Hoy en la página Web de “La Sexta” (ver enlace más abajo) se puede leer la noticia que da lugar al título de este breve post, cuyo único propósito es mostrar que los grandes desplazamientos de masa afectan a ciertos parámetros orbitales. No hay porqué asustarse. No es la primera vez, ni tampoco será la última, ni mucho menos. La nota de prensa da cuenta de ello. Digamos de paso, que tal fenómeno no se produce tan solo tras terremotos de gran magnitud, ni se encuentra exclusivamente relacionado con la litosfera terrestre sensu stricto. Así, por ejemplo, hoy sabemos que el desmoronamiento de presas de hielo, al final de las glaciaciones, inducía gigantescas inundaciones que causaban efectos similares. Tal fue el caso de la acaecida en la Cuenca del Río Columbia, o de otras localizadas en los Montes de Altay en Siberia. En uno de estos casos en concreto, investigadores de Estados Unidos, junto con otros españoles (Gerardo Benito, actualmente en el CCMA, CSIC, Madrid) y rusos, calcularon que, en el plazo de muy pocos días, el cauce americano acarreó al mar que lo drenan actualmente todos los ríos del mundo a lo lardo de un año. Al parecer, tal hecho dio lugar al mismo fenómeno que del que hoy damos cuenta.  Sin embargo, en aquella ocasión, la inmensa erosión fluvial dejo una profunda huella en el paisaje que aun perdura, y de la que tenía pensado hablar algún día. Por tanto se trataba de desplazamientos de agua (hidrosfera, que no litosfera). Os dejo ya con esta llamativa noticia, que no debe dar lugar a preocupación alguna por parte de los ciudadanos. Todos tranquilos.

Grandes Inundaciones al final de las glaciaciones generaban modificaciones en la rotación de La Tierra. Fuente: HuggeFloods.com

Recreación de la gran inundación del Río Columbia. Fuente: HuggeFloods.com

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Gigantescos ripples dejados en el lecho del cauce por la megainundación del Rio Columbia. Fuente: HuggeFloods.com

Juan José Ibáñez

El terremoto chileno ha sacado al planeta de su eje

La NASA acaba de anunciar que el terremoto de Chile ha desplazado el eje de la Tierra ocho centímetros y ha reducido la duración del día.

El terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que sacudió el pasado sábado el centro y el sur de Chile redujo muy levemente la duración del día y desplazó el eje de la Tierra en ocho centímetros, según informó la agencia espacial estadounidense (NASA).

En un artículo publicado en la edición digital de la revista Business Week, el geofísico de laboratorio de la NASA en Pasadena, California, Richard Gross, indicó que los terremotos pueden desplazar hasta cientos de kilómetros de rocas en espacios muy reducidos, lo cual modifica la distribución de la masa en el planeta y afecta a la rotación de la Tierra.

A partir de cálculos elaborados mediante métodos informatizados, la NASA ha constatado que, a causa del terremoto de Chile, el eje de la Tierra se ha movido ocho centímetros y que «la duración del día se debe haber acortado 1,26 microsegundos (millonésimas de segundo)».

No es la primera vez que se detectan cambios similares tras un terremoto. El día se redujo en 6,8 microsegundos a finales de 2004 a causa del seísmo de 9,1 grados registrado cerca de Sumatra, que provocó el mayor tsunami de la historia.

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