Tras leer hoy el excelente post de Antonio Figueras sobre las razones de la subida del nivel de Mar en su bitácora Ciencias Marinas y Otros Asuntos, me he decido a presentaros ciertos aspectos sobre las repercusiones  del calentamiento climático y cambio global sobre la edafosfera. Cuando investigaba sobre estos asuntos, pronto me di cuenta de la cortedad de miras con que los edafólogos analizábamos el tema. Ya comencé a explicar  ciertas cuestiones relacionadas en este post. Problemas nuevos requieren aproximaciones noveles, a menudo imaginativas. De no ser así, se corre el riesgo, como en este caso, de trivializar y/o dejarse fuera de la agenda de investigación, temas muy interesantes. Muchas veces, simplemente pasan desapercibidos por no cambiarnos las gafas de siempre por otras más aptas para abordar cuestiones inéditas. En el susodicho post, ya incidía que debíamos elaborar una nueva generación de inventarios espaciales de los suelos, que sustituyeran a los tradicionales. No ha sido el caso, si lo será en los próximos años. Cuando incidimos, por ejemplo, en las repercusiones del cambio climático  sobre la edafosfera olvidamos uno de los aspectos esenciales: “la cantidad disponible del recurso” para focalizar nuestra atención exclusivamente en el cambio de las propiedades del mismo. Sin embargo, resulta que la cantidad del recurso puede ser tan importante como sus propiedades en un espacio geográfico concreto. A escala geológica, e incluso para breves lapsos de tiempo, la edafosfera resulta ser un ente dinámico que se expande y contrae. Es decir, las cantidades del recurso cambian con en el tiempo (extensión superficial y volumen de materiales edáficos) y en el espacio. Con vistas a mostrarlo utilizaremos el ejemplo mostrado por Antonio Figueras, pero ampliando el lapso temporal para contemplar todo el cuaternario.  

 

 

Mapa del Mundo en el último máximo glacial

Hace 18.000 años. Fuente Wikipedia en inglés

 

Como todos sabéis durante el Cuaternario, la tierra ha sufrido fluctuaciones climáticas muy bruscas que ha dado lugar a la irrupción de varios ciclos glaciares e interglaciares. Los periodos glaciares daban lugar a descensos del agua de los océanos de hasta más de 150 metros, o más (el agua se acumulaba en forma de hielo en los polos, extendiendo mucho sus márgenes meridionales y en glaciares de montaña). En consecuencia la tierra emergida con edafosfera cambiaba drásticamente su configuración. Por un lado, el recurso aumentaba conforme nos desplazamos hacia los trópicos, debido al retroceso de las aguas marinas. Sin embargo, por otro lado, se perdían recursos edáficos según nos alejamos de estos últimos, dado que parte los mantos de suelos de los continentes quedaban sepultados por las masas de hielo (que a la postre, al deshelarse en los interglaciares darían a su erosión y pérdida)

 

Del mismo modo, en los periodos interglaciares, más calidos, el hielo se derretía, la masa de tierra sepultada por él volvía a extenderse y con ella la edafosfera, pero con suelos mucho más someros, ya que la erosión glaciar los barría hacia el mar. En consecuencia, la edafosfera cercana a los trópicos se retrotraía por su inmersión bajo el mar, mientras que en las zonas templadas de los continentes (más cercanas a los polos) se expandía según el patrón mentado.

 

 

Distribución de las masas de hielo

durante el último periodo glaciar

 

El resultado es un dinamismo casi-cíclico de la superficie edafosférica y del volumen de materiales  edáficos a nivel global que merece la pena ser estudiado con rigor, por cuanto cambiaban no solo los factores formadores del suelo, sino la cantidad de recurso y su distribución planetaria. El secuestro potencial de carbono por los paisajes de suelo, como resultado de tales ciclicidades no ha sido estudiado, como tampoco las repercusiones sobre el propio clima planetario y la biosfera. Más aún, el descenso y ascenso de los mares afecta a la configuración de las edafosferas continentales e insulares. Algunas islas de gran tamaño cercanas a las masas continentales volvían a formar parte de ellos, en los periodos glaciares, al pertenecer a sus plataformas continentales y estar frecuentemente separada de aquellas por mares poco profundos. Lo opuesto es cierto en los interglaciares, en donde además ciertas islas oceánicas (generadas por el volcanismo de las dorsales meso-oceánicas y puntos calientes manto terrestre) podían desaparecer Para el primer caso (islas continentales), es posible que incluso se modificaran ciertas corrientes oceánicas que, a la postre, afectaban al propio clima.

 

 

 

Limite meridional de los hielos cuaternarios en

Europa Hace 18.000 años: Fuente Wikipedia en Inglés

 

No potemos seguir analizando la cobertura edafológica desde un punto de vista estático. No hay razones para hacerlo. Y ahora la pregunta del millón: ¿Cuál era el balance de perdidas y ganancias de este recurso? Sinceramente lo desconozco.

 

No es éste el único mecanismo de contracciones y dilataciones espaciales de la edafosfera. Ya iremos hablando poco a poco de otros. En cualquier caso adelantemos que:

 

·         La edafosfera ha ido extendiéndose paulatinamente desde el Origen de la Tierra, si bien de forma no lineal.

·         Los periodos con intensas orogenias (formación de cadenas montañosas) dan lugar al incremento de la superficie edafosférica (pero probablemente no de su volumen)

·         Aunque parezca paradójico, la erosión a escala geológica puede generar ganancias y no pérdidas de la superficie de tierra cubierta por mantos de suelos. ¿Y en términos de volumen?

·         La Derviva de los continentes

 

Como curiosidad tan solo mentaros que en el Proterozoico (hace entre 800 y 550 millones de años), se produjo una intensa glaciación de todo el globo. Este quedó sepultado por el hielo, por lo que la edafosfera se redujo a “0”.   

 

Como podéis observar, analizar los suelos a escalas geológicas puede dar lugar a una línea de investigación bastante fructífera desde el punto de vista aquí mostrado. Tan solo hace falta ponerse a ello. Ya iremos abundando sobre el tema.

 

 

Juan José Ibáñez

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4 comentarios

  1. Estimado Juanjo:

    Muchas gracias por los comentarios positivos sobre el post de la subida del nivel del mar.

    Creo que das en el clavo con esta frase: "Muchas veces, simplemente pasan desapercibidos por no cambiarnos las gafas de siempre por otras más aptas para abordar cuestiones inéditas."

    Es la clave de nuestra incapacidad paar percibir la realidad cambiante que nos rodea.

    Saludos

    Antonio

  2. ES BUENO QUE HABLE Y ORIENTEN A LA COMUNIDAD DE ALGO DEL INPORTAMCIA COMO ES EL FUTURO DEL MUNDO SI SEGIMOS COMTAMINANDO

  3. En este ciclo estamos estudiando El PEI factor del proceso ambiental en la Universidad de Pamplona de Bucaramanga, Santander de Colombia y me siento muy complacido por los avances que se estan realizando para la sensibilización de Recurso Suelo aunque esto ya lleva sus años de estudio pero lo cierto es que hay que estar al día y aportando nuestro granito de arena para un bien común. <me gustaría algún día trabajar con amor y por que me nace con algo que sea sobre el medio ambiente, Gracias

    Eduardo Beltrán Rojas

  4. Gracias a ti y mucha suerte. Espero que se realice tu suelo.

    Un saludo

    Juanjo Ibáñez

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