitos. Y, sin duda alguna, se necesitará más financiación en las tareas de evaluación, ya que la evaluación por pares requerirá mucho más tiempo de los evaluadores. Esperemos ir viendo los avances en los próximos años.

Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

La burbuja de las revistas científicas se traga millones de euros de dinero público

 MANUEL ANSEDE; Madrid – 31 OCT 2023 – 05:21 CET

Un análisis sugiere que algunas editoriales académicas han multiplicado sus ingresos gracias a la aceptación masiva de estudios triviales en números especiales

La revista quincenal ‘International Journal of Environmental Research and Public Health’, de MDPI, ha llegado a publicar seis números especiales cada día. MARIO BERMUDO

Un extraño fenómeno ha transformado el sistema científico mundial. De repente, revistas académicas que antes eran semanales o quincenales se han puesto a publicar varios números especiales cada día. Hay casos insólitos, como el de la hiperprolífica revista de investigación ambiental y sanitaria International Journal of Environmental Research and Public Health (IJERPH), que el año pasado publicó 17.000 estudios, , 13 veces más que en 2016, según los cálculos del ingeniero Pablo Gómez Barreiro. …

¿Qué tan grande es el problema del papel falso de la ciencia?

Un análisis inédito sugiere que hay cientos de miles de artículos falsos sobre «fábricas de papel» que acechan en la literatura.

La burbuja de las revistas científicas se traga millones de euros de dinero público

Virus en la publicación científica

Pagar por publicar una investigación en una revista cuestiona el modo de medir la excelencia

EL PAÍS; 06 NOV 2023 – 05:00 CET

Una cualidad básica de la ciencia es su carácter público e internacional. Las investigaciones secretas de las empresas o de los ejércitos no cuentan como ciencia mientras no se hayan sometido al escrutinio de los expertos y publicado en las revistas profesionalesDesde conceder becas hasta financiar proyectos, el dinero de la ciencia se decide por las publicaciones de quien lo solicita. De ahí que la publicación científica sea una pata esencial del avance del conocimiento. El sistema nunca ha sido perfecto, pero hay prácticas que lo están llevando al límite de lo soportable en los últimos años. Estos días hemos conocido la última aberración: revistas que ofrecen a los investigadores un proceso rápido de aparición en suplementos especiales inventados para tal propósito. Y a cambio de un dinero que acaba pagando el financiador del proyecto, que en buena medida suelen ser fondos públicos.

Hay revistas teóricamente semanales o quincenales que publican varios de esos suplementos especiales al día. La marca absoluta es seguramente una revista profesional de salud (el International Journal of Environmental Research and Public Health) que publicó el año pasado 13 veces más artículos que en 2016. Pero el fenómeno es más general en sus versiones menos espectaculares. Las editoriales que incurren en estas prácticas multiplican sus ingresos y los científicos pagan la factura, encantados de engordar su currículo con artículos que la historia de la ciencia se podría haber ahorrado. El prestigio de las revistas en cuestión (índice de impacto, en la jerga profesional) sale beneficiado por mera cuestión de cantidad, por lo que esa práctica daña los indicadores que pretenden favorecer la calidad. Es un verdadero virus en el corazón del sistema.

El fenómeno no afecta por igual a todas las editoriales científicas. Clasificadas por el porcentaje de artículos que publican en números especiales, las peores son MDPI (suiza, 88%), Frontiers (suiza, 69%) y Hindawi (egipcia, 62%). Las cifras son correctas en el caso de Wiley, Springer, Nature, BMC y PLoS. Reconforta saber que la enfermedad no es sistémica, al menos de momento, pero las editoriales que han caído en este perverso juego amenazan la estabilidad del sistema entero, copan recursos dedicados a la investigación e inundan las bases de datos con estudios que nadie leerá.

El aumento exponencial de las publicaciones no se debe, por desgracia, a que el número de científicos aumente en esa proporción. Es un artefacto que conviene erradicar. La raíz del problema se conoce en el mundillo científico como publish or perish (publica o perece). Este error no es de las editoriales, sino del sistema inadecuado que usamos para evaluar la ciencia al pesoValorar la calidad es mucho más difícil, pero cada vez más necesario. Es una cuestión importante que merece la atención de los gestores públicos.

¿Quién debería pagar por la publicación en acceso abierto? Surgen alternativas a APC

Los cargos por procesamiento de artículos que los editores cobran a los autores se han convertido en una parte integral, y a veces impopular, de la revolución del acceso abierto. Se están explorando otras opciones.

 Post Previos publicados sobre el tema

La Investigación Medioambiental en España: Evidencias de la Carencia de un Genuino Sistema de I + D + i en nuestro país

El Fraude Científico: Bibliografía y Foros de Discusión

Sobre Mala Praxis Científica, el Fraude y Las Conductas Éticas: Ejemplos Extraídos del Ámbito de la Diversidad

El Fraude Científico y los denominados “Jóvenes Prodigiosos” (2º Regularidad)

Radical Open Access

La Actitud de los Científicos a la Palestra: Revistas en Open Access y Política

Fraude Científico: Quien Denuncia Paga las Consecuencias (1ª Regularidad)

La Magnitud Actual del Fraude y la Mala Praxis Científica

El Fraude Científico: “Los Pobres también Pecan”

La Lucha Institucional Contra al Fraude Científico: El Ejemplo de EE.UU.

Revistas Científicas de Prestigio, Monopolios, Investigadores y Políticas Gubernamentales: El Gran despilfarro Económico

Sobre Las Anatomías de los Fraudes Científicos, la Praxis Profesional y El Periodismo: Introducción

La Acrónimofilia o Como Hacerse Famoso en Ciencia sin Despeinarse: Pedotranfer Functions, Biodiversity and Pedodiversity

Muchos de los Grandes Héroes de la Ciencia también Cometieron Fraude o mala Praxis Científica (cuarta regularidad)

Filosofías Radicales de la Ciencia: Las Modas en la Ciencia Contemporánea

Compartir libremente el conocimiento: ¿El fin del Publica o Perece?

Ciencia y Ética: La Ética de los Científicos y la Ética de la Ciencia

Como Publicar en una Revista de Impacto Investigaciones Intrascendentes, por decir algo… (Comunidades del Suelo, Cambio Climático y Pesticidas)

La Verdad Científica Como Consenso (Las Sociedades Científicas)

Fraude y Falsificación de los Resultados Científicos: Conclusiones de un estudio publicano en PlosOne

El Presidente del CSIC, las Revistas Científicas en Open Access y el Procomún

Wikipedia versus Citizendium: En defensa de la Participación Ciudadana o el Temor al Imperio de las Masas

Corrupción de la Indagación Científica: Publicar a toda costa, en detrimento de la calidad

De la Burbuja Financiera a la Burbuja Científica (un sistema de publicación científica que no funciona)

¿Hacer Buena Ciencia o Publicar?: Entre la Espada y la Pared

Factor de Impacto: Llamando a las Puertas del Cielo (Un Cuento Para Mayores)

La Opinión de los Científicos sobre el Acceso Abierto y las Redes Sociales

De la Filosofía de la Ciencia a la Filosofía de la Tecnociencia (Nuevo Curso Básico y Sus Razones)

¿Jaque al Fraude Científico?. La Respuesta radical del gobierno chino

Premiando la Mala Práxis Científica; O Como Puede ser Castigado un Investigador Honesto

Los Científicos no tienen abuela, las científicas sí (las miserias de la tecnociencia y las cuestiones de género)

El Reciclado del Conocimiento Científico y el Origen de los Seres Humanos

Los Jóvenes Edafólogos y su Indignación (¿legítimas reclamaciones o xenofobia bajo el suelo?)

Científicos contra el conocimiento indígena y campesino

Los Cárteles de la Ciencia, Malas Conductas Científicas y la Revisión por Iguales (Un caso Reciente en las Ciencias del Suelo)

Las Viejas Glorias de la Ciencia y la Gerontocracia Científica

Calidad de los Artículos Científicos: Fomentando la Mediocridad y Las Bellas Durmientes

Los Científicos Estadounidenses y las Revistas Científicas: Una Guerra de Guerrillas

Fraude Científico en la Ciencias Actual: Las Cinco Tesis

El Circo de la Ciencia Contemporánea

Ciencia e Incultura Política: Investigación Traslacional

Nature y el Open Access

Los Colonialismos y el Olvido de la Ciencia: El Efecto de la Lengua del Imperio

Ciencia y Neoliberalismo Económico

La Corrupción Científica en España: Todo Bajo Control

La Crisis Permanente de la Ciencia Española: Una Lección para Latinoamérica

Las Revistas Científicas Españolas y su Indexación (El Ejemplo del Spanish Journal of Soil Science -SJSS)

Sobre la Producción Científica Española, Su Calidad y La Fiabilidad de las Revistas de Impacto

Reflexiones Sobre La Tecnociencia y el Mundo Actual. La Visión de Miquel Porta

Científicos: Las generaciones malditas (Ciencias del Suelo y Muchas Más)

Post de próxima aparición o recientemente publicados

Publicaciones Científicas, Fraudes, Mala Praxis, Discriminación, y Otras Controversias (Los productos de la Tecnociencia) 

Convulsión en la Academia: fraude, mala praxis y gremialismo profesional —

Tecnociencia y su futuro Distópico: La decreciente creatividad en la era de la disruptividad 

Publicaciones Científicas, Fraudes, Mala Praxis, Discriminación, y Otras Controversias (Los productos de la Tecnociencia)

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