Raymond Aron y su Paz y guerra entre las naciones, 50 años después

 

En 1962 se publicaba Paz y guerra entre las naciones, la fundamental obra del filósofo, sociólogo e historiador Raymond Aron.  Aunque un tanto olvidado en nuestros días, Aron (1905-1983) fue uno de los grandes intelectuales del siglo XX y un influyente experto en relaciones internacionales. Con motivo del cincuentenario de su obra cumbre sobre esta materia, la revista geopolítica francesa Diploweb.com publica un ensayo en el que el Serge Sur , profesor emérito de la Universidad Panthéon-Assas y secretario general de la Association des internationalistes francesa valora la vigencia del legado aroniano.

Fuente: http://www.lafrusta.net/pro_aron.html

 

Tras contraponer la figura de Raymond Aron con la de su gran contrincante intelectual, Jean-Paul Sartre, Serge Sur explica: » (…) Es precisamente uno de estos estudios el que aquí nos ocupa, uno de los más conocidos, de los más completos: Paz y guerra entre las naciones, publicado en 1962 y muchas veces reeditado desde entonces, pero que permanece fiel a su génesis. Este libro es la culminación de sus trabajos sobre las relaciones internacionales, [área] de las que fue uno de los introductores en Francia, sin haber llegado por desgracia a hacer consagrar su carácter de disciplina universitaria. No abordaremos más que dos características de este libro, que continúa siendo una obra maestra. Es un testimonio de la profusión de la cultura de Raymond Aron, de su erudición socrática pero también de uno de sus límites, en tanto que menosprecia el derecho internacional. (…)

En este abanico aroniano siempre abierto, las cuestiones internacionales ocupan un lugar importante y tal vez creciente. Paz y guerra entre las naciones es la encrucijada, el estado más acabado y el compás más amplio de su reflexión, -dotado de lo que en su época gustaba de denominarse un análisis espectral. No habría que reprocharle, más de cincuenta años después, que se haya vuelto anacrónico en parte. El mundo bipolar, la oposición ideológica, política y estratégica entre los Estados Unidos y la URSS, las sutilezas y peligros de la disuasión nuclear, todo ello en conjunto se ha esfumado. Tampoco habría que echarle un cara un último error de juicio en su obra póstuma, Les dernières années du siècle, en la que preveía la finlandización de Europa bajo la presión de la URSS.

Desparecido en 1983, no pudo calibrar el grado de descomposición de la URSS ni vivir la caída del muro de Berlín. Pero ¿quién los había anticipado con tal inminencia? Aron permanece por tanto como un pensador de la época de los conflictos del siglo XX, y sobre todo de la Guerra Fría. Los cambios de la última década del siglo sin duda le habrían llevado a retomar su reflexión sobre el nuevo curso de las relaciones internacionales. Marcado por los tormentos de una época conflictiva, deseoso de analizar sus raíces y sus fuentes, se consagró extensamente al estudio de la guerra y de los pensadores de la guerra, de los medios para prepararla y, si fuera posible, para evitar su regreso. Paz y guerra trata bastante más de la guerra que de la paz – pero ciertamente no desde el ángulo de la conducción de los conflictos, sino más bien de su amenaza y de las posturas que generan su anticipación y su prevención. (…)

Parece vano, con todo, clasificar a Aron en las categorías fáciles y artificiales, tales como realismo o idealismo o cualquier otra, en las que la pereza intelectual trata de encerrar a los espíritus libres. Se puede decir simplemente que el poderío (puissance) es para él el factor esencial de las relaciones internacionales, un hilo rojo que él sigue en todos sus aspectos, visibles o no, en diferentes registros, los de las teorías y sistemas, de la sociología, de la historia, de lo que Aron llama en definitiva la «praxeología«, una suerte de evaluación de la ética de los gobernantes. Los contenidos de lo que constituyen las cuatro partes de su obra, distribuidas en veinticuatro capítulos, no corresponden necesariamente a estos títulos, especialmente en lo que concierne a la sociología y la historia: esta última se limita, en efecto, a la era termonuclear.

En cuanto al poderío, su método de análisis es ejemplar: pasa revista a las diferentes definiciones ofrecidas por distintos autores, con una erudición abrumadora, las critica, propone de paso sus propios criterios pero en definitiva no alcanza conclusión alguna, como si la duda debiera beneficiar siempre a su objeto. No es en absoluto cartesiano, en la medida en que Descartes utiliza la duda para extraer de ella certezas. Tampoco es kantiano porque, historiador y sociólogo más que metafísico, no sitúa al espacio y el tiempo como formas a priori de la percepción, además de que, en otro orden de cosas, no cree en la paz perpetua. Es socrático en la medida en que sus cuestionamientos y análisis pasan a través del prisma de los pensamientos de los demás y de su refutación. Y como Sócrates, filósofo del concepto, no ha formulado concepto alguno. (…)

Las críticas y frustraciones que acaban de expresarse no restan nada a la admiración que guardamos hacia Paz y guerra entre las naciones, esta obra maestra, y hacia su autor. La disputatio intelectual no puede ligarse más que a los objetos que la merecen. La obra sigue siendo por su amplitud, su perspectiva, su calidad, incluso las objeciones que suscita, una fuente de reflexión sin demasiados equivalentes en lengua francesa desde hace más de medio siglo. No es un ensayo, es una cima. ¿Se convertirá, como Tucídides y su Historia de la guerra del Peloponeso, en un tesoro para todos los tiempos, ktêma eis aeiIl est permis d’attendre, il est doux d’espérer«.

Serge Sur

Link del artículo: http://www.diploweb.com/R-Aron-Paix-et-guerre-entre-les.html

(c) Copyright Juin 2013-Sur/Diploweb.com

 

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