Ciencia e Inducción Sofisticada: El Contexto del Descubrimiento y la Lógica de la Justificación
El hecho de que la observación dependa de la teoría, como hemos ido constatando en los post anteriores acerca de la inducción en la ciencia (ver Categoría: Curso Básico Sobre Sociología y Filosofía de la Ciencia), socava la afirmación inductivista de que la ciencia comienza con la observación. Sin embargo, sólo los inductivistas más ingenuos desearían defender actualmente esta concepción de la ciencia. Ninguno de los inductivistas modernos, más «sofisticados«, pretenden aferrase a la versión ingenua literalmente. Pueden prescindir de la afirmación de que la ciencia debe comenzar con la observación imparcial y sin prejuicios, estableciendo una distinción entre el modo en que se concibe o descubre por primera vez una teoría, por un lado y el modo como se justifican o se valoran sus méritos, después. Este punto de vista admite abiertamente que las nuevas teorías se conciben de muy diversas maneras. Veamos algunos ejemplos.
Desde Adán y Eva, pasando por Newton:
a vueltas con la manzanita y el árbol.
¿No estaría jugando el último a ser Dios?
¿O simplemente se trataba de defender
lo bien que sienta una buena siesta?
Se le pueden ocurrir al descubridor en un momento de inspiración. Tal sería el caso de la “mítica” historia a cerca del descubrimiento por parte de Newton de que la ley de gravitación surgió cuando vio caer una manzana de un árbol. Igualmente podría producirse un nuevo descubrimiento como resultado de un accidente, como parece ser que le sucedió a Roentgen en el descubrimiento de los rayos X por el continuo ennegrecimiento de las placas fotográficas almacenadas en las proximidades de su tubo de descarga. O también podría llegar un nuevo descubrimiento después de largas series de observaciones y cálculos. Las teorías pueden ser concebidas, y usualmente lo son, antes de realizar las observaciones necesarias para comprobarlas. Además, según este inductivismo más sofisticado, los actos creativos, los más nuevos e importantes de los cuales exigen ingenio e implican la intervención de la psicología individual de los científicos, se resisten a un análisis lógico. Dicho de otro modo:
El descubrimiento y la cuestión del origen de las nuevas teorías, son materias que quedan excluidas de la filosofía de la ciencia
Sin embargo, una vez que se han logrado elaborar nuevas leyes y teorías, con independencia del camino seguido, aun permanece por resolver la cuestión de la adecuación de esas leyes y teorías:
¿Corresponden a un conocimiento científico lícito o no?
Esta es la pregunta que interesa a los inductivistas sofisticados. Su respuesta es más o menos la ya esbozada: los hechos relevantes para una teoría se deben determinar mediante una larga observación y en una amplia variedad de circunstancias, por lo que hay que establecer en qué medida se puede demostrar que la teoría es verdadera o probablemente verdadera a la luz de tales evidencias, mediante algún tipo de inferencia inductiva. Y con tal propósito llegan a una cuestión que me parece personalmente de sumo interés:
La separación entre el contexto del descubrimiento y la lógica de la justificación permite que los inductivistas eludan parte de las críticas comentadas en los post anteriores, que se dirigían en contra de la aseveración de que la ciencia comienza con la observación
Sin embargo, queda una cuestión a responder. Desde tal óptica ¿Sería razonable sugerir que una teoría como la de Clerk Maxwell, que condujo al descubrimiento de las ondas de radio, fuera más digna de consideración y justificable que una ley o teoría ideada con vistas a explicar fenómenos ya conocidos, pero que no conducen al descubrimiento de otros nuevos?. Personalmente creo que si. Sin embargo tendremos que esperar a dar respuesta a tal cuestión más tarde, desde las perceptivas otras escuelas filosóficas. Se trata del tema de la heurística de una teoría. Cuanto más induzca una de las últimas a descubrir e interpretar nuevos fenómenos naturales, tanto mejor debe considerarse.
Esperamos que, con lo hasta aquí expuesto acerca de la inducción en ciencia, en los siguientes post vaya quedando cada vez más claro que es esencial entender la ciencia como:
Un conjunto de conocimientos que se desarrollan históricamente, por lo que sólo puede apreciarse correctamente el valor de una teoría si se presta la debida atención a su contexto histórico. En otras palabras, la apreciación de que una teoría está íntimamente vinculada a las circunstancias en las cuales surgió por primera vez.
Aunque con Chalmers aceptemos que los inductivistas separen el contexto del descubrimiento de la lógica de la justificación, su postura se seguirá resintiendo del hecho de que los enunciados observacionales están cargados de teoría y son por tanto falibles.
Los ultrainductivistas como los positivistas lógicos, han llegado incluso a alegar que las teorías sólo tienen sentido en tanto pueden ser verificadas por la observación directa. Esta visión puede cuestionarse ante la evidencia de que no se puede mantener una distinción tan tajante entre observación y teoría, ya que la observación, o mejor dicho los enunciados observacionales resultantes de aquella, se encuentran influenciados por la teoría.
Aunque en los post anteriores he criticado duramente las filosofías de la ciencia inductivistas, los argumentos presentados no constituyen una refutación definitiva de ese programa. No se puede considerar que el problema de la inducción se encuentre definitivamente resuelto, debido a que la mayor parte de las escuelas filosóficas rivales (en ciencia) tropiezan con dificultades similares en otros terrenos. Tan solo intentamos demostrar algunas maneras por las cuales los inductivistas pueden eludir, hasta cierto punto, las críticas de sus oponentes respecto al hecho de que la observación depende de la teoría. Posiblemente podrían idearse defensas más ingeniosas. Sin embargo, la principal razón por la pensamos igual que Chalmers consiste en que debería abandonarse el inductivismo por enfoques más modernos, debido a que cada vez le ha resultado más difícil arrojar nueva luz sobre la naturaleza de la ciencia. Tal hecho llevó a Imre Lakatos, durante las décadas de los sesenta y setenta, a afirmar que su programa estaba en vías de degeneración.
Las concepciones de la ciencia progresivamente más adecuadas, más interesantes y fructíferas que intentaremos esbozar en post sucesivos, constituirán el argumento más contundente contra del ideal inductivista.
Por tanto, comenzaremos a hablar de otras escuelas, comenzando apara ello con la de Sir Karl Popper. Eso sí, insistimos que iremos intercalando algún post con vista a mostrar como muchas disputas científicas, derivan de que los contrincantes no están interesados en tales materias de las humanidades, por lo que terminan diciendo sandeces. Yo recomendaría una menor fe en la tecnología y una mejor formación en nuestra cultura humanística. La ciencia funcionaría así mucho mejor. No lo duden.
Juan José Ibáñez
porque el autor sostiene que el inductivismo no ha sido refutado de modo concluyente??
que malo es tu citio
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