Ya os hablamos en otros post sobre las múltiples posibilidades que ofrecen los desiertos para la agricultura y ganadería. Si bien es cierto que, a menudo, su productividad puede ser menor que la de otros ambientes, también lo es que tal hecho no impide que den fruto, como mínimo, a las comunidades locales que habitan en estas regiones. Los estudios de etnoagricultura han mostrado como numerosos pueblos indígenas lograron crear en ellos sistemas agropecuarios sustentables, en base a principios agro-ecológicos. Actualmente, existen varias posibilidades con vistas a extraer rentabilidad de los desiertos y zonas áridas, siendo unas más sustentables que otras. La tecnología moderna, obviamente puede ayudar en tal misión, empero muchas veces lo hace de forma no sustentable. No obstante, como hoy veremos, existen otras alternativas.

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Agricultura Ecológica y Desiertos. Fuente Treehugger

 

De nuevo Alex Fernández Muerza, uno de esos escasos periodistas españoles cuyos artículos son dignos de ser leídos, nos ofrece en la versión electrónica de Consumer Eroski una síntesis a cerca de la agricultura en los desiertos. Sin embargo, cabria matizar que no todas son de la misma guisa. Podemos clasificar, grosso modo: (i) iniciativas basadas sobre principios ecológicos y/o etnoagrícolas; (ii) propuestas basadas en el más que dudoso interés (salvo excepciones) de la denominada agricultura biotecnológica y (iii) empresas que pretenden obtener agua para la irrigación, que a menudo no son sustentables, aunque no siempre.

Del mismo modo, no debemos confundir los proyectos encaminados a la autosuficiencia alimentaria de los inciden sobre altos rendimientos, empleando de tecnologías más o menos sofisticadas. Si las primeras son de gran interés para los países más pobres, las últimas tan solo lo son para aquellos que han alcanzado un mayor nivel de desarrollo tecnológico y económico.

Si el dicho “hacer de la necesidad virtud” puede ser cierto en este tema, resulta meridiano que Israel, se encuentra en la vanguardia del aprovechamiento de los desiertos y zonas áridas, para lo cual se las ha ingeniado desde los más disparatados puntos de vista.

Como bien señala Alex, más del 50% de la superficie cultivable, se encuentra en desiertos, zonas áridas y semiáridas. En consecuencia, la puesta en cultivo sustentable de los suelos de tales ambientes resulta prioritaria. España cuenta también con su propia experiencia, que no debemos olvidar.  Así, por ejemplo, los cultivos enarenados bajo plástico del SE peninsular se han convertido en uno de los aprovechamientos más rentables de la agricultura española, a pesar de asentarse en ambientes áridos. Sin embargo, sus vicisitudes ya nos ofrecen una primera caracterización del potencial (capacidad de uso) de distintos ambientes desiertos con vistas a su explotación.

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Agricultura en Etiopía. Fuente: Perma Lodge

Tales cultivos enarenados, son de alta rentabilidad, por cuanto el agua deviene en el factor esencial a la hora de alcanzar una agricultura altamente productiva en ambientes áridos y desiertos. Durante la mayor parte de su ya dilatada existencia, este sistema de gestión hizo uso de la explotación de aguas subterráneas. No obstante, conforme los acuíferos (cerca del litoral) sufrían una sobreexplotación, más que un aprovechamiento racional, comenzaron los problemas (salinización, etc.). Sin embargo, no hace muchos años, la tecnología vino a su rescate. En efecto, al lado del mar, o de grandes lagunas interiores saladas, las plantas desalinizadoras permiten acceder a recursos hídricos mucho menos limitados. Tal hecho no significa que se generen, con cierta frecuencia, problemas ambientales, tales como el impacto ambiental del residuo de salmuera que suelen abandonar en los lechos marinos. Del mismo modo, los estándares de salinidad actualmente admitidos como sustentables no resultan serlo tanto, por lo que no es infrecuente que los suelos se salinizen lentamente. Por tanto, debe hacerse uso de aguas “muy pobres” en sales.

En cualquier caso, las plantas desalinizadoras,  permitirán en el futuro la puesta en cultivo de muchas regiones áridas y desiertos, si se implantan las condiciones propicias (cerca de recursos de aguas salinas). Más aun, si nos encontramos en zonas geográficas densamente pobladas, un correcto tratamiento de las aguas residuales urbanas e industriales (como ocurre en Israel), no debe descartarse, en absoluto.

Son muchos los países que han hecho uso de sus reservas de aguas subterráneas a la hora de irrigar los ambientes desérticos y áridos. Sin embargo, tal solución deviene en “pan para hoy y hambre para mañana”, por cuanto terminan por sobreexplotarse hasta límites insustentables. Tal hecho está arruinando el potencial agrario de muchas regiones, cerrando el círculo pobreza-riqueza-pobreza y salinizando aun más los suelos (los edafotaxa salinos abundan en estos biomas), cuya rehabilitación es muy onerosa.

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Agricultura en los desiertos explotando acuíferos. Fuente: Boston Blog; A Nature Network Blog by Corie Lok & Lou Wooley

Resulta obvio que en donde hay luz y agua, la agricultura se encuentra garantizada. Sin embargo, raramente, los acuíferos de los ambientes que aquí nos ocupan, disfrutan del adecuado potencial de recarga de estos cuerpos de agua subterráneos, como para garantizar como una agricultura de riego que satisfaga a la mayor parte de su población de forma sustentable (y prolongada en el tiempo). De este modo, tales abusos terminan convirtiendo este sistema de gestión en insustentable. Reiteramos que se trata de una cruda realidad que se va agravando seriamente con el devenir del tiempo en numerosos países de casi todos los continentes.

Por otro lado, nos enfrentamos con la oferta de los “tocagenes” que, como siempre, proclaman que «La agricultura biotecnológica es una herramienta imprescindible». Ya hemos hablado de los riesgos de los transgénicos en ese tenebroso pack que incluye la semilla y los herbicidas (al margen de los palmarios riesgos ambientales y de salud pública, por mucho que insistan en negarlos), dejando, a los moradores en manos de las multinacionales sin escrúpulos que los comercializan. No abundaremos más en el tema.

Finalmente, nos topamos con las propuestas procedentes de los que “defendemos” una agricultura ecológica. En realidad, tal modo de gestión (que emula la estructura y dinámica de los ecosistemas naturales) no difiere mucho de las prácticas sustentables de las agriculturas aborígenes, si bien pueden implementarlas con nuevos conocimientos y tecnología blanda. Así, por ejemplo, el artículo de Alex, nos recuerda las bondades y éxitos ya alanzados por la filosofía natural de  Masanobu Fukuoka. Sobre ella hemos hablado en numerosas ocasiones, gracias al esfuerzo de Xavier Ábalo. Reiteremos que es posible y viable apelar a la agricultura ecológica en los desiertos. Lo que no se la puede exigir, en ausencia de agua próxima, es que permita alimentar a todos los habitantes de áreas densamente pobladas, en donde la demografía humana supera con creces la capacidad de carga de los espacios geográficos en donde habitan. Debemos aprender mucho aun de los sistemas tradicionales de gestión de las culturas aborígenes, mejorándolos en la medida de lo posible con nuestros nuevos conocimientos agroecológicos. Este modo de proceder, además, permite entender y salvaguardar parte de nuestro patrimonio cultural y dialogar mejor con los campesinos implicados, por cuanto partimos de sistemas de gestión asumidles por sus culturas y tradiciones.

En nuestra categoría: Etnoedafología, Agricultura Ecológica y Conocimiento Campesino disponéis de abundante información sobre estos temas.

Juan José Ibáñez

 

Agricultura en el desierto

Consumer Erosqui. Autor: Por Alex Fernández Muerza; Fecha de publicación: 8 de abril de 2010

Una práctica esencial para paliar el cambio climático y posibilitar el desarrollo de países desfavorecidos.

Cultivar en el desierto puede parecer anecdótico, pero no lo es. Más de la mitad de las tierras cultivables del planeta son áridas o viven bajo la amenaza de la sequía. En los próximos años, podría ser incluso peor: el cambio climático provoca la reducción de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas globales. La agricultura en el desierto proporciona alimentos a millones de habitantes y la recuperación de espacios naturales. Países como Somalia, Etiopía, Níger, Egipto, Israel o Chile demuestran que la innovación y el uso de técnicas sencillas hacen posible el cultivo de diversas especies.

Las ventajas ecológicas y sociales de aprovechar zonas desérticas para su uso agrícola son diversas: los suelos se vuelven más fértiles y se reduce la erosión, un problema ecológico que ha aumentado en los últimos años; se mitigan los efectos del calentamiento global; los habitantes de estas zonas logran un recurso alimentario y económico que mejora sus condiciones de vida, en especial de los más desfavorecidos, y evita el éxodo rural a las grandes ciudades.

Masanobu Fukuoka, uno de los pioneros de la agricultura sostenible, emprendió hace unas décadas un sistema de cultivo que ha recuperado regiones áridas de Somalia y Etiopía. Según este experto, el desierto puede ofrecer los recursos necesarios si se siguen unos métodos naturales sencillos. Fukuoka asegura que si los países ricos quisieran ayudar a los subdesarrollados no les deberían enviar alimentos, sino semillas para que sus habitantes tuvieran sus propios cultivos.

Cultivar en el desierto para el desarrollo local

El desierto proporciona los recursos necesarios si se siguen unos métodos naturales sencillos. La colaboración entre gobiernos, ONG e instituciones internacionales supone una esperanza para millones de ciudadanos sin recursos. Así lo han demostrado diversas iniciativas que han introducido la agricultura en zonas desérticas de países en vías de desarrollo. El Sahara cubre la gran mayoría de Níger, uno de los países más pobres del planeta. La aplicación, desde hace dos décadas, de varias técnicas sencillas y de bajo coste han recuperado para su cultivo varias áreas del desierto. El esfuerzo ha merecido la pena: en la actualidad, cuatro millones y medio de personas viven gracias a los productos cultivados en una extensión que ocupa una superficie similar a la de Aragón.

Las instituciones egipcias pusieron en marcha hace una década un plan para transformar áreas desérticas en cultivables mediante diferentes métodos agrícolas. De esta manera, se ha conseguido a la población un medio de vida y se ha evitado la emigración en varias partes del país.

Israel, con un 60% de sus tierras de cultivo en zonas de desierto, ha demostrado que la aplicación de diversas técnicas innovadoras supone resultados sorprendentes. Los recursos hídricos se obtienen de varias formas, gracias a un sistema de canalización desde el Mar de Galilea o del reciclaje de aguas grises de las zonas urbanas.

Los agricultores israelíes han introducido especies adaptadas a estas condiciones extremas, como la jojoba, la pythaya, el cactus opuntia o varias especies de flores. El cultivo en invernaderos especiales proporciona diversos tipos de verduras, hierbas y flores para su exportación. En las zonas de dunas se cultivan cítricos o mango con agua reciclada y las zonas de colinas con escasas precipitaciones y muy erosionadas en el pasado se han recuperado mediante una intensiva reforestación. En otros lugares, también con condiciones áridas, se ha logrado el cuidado de ganado para productos lácteos, otras especies como avestruces o pescados como la Tilapia.

Investigar para los cultivos de desierto

Israel ha demostrado que la aplicación de diversas técnicas innovadoras logra resultados sorprendentes.

Los científicos son fundamentales para extraer el máximo provecho de las zonas áridas o afectadas por la desertificación. En la Universidad de Chile, un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales estudia diversas especies vegetales, como la jojoba, la higuera, el granado y la alcaparra, para su explotación económica en tierras desérticas chilenas. Estos expertos señalan que estas zonas son cada vez más extensas en su país y se requerirán más de este tipo de cultivos adaptados a condiciones de estrés hídrico.

Los investigadores de la Universidad de Chile también señalan que el cultivo en áreas desérticas necesita un cambio de enfoque. En su opinión, la investigación mundial en estudios de resistencia o tolerancia a la sequía se ha centrado en la producción alimentaria convencional y, en concreto, en los cereales y algunas leguminosas. Sin embargo, estas especies no son las más aptas para las zonas desérticas. Por ello, destacan, lo lógico es trabajar en especies con características naturales de resistencia a este tipo de condiciones y que no compitan con suelos destinados a otras especies.

La experiencia de pueblos antiguos que han vivido durante siglos en condiciones de aridez puede ser de gran ayuda en la actualidad. Los indios nativos americanos en el Desierto de Sonora se basan desde hace siglos en un sistema natural de riego que aprovecha las inundaciones estacionales y las laderas para sus cultivos. En el Valle de Salt River, en Arizona, un sistema de canalización para riego creado hace unos quince siglos sin el uso de metales o de la rueda ha servido de modelo para los ingenieros actuales.

Agricultura en desiertos urbanos

Las ciudades son «desiertos» que se pueden cultivar para beneficio de sus habitantes. Así piensa Nathan McClintock, de la Universidad de California-Berkeley, que estudia el potencial de la agricultura urbana en barrios desfavorecidos. Este experto se ha centrado en Oakland (California, EE.UU.), donde la comida rápida es predominante y el acceso a los alimentos frescos es escaso. McClintock utiliza técnicas de cartografía espacial para localizar tierras públicas que se puedan utilizar para la producción urbana de alimentos. El investigador estima que el aprovechamiento agrícola de estos espacios podría proveer hasta el 10% de las necesidades de productos frescos.

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14 comentarios

  1. el titulo del articulo es muy grande para el poco contenido del tema desrrollado, si el autor conoce el tema seria bueno que de mas detalles tecnicos y economicos, pero solo hace especulación al estilo peridistico, a ver si puede dar con cosas mas profundas relacionadas al tema.

    un saludo

  2. Es un sitio muy interezante.
    El creador hizo un buuen trabajo, mi calificacion el un 10 en el trabajo que me pusieron.

  3. En primer lugar, quería agradecerte la labor de concienciación que realizas con tu blog.

    En segundo lugar, te quería comentar un proyecto de investigación que tengo entre manos. Estoy tratando de conseguir que una antigua era, que no retiene casi nada de agua, se convierta en un huerto ecológico. Para ello, estoy probando por varias direcciones. En primer lugar estoy tratando de averiguar qué tipo de plantas se dan bien en ese lugar (tierra pobre, clima muy frío en invierno y muy seco en verano). En segundo lugar, estoy tratando de buscar métodos para mejorar la fertilidad del suelo de forma sostenible. En principio había pensado en sembrar leguminosas, y más concretamente alfalfa o similar, por su capacidad para fijar nitrógeno de la atmósfera, y por su capacidad de extraer materiales útiles del suelo desde bastante profundidad para luego dejarlos en la superficie. He leído algo que has publicado sobre la «terra preta», y me parece de bastante interés, aunque no termino de verlo claro por la necesidad de utilizar grandes cantidades de madera (aparte de que el sistema no parece aún suficientemente desarrollado).

    Aunque las pruebas las estoy realizando en una superficie bastante pequeña, me gustaría poder llegar a conclusiones aplicables a terrenos más grandes.

    ¿Me podrías dar tu opinión sobre si estoy yendo en la dirección apropiada, o si me aconsejas algún otro tipo de actuación?
    ¿crees que sería imprescindible el aporte de abonos de origen animal?

  4. Roberto,

    Sin conocer el lugar es difícil y arriesgado hablar. Sin embargo, el abonado orgánico es muy importante en la agricultura ecológica. Todo lo que argumentas «en principio es razonable».

    Saludos y suerte

    Juanjo Ibáñez

  5. Muchas gracias por tu respuesta.

    ¿crees que el vermicompostaje puede ser un buen sustituto del abonado orgánico tradicional en zonas donde no hay ganadería?
    Se habla mucho de las lombrices de California. ¿Crees que puede ser problemática la introducción de especies foráneas? ¿Podrían las lombrices locales hacer esa función aunque no sean tan «eficientes»?

    Espero no agobiarte al abusar haciendo tantas preguntas.

    Un saludo

  6. Te has preguntado cuestiones acertadas y en ellas encontrarás las respuestas. Vas por buen camino, pero sin conocer bien el ambiente y los tipos de suelos no puedo decirte mucho. Mira en nuestro blog en post «desinfección de suelos» que te interesará.

    Saludos

    Juanjo Ibáñez

  7. En efecto, me parece un tema interesante y que merece el que le dedique algún tiempo. Aunque sí consideraba de utilidad el compostaje, y el vermicompostaje, no había contemplado el uso de solarización u otros métodos de «desinfección», por considerar que eliminaba tanto a las plagas como a casi todos los demás seres que viven bajo tierra. Sin embargo, me parece entender que los estudios de Antonio Bello tienen en cuenta también esos detalles.

    Sobre el tipo de suelo, la verdad es que me gustaría saber más sobre qué datos serían importantes, cómo podría analizarlos (o dónde si no es algo que se pueda hacer fácilmente). Es un tema que tengo en tareas pendientes. Son tantos los campos a estudiar, que se hace difícil profundizar en todos.

    Muchas gracias por la información y un saludo

  8. Dr Ibañez: Que excelente beneficio y oportunidad brinda Ud. con su Blog, muchas gracias por ello. Estoy desarrollando un proyecto de agricultura ecológica en suelos semiáridos en Colombia, Sur América, podría Ud. ayudarme con fuentes de información bibliográfica especializada en el tema y por otro lado, existen en España ONGs que puedan prestar apoyo tecnológico o de recursos con estos proyectos en América Latina? Muchas Gracias,
    Carlos Sánchez

  9. Hola ,me llamo Silvia y soy voluntaria de una fundacion en la que trabajamos con comunidades tobas.Me interesaría saber si uds. brindan acesoramiento para poder realizar huertas en el impenetrable chaqueño.De ser así indíquemen dónde tendría que ir para acesorarme.Desde ya muchas gracias.

  10. Estimado Amigos
    Tengo un proyecto de explotar zonas desérticas; mi consulta es como preparar la tierra arenosa del desierto para llenar los posos que tengo de 70 cm de diámetro por 150 de profundidad. Extraigo agua subterránea de 80 m y tengo que utilizar el riego por goteo.
    Pienso sembrar palto, manzanas entre otras frutas.
    Agradeceré su apoyo

  11. muy buena explicación me gusto mucho y me ayudo con mi proyecto mil gracias

  12. todos hablan de aprovechamientos del desierto que Israel que Etiopía etc. pero ninguno da soluciones todos dicen que es factible producir pero no dicen que producir, ni como puro hablar y hablar sin soluciones digan que se puede hacer sin tanto rollo y a jalar para hablar están los políticos para emprender estamos los profesionales del campo buscando soluciones y recursos.

  13. Considero que el presente articulo da la estrategia para un plan de desarrollo y explotación de terrenos del desierto; conjuntar experiencias y adecuarlas a las necesidades especificas permite el desarrollo llevándolas a la practica.

  14. Excelente y motivadoras experiencias agradezco puedan enviar más temas para poder conocer estas nuevas aplicaciones saludos
    su servidor
    Bruno Salas

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