Ya por al año 2006, poco después de iniciar nuestra andadura en esta bitácora, comenzamos dos batallas que nos generaron algunos enemigos, habiéndose incluso recibido alguna que otra amenaza contra  la integridad de nuestras personas. Se trataba del ladrillazo (especulación urbanística y financiera) y del daño mundial que ya comenzaban a generar por aquel entonces los biocombustibles de primera y segunda generación (biofuleros). El tiempo da y quita razones, adelantándonos a anunciar dos crisis que hoy nos afectan con contundencia, una nacional y otra internacional. Últimamente nos hemos centrado en demasía sobre la crisis económica ¿global?, así como en sus repercusiones sobre la pérdida de libertades,  logros sociales e incremento de la pobreza en el planeta. Habíamos abundado acerca de cómo estos  problemas afectan con mucha mayor crudeza a los países más desheredados y especialmente a África. Me encuentro inmerso en las recientes iniciativas para relanzar la ciencia del suelo en el mundo, tales como Global Soil Partership (Alianza Mundial por el Recurso Suelo) y el ansiado Panel Intergubernamental de Expertos sobre suelos, ambos auspiciados por la FAO y cuyo destino se decidirá en la Cumbre de la Tierra de las Naciones Unidas Rio+20 que se celebrará el próximo año. Una de las principales misiones ambas empresas estriba en entender, evaluar, cuantificar e intentar paliar la falta de suelos fértiles, así como lograr tecnologías agrarias sustentables que garanticen la soberanía alimentaria de los países más desheredados. Sin tal información no habrá forma de dimensionar adecuadamente la magnitud del problema. Hace un año ya advertimos de una posible nueva crisis de alimentos en ciernes (¿Tsunami Alimentario 2010?). Pues bien, ¿se produjo o no?.

la-tragedia-de-africa-africa-cara

La Tragedia de África. Fuente Blog Desde la Casa de Betania

Digamos que el problema está ahí. Ahora bien, como vivimos en el mundo desarrollado (aunque día a día con menor calidad de vida) las alertas son principalmente propiciadas por nuestros propios gobiernos y sus zafios intereses que tan solo informan a una ciudadanía actualmente preocupada de sus vicisitudes, olvidando a los desheredados, por cuanto se encuentra en riesgo su propio estado del bienestar (…). Y entre unos y otros, el África profunda vuelve a ser olvidada. Fijaros bien que, por ejemplo, como en este verano de 2011, en los rotativos Españoles y Europeos, la matanza de Oslo, fue mucho más publicitada que la tragedia humanitaria (alimentaria, sanitaria, bélica, ambiental, etc.  etc.) del Cuerno de África, cuyas dimensiones superan a la nórdica sin parangón. Preocupa más el resurgimiento del sentimiento nazi que magnicidios como el que narramos hoy. Atención razonable pero desequilibrada.

¿Como definir la situación generada?. ¡A saber! No se trata de tan solo de una sequía prolongada, ni mucho menos. Cabría señalar que “a perro flaco todos son pulgas” o que “del árbol caído todo el mundo hace leña”. La tragedia de África es multidimensional. No son necesarias las hambrunas propiciadas por sequías con vistas a horrorizarse de lo que allí ocurre. Empero la falta cíclicamente crónica de agua añade un granito de arena, o en el peor de los casos actúa como detonante de un desastre aun mayor. Eso sí, cuando los conflictos acechan a los intereses de los países poderosos todo cambia. De este modo, la prensa se ha hecho eco hasta la saciedad de las revoluciones sociales que han afectado a los países ribereños de la cuenca mediterránea. Hablamos de la denominada “Primavera Árabe” que ha propiciado la caída de indignantes y longevos dictadores.  Ahora bien, se trata de una región que geopolíticamente preocupa a la sociedad occidental, a la par que proporciona combustibles fósiles (petróleo, gas) que se deben dejar escapar. Ya veremos si los nuevos legisladores llevan a una paz duradera, tan solo se rinden a los intereses del capitalismo globalizante, o muy por el contrario el integrismo islámico rompe en pedazos las perspectivas de los gobiernos poderosos, que actualmente andan frotándose las manos.

Empero en aquellos casos en los que los avatares que afectan a otros estados que no inquietan a los líderes occidentales, la situación cambia radicalmente. Ya sea Jamaica, África, etc. Y sí los gobiernos ricos incumplen sus promesas de cooperación internacional ante una comunidad internacional impávida (…).

cuerno-de-africa-hambrunas

Cuerno de África: Fuente Zaping

Sea como sea, resulta difícil averiguar, o al menos esclarecer el escenario del Cuerno de África. Es como discutir si fue primero el huevo o la gallina. Señores de la Guerra, piratería, desplazamientos masivos de la población a causa de los conflictos bélicos, ayuda humanitaria que no alcanza su destino debido a tales guerras, etc. etc. Todo ello genera una desorganización cultural que antaño, con una población adecuada a los recursos disfrutaba de una “cierta” agricultura sustentable. Unas fronteras irracionales generadas por la descolonización Europea también causaron estragos en sus modos de vida, a menudo nómadas.

He leído en la prensa,  a expertos reclamar tractores y asesoramiento con vistas a enseñar a los campesinos a cultivar. ¡Por favor!, los ignorantes somos nosotros. Los torpes somos nosotros, ¿o quizás tan solo los mal intencionados?. ¿Qué es lo realmente que deseamos? ¿Qué dependan de las multinacionales de los transgénicos?.

Y poco podemos hacer aquí los edafólogos, mientras la paz no llegue de una vez a ese infierno en el que nadie está ya en su lugar, sufriendo unos padecimientos horripilantes. Si la guerra aniquila tanto a gentes como culturas, si deben salir corriendo cuando llegan las huestes de los Señores de la Guerra, apilándose en ambientes áridos, si la ayuda humanitaria se la quedan otros, si no disponen soberanamente de su propio suelo, no hay agricultura posible, no existe solución alguna. Los edafólogos y agrónomos no pueden entrar en ese juego, ya que tornarían siendo cómplices de tal magnicidio. Primero la paz, luego garantizar la salud de la población, después llevar a cabo un reparto de tierras en propiedad, una adecuada tenencia ajustada a sus necesidades, y después tan solo después, una investigación sobre prácticas agrarias sustentables pergeñadas para tales ambientes y estructuras demográficas. Lamento mucho leer los comentarios de esos denominados “expertos” de la FAO y otras organizaciones que comienzan la casa por el tejado. ¿Van allí de vacaciones? Os dejo pues con varias crónicas aparecidas en el rotativo Público que nos narran “fragmentos del telar” de lo que acaece en ese parte del mundo, tan semejante a lo que imaginamos como en el peor de los infiernos en nuestras pesadillas. Empero como al contrario del interés de los poderosos por la  “Primavera árabe”, seguro que allí tan solo enviaremos una ayuda testimonial que no solucionará nada, al menos de forma permanente.

Y mientras tanto, los conflictos geopolíticos y las especulaciones, marcan el precio del petróleo y este el interés por ampliar aun más las superficies destinadas a la obtención de biocombustibles, dilema que afecta y aún lo hará más a los ciudadanos de América Latina, a pesar de que se trata de una de las regiones más húmedas del Planeta.

Juan José Ibáñez

Sin incluir los post acerca de los efectos negativos  del cultivo de combustibles sobre el medio ambiente y sir ser exhaustivo, ya os hemos explicado nuestras denuncias en diversos post tales como:

Biocombustibles: Un Atentado Contra el Medio Ambiente (20 septiembre de 2007)

Cultivando Biocombustibles y Sus Repercusiones en América Latina: Una Reprimenda a la Prensa y los Científicos Españoles (Julio de 2006)

De la Eco-política a la Eco-miseria: Sobre la Crisis Alimentaria 2007-2008 y El Papel Desempeñado por los Biocombustibles (Junio 2010)

La Crisis Económica Mundial y el Tsunami Alimentario: Las Sinrazones de un Mundo Insustentable y el Club de Roma (2008)

El precio de los alimentos golpea a los más pobres

La ONU advierte de que la especulación impedirá reducir el número de personas que pasan hambre

Público 11 de Octubre de 2011

DANIEL DEL PINO Roma 11/10/2011 10:05 Actualizado: 11/10/2011 10:05

«Si no tomamos las medidas oportunas ahora, la hambruna se convertirá en el mayor escándalo de este siglo». Las palabras pronunciadas por el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, durante la pasada reunión del G-20 en Roma para tratar la emergencia humanitaria en el Cuerno de África reverberan a lo largo y ancho de las 60 páginas del informe anual publicado ayer por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) sobre el Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo.

Las agencias de la alimentación de Naciones Unidas alertaron ayer de que el alza y la volatilidad del precio de los alimentos seguirá in crescendo en los próximos años, como consecuencia de una serie de factores que van desde el aumento del precio del petróleo al cambio climático o al auge de los llamados biocombustibles. Todo esto hará imposible la consecución de uno de los puntos principales de los llamados Objetivos del Milenio: la reducción en 2015 a la mitad del número de personas que pasan hambre en el mundo. En 2010 (últimos datos actualizados), esa cifra se elevaba a 925 millones.

Un imposible

Ni siquiera con alcanzar ese objetivo imposible se conforman los directores de las tres agencias, Jacques Diouf, Kanayo F. Nwanze y Josette Sheeran, que advierten de que aunque ocurriera un milagro y se lograra, aún habría en la tierra «600 millones de seres humanos padeciendo hambre todos los días, algo que no puede ser aceptable de ninguna de las maneras».

La Volatilidad se debe a la Presión demográfica y al alza del Petróleo

La explicación que da Naciones Unidas para sustentar su fatídica predicción es sencilla. Por una parte, la gran mayoría de las previsiones económicas hablan de un aumento constante de los precios hasta el año 2020. Para ello pone como ejemplo la publicación Perspectivas agrícolas, de la Organización para la Coo-

peración y el Desarrollo Económico (OCDE) y la FAO, que «prevé que los precios mundiales del arroz, el trigo, el maíz y las semillas oleaginosas en el lustro comprendido entre 2015-16 y 2019-20 serán un 40%, un 27%, un 48% y un 36% superiores en términos reales, respectivamente al lustro que abarca 1998-99 a 2002 -03».

Presión demográfica

Además, el informe advierte también sobre los factores determinantes para el aumento y la volatilidad de los precios de los alimentos: la presión demográfica, que provoca un aumento de la demanda; el alza del precio del petróleo, que multiplica el uso de los biocombustibles disminuyendo las reservas de grano y además eleva los costes de producción; la especulación en los mercados; y los efectos inesperados del clima, que alteran la productividad de las extensiones agrícolas.

El Uso de Biocombustibles ha Reducido las Reservas de Grano

El informe no se limita a denunciar un sistema económico injusto que repercute en los más pobres, sino que, repasando la crisis alimentaria entre los años 2006 y 2008 y tomándola como ejemplo, intenta dar una serie de soluciones que repercutirían a corto, medio y largo plazo en las zonas del planeta más susceptibles. Es casi una manera de decir que, ya que no podemos controlar el precio de los alimentos, tengamos presente experiencias anteriores y apliquemos en cada contexto las medidas necesarias.

Esas medidas pasan por tres pilares básicos: el desarrollo de un sistema de información efectivo sobre las reservas de alimentos y la fluctuación de su precio dependiendo de las otras variables (atmosféricas, combustibles, etc); la inversión en tecnología agraria para inmunizar a las comunidades más pobres de los efectos del clima; y la creación de una serie de «redes de seguridad» que estén listas para utilizarse en el momento en que pueda saltar la alarma.

Sobre el primer asunto, el planteamiento es que, como hasta ahora los datos sobre las reservas no se basan más que en estimaciones, esto provoca continuos sobresaltos en el mercado. «Garantizar una amplia disponibilidad de información fiable sobre las existencias mundiales permitiría a su vez informar mejor a los participantes en el mercado y ayudaría a evitar alzas de precios inducidas por el pánico a causa de la difusión de informaciones erróneas», explica el informe.

Nuevas tecnologías

En cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías en el sector agrario, Naciones Unidas cree que sería el método de prevención más fiable ante la oscilación de los precios: «La introducción de variedades resistentes a enfermedades y factores adversos o la construcción de sistemas de riego y drenaje están en condiciones de reducir el riesgo al que se ven expuestos los agricultores«.

Los Efectos del Clima han alterado la productividad de las Tierras Agrícolas

 

El informe pone como ejemplo «las zonas de Asia donde son frecuentes las inundaciones en las que se está difundiendo con rapidez el empleo de trigo resistente a la inmersión«. Esas prácticas, añade, «reducirían las pérdidas después de la cosecha y también permitirían amortiguar el efecto de las crisis de precios, con lo que podría reducirse la posibilidad de alzas de la demanda provocadas por el pánico».

Reservas de emergencia

Por último, Naciones Unidas habla de la necesidad de implantar una serie de reservas de emergencia en los países más pobres que sirvan de red de seguridad antes de que llegue la ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos y que, inevitablemente deben incluir alimentos especiales para los niños más pequeños. Esos alimentos suelen consistir en suplementos con un alto valor calórico. Una vez más, las agencias alimentarias de la ONU avisan de que esas reservas alimenticias deben estar «adecuadamente vinculadas a sistemas eficaces de información» que permitan su control.

Las agencias dedican también en su estudio un apartado específico a cómo entre los años 2006 y 2008 la volatilidad de los precios de los países pobres o en vías de desarrollo dependió de las decisiones comerciales y políticas que tomaron sus gobiernos, y alerta de que la única manera de atajar el problema es teniendo «una visión contextual de cada caso».

Por una parte, las naciones fuertes como Brasil limitaron las exportaciones para proteger su mercado interior de las perturbaciones internacionales obteniendo óptimos resultados en cuanto a la lucha contra la malnutrición, pero los países africanos que optaron por esta medida experimentaron grandes pérdidas en sus ingresos estatales y, como consecuencia, provocaron grandes pérdidas en sus agricultores de las que hoy no se han recuperado.

Por otro lado, los países fuertes que optaron por no frenar las exportaciones, como Tailandia y Vietnam, no sufrieron efectos negativos, ya que poseen extensiones de terreno suficientes para abastecerse a ellos mismos y al mercado internacional. Sin embargo, nuevamente, los países africanos que decidieron no cerrar el mercado agotaron sus existencias y tuvieron graves dificultades.

Miles de somalíes huyen de la hambruna en patera a Yemen

Las mafias cobran 150 dólares por una plaza en una rudimentaria embarcación

MANUEL RUIZ RICO 11/10/2011 08:00

NOTICIAS RELACIONADAS

ACNUR: «Lo que hacemos en Somalia no es suficiente»

La ONU abre el puente aéreo para llevar alimento a Somalia

La guerra en Somalia sentencia a las víctimas de la hambruna

Refugiados sin derecho a los servicios básicos

La hambruna en el Cuerno de África se ceba con los niños refugiados

Bosaso es un enclave de medio millón de habitantes ubicado enfrente de las costas de Yemen, a unos 200 kilómetros del vértice del Cuerno de África. La ciudad pertenece a Puntlandia, Estado autónomo de Somalia, y es también una urbe de piratas y traficantes, cuyo negocio ha encontrado en la hambruna declarada al sur del país un nuevo filón: los seres humanos.

Hasta el pasado septiembre, casi 20.000 desplazados somalíes cruzaron a bordo de una patera desde Bosaso a Yemen, una peligrosa singladura de dos días para cubrir los 350 kilómetros del golfo de Adén, que media entre el país africano y el asiático. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) tiene constancia desde enero de, al menos, más de 120 muertes por naufragio. Y esto puede ser sólo la punta del iceberg.

Entre agosto y septiembre, 8.000 somalíes hicieron este peligroso viaje

Esta vía para huir de Somalia no era desconocida, pero antes de la hambruna era testimonial. «Ahora, sólo entre agosto y septiembre, casi 8.000 somalíes han huido desde Bosaso hacia Yemen», asegura Edward Leposky, portavoz de Acnur en este país.

«Las nuevas llegadas prosigue Leposky están compuestas sobre todo por hombres adultos que viajan solos, aunque a veces también por familias que llevan a todos sus hijos a bordo. Buscan en Yemen una especie de cielo para el infierno del que huyen». A lo largo de las últimas tres décadas de guerra civil en Somalia, Yemen se ha convertido en el segundo país, después de Kenia, en recibir un mayor éxodo de somalíes. De hecho, en el país árabe hay, según Acnur, casi 194.000 somalíes y una comunidad de estas dimensiones en un país vecino hace, sin duda, de efecto llamada.

Este es el telón de fondo sobre el que gravita el negocio sin escrúpulos de los traficantes, el parqué sobre el que invierten para sacar tajada de la hambruna. El precio medio por poner el pie en una patera asciende a 150 dólares, así que una sencilla multiplicación revela que las mafias se han embolsado un beneficio de 2,4 millones de dólares (casi 1,8 millones de euros) en lo que va de año.

Más de 120 personas murieron por naufragio desde enero

«Para conseguir 150 dólares, los somalíes hacen lo que sea. Trabajan en cualquier cosa y muchos venden todo lo que tienen o intentan recibir dinero de algún familiar en el extranjero para costearse el viaje», cuenta Annabel Mwangi, portavoz de Acnur.

Pero Yemen no es el paraíso. El país vive una agitación social sin precedentes. «Muchos llegan y, con suerte, acaban logrando empleos en la economía sumergida como limpiadores o cocineros», añade Leposky. Pero la realidad es que en Yemen hay un campo de refugiados, el de Kharaz, que alberga ya a 16.000 personas, si bien no todos ellos son somalíes, también hay etíopes que llegan a través de la misma vía. Más carne de cañón para las mafias.

«En estos momentos, hay 50.000 desplazados internos somalíes en Bosaso que se reparten en una treintena de asentamientos», afirma Charlotte Ridung, responsable de la oficina de Acnur en la ciudad, quien detalla que «existen varios dispositivos para intentar disuadir tanto a los somalíes como a los refugiados etíopes que viven en la ciudad de que emprendan el peligroso viaje hacia Yemen». Entre estos dispositivos, hay una Comisión Mixta de Trabajo sobre Migraciones, en la que participan organizaciones internacionales y autoridades locales.

Sin embargo, las cifras sin precedentes de somalíes huyendo vía Bosaso podrían incluso aumentar en los próximos meses puesto que, desde septiembre, las aguas del golfo de Adén están más calmadas para navegar, un escenario ideal para el negocio de los traficantes.

Nuevo campo de refugiados

El aumento de casos en Yemen coincide con un descenso en el número de somalíes que llegan a los campamentos de Dadaab (Kenia) y Dollo Ado (Etiopía), después de las dramáticas cifras registradas entre junio y agosto, los meses duros de la hambruna. Sin embargo, el goteo se mantiene incesante y en Etiopía, el Gobierno y Acnur han anunciado que abrirán un quinto campamento en Dollo Ado, el de Boramino, puesto que el último que se habilitó en esta zona, hace apenas dos meses, está ya al límite de su capacidad.

Los contrabandistas han ganado 1,8 millones de euros con las travesías

Según el último balance de Acnur, a 23 de septiembre, en Dollo Ado hay casi 124.000 somalíes, de los que más de 80.000 han llegado este año a causa de la sequía y de la hambruna. Entretanto, Dadaab, el mayor campo de refugiados del mundo, aloja a más de 450.000.

Mientras que la situación humanitaria y sanitaria en el interior de Dollo Ado y Dadaab está mejorando, sobre todo en cuanto a los índices de malnutrición y de mortalidad infantil, el nuevo campo de actuación para la comunidad internacional se abre actualmente en los campamentos de desplazados internos de Mogadiscio. La capital somalí afronta ahora el comienzo de la estación de lluvias.

Acnur ha encargado 20.000 cubiertas de plástico de grandes dimensiones para proteger las tiendas donde se alojan los refugiados, así como más de 60.000 mantas, que repartirá en los próximos días y semanas, especialmente entre la población infantil

Campamento de malnutridos

Cooperantes describen el sufrimiento de la población del Cuerno de África

SUSANA HIDALGO Madrid 11/10/2011 10:06

El precio de los alimentos golpea a los más pobres

20 euros

Miles de somalíes huyen de la hambruna en patera a Yemen

«Esto no es un campo de refugiados, es un campo de malnutridos”, acertó a decir Montse Escruela, coordinadora de Salud y Nutrición de Acción contra el Hambre, al contemplar por primera vez la penosa situación de las miles de personas que se refugian en los campos de Dollo Ado, en Etiopía. Montse ha regresado recientemente de la zona azotada por la hambruna y junto a otros cooperantes participó ayer en un encuentro organizado por la Coordinadora de ONG de Desarrollo de España (Congde). ¿El objetivo? Contar su experiencia para que el tema de la hambruna no termine de apagarse en los medios de comunicación.

Los que han estado en los campos de refugiados de Kenia y Etiopía y los pocos que han logrado entrar en Somalia coinciden en describir la situación como infernal: familias que han andado kilómetros en busca de alimentos, que han perdido a varios hijos por el camino, mujeres que han sido violadas, condiciones meteorológicas extremas… “Ahora llega la temporada de lluvias, por lo que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades de tipo diarreico”, señala Idoia, cooperante de Intermón Oxfam.

Optimismo

El próximo 20 de octubre se cumplen tres meses desde que Naciones Unidas declaró la hambruna en varias zonas de Somalia. Noventa días después, en las ONG asoma un pequeño hueco para la esperanza, sobre todo porque los que están allí sólo quieren salir adelante. Así que en Occidente no se pueden dejar caer los brazos.

La gente tiene iniciativas. Por ejemplo, un grupo de campesinos aprovechó una fuga de agua que había en unos grifos para crear un pequeño huerto”, describió Idoia. “Hay muchas ganas de salir adelante, lo que la gente refugiada quiere es paz en su país para volver a sus casas y asegurar un futuro a sus familias”, agregó Emilia Sánchez, también de Intermón.

Aunque el número de llegadas de refugiados y el porcentaje de niños malnutridos ha mejorado, la situación sigue siendo alarmante. Las ONG tienen tremendas dificultades para acceder a Somalia y esto ha provocado que en el último año se haya pasado de 350.000 personas en riesgo de muerte a 750.000. Y el colectivo que peores condiciones presenta para sobrevivir son los menores de edad, que representan el 70% de la población refugiada.

De ahí la importancia de que los niños vayan a clase: allí recibirán alimentos y estarán a salvo de cualquier violencia. “Cuando los pequeños acuden a los colegios, se encuentran en un lugar seguro, además, se les incentiva intelectualmente y se les educa para el futuro. La protección que se les ofrece en la escuela no es sólo temporal, sino también a largo plazo”, apuntó Frido Pflueger, del Servicio Jesuita a Refugiados, que trabaja en colaboración con la ONG Entreculturas.

Carmen Cabotá, de Cáritas, explicó que poco a poco se están consiguiendo logros en el acceso al agua. “Se están rehabilitando pozos y estanques para aprovechar la temporada de lluvias”. Esta cooperante también ahondó en no dejarse vencer por el pesimismo: “Ellos allí no están tirando la toalla”.

20 euros

Millones de familias africanas sobreviven al mes con una mínima cantidad

El autor es director general de la ONG Acción Contra el Hambre 11/10/2011 08:00

La crisis nos está acostumbrando a escuchar a diario una plétora de locuaces economistas. Nos quieren convencer de la gravedad de lo que está pasando, como si no lo supiésemos. Sus homilías nos amenazan con pérdidas inminentes de millones, billones o incluso trillones de euros. Lo hacen para que nos enteremos de lo mal que va todo, y en forma de sermón, como si tuviéramos nosotros la culpa de esto. La inflación no afecta sólo a la cifras, las palabras también tienen una tendencia alcista. Hablan de desplome, desastre, catástrofe. Les hemos escuchado bastante.

El próximo 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación y proponemos a todos estos expertos en finanzas que se tomen una pausa y que dediquen toda su sabiduría un día, sólo uno, a la real economik. La del billete de 20 euros con el que tienen que arreglárselas cada mes millones de familias africanas. Ingresos de dos cifras mucho más concretos y reales que los millones que se crean o que se esfuman a diario en las bolsas del mundo.

¿Por dónde empezarían?

Podrían empezar, por qué no, por el precio de los alimentos. Explicar por qué no se ha hecho nada para detener la tendencia alcista que se desató en 2008. En Egipto, el precio del trigo se ha multiplicado este año por dos, en México el maíz vuelve a sus niveles históricos más altos. Podrían explicarnos cuánta relación tiene todo esto con la demanda de países emergentes o con el precio del petróleo. Podrían aclararnos si la estampida de los inversores desde los mercados de valores a los mercados de materias primas ha tenido algo que ver.

Podrían proponer después alguna solución para los 925 millones de personas, en su gran mayoría pequeños agricultores, que destinan el 75% de sus ingresos a comprar alimentos y que han obtenido poco o ningún beneficio de la subida del precio internacional de los alimentos. Podrían contarnos en qué consiste eso del acaparamiento de tierras, y con qué poder se sientan a negociar los precios de la tierra gobernantes de países famélicos ante cohortes de técnicos en comercio internacional.

Podrían, de paso, seguir la pista de los 22.000 millones de dólares para seguridad alimentaria comprometidos en 2009 en L’Aquila por el G-8. O indagar por qué, pese a tantas fotos de chequeras abiertas para el Cuerno de África, hoy siguen faltando más de la mitad de los 2.500 millones de dólares reclamados por Naciones Unidas para responder a la emergencia.

Si tienen tiempo y ganas de profundizar, podrían preguntarse por el coste que supone para un país una generación de niños desnutridos. Niños que, sin los micronutrientes suficientes antes de los 5 años, tendrán taras en su desarrollo. Las secuelas de padecer desnutrición en los primeros 36 meses de vida, tanto mentales como físicas, son irreversibles. No podrán prestar atención en la escuela, no podrán trabajar con su pleno potencial. El Banco Mundial puede echar una mano a nuestros economistas: según sus estimaciones, la pérdida de productividad de un desnutrido supera el 10% de los ingresos respecto a lo que una persona sana obtendría a lo largo de su vida. La factura de la desnutrición puede equivaler en algunos países a pérdidas del 3% del PIB.

El 20 de octubre se cumplirán tres meses de la declaración de hambruna en Somalia. Ha sido desencadenada, es cierto, por la peor sequía de los últimos 60 años. Pero la falta de lluvias no basta para explicar a cuatro millones de somalíes que pueden morirse de hambre en un mundo que produce suficientes alimentos para todos. El planeta acaba de producir las tres cosechas más grandes de su historia. Contamos, además, con sólidos mecanismos de alerta que se dispararon hace más de un año advirtiendo de lo que se venía encima en esa región. Sabemos incluso, cada vez más, cómo adaptarnos al cambio climático. Desde mediados de los noventa contamos con tratamientos de recuperación nutricional sencillos, que han logrado sustituir laboriosas hospitalizaciones de niños desnutridos, imposibles para madres con siete hijos y a jornadas de camino de un centro de salud. Se conocen como Alimentos Terapéuticos Listos para Su Uso y contienen todos los elementos necesarios para recuperar a un niño con desnutrición aguda. Por el exorbitante precio de 40 euros. 40 euros la vida.

Podemos indignarnos un poco, volver esta página, y seguir después leyendo atentamente las andanzas del IBEX 35 o las buenas nuevas de la prima de riesgo, como si nos fuera la vida en ello. La otra opción es convencernos de que lo que estamos viendo estos meses en el Cuerno de África es vergonzoso. De que tenemos los medios para revertir esta situación. De que somos la primera generación que puede hacerlo. Y de que ya no hay excusas para no comprometerse.

Compartir:

Deja un comentario