La Historia de las Relaciones Internacionales en el III Encuentro de Jóvenes Investigadores de Historia Contemporánea (y II)

El buen nivel de la más joven investigación en Historia de las Relaciones Internacionales permite ser optimista sobre el futuro de la especialidad. El futuro profesional y la inserción académica de los jóvenes investigadores, en cambio, se presenta sombrío.

Escribo este post en el tren de regreso de Vitoria, donde he participado moderando la Mesa sobre Historia de las Relaciones Internacionales (HRRII) en el III Encuentro de Jóvenes Investigadores de  Historia Contemporánea. Vuelvo con impresiones mezcladas. Comencemos con la parte positiva: la excelente organización, la cálida acogida en el campus de la UPV/EHU, la alegría del reencontrarse con viejos colegas y de conocer a otros nuevos, el placer de disfrutar por unas horas de una ciudad llena de espacios verdes y que late a un ritmo más humano que la mía.

También contribuye a la satisfacción el resultado de la Mesa sobre HRII (no pude asistir a las restantes, por desgracia). Como ya se avanzaba, resultó la más concurrida del Encuentro, con 20 comunicaciones. La experiencia de los dos últimos congresos de la Asociación de Historia Contemporánea y de los encuentros de jóvenes investigadores muestra que  la HRrII es una especialidad asentada en la historiografía española y que, cuando nos dejan participar, respondemos.

Se demostró también la pluralidad de direcciones en que avanza la investigación, la heterogeneidad de nuestros intereses dentro de la HRRII. Hoy en día hacemos cosas muy diversas bajo la etiqueta de la HRRII, como quedó patente en las contribuciones, muchas de ellas resultados de tesis doctorales recién defendidas o a de investigaciones doctorales en distintos grados de maduración.

No es posible entrar en detalle a las contribuciones de todas las comunicaciones, cuyos textos pueden consultarse íntegramente aquí y cuyos títulos y autores se incluyen al final de este post. Sí me gustaría rescatar algunas ideas planteadas en la mesa, que tratan de identificar tendencias generales y puntos comunes a partir de los trabajos presentados:

  • El rasgo más destacado de los diferentes trabajos incluidos en esta Mesa fue, en mi opinión, la diversidad de actores tratados. Las investigaciones más recientes están revisando el papel del Estado como actor central de las relaciones internacionales y exploran otros muchos canales por los que han transitado históricamente las relaciones entre sociedades a través de las fronteras: individuos, partidos políticos, sindicatos, parlamentos, organizaciones eclesiásticas, grupos de disidentes, organismos de diplomacia multilateral… El paradigma estatocéntrico se desborda por múltiples frentes, que completan –sin cancelar- la vigencia de aquel. En particular son visibles señales de acercamiento hacia lo que lo que, por simplificar, llamaré historia transnacional, entendida como el estudio en el tiempo de los contactos, influencias, transferencias, interacciones, flujos, préstamos e hibridaciones que se producen entre sociedades a través de fronteras nacionales y que transcurren en un espacio social globalizado y transnacional.
  • A pesar de ello siguen siendo muy fructíferos y necesarios estudios, como los que también se presentaron, sobre la acción internacionales de las burocracias estatales –las políticas exteriores de los gobiernos y otras expresiones de la proyección del Estado-nación en el medio internacional- dados las grandes lagunas que la historiografía española acusa en este terreno
  • Nuestra especialidad no está a día de hoy, en España, estructurada por debates en torno a cuestiones fundamentales o grandes controversias que enfrenten a escuelas rivales. En general conceptualizamos poco y polemizamos menos. Tendemos a construir nuestro objeto de investigación por la identificación de temas más que de problemas o cuestiones cruciales.  En nuestra –no excesivamente numerosa- comunidad de especialistas es difícil identificar planteamientos transversales que vertebren los discursos y ordenen auténticos debates. En consecuencia, el avance de la investigación se produce más por la acumulación de conocimiento empírico que por el empleo interpretativo de los datos para corroborar tesis o interpretaciones.
  • Algo que está en íntima conexión con lo anterior: nuestra relación con la teoría no es casi nunca explícita, sino subyacente e implícita. Como es tal vez señal de nuestro gremio, tendemos a hacer un uso muy pragmático, flexible, moderado y contextualista (en función de la construcción del objeto de estudio) de las herramientas teórico-metodológicas que nos ofrecen las ciencias sociales. Entre las cuales no necesariamente las Relaciones  Internacionales son un referente especialmente destacable para muchos, no al menos más que la ciencia política, la sociología o la teoría de la comunicación. Aunque si hubiera que señalar una ausencia cada vez más frecuente en nuestros planteamientos, destacaría sin duda la de la teoría económica: algo que nos debe llevar a reflexionar sobre la concepción que tenemos de la sociedad internacional a quienes escribimos sobre su historia desde la perspectiva de 2011.
  • Destaca la amplitud geográfica de los países y áreas que se investigan y la diversidad temática y de enfoques desde los que se abordan: relaciones políticas, culturales, sindicales, religiosas, estudios sobre imágenes y percepciones, análisis de opinión pública, trabajos sobre debates ideológicos, sobre redes personales…
  • La investigación sobre diferentes aspectos de la inserción internacional de España continúa siendo de todos modos, y por razones evidentes, central en nuestra historiografía y constituye una de las señas de identidad más recurrente en buena parte de la profesión.
  • Las dificultades para el acceso a la documentación son muy importantes en algunos archivos y condicionan enormemente nuestra investigación. Las condiciones de trabajo en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación concretamente constituyen una preocupación para muchos de los historiadores españoles y extranjeros que frecuentan sus salas, por la inexistencia de instrumentos de descripción adecuados accesibles a los investigadores, la falta de personal, los horarios de consulta tan restringidos, la prohibición de fotografiar la documentación, etc.
  • También constituyen un motivo de preocupación las dificultades crecientes a la hora de financiar nuestras investigaciones, que requieren por lo general desplazamiento a otros países (además del aprendizaje de idiomas que recae sobre el propio investigador) costosas en tiempo y dinero. Los recortes generalizados en ciencia y educación, más la nueva normativa de doctorado que limita a tres años el periodo para la realización de la tesis, pueden desalentar a los próximos investigadores jóvenes a la hora de decantarse por investigar temáticas internacionales.

 

Sobre el futuro profesional de los investigadores jóvenes en España versó la mesa redonda conclusiva del encuentro, a cargo del historiador (y buen amigo de quien esto escribe) Fernando Molina que tituló su intervención No es país para jóvenes. La España actual, su comunidad de historiadores y la crisis de la universidad. Esperemos que su intervención y el debate posterior, que dejó pocas dudas sobre el futuro sombrío que nos espera, puedan consultarse en breve en la página web del Instituto Valentín de Foronda, coorganizador del encuentro con la UPV/EHU.

Y ya en la crónica de última hora, cabe recoger que al cierre de la sesión del viernes se decidió por votación de todos los presentes que el IV Encuentro de Jóvenes Investigadores de Historia Contemporánea se celebrará en Valencia en 2013.

Comunicaciones presentadas – Mesa 13: Historia de las Relaciones Internacionales

Apodaca del Hoyo, María Constanza: El proyecto de la Gran Siria y las relaciones internacionales en Oriente Medio, 1945 – 1947.

Cueto Rodríguez, Adolfo: ¿Asimilar, automatizar, federar o confederar? Varias opciones y ninguna solución al expediente colonial portugués en el seño del EstadoNovo.

Farkas, Pálma: América Latina y los Estados Unidos en la prensa española de la épocaprimorriverista (1923 – 1930).

Fonseca Santos, Melody: Discursos ideológicos y construcción del Otro haitiano: Las intervenciones militares de Estados Unidos en Haití durante el siglo XX.

García Sanz, Carolina: El factor Gibraltar en las relaciones internacionales de Españadurante la Primera Guerra Mundial.

González Claros, Miguel Ángel: Dimensión geopolítica de Estados Unidos en elmediterráneo.

Grolleau, Magali: Diplomacy at the disposal of the national interest Indo-Saudi relationsfrom 1947 to 1974.

Lafuente del Cano, Jorge: Leopoldo Calvo-Sotelo y la tentación económica de Europa.

López Gómez, Carlos: Transición española y sindicalismo internacional: UGT y CCOOante la Confederación Europea de Sindicatos (1973 – 1990).

Manzano Cosano, David: OTAN, DE ENTRADA, NO: La animadversión de lasociedad española a la Alianza Atlántica, 1981 – 1988.

Moreno Cantano, Antonio César: Albert Bonet: catalanista, católico y propagandista alservicio del cardenal Gomá.

Ninhos, Cláudia: As relações cientificas e culturais luso-alemãs na «Época doFascismo» (1933 – 1945).

Pérez Casanova, Guillermo Jorge: Europeísmo y política exterior en España (1918 –1931): ¿Una oportunidad perdida?.

Ramos Tolosa, Jorge: Pablo de Azcárate y el primer fracaso de la ONU en Palestina: el«plan de partición» y la Comisión de Palestina de 1948.

Remiro Elia, Fernando: Parler au nom de l’Europe. El Congreso de la Haya y elnacimiento del parlamentarismo europeo.

Rodrigo Luelmo, Francisco José: ¿Derribó Helsinki el telón de acero? El Acta Final dela CSCE y los movimientos disidentes en Checoslovaquia y Polonia.

Sánchez González, Irene: La piel internacional del exilio: Pablo de Azcarate.

Talamante Pérez, Manuel: La mirada española de la Dictadura Uruguaya a través de laprensa escrita.

Tari, Adrienn: Panorama político en la periferia de Europa en los años veinte. Comparación de los sistemas autocráticos de Europa centro-oriental con el sistema de Primo de Rivera.

Torres García, Ana: John F. Kennedy y Hassan II (1961 – 1963): el inicio de laoccidentalización de la política exterior de Marruecos y su impacto en las relaciones hispano-marroquíes.

Noticia anterior sobre este encuentro aquí.

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