El Conocimiento Agrícola de los Mayas en las Zonas de Karst (Por: Francisco Bautista Zúñiga)

En el estado de Yucatán, México, coexisten principalmente dos culturas, la maya actual y la mestiza, producto de la fusión de la española con la maya prehispánica. La agricultura refleja las diferencias culturales: la tradicional maya de milpa con roza, tumba y quema (RTQ), con el manejo del solar y de la vegetación natural; la mestiza con monocultivos, como los cítricos y pastizales; y el henequén, que es una mezcla de ambas culturas. El sistema agrícola autóctono denominado milpa no está totalmente entendido por la gran mayoría de técnicos que apoyan la toma de decisiones en el ámbito gubernamental, a menudo se concibe, como un simple cultivo de maíz-fríjol-calabaza; ocasionando que los planes agropecuarios no logren el éxito programado.

 

 

Francisco Bautista Zúñiga

En Mesoamérica, la gente local (sean indígenas, campesinos o productores), a través de su experiencia, ha acumulado conocimiento sobre las propiedades, el funcionamiento y el manejo de los recursos naturales. El Conocimiento Local presenta las siguientes características: restringido geográficamente, considera la dinámica temporal, es colectivo, diacrónico y holístico; producto de una larga historia de observación, análisis y manejo de los recursos naturales que es transmitido de forma oral de generación en generación. Incluye información sobre paisaje, geoformas, vegetación, animales, hongos, minerales, suelos y cuerpos de agua. Los sistemas productivos diseñados con base en el “Conocimiento Local” se sustentan principalmente en las interacciones ecológicas, por lo cual, a menudo, son energéticamente eficientes; pero presentan limitaciones económicas al no estar dirigidas al mercado sino al autoconsumo pero al menos o al mas, logran la subsistencia de la población humana.

  

A continuación narraré algunas particulares de lo que llamaremos el sistema agrícola MILPA MAYA YUCATECA que cumplen con algunos de los preceptos enunciados.

 

Los tipos de milpa durante el cultivo

 

Hablaremos solo de una pequeña muestra de cuatro tipos de milpa realizadas en la zona kárstica de clima cálido subhúmedo con lluvias en verano del estado de Yucatán, México: 1) milpa de roza, tumba y quema (RTQ) con vegetación arbustiva y arbórea; 2) milpa caña de primer año, es decir, en un lugar en el que ya hubo milpa de RTQ; 3) milpa de segundo año, proveniente de una milpa caña de primer año; y 4) milpa intensiva restringida a realizarse en las planadas con suelos profundos del tipo Cambisol o Luvisol, en ellas se utilizan estiércol, labranza manual con azadón y cultivos de cobertera (CC) con leguminosas herbáceas, entre las que destaca Mucuna deerengianum, y las leguminosas locales, como Ib grande (Phaseolus lunatus), Ib chico (P.lunatus), Xcolibuul (P. vulgaris) y Espelón (Vigna unguiculata) (Figura 1). Todos los campesinos tienen milpas de RTQ, algunos tienen milpas caña de primer año, unos cuantos campesinos tienen milpa caña de segundo año y sólo 2% tienen milpas intensivas.

 

 

Figura 1. Fuente: Francisco Bautista Zúñiga

 

En la siembra se colocan juntas las semillas de maíz y las de los cultivos acompañantes, se realiza con palo sembrador y se colocan ocho semillas por golpe (hoyo). La siembra se realiza al inicio de la época de lluvia, en general al final del mes de mayo. La distancia de siembra es de 1 x 1 m, se utiliza una variedad de maíz local denominada Xmeje nal para los suelos de Boxlu’um y una variedad mejorada para los suelos de Kancab. 

  

El control de las arvenses se realiza a 30 días después de la siembra (DDS) y un segundo deshierbe a 60 DDS. Cuando la mazorca ya está formada, se procede a la “dobla” para protegerla de la humedad y de las aves. La cosecha del grano se realiza conforme el campesino la necesita. En las milpas de RTQ, caña de primero y segundo años se cultivan camote, yuca y maíz  en las partes bajas del relieve, en las que predomina el Kancab (Cambisol/Luvisol). En las partes altas del micro y meso relieve con Boxlu’um (Leptosol principalmente), se cultiva maíz con calabaza y fríjol.

 

 

En las milpas intensivas el cultivo principal es maíz. Los CC  (cultivos de cobertera) se siembran de 15 a 30 DDS del maíz, con esto se impide la siembra de camote, yuca, fríjol y calabaza, pero se controlan las arvenses, se abona el suelo, se genera semilla de uso forrajero y/o comestible dependiendo del CC. Se recomienda la evaluación de los supuestos de mejoramiento de la fertilidad y del control de arvenses por cada especie de CC utilizado, ya que la experiencia indica que no funcionan de la misma manera todas las especies de leguminosas.

 

En lugares de mayor humedad aún dentro del estado de Yucatán, Terán y Rasmussen (1994) reportaron 25 especies vegetales con 87 variantes que son cultivadas en la milpa maya, de ellas, seis son variedades de maíz con 14 variantes y nueve tiempos de duración del cultivo. Las variantes se cultivan selectivamente en los tipos de milpa, ya sean de RTQ o caña de primero y segundo año. Los tipos de milpa y las especies vegetales cultivadas encontradas en este estudio no son tan abundantes como los reportes mencionados; sin embargo, es claro que la situación agrícola es más compleja que un simple cultivo de maíz, fríjol y calabaza.

 

La dinámica temporal de la milpa

 

Según la experiencia campesina, el tipo de uso del terreno previo a la milpa de RTQ afecta el rendimiento de los cultivos. Los terrenos provenientes de henequenales abandonados (Xlapach en maya) son menos fértiles en comparación con los que provienen de otra milpa, debido a la intensidad de la explotación (de 20 a 25 años con henequén y de dos a cuatro años con milpa), y a que las raíces de la vegetación espinosa del Xlapach (Pithecellobium albicans, Mimosa bahamensis, Acacia spp., Ceiba aesculifolia) impiden el buen desarrollo de los cultivos de la milpa. También se dificulta el corte de los árboles (tumba) y el control de arvenses.

 

Los campesinos identifican que se ha reducido el tiempo de barbecho de 26 a 15 años en promedio y saben que la realización de la milpa en barbechos de cuatro años (Hubche en maya) se dificulta por la mayor densidad de la vegetación, lo cual ocasiona una mayor demanda de mano de obra. El rendimiento de maíz llega a fluctuar entre 125 y 500 kg ha-1 dependiendo de la lluvia y del manejo de las arvenses. Es por ello que en estas condiciones sólo se cultiva un año. Además, no se obtiene madera, sólo un poco de leña, pero si hay aprovechamiento de fauna silvestre.

 

 

 

Esquema simplificado de los tipos de milpa en Hocabá, Yucatán.

CC (cultivos de cobertera): Fuente Fco. Bautista Zúñiga.

 

 

En barbechos de 15 años (monte joven Ta’ankenlem k’aax en maya), es posible cultivar la milpa dos años. La RTQ no requiere de mucha mano de obra y se obtiene leña y algo de madera. La producción de maíz, cuando la precipitación es favorable, llega a ser de 1050 kg ha-1 en el primer año y de 625 kg ha-1 en el segundo, debido a la proliferación de arvenses y la disminución de la fertilidad del suelo.

 

En barbechos de más de 20 años (Nuukush k’aax en maya), la tumba de la vegetación (corte de árboles) se facilita, debido a que los árboles espinosos no presentan espinas en sus troncos a esas edades. La producción de maíz en la milpa es mayor que 1 t ha-1 y, aun en casos de canícula intensa, el suelo retiene humedad y, por esto, es posible alcanzar una producción de maíz de 500 kg ha-1. Los beneficios forestales son abundantes, así como relacionados con el uso de la fauna silvestre.

 

En el diseño de nuevas formas de cultivo o del mejoramiento de las existentes esta información de la dinámica de la vegetación secundaria es básica y de suma importancia.

 

Arvenses: ¿malezas o recurso?

 

Para los campesinos es claro que las arvenses influyen, de manera negativa, en la rentabilidad de la milpa, así que sólo cultivan dos años, ya que al tercer año la proliferación de arvenses es alta y su control requiere de mucho esfuerzo físico. Argumentan que las arvenses proliferan en los campos de cultivos con diversa intensidad, dependiendo del manejo y de la historia de uso de la parcela. Las arvenses son un problema mayor en el tercer año en Nuukush k’aax y en el segundo año en Hubche.

 

Pool y Hernández-X (1987) reportaron el empleo de 12.5 jornales ha-1 en el primer año y 25 jornales ha-1 para el segundo, cuando el deshierbe es total se utilizan 50 en el primer año y 100 jornales en el segundo. Además, el periodo entre la quema y el primer deshierbe se reduce de 3.5 a 2 meses entre el primer y segundo año, respectivamente. 

 

En la región, el uso de herbicidas es una práctica común y los herbicidas más utilizados son Paraquat dichloride y 2,4-D. Ambos de uso restringido en otros países. El Glifosato comienza a promoverse; así como el uso de leguminosas como cultivos de cobertera para el control de arvenses, principalmente a Mucuna deerenganum.

 

No es posible generar recetas ni paquetes tecnológicos para el manejo de las arvenses, debido a las diversas situaciones que se presentan, como barbecho, época de siembra, cultivos principales, cultivos acompañantes, precipitación pluvial, usos de cultivos de cobertera y uso de mantillos. Se sugiere analizar cada caso en especial de acuerdo con sus circunstancias particulares lo cual ayudará a una mejor toma de decisiones. Por ejemplo, en el primer año de cultivo, el control de arvenses mediante herbicidas puede llegar a ser el más adecuado; para el segundo o tercer ciclo de cultivo, dependiendo del tipo de barbecho proveniente, el uso de cultivos de cobertera es recomendable.

 

 

 

  

Foto: Fco. Bautista Zúñiga. Nótese los afloramientos de calizas blaca

Entre suelos superficiales rojos a mayor profundidad

 

Algo que raras veces se menciona en los reportes técnicos es el hecho de que 116 especies de arvenses herbáceas son de uso forrajero por las comunidades mayas, se tienen reportes por nombre maya, parte comestible de la planta y animal que la consume (Flores y Bautista, 2005). Cabe entonces preguntarse, ¿Cómo queremos ver  a las arvenses? ¿Cómo un mal o son un recurso?

 

Fertilidad del Suelo o de los suelos

 

Es de suma importancia el reconocimiento de la diversidad edáfica, como lo hacen los mayas al utilizar su clasificación de suelos. Esta situación a menudo es complicada para los técnicos agrícolas porque en sus universidades no se les enseña esta clasificación, a las clases Boxlu’um, Puslu’um, Chichlu’um y Chochol les denominan en conjunto Rendzinas o, en el mejor de los casos, Leptosoles.

 

Un ejemplo, en una parcela de 0.5 ha pueden estar presentes de tres a cinco clases de tierra con diferente calidad medida mediante la MAPN (Figura 2), también llamado nitrógeno activo del suelo. El Kancab es la clase de tierra de la parte baja del relieve, con menor cantidad de nitrógeno lábil biológicamente activo, pero también es la clase de tierra con mayor cantidad de tierra fina por su mayor profundidad y su menor pedregosidad en comparación con el Boxlu’um. La diversidad edáfica en estas zonas de karst obliga a su reconocimiento para el mejoramiento de las actividades agrícolas; sin embargo, este conocimiento maya no se encuentra bien comprendido debido a que los profesionales de la agronomía en un sentido amplio, así como de la biología no incluyen este conocimiento en sus aulas universitarias.

 

 

 

Figura 2. Fertilidad de las clases de tierra campesinas evaluada con

la mineralización anaerobia potencial de nitrógeno (mg g-1 de NH4+).

 

La política gubernamental de querer convertir a los campesinos en empresarios agrícolas parece ser bien intencionada pero requiere de la participación conjunta de técnicos y campesinos para el diseño de nuevas y mejores formas de producción agropecuaria partiendo de la identificación conjunta de los problemas a abordar. Se requiere del reconocimiento mutuo de las habilidades y conocimientos de campesinos y técnicos; así como la capacitación de los segundos en el conocimiento local del campesino maya yucateco.

 

La moraleja de este cuento es: si usted es un técnico agrícola o un científico (en formación o ya consolidado) haga uso de ese conocimiento local, involucre a los lugareños en la toma de decisiones y sus proyectos de desarrollo serán mejores, sus tesis y artículos más completos.

 

Francisco Bautista Zúñiga

Dr. Francisco Bautista Zúñiga
Secretario Académico
Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, UNAM
Morelia Michoacán, México

 

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12 comentarios

  1. Muy bonito el artículo.

    Hay temas en los que la técnica, la ciencia, la cultura, el conocimiento… chocan contra el capitalismo: se ve que es un cultivo natural pero se implanta el uso de herbicidas y eso supongo que irá en detrimento de la biodiversidad tan beneficiosa para el ecosistema.

    Además de no ser por el tema económico en el tema de los jornales para desherbar que problema habría?

    Y lo que tú dices, son de uso forrajero.

    Creo que es un error del Gobierno querer introducir esa agricultura en el mercado porque degenerará hacia una agricultura de monocultivo intensivo, creo yo, pero tampoco se va a hacer una reserva en plan indio americano y darles lo que necesiten a parte de su sustento… y algo parecido?

    Lo que más me impresiona como "científico académico" es el conocimiento empírico de las culturas humanas: medicina china, etc. donde muchas tienen una visión holística frente al reduccionismo de la ciencia mayoritaria.

    Un saludo.

  2. Hola Xabier

    Gracias por los comentarios.

    En efecto hay mucho conocimiento en las culturas antiguas que alguna gente no ha querido ver, valorar y usar por prejuicios culturales.

    La sociedad maya si usa aún mucho conocimiento ancestral, incluso algunos o mejor dicho muchos agrónomos han tenido que aprender de los campesinos mayas y lo han hecho con éxito. Lo que si es una pena es que este conocimiento probado por alrededor de cuatro milenios no sea enseñado en las aulas universitarias.

    El problema está en el ámbito de gobierno, los planes mágicos para sacar a la población de la pobreza, invernaderos con salarios de risa (5 dólares américanos por día), por mencionar solo un ejemplo.

  3. Como siempre, un artículo motivador pero a la vez frustante por que uno se plantea que como puede haber tanta pobreza y deficiencias en el campo cuando el conocimiento sobre los sistemas de cultivo son vastos y ofrecen un amplia gamad e alternativas a las cuales les hacemos caso omiso.

    Por otro lado, efectivamente, las universidades (pos lo menos en Yucatán y en especial la nuestra) está formando manejadores de recursos naturales con lagunas en el conocimiento de los suelos, recurso al cual hay que dirigir la atención para el diseño de estrategias que logren rescatar la situación por la que atevasemos.

    Y por último, y por experiencia propia, integrar los suelos en los trabajos de vegetación y otros hace más rico y multidiciplinario el trabajo y da pautas para discutir en relación a un todo. Como sabe, estoy trabajando con la vegetación de Hobonil, pero mi escaso conocimiento en suelos (y por cuestiones de tiempo y dinero) es una limitante para incluirlo en mi análisis, algo que enriquecería el trabajo por que al ciertas situaciones que con solo la vegetación son irrelevantes y abstractas.

    Saludos Dr. Fco. B.

  4. Estimado Ricardo y con el permiso de Francisco, te sugiero le eches un vistazo al Curso de Diagnóstico de Suelos en el Campo ubicado en este blog. Como se puede comprobar en este trabajo, la observación es un auxiliar invaluable en la investigación y a veces son la única herramienta disponible. Eso lo ratifican cotidianamente los habitantes del mayab y demas zonas indígenas en todo el mundo.

    Por lo demás, tengo una pálida idea del trabajo que significó hacer este resumen y espero que no por eso Francisco deje de contribuir con mas trabajos y bienvenido a la trinchera.

  5. Hola Ricardo:

    En la UNAM y particularmente en el Centro de Investigaciones en Geografía Ambientla se imparte un curso intensivo de cuatro semanas sobre geopedología que incluye una semana de campo describiendo perfiles. Lo imparte la Dra Chistina Siebe autora de un libro sobre descripciones de suelos en campo. El curso es altamente recomendable.

    Por otro lado, lo que yo recomiendo a los estudiantes es que logren un perfil no monodisciplinario ya que los problemas de la vida real no se resuelven así. En investigación es desastroso que el que sabe de plantas no sepa de suelos y el que sabe de fauna no sepa de flora. No se trata de que todos sepan de todo, pero si de tener “las bases” de las disciplinas “hermanas”. También es muy recomendable hacer equipo con colegas de otras especialidades y mejor aún de otras áreas, transitar de la monodisciplinaridad a la multidisciplina y de allí a la transdisciplina.

    Saludos

  6. Felicidades por tu artículo Francisco. Me encontrado en Quintana Roo que a un mismo tipo de suelo le asignan diferentes nombres, dependiendo del lugar, incluso en Yucatán. Esto nos ha creado un poco de confusión ya que para los estudiantes de la Universidad, queremos como tu muy bien lo has indicado involucrarlos con el conocimiento local y los nombres de suelos de la WRB.

    Podrías indicarme en donde obtener más información para relacionar los nombres locales mayas y los WRB.

  7. Hola Patricia:

    Te envío unas referencias sobre mis artículos sobre el tema. La última es de un libro que puedes bajar de internet gratuito. Buscalo en la página del Instituto Nacional de Ecología.

    Bautista-Zúñiga, Ma. Soledad Diáz-Garrido, J.L. Miguel Castillo-González y Alfred J. Zinck. (2005). “Soil heterogeneity in karst zone: Mayan Nomenclature, WRB, multivariate analysis and geostatistics”. Euroasian Soils Science. 38(S1): 80-87.

    Bautista F., Garcia J., y A. Mizrahi. (2005). “Diagnóstico campesino de la situación agrícola en Hocabá, Yucatán”. Terra Latinoamericana. 23(4): 571-580.

    Bautista-Zúñiga F, H. Estrada-Medina, J. Jiménez-Osornio y J. González-Iturbe. (2004). “Relación entre relieve y suelos en zonas cársticas”. Terra Latinomaericana. 22(3): 243-254.

    Bautista-Zúñiga F, J. Jiménez-Osornio, J. Navarro-Alberto, A. Manu y R. Lozano. (2003). “Microrelieve y color del suelo como propiedades de diagnóstico en Leptosoles cársticos”. Terra. 21: 1-11.

    Bautista-Zúñiga F. y G. Palacio. (Editores). (2005). “Caracterización y manejo de suelos en la Península de Yucatán: implicaciones agropecuarias, forestales y ambientales”. Universidad Autónoma de Campeche, Universidad Autónoma de Yucatán.

  8. CUANTO TIEMPO TARDA LA COSECHA DE LA CALAZA Y CUANTO TIEMPO TARDA ENPRODUCIENDO

  9. Muy interesante su articulo, me permito crear un link con nuestro blog y espero tengamos contacto para compartir mas de estos temas.

    Usted cree que el sistema de agricultura "maya" puede considerarse sostenible para un karst?

    Espero que visite nuestro blog y gracias por compartir tan interesantes conocimientos.

    Atentamente

    Ferdinando Didonna

    http://www.proiceke.blogspot.com

  10. Buenas tardes desde España Ferdinando.

    Por supuesto que podemos intermabiar links etc. Este versa fundamentalmente sobre suelos y medio ambiente.

    Respondiendo a tu pregunta. No soy excesivamente experto en el tema (no soy francisco Bautista) pero el primer problema reside en definir sustentabilidad. En el momento que el concepto tiene carga económica ya no es útil, por cuanto en una economía de mercado hoy puede ser rentable y mañana no o viceversa.

    Saludos Cordiales

    Juanjo Ibáñez

  11. Hola de nuevo:

    En el karst yucateco, a pesar de sus grandes limitaciones ambientales por los suelos (Leptosoles) y climas (semiárido a subhúmedo) es posible diseñar y manejar agroecosistemas en armonia con el ambiente, principalmente si se utiliza el conocimiento tradicional, como por ejemplo el conocimiento tradicional sobre suelos (clasificación maya del suelo), clima (uso de indicadores climáticos para el inicio de la roza, tumba y quema, como por ejemplo "explosión" de vainas de leguminosas que "avisan" sobre la falta de humedad y por ende el momento para la quema) y plantas, como por ejemplo las 210 plantas forrajeras utilizadas por los mayas.

    Los mayas también han generado: una gran variedad de maices criollos de diversos periodos de crecimiento, de 2.5 meses hasta 9 meses en las zonas de mayor humedad; diversas variedades de "frijoles", calabazas, pepinos, etc. adaptados a las condiciones del karst peninsular de México.

    Los detalles los encontraras en el libro citado.

    saludos

    Francisco

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