Pues va a ser que sí. Ya te digo. Hasta las figuras más míticas y legendarias de la ciencia, tuvieron sus deslices y cayeron por los suelos. Es humano. Hay que perdonarles. Ya hemos encontrado tres (seguiremos buscando con calma, pues seguro que descubriremos varios más). Hoy Hablaremos del ínclito y sobre valorado Charles Darwin. En su momento abundaré en el hecho de cómo muchos legendarios científicos, más que genios, han sido encumbrados por sus seguidores a costa de otros héroes que pasaron al anonimato injustamente. Se que suena transgresivo e incluso ofensivo. Veremos que no es así. Eso sí,  permitidme que narre estas historias con un poco de guasa, por cuanto estamos en periodo vacacional. Así pues comenzamos, para el espanto de muchos neodarwinistas, con una figura que, tras leer varias biografías, cada vez nos resulta más difícil entender la leyenda de superhombre que ha llegado a atesorar.

 

A Carlitos Darwin, a demás de su teoría de la evolución, le dio por entrometerse en la vida de unos gusanos que se arrastraban dentro del suelo. ¿Cuáles? Pues digamos que Annelida Oligochaeta Oligochaeta Terricola o las Lombrices de Tierra. En esta página Web, Catalina C. Mischis comienza señalando que:

 

Desde épocas remotas las virtudes de las lombrices de tierra fueron apreciadas y la importancia de las mismas para el suelo fue destacada por Gilbert White en su libro “The Natural History of Antiques of Selbourne” que fue publicado en 1789, 1825 y 1843. White resumió sus observaciones en la famosa frase “las lombrices de tierra son el intestino de la tierra”. Un siglo después fue Darwin quien impulsó el estudio de la biología del suelo cuando en 1881 publicó “The formation of the vegetable mould through the action of the worms” con una destacada y fructífera labor científica de alrededor de 45 años. Darwin empleó más de 40 años en concluir sus observaciones e investigaciones sobre las lombrices terrestres, y las presentó en 1837 ante la Sociedad Geológica de Londres, luego fueron publicadas en 1838 y en 1840. Gould (1985) expresó que Darwin publicó ese libro con el objetivo principal de apoyar la importancia de los cambios graduales en la teoría de la selección natural y destacar el rol que las lombrices tienen en la génesis del suelo. Se considera que luego de la difusión de este libro se comenzó efectivamente con el estudio de la biología del suelo”.

 

¡Tremendo!, lo de este superman. Al margen de la teoría de la evolución, también se le atribuye el rol de fundador de la biología y la génesis de los suelos. En otras palabras, parece que los edafólogos nos equivocamos hasta en rastrear nuestros orígenes. No fue pues, según Catalina, nuestro idolatrado  V. V. Dokuchaev pocos años después el que fundó la edafología, sino Carlitos Darwin. ¿Plagió pues el ruso a Sir Charles?. ¡Anda ya Catalina!, ¡Por favor!, no digamos estas cosas. Está claro que Darwin debía aburrirse como una ostra en su tranquila mansión victoriana, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo molestando a las pobres lombrices en su jardín, o alrededores. Hay ¡Carlitos, Carlitos!

 

Sin embargo, nuestros amigos de Jalisco, en donde por motivos obvios de “proximidad geográfica”, conocen muy bien las triquiñuelas de Carlitos, y en donde también se trabaja en vermicultura o Lombricultura nos advierten que, como era de esperar, Catalina se equivoca. Efectivamente fue Aristóteles [884-322. A. C.] quién se le adelantó por un “pelín” y comentó que estos animales vermiformes eran el “intestino de la tierra”. Carlitos, Carlitos, a parte de robarle ideas a tu abuelito Erasmus, y no incluirle en tus referencias bibliográficas sobre la Teoría de la Evolución, también pisoteaste a Aristóteles quien, como no, ya había valorado la importancia de una “buena digestión”. Esta claro que el mandato de publica o perece hay que rastrearlo hasta los albores de la humanidad. ¿0 No?.

 

Si uno conoce la historia de cómo llegó a publicarse su libro seminal sobre la evolución, y teniendo en cuenta, además lo que tardó en publicar sus estudios sobre lombrices, queda claro que Carlitos no podría sobrevivir actualmente en nuestro mundo de “publica o perece”. ¡Un poco tardo! dirían los jefes de su laboratorio: ¡no hay Cajal para este chico!.

 

Tan tardo fue, que si no acude Sir Charles Lyell [(November 14, 1797February 22, 1875), British geologist, and popularizer of uniformitarianism] en su ayuda, Alfredo [Alfred Russel Wallace, (January 8, 1823November 7, 1913) was a British naturalist, geographer, anthropologist and biologist], se lo hubiera comido vivo, por cuanto llegó a las mismas conclusiones en unas pocas noches febriles por la malaria (es decir sin esfuerzo y tumbado a la bartola en su lecho; mucho más económico). Lo que distingue a uno y a otro fue el gran acúmulo de minuciosas observaciones detalladas que realizó Carlos respecto a Alfredo. Darwin era muy minucioso, eso no hay que negárselo. Ahora bien timorato y cobardica a la hora de expresar sus ideas públicamente, si no es por Lyell (…). Obviamente Wallace es mejor candidato «virtual» a Cajal que Carlitos.

 

Efectivamente, las lombrices mejoran la estructura del suelo (porosidad, aireación, infiltración del agua, etc.). Sus pequeños coprolitos son excelentes y estables micro-agregados del suelo. Ahora bien, las lombrices mejoran la estructura del suelo cuando este último alberga lombrices, ya que muchas veces no es así, como ocurre en muchos edafotaxa y ambientes mediterráneos.  En cualquier caso el papel de La macrofauna del Suelo es tan vital como el de la meso y microfauna. Aunque en realidad, habría que entender que son los millones de bacterias que habitan en el tracto digestivo de estos viles gusanos los que le realizan gran parte del trabajo (como también nos ocurre a nosotros). Como siempre el pez grande se come al chico y aparece en la foto. El efecto de las lombrices sobre las propiedades del suelo ha sido bastante estudiado, especialmente en lo que concierne a sus repercusiones sobre la estructura. Los suelos en los que abundan las lombrices atesoran una estructura granular, que no es otra cosa que sus heces o coprolitos (granulos). Ósea que un poco escatológico sí nos saló Carlitos Darwin.

 

Si Aristóteles (que metía sus narices en todo, para desesperación de las ulteriores generaciones de los filósofos), y Carlitos Darwin detectaron el efecto de las lombrices fue porque eran conspicuas, es decir no necesitaban de potentes binoculares o microscopios para poderlas observar. Otros organismos del suelo también son muy importantes por las mismas razones, aunque no pudieron verlos debido a su pequeño tamaño. Hoy por hoy, el cultivo de lombrices (lumbricultura o vermicultura) acapara una gran parte de los artículos que aparecen en la Web sobre los lumbrícidos, así como su uso en agricultura ecológica.  

 

Hasta aquí, todo perfecto. Lo que me intriga es la mitomanía humana; nuestra necesidad de generar leyendas y en especial buscar un punto de partida y un héroe con el que identificarse, cuando en realidad la fecha de nacimiento de una disciplina, o de una línea de investigación, suele ser bastante difusa. Más aún, como la capacidad de nuestra mente para memorizar información es limitada y los imperialismos existen, pues todos los méritos van a recaer en unos pocos afortunados, como si les hubiera tocado el “gordo de la lotería”.  Y como resulta que vivimos bajo el imperialismo anglosajón (cosa que pone de los nervios a nuestros vecinos franceses), pues todos los méritos se los lleva injustamente Darwin y otros caballeros de la mesa redonda, o de sus colonias.

 

Veámos más ejemplos relacionados con Carlitos: Hasta hay ignorantes que le atribuyen ser uno de los precursores de la ecología, e incluso puede leerse que “Charles Darwin, fue un ecólogo y resulta muy apropiado considerarlo el padre de la ecología, ya que percibió la conexión entre ecología y evolución”. Rotundamente falso, la palabra ecología y su reconociendo como ciencia fue posterior. Cuidado con este tipo de páginas Web, en donde el personal parece un poco desinformado. Por ejemplo, a Alejandro [Friedrich Heinrich Alexander, Baron von Humboldt, (September 14, 1769, BerlinMay 6, 1859, Berlin)] se le puede atribuir tanto o más tal paternidad, como a otros. Al fin y al cabo Humboldt describió por primera vez (entre otras estructuras y procesos naturales) las catenas o pisos de vegetación altitudinal al observar nuestras Islas Canarias. ¿Qué ocurre?. Pues que no pertenecía al imperio ganador, sino al perdedor. Sinceramente todo esto me da mucha pena.

 

Resulta también que Ludwig Eduard Boltzmann (February 20, 1844September 5, 1906), el padre de la mecánica estadística (termódinámica), Carlitos Marx [Karl Heinrich Marx (May 5, 1818 March 14, 1883 London)] e incluso el fundador de la edafología, Vasily Vasilievich Dokuchaev [(??????? ?????????? ????????, para más señas) (18401903)], se inspiraron en la teoría de la evolución darviniana, a la hora de proponer sus descubrimientos científicos e ideológicos, según el caso. Ellos mismos lo reconocieron. Por tanto habrá gente del imperio quien pudiera decir que Darwin fue también el padre de la termodinámica y el marxismo. Falacia en donde las haya.

 

Si viviéramos en un imperio de origen francés, mucho de los actuales héroes de la ciencia no estarían presentes en el mapa, sino otros francófonos. ¿Porqué no proponer a  Jean-Baptiste Pierre Antoine de Monet, Chevalier de Lamarck (August 1, 1744December 28, 1829)  como padre de la teoría de la evolución?, mucho más cuando cada vez se acumulan más evidencias que corroboran que el stress y los cambios ambientales promueven las mutaciones genéticas. Y digo Lamarck como podía haber citado a otros candidatos. Ya hablaremos del tema, aunque algo hemos ya mentado al hablar sobre los dogmas en ciencia.

 

Algunos no se han enterado que “se busca un nuevo Darwin”, por cuanto la Teoría de la Evolución según Darwin está más que agotada (desde hace muchas décadas). Hace unos 15 años (en 1990) que escribí para la revista Crítica (nº 76: pp 35-37) un breve artículo titulado, “Hacia una teoría unificada de la evolución”, en el cual relataba la necesidad de un nuevo paradigma evolutivo en vistas del acumulo de evidencias en contra del “neodarwinismo” y la teoría sintética de la evolución. Obviamente ni fui el último, ni el primero (pero de eso me enteré después, como buen ignorante). Lynn Margulis (nacida en 1938) y otros consagrados investigadores defienden la misma postura (aunque los criterios no sean exactamente los mismos). Sin embargo, el establishment no piensa igual y se acoge al concepto de dogmas. Demenciada actitud anticientífica donde las haya (los mismos que se quejan del creacionismo y la teoría del diseño, manda memoles).  En aquella contribución de los  dogmas, también mentaba que muy bien podría considerarse a Pedro Koprotkin como uno de los fundadores de la Teoría de la Evolución por cuanto, como buen anarquista, prefería bascular sus tesis (también correctamente argumentadas en observaciones de campo) más sobre la cooperación (coevolución), que sobre la competencia y depredación, como actualmente también defiende Margulis con datos en la mano (pero era ruso, por lo que no podía ser considerado héroe a los ojos del imperialismo anglosajón). También podría entrar en juego Cuvier, quien con su catastrofismo se adelantó a Carlitos y lo que es peor, con argumentos antigradualistas. Más aun, actualmente nadie duda de que las grandes catástrofes han resultado ser un mecanismo formidable de cambio evolutivo (pero era francés). Por último, sin pretender ser exhaustivos, y para que no se me achaque que me cebo en el imperio, también podría incluir al casi-neonazi Británico Herbert Spencer (27 April 18208 December 1903)  quien sentó las bases del darvinismo social antes que Carlitos publicara su libro (harto de esperar a que saliera al mercado). Spencer introdujo muchas celebres frases que hoy se le atribuyen a Darwin. Ahora bien, a Spencer no debemos restarle el mérito de ser un precursor precoz de una teoría de la evolución que implicaba un incremento de la complejidad con el tiempo (Ley de Dollo), tanto en el mundo orgánico como en el inorgánico. Las Ciencias de la Complejidad, parecen ir en esa dirección.  

 

El ambiente intelectual previo a la revolución industrial, en el que lógicamente molestaba la cosmología del inmovilismo Victoriano, y que alimentaron insignes prohombres como Spencer, no difería en demasía del Nacionalismo de Adolfito Hitler. Urgía pues encontrar un héroe científico que justificara la brutal explotación que sufrió parte del proletariado británico en aquel periodo. El elegido fue Charles Darwin.  Pero no nos equivoquemos, el capitalismo se sustenta y es herencia de la visión neodarviniana y, en mi modesta opinión, ésta última es socialmente uno de los constructos más dañinos que padece la sociedad actual. ¿Comprenden ya que no considere a Darwin una persona de culto?  

 

¿Quién habla de racionalidad científica? ¿Quién dice que los nacionalismos no existen en ciencia? Por una vez la UE tiene razón en buscar una iniciativa europea que contrarreste la actual de Google por digitalizar y poner en la Web una ingente cantidad de documentos (con sesgo imperialista, no lo duden). La historia la escriben los ganadores y está claro quienes son. La enciclopedia libre Wikipedia en castellano, escrita por hispanos parlantes, diferirá en gran parte de su hermana inglesa, y más aun lo hará la edición francesa. Y si no al tiempo.

 

En la actualidad podríamos hablar de las “lombrices victorianas o del imperio”, por cuanto nuestros colegas anglosajones insisten en utilizarlas como indicadores de la calidad del suelo, en el futuro programa de monitorización de los suelos de Europa, en contra de las airadas protestas de los edafólogos que, como yo, tuvimos la desgracia de nacer, crecer y estudiar en países en donde, o no son tan abundantes (en buena parte de su territorio) o inexistentes. Pero ellos “erre que erre”. No hay manera con los modales de los descendientes del imperio ¿Diplomacia inglesa?

 

Juan José Ibáñez

Compartir:

11 comentarios

  1. ERES UN AMIGO MIO POR CONTAR LO QUE YO SIEMPRE QUISE

    CUADO LEY ESTO ME IMPREIONO MUCHO LO QUE CONTASTE

    PUES PORQUE YO CREO QUE CASITODO FUE VERDAD EN REALIDAD NO OUEDO DESIR ESO PORQUE NO FUI DE ESA EPOCA

    PERO EN REALIDAD QUIERO FELISITARTE POR LO QUE NARRASTE

  2. necesito una introduccion y una conclusion para una carpeta de darwin.. antes del viernes,, porfa!! ayudenme!

  3. necesito una figura sobre medio ambiente porfa ayudenme, despues toda la informacion esta muy buena

  4. BUENO ME PARECIO BIEN BONITO Y MUY ITERESANTE QUE SIGAN ESTE DISFRUTANDO DE ESTE ORIGEN DE LAS LOMBRICES

  5. Verdaderamente mi hermano la historia se acomoda segun los gustos y conveniencias de los q la scriben. Todo lo q ustd expuso en su articulo no me extrañaria q fuera cierto en su totalidad ya que la historia desde hace muchos años ha sido injusta dond los héroes realmente son asesinos y opresores de mal corazón. Digame el Pirata Colón el Gran descubridor de america q no fue mas q un asesino q saqueo a nuestros pueblos y despojo de sus riqezas, lo q pasa s q mucha gente no entiende porq existe dmasiada ignorancia y la historia s distorsionada, admas q las personas no sienten esa necesidad de identidad, d saber los verdaderos orígenes de la humanidad. Solo viven la vida ciegos ante una realidad q no se preocupan por ver, viven para trabajar y son esclavos del dinero, claro producto del sistema capitalista anglosajon.

  6. Juan Jose Ibañez tu si que eres genio y figura Darwin tvo la suerte de tener tiempo y de proporcionarnos con su inteligencia nuevas teorias o viejas teorias con nuevos desarrollos cientificos. Las investigaciones pueden ser una prolongacion de una a otra ,por que esta no estan acabadas. A lo largo de la historia se ha hecho inevstigaciones de todo pero a causa de la evolucion que impilica un periodo de tiempo no se han podido demostrar en su momento .

    De todas formas en España tenemos a Eduardo Punset otro genio y figura que la cultura y medios de comunicacion distribuyen como gran divulgador cientifico y no distribuidor de estupideces que seguro que desde su mansion y como divulgador no plagia a nadie

    España va bien !!!!!

  7. Querido Juan José,

    Considero muy interesante tu blog, al que voy volviendo de tanto en tanto. Hoy llegué a él buscando ilustraciones de la obra de Humboldt. Me ha gustado tu visión crítica con el neodarwinismo, que comparto. En descargo de Charles Darwin, quiero recordar que en 1862, tan solo tres años después del «Origin», publicó una obra sobre mutualismo: «On the Various Contrivances by which British and Foreign Orchids are Fertilized by Insects, and on the Good Effects of Intercrossing». Aúnque no tengo una visión sobre la ciencia tan amplia como la tuya, no pienso que esté sobrevalorado. Malinterpretado, glorificado a su pesar, dogmatizado…, estoy seguro de ello. Hablando humorísticamente: después que Darwin diera el primer pase, en el Vaticano aún estan buscando la pelota. Ojalá podamos hablar algun dia de ello. Un abrazo.

Deja un comentario