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El secreto de los paleosuelos de Canarias y el Origen del Sahara. Fuente: Imágenes Google

La noticia que os ofrecemos hoy aborda el tema de como los paleosuelos pueden albergar información valiosísima sobre los climas del pasado que incumben al lugar, pero también a otros que pueden ser muy distantes. Los investigadores que han realizado el estudio, intentan esclarecer cuando se formó el gran desierto del Sahara.  Y con tan motivo analizaron los restos y evidencias que se encuentran bien guardados en los paleosuelos enterrados de las Islas Canarias, y más concretamente en los de Fuerteventura y Gran Canaria. Los resultados, francamente interesantes, que podéis leer tras esta entradilla, no los discutiré aquí, aunque adelantaré que varios millones de años. Ahora bien, digan lo que digan los autores, otros estudios han constatado un Sahara verde y al parecer de carácter mediterráneo hará unos pocos miles de años.  No se trata de hipótesis contrapuestas ya que una cuestión estriba en saber cuándo los patrones generales de circulación de la atmósfera comenzaron a establecerse como ahora, y otra bien distinta que cambios climáticos menores ocurren de vez en cuando, cíclicamente o no, los regímenes de humedad y temperatura regionales. En consecuencia, personalmente, considero que una de las hipótesis que describen estos científicos, entre otras muchas, se me antoja la más acertada: “También existe otra evidencia que sugiere que  el desierto ha tomado descansos y ha tenido períodos más verdes y húmedos intercalados con épocas áridas. Es esta sensibilidad al clima, y el papel del Sahara en el clima global, lo que hace que la región sea tan interesante (….)”.

 Existen zonas del planeta que son exportadoras natas de materiales y tanto el Sahara como su sureño vecino Sahel, son dos de ellas. Y tal mercancía suele beneficiar a ecosistemas tan lejanos como los americanos, fertilizando sus suelos y, según algunos, causando a los humanos problemas de salud respiratorios hasta en américa. De todo esto ya hemos hablado en varios post anteriores que os muestro abajo, aunque en algunos de los títulos no pueda infeirse.

 Ya comentamos también que, entre otras valiosas informaciones, los suelos y más aún los paleosuelos que se encuentran enterrados, y como corolario mejor preservados, son un archivo de memoria de la vida y los ambientes del pasado. Hoy seré breve, aunque os proporciono información abundante. Espero que sea del interés de algunos de vosotros.

 Juan José Ibáñez

Continua…….

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New evidence of the Sahara’s age
by Staff Writers;Boulder CO (SPX) Sep 24, 2019

The Sahara Desert is vast, generously dusty, and surprisingly shy about its age. New research looking into what appears to be dust that the Sahara blew over to the Canary Islands is providing the first direct evidence from dry land that the age of the Sahara matches that found in deep-sea sediments: at least 4.6 million years old.

«People have been trying to figure it out for several decades,» said Daniel Muhs, a geologist with the U.S. Geological Survey in Denver, Colorado. «More recent studies said it was the beginning of the Pleistocene (about 2.6 million years ago). Then others say a few thousand years ago.» Added to this is a model suggesting the Sahara Desert first appeared as far back as seven million years ago.

There is also other evidence that the desert has taken breaks and had wetter, greener periods interspersed with arid times. It’s this sensitivity to climate – and the Sahara’s role in global climate – that makes the region so interesting to researchers.

Nueva evidencia de la era del Sahara

Por los escritores; Boulder CO (SPX) 24 de septiembre de 2019

El desierto del Sahara es vasto, generosamente polvoriento y sorprendentemente tímido con respecto a su edad. Una nueva investigación que analiza lo que parece ser polvo que el Sahara arrojó a las Islas Canarias está proporcionando la primera evidencia directa desde tierra firme de que la edad del Sahara coincide con la que se encuentra en los sedimentos de aguas profundas: al menos 4,6 millones de años.

«La gente ha estado tratando de resolverlo durante varias décadas», dijo Daniel Muhs, un geólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos en Denver, Colorado. «Estudios más recientes dicen que fue el comienzo del Pleistoceno (hace unos 2,6 millones de años). Luego, otros dicen que hace unos miles de años». A esto se agrega un modelo que sugiere que el desierto del Sahara apareció por primera vez hace siete millones de años.

También hay otra evidencia de que el desierto ha tomado descansos y ha tenido períodos más verdes y húmedos intercalados con tiempos áridos. Es esta sensibilidad al clima, y el papel del Sahara en el clima global, lo que hace que la región sea tan interesante para los investigadores.

The new work by Muhs and his colleagues in the Canary Islands focused on thick layers of fine reddish-brown soil found among layers of volcanic rocks and dune sands on Fuerteventura and Gran Canaria islands. The islands are off the west coast of North Africa, at the mouth of a spigot that seasonally pours windblown dust off of the Sahara and across the Atlantic Ocean. Muhs is presenting the results tomorrow at the annual meeting of the Geological Society of America in Phoenix, Arizona.

Muhs’s and his colleagues’ mission was to find, identify, and date any layers of ancient African dust in what are called paleosols, or buried, ancient soils. In one coastal location studied, they found layers of dunes made from local shells of sea animals; in another, there were layers of lava from the volcanoes that built the islands.

Both of these geologic archives contained paleosols made of very fine-grained minerals rich in quartz and mica – minerals that do not reflect the local geology of the islands. They do, however, reflect the minerals found on the nearby African mainland.

Luckily for the geologists, the lava flows that sandwich the windblown fine-grained quartz and mica layers made it possible to nail down approximate ages of the Saharan dust. This is because volcanic rocks contain minerals with what are essentially isotopic clocks that start ticking when the minerals in the lava cool and solidify. And since the layers of lava, paleosols, and other local soils are stacked chronologically with the youngest on top, the lava flows provide some boundaries of when the Sahara was dry enough to launch massive dusty storms out over the Atlantic.

El nuevo trabajo de Muhs y sus colegas en las Islas Canarias se centró en gruesas capas de tierra fina de color marrón rojizo que se encuentran entre las capas de rocas volcánicas y arenas de dunas en las islas de Fuerteventura y Gran Canaria. Las islas están frente a la costa oeste del norte de África, en la desembocadura de una espita que estacionalmente vierte polvo arrastrado por el viento del Sahara y al otro lado del Océano Atlántico. Muhs presentará los resultados mañana en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América en Phoenix, Arizona.

La misión de Muhs y sus colegas era encontrar, identificar y fechar cualquier capa de polvo africano antiguo en los llamados paleosuelos, o suelos antiguos enterrados. En un lugar costero estudiado, encontraron capas de dunas hechas de conchas locales de animales marinos; en otro, había capas de lava de los volcanes que construyeron las islas.

Ambos archivos geológicos contenían paleosuelos hechos de minerales de grano muy fino, ricos en cuarzo y mica, minerales que no reflejan la geología local de las islas. Sin embargo, reflejan los minerales que se encuentran en el continente africano cercano.

Afortunadamente para los geólogos, los flujos de lava que intercalan las capas de cuarzo y mica de grano fino arrastradas por el viento permitieron precisar edades aproximadas del polvo del Sahara. Esto se debe a que las rocas volcánicas contienen minerales con lo que son esencialmente relojes isotópicos que comienzan a funcionar cuando los minerales en la lava se enfrían y solidifican. Y dado que las capas de lava, paleosuelos y otros suelos locales se apilan cronológicamente con los más jóvenes en la parte superior, los flujos de lava proporcionan algunos límites de cuando el Sahara estaba lo suficientemente seco como para lanzar tormentas polvorientas masivas sobre el Atlántico.

In all, the researchers report eight paleosols that record African dust piling up in the Canaries between about 4.8 and 2.8 million years ago, 3.0 to 2.9 million years ago, and at about 400,000 years ago. The oldest paleosols agree with the deep-sea cores, which put the earliest Sahara dust to the Atlantic at about 4.6 million years ago.

That’s not to say the Sahara is 4.6-million-years-old. That’s only as old as Muhs and his colleagues could determine based on the paleosols and lavas they found.

«We could take it further back in time if we can find the paleosols,» Muhs said.

Session Paper: The Antiquity of the Sahara Desert: New Evidence From the Mineralogy and Geochemistry of Pliocene Paleosols on the Canary Islands, Spain

 En total, los investigadores informan de ocho paleosuelos que registran el polvo africano acumulado en Canarias entre hace aproximadamente 4,8 y 2,8 millones de años, hace entre 3,0 y 2,9 millones de años, y hace aproximadamente 400,000 años. Los paleosuelos más antiguos están de acuerdo con los núcleos de aguas profundas, que arrojaron el polvo más antiguo del Sahara al Atlántico hace unos 4,6 millones de años. Eso no quiere decir que el Sahara tenga 4,6 millones de años. Eso es tan viejo como Muhs y sus colegas pudieron determinar en función de los paleosuelos y las lavas que encontraron.

«Podríamos llevarlo más atrás en el tiempo si podemos encontrar los paleosuelos», dijo Muhs.

03 de Agosto de 2019

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) han publicado en el mes de julio en la revista «Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology» una nueva contribución al debate que podría denominarse «seguir el rastro de las calimas»; es decir, de los cientos de toneladas de polvo que los vientos arrastran cada año desde el Sahara hacia el Atlántico, con efectos incluso en América.

Daniel R. Muhs, del USGS; Joaquín Meco, del Departamento de Biología de la ULPGC; y Alejandro Lomoschitz, del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag) también de la ULPGC, y el resto de los firmantes de este trabajo proporcionan pruebas de que el Sahara es un foco emisor de polvo hacia Canarias desde hace 4,6 millones de años y el Sahel, desde algo menos de cuatro millones.

La huella de ambas regiones africanas está atrapada en nueve suelos fósiles (o paleosuelos) de Fuerteventura y Gran Canaria, cuya antigüedad está perfectamente datada por la lava que cubre algunos de ellos o por la fauna marina encerrada en esos sedimentos: de 4,8 a 2,8 millones de años (Agua Tres Piedras, en el istmo de Jandía), de 3,0 a 2,9 millones (acantilados de El Mármol, Guía), de 2,3 a 1,4 millones (Ingenio) y hace 400.000 años (punta de Arucas).

En esos suelos, los autores han hallado partículas de cuarzo y mica, dos minerales que no existen en las rocas de Canarias, pero que son componentes fundamentales del polvo de las calimas africanas. Y su origen en el Sahara lo delata su perfil químico, que casa con el de partículas de polvo de ese mismo desierto capturadas al otro lado del Atlántico, en Barbados y Bermuda.

En alguna de esas capas de sedimentos hay además presencia de caolinita, una arcilla típica de la franja del Sahel, que sugiere que esa zona de África también ha pasado por periodos áridos.

El mayor desierto cálido del mundo, el Sahara, envía olas de polvo hacia el Atlántico y Europa desde hace al menos 4,6 millones de años, según acreditan partículas atrapadas en los suelos fósiles de Fuerteventura y Gran Canaria, dos de las islas más antiguas de Canarias, y recoge en una información la agencia EFE.

La edad del desierto del Sahara ha sido objeto de importantes controversias en las dos últimas décadas: hay científicos que sostienen que hace solo 4.000 o 5.000 años era un vergel salpicado de pantanos y lagos (Sincell, en «Science» en 1999) y también quien retrotrae su transformación en un gigante árido siete millones de años atrás, al momento en el que se contrajo el mar de Tethys y comenzó a formarse el Mediterráneo (Zang, en «Nature», en 2014).

Y, todo ello, dependiendo de qué indicador se tome como referencia: la velocidad a la que la placa continental africana se movía en la era Cenozoica hacia su posición actual, el momento en el que se formó el anticiclón de las Azores (cuya influencia aisla climáticamente al Sahara del Mediterráneo y de las sabanas del Sahel), algunos experimentos realizados en el propio desierto…

La edad del Sahara: Canarias tiene la clave

El desierto del Sahara es vasto, generosamente polvoriento y sorprendentemente tímido con respecto a su edad

Francisco Martín León 30 Sep 2019 – 01:00 UTC

Una nueva investigación que analiza lo que parece ser polvo que el Sahara arrojó a las Islas Canarias está proporcionando la primera evidencia directa desde tierra firme de que la edad del Sahara coincide con la que se encuentra en los sedimentos de aguas profundas: al menos 4,6 millones de años.

«Los científicos han estado tratando de resolver la pregunta durante varias décadas», dijo Daniel Muhs, un geólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos en Denver, Colorado. «Estudios más recientes dicen que fue el comienzo del Pleistoceno (hace unos 2,6 millones de años). Luego, otros dicen que hace unos miles de años». A esto se agrega un modelo que sugiere que el desierto del Sahara apareció por primera vez hace siete millones de años.

También hay otra evidencia de que el desierto ha tomado descansos y ha tenido períodos más verdes y húmedos intercalados con tiempos áridos. Es esta sensibilidad al clima, y el papel del Sahara en el clima global, lo que hace que la región sea tan interesante para los investigadores.

El nuevo trabajo de Muhs y sus colegas en las Islas Canarias se centró en gruesas capas de tierra fina de color marrón rojizo que se encuentran entre las capas de rocas volcánicas y arenas de dunas en las islas de Fuerteventura y Gran Canaria.

Las islas están frente a la costa oeste del norte de África, en la desembocadura de una espita que estacionalmente vierte polvo arrastrado por el viento del Sahara y al otro lado del Océano Atlántico. Muhs presentó los resultados en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América en Phoenix, Arizona.

La misión de Muhs y sus colegas era encontrar, identificar y fechar cualquier capa de polvo africano antiguo en los llamados paleosuelos o suelos antiguos enterrados. En un lugar costero estudiado, encontraron capas de dunas hechas de conchas locales de animales marinos; en otro, había capas de lava de los volcanes que construyeron las islas.

Ambos archivos geológicos contenían paleosuelos hechos de minerales de grano muy fino, ricos en cuarzo y mica, minerales que no reflejan la geología local de las islas. Sin embargo, reflejan los minerales que se encuentran en el continente africano cercano.

Afortunadamente para los geólogos, los flujos de lava que emparedan las capas de cuarzo y mica de grano fino que fueron arrastradas por el viento permitieron precisar edades aproximadas del polvo del Sahara. Esto se debe a que las rocas volcánicas contienen minerales con lo que son esencialmente relojes isotópicos que comienzan a funcionar cuando los minerales en la lava se enfrían y solidifican. Y dado que las capas de lava, paleosuelos y otros suelos locales se apilan cronológicamente con los más jóvenes en la parte superior, los flujos de lava proporcionan algunos límites de cuando el Sahara estaba lo suficientemente seco como para lanzar tormentas polvorientas masivas sobre el Atlántico.

En total, los investigadores informan de ocho paleosuelos que registran el polvo africano acumulándose en Canarias entre hace aproximadamente 4,8 y 2,8 millones de años, hace entre 3,0 y 2,9 millones de años, y hace aproximadamente 400,000 años. Los paleosuelos más antiguos están de acuerdo con los núcleos de aguas profundas, que arrojaron el polvo más antiguo del Sahara al Atlántico hace unos 4,6 millones de años.

Eso no quiere decir que el Sahara tenga 4,6 millones de años. Eso es tan viejo como Muhs y sus colegas pudieron determinar en función de los paleosuelos y las lavas que encontraron.

«Podríamos llevarlo más atrás en el tiempo si podemos encontrar los paleosuelos», dijo Muhs.

Referencia

The Antiquity of the Sahara Desert: New Evidence From the Mineralogy and Geochemistry of Pliocene Paleosols on the Canary Islands, Spain

Sahara Canarias Polvo Arena

Esta entrada se publicó en Noticias y está etiquetada con Polvo sahariano, Sahara, polvo, Islas Canarias, Canarias, en 30 Sep 2019 por Francisco Martín León

La calima fertiliza Canarias hace 4,6 millones de años Recomendado Muy buena Traducción

Las huellas de las olas de polvo del Sáhara aparecen en suelos fósiles de Fuerteventura y Gran Canaria, cuya antigüedad está datada

efe; 24.07.2019 | 02:00

El mayor desierto cálido del mundo, el Sáhara, envía olas de polvo -calimas- hacia el Atlántico y Europa desde hace al menos 4,6 millones de años, según acreditan partículas atrapadas en los suelos fósiles de Fuerteventura y Gran Canaria, dos de las islas más antiguas de Canarias. En todo este tiempo, la calima ha actuado de potente fertilizante y ha sido clave no solo para la biodiversidad canaria, sino para la del Amazonas, la mayor selva del mundo. La edad del desierto del Sáhara ha sido objeto de importantes controversias en las dos últimas décadas: hay científicos que sostienen que hace solo 4.000 o 5.000 años era un vergel salpicado de pantanos y lagos (Sincell, en Science en 1999) y también quien retrotrae su transformación en un gigante árido siete millones de años atrás, al momento en el que se contrajo el mar de Tethys y comenzó a formarse el Mediterráneo (Zang, en Nature, en 2014).

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) acaban de publicar en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology una contribución a ese debate, basada en seguir el rastro de las calimas; es decir, de los cientos de toneladas de polvo que los vientos arrastran cada año desde el Sáhara hacia el Atlántico, con efectos incluso en América. De ello ya había aportado alguna pista el Ocean Drilling Program (ODP), un proyecto internacional que realiza perforaciones en el subsuelo de los océanos para buscar en los sedimentos información sobre el pasado climático de la Tierra, a semejanza de lo que se hace en los hielos milenarios de la Antártida o de Groenlandia. Dos de los puntos estudiados por el ODP en la costa occidental de África habían revelado hace tiempo que el lecho marino de esa zona contiene sedimentos originarios del Sáhara y del Sahel desde hace más de 6,5 millones de años. Sin embargo, resulta difícil determinar si llegaron allí arrastrados por los ríos (con lo que no necesariamente proceden de un «desierto») o si los transportó el viento (lo que revela una zona de origen árida y polvorienta).

Daniel R. Muhs, del USGS; Joaquín Meco, del Departamento de Biología de la ULPGC; Alejandro Lomoschitz, del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de esta última institución, y el resto de los firmantes de este trabajo proporcionan pruebas de que el Sáhara es un foco emisor de polvo hacia Canarias desde hace 4,6 millones de años y el Sahel, desde algo menos de cuatro millones.

La huella de ambas regiones africanas está atrapada en nueve suelos fósiles (o paleosuelos) de Fuerteventura y Gran Canaria, cuya antigüedad está perfectamente datada por la lava que cubre algunos de ellos o por la fauna marina encerrada en esos sedimentos: de 4,8 a 2,8 millones de años (Agua Tres Piedras, en el istmo de Jandía), de 3,0 a 2,9 millones (acantilados de El Mármol, Guía), de 2,3 a 1,4 millones (Ingenio) y hace 400.000 años (punta de Arucas). En esos suelos, los autores han hallado partículas de cuarzo y mica, dos minerales que no existen en las rocas de Canarias, pero que son componentes fundamentales de las calimas africanas. Y su origen en el Sáhara lo delata su perfil químico, que casa con el de partículas de polvo de ese mismo desierto capturadas al otro lado del Atlántico, en Barbados y Bermuda. En alguna de esas capas hay además presencia de caolinita, una arcilla típica de la franja del Sahel, que sugiere que esa zona de África también ha pasado por periodos áridos.

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