La Edafología y sus Posibles Futuros: Los Falsos Cambios de Paradigma

Post escrito en julio de 2013, para evitar malos entendidos. Tras una dolorosa experiencia y terapia ya estoy «casi» recuperado. Que no se preocupen mis amigos y lo lamento por enemigos.

Este año había sido invitado a impartir una conferencia en el Congreso Brasileño de la Ciencia del Suelo (Florianópolis Julio/Agosto 2013). Ya había comprado hasta los billetes de avión. Sin embargo una parálisis facial de Bell y otros presuntos problemas «cerebrales» detectados por una resonancia magnética nuclear, no me lo han permitido. Y ahora la agencia(s) aseguradora(s) destinada(s) a retornar el dinero en caso de anulación me deniega(n) tal devolución ya que no estoy “casi muerto” (pero si hubiera fallecido tampoco, Verdad?). Hablaremos de este tipo de fraudes ¿legales? al consumidor ya que en este país de golfos vale todo tipo de engaños. Pero a lo que vamos.  La importante edafóloga brasileña Lúcia Helena Cunha dos Anjos (Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro, Instituto de Agronomia, Departamento de Ciência do Solo) (ver también Sistema Brasileiro de Classificação de Solos) se ha ofrecido amablemente a impartir la charla que yo había preparado para el mencionado evento. No puedo tener pues más que palabras de agradecimiento para ella. Las siguientes líneas pretender ofrecer el contexto y racionalidad en el cual el contenido de la disertación en formato ppt, fue presentado a los organizadores del congreso (Se encuentra colgado aquí para quien lo deseéis leer). Puede pues  considerarse el presente documento como un apoyo para la comprensión de la mencionada disertación sobre los posibles futuros de la edafología. Debo pedir disculpas, ya que tanto por mi precaria visión en estos momentos, así como por la premura de tiempo, impiden que escriba un  texto mejor redactado y profundo. En cualquier caso tan solo mentar que fraccionaré el escrito que envié a Lucía en tres partes, siendo la segunda y la tercera las siguientes (i) La Edafología o Los Posibles Futuros: Bases para un Genuino Cambio de Paradigma y (ii) Sobre El Concepto de Suelo y las Taxonomías del Futuro. Adelantemos que, hasta le fecha y a la luz de lo que Thomas Kuhn denomina un cambio de paradigma me cuesta discernir si estamos ante una crisis o mucho peor aún, en la fase que Don Tomás denomina “precientífica”, ya que aprecio rasgos de ambas simultáneamente. Pues bien: comencemos (…)

Introducción

Cuando una persona o un colectivo social se encuentra en crisis, el (los) afectado(s) deben analizar en qué proporción el problema que generó tal crisis procede de fuentes externas y en qué proporción es(son) el(ellos) mismo(s) responsable(s).

Personalmente postulo que la comunidad de pedólogos no ha llevado a cabo una autocrítica constructiva con vistas a corregir y eliminar la proporción que depende de su modo de proceder y visiones de la aludida crisis.

Si nosotros somos incapaces de hacer comprender que, sin estudiar la estructura y dinámica de un suelo (y los organismos que en él habitan) los ecólogos ¡jamás! entenderán  las de los ecosistemas, el problema deviene esencialmente de nuestra propia incapacidad. Debemos pues llevar a cabo los cambios conceptuales necesarios que den lugar a una nueva forma de percibir la edafología que sea más comprensible por todos, y no solo desde un punto de vista agronómico.

Este resulta ser el principal objetivo de nuestra disertación. Como decía el Premio Nobel Ilya Prigogine: “Un choque de doctrinas no debe entenderse como un desastre sino como una gran oportunidad para el cambio”.

Cambios de Paradigma en Edafología

(i)           Ciencia básica versus ciencia aplicada

Se ha hablado y escrito mucho de que la edafología necesita un cambio de paradigma, ya desde los últimos decenios del siglo XX.

Se ha debatido ad nauseam acerca de que el enfoque tradicional de la edafología en el pasado, basado en el “paradigma agronómico”, debe ser ampliado o reemplazado por un “paradigma ambiental” con vistas satisfacer la demanda actual de información edafológica.

Sin embargo el uso del vocablo paradigma en ambos casos (agronómico y ambiental)  es  erróneo si entendemos como tal los cambios de paradigma de acuerdo a la filosofía de Thomas Kuhn.

Un cambio de paradigma significa un salto cualitativo en la manera de entender una disciplina. Y tal hecho aún no ha ocurrido  en el ámbito de la edafología.

Tal hecho obedece a la errónea creencia de que “un cambio estratégico de orientación” equivale a un genuino “cambio de paradigma”. Tal hecho también es el resultado de la errónea creencia de que “la edafología es una ciencia aplicada”. La ciencia aplicada es siempre utilitarista a corto plazo, por definición.

Sin embargo no existe una ciencia aplicada sin otra ciencia pura o básica que la sustente. La ciencia aplicada es el resultado de “desarrollar una ciencia básica” con vistas a resolver la información que la sociedad demanda en una determinada coyuntura histórica.

En consecuencia, es necesario entender que estamos obligados a consolidar una ciencia básica basada en el estudio de la estructura, dinámica y evolución de los suelos por sí  mismos, como ocurre con cualquier otro recurso natural. Cuando más coherente y profunda sea nuestra ciencia básica tanto más fácil resultará desarrollar una ciencia aplicada eficiente.

La ciencia básica no se orienta a nada en concreto. Se trata en progresar en los conocimientos que tenemos de un recurso natural por su valor intrínseco, no por sus potenciales aplicaciones. De una ciencia básica madura se deriva la ciencia aplicada que cumpla sus fines con facilidad.

(ii)         Falsos cambios de paradigma (las funciones y calidades de los suelos) (Soil quality paradigm)

Pongamos un ejemplo con vistas a explicar la posteura defendida en el apartado (i): Se han presentado a la comunidad internacional el esquema de las “funciones y calidades de los suelos” como un cambio de paradigma. (Soil quality paradigm) sin embargo (…)

Los estudios de calidad del suelo se centran en los cm superficiales del perfil edáfico, mientras que un suelo no debe tener fronteras espaciales (incluida la profundidad) de ningún tipo. Una hormiga es mucho más pequeña que un elefante, pero ambas son especies sin más.

Sin embargo el problema fundamental estriba en que los suelos no tienen intrínsecamente ni calidades ni funciones. Calidades y funciones son proyecciones mentales sesgadas por nuestros deseos sobre objetos naturales que estudiamos con vistas a alcanzar ciertos objetivos prácticos. Si se desean obtener mayores rendimientos agronómicos de un suelo, pueden existir unos tipos de suelos (edafotaxa) mejores que otros. Sin embargo, intrínsecamente un Arenosol no es peor que un Mollisol por sí mismo, como tampoco lo es una bacteria respecto a una ballena. Las palabras calidades y funciones pueden emplearse con fines didácticos, pero no formar parte del núcleo teórico de una disciplina. “se trata de simples metáforas”. Expongamos ahora un  ejemplo sobre las funciones del suelo. Muestro como este razonamiento no tiene cabida en una ciencia digna de llevar tal nombre.

La función de un suelo  en la sabana consiste en la producción de hierba (forraje)

La función de la hierba en la sabana estriba en alimentar a los animales herbívoros.

La función de los herbívoros en la sabana tiene como objetivo en alimentar a los animales carnívoros y carroñeros que habitan en estos ecosistemas.

De aquí se deduce (mutatis mutandis) que la función de un suelo está dirigida finalmente en mantener a los animales carnívoros. Tal concatenación de argumentos es ilógica o no razonable desde la perspectiva del método científico.

Un ecosistema de sabana consiste en unos organismos y su medio ambiente (incluidos los suelos) que se ensamblan en comunidades por si mismos, a través de sus mutuas interacciones, sin que exista propósito ni función alguna por parte de sus elementos constitutivos. Las interacciones entre ellos, que cambian con el tiempo, son las que articulan la estructura y dinámica de los ecosistemas, siempre dinámicos, siempre evolutivos. Función y calidad son proyecciones de nuestras mentes que, intentan dar un significado “vitalista”  y “valor” a entidades que no la tienen. Este vitalismo bergsoniano no es admitido por ninguna de las escuelas de la filosofía de la ciencia que abordan en qué consisten los cánones del método científico.

Tales argumentaciones, “denominadas también teleológicas” jamás deben utilizarse en los corpus doctrinales teóricos de las disciplinas científicas.

Continuemos con el ejemplo de la sabana y sus suelos.

La edafología actual clasifica los suelos en función de unas variables y propiedades que aparecen en los 1 o dos metros superficiales.

Una de las especies esenciales para mantener la productividad de los suelos de las sabanas son las termitas. Estos organismos homogeneizan horizontes y extraen nutrientes que aparecen a muchos metros de profundidad (bioturbación). Del mismo modo, las termitas mejoran la estructura del suelo, y por lo tanto su aireación y drenaje. Alrededor de los termiteros la productividad, biomasa y diversidad de las plantas vasculares aumenta considerablemente, respecto a los suelos más distanciados que no son afectados por su influencia.

Sin embargo, los termiteros (nidos de termitas) profundizan y alteran los materiales edáficos hasta más de 6-10 metros de profundidad. Ya que los edafólogos no investigamos los suelos hasta estas profundidades, ni podemos entender, ni podemos explicar  a los ecólogos y ciudadanos la relevancia de los suelos en la dinámica de los ecosistemas mediante un proceso de movimiento de los materiales de arriba abajo y de abajo a  arriba del perfil del suelo-regolito. Y por esta razón no se aprecia la importancia de estudiar los suelos/regolitos de la sabana africana. En los bosques tropicales los ecólogos defienden que las hormigas y termitas (hormigueros y termiteros) realizan, a menudo la misma función que las termitas. Una vez entendido el rol de las termitas, algunos ecólogos proponen no eliminar esta especie, sino realizar una nueva agricultura que las incluya y como corolario todos los beneficios que conllevan. Y así la valoración de la “calidad del suelo” varía con los conocimientos que tenemos de este recurso en un momento dado de la historia.  Valga también comentar que de acuerdo a diversos estudios recientes, sin termitas y hormigas las selvas tropicales se colapsarían

Existen muchos ejemplos parecidos en otros ecosistemas, ambientes y biomas. Sin embargo no abundaremos más en el tema.

(iii)       Falsos cambios de paradigma: la propuesta pedométrica (pedometrics)

Otra proposición hacia un nuevo cambio de paradigma proviene de algunos edafometras. Al parecer estos colegas pretenden reducir un corpus doctrinal a números, sin ofrecer un marco teórico alternativo. Tal hecho no deviene en un cambio de paradigma sino en la destrucción de la teoría anterior. ¿Qué concepto de suelo ofrecen los edafometras? ¿Qué regularidades detectan estos expertos?. ¡Ninguno!. Esta crítica no debe inducir a pensar al lector que la matematización sea un hecho negativo (de hecho es necesaria y positiva), sino que sus proponentes desean que su propuesta alcance un estatus epistemológico que no puede basarse de ninguna forma en sus progresos metodológicos.

En pedología algunos colegas consideran que el “digital soil mapping” también ofrece un cambio de paradigma respecto a los “soil survey convencioinales”. Una vez más, ir incorporando nuevas herramientas tecnológicas al ámbito del reconocimiento de suelos (como está también ocurriendo en la cartografía de la vegetación, geomorfología, etc. etc.). no dará lugar a un nuevo cambio de paradigma sino se altera cualitativamente la esencia de estas actividades. Este es el caso al que Burrough   denominó la “paradoja tecnológica” (Burrough, P.A., 1993, The technology paradox in soil survey: methods and techniques of data capture and handling. ITC Journal 1993-1: 15-22 ).

Juan José Ibáñez

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5 comentarios

  1. Cuidado Juanjo que un medico alivia, dos atarantan y tres matan. Te recuerdo que soy de familia de ayudantes de Caronte, así que lo hago con conocimiento de causa Felicidades, En la trinchera, los endriagos y entuertos ambientales sobre todo los edafológicos y sociales crecen y esperan

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