manure-world-soil-map

Fuente: Buscar en Google “manure soil map” los hay de todos los tamaños y colores

 La verdad es que nuestra bitácora comienza a oler mal.  Sin embargo, todo sea en aras de la sustentabilidad y la seguridad alimentaria. Es lógico entender que los jóvenes de las sociedades de la opulencia no entiendan muchas iniciativas y menos aún post como este. Hay que perdonarles, ¡son jóvenes!, y desconocen la historia de las sociedades humanas, incluyendo a las de sus propios países.  En el mundo agrario, el uso del estiércol como abono, ha sido insustituible y una bendición para la nutrición de las plantas y como corolario la humana. Y esta aseveración es válida para cualquier país del mundo hasta no hace muchos decenios. Por lo tanto, taparos la nariz si os molesta, ya que se trata de un recurso natural valioso e históricamente esencial. ¿Huele mal, huele bien?. Existen otros muchos aspectos de las sociedades actuales que huelen peor, son hediondos y putrefactos, pero los aceptamos sin pestañear. Yo ya viví aquellas letrinas caseras en donde nuestros detritus caían en un establo y allí, se mezclaban con otros residuos para formar un compost orgánico más o menos elaborado, según lares y costumbres. El último que observé fue en la Galicia rural , en donde el campesino lo mezclaba con el tojo o toxo con vistas a hacer “la cama del ganado” y de allí al abonado orgánico con que rociaría sus huertos. Si los campesinos actuales reciclaran como se reciclaba antes…… Si en las ciudades siguiéramos con las botellas de vidrio, como antes de que se comercializaran los envases no retornables…. Y si…, Y si…. pues entonces no habríamos alcanzado las cotas de inmundicia y despilfarro global con que hemos “premiado” a la naturaleza (contra-servicios ecosistémicos). Empero un día remplazamos las letrinas (que también se encontraban antaño en el interior de las casas) por los inodoros,  pagando las consecuencias. Tener en cuenta que si las primeras causaron problemas y enfermedades fue fundamentalmente en las ciudades y por falta de un adecuado saneamiento/limpieza.

 El abono orgánico resulta vital para la agricultura, y si siguiéramos ciertas pautas de la agricultura tradicional campesina, los alimentos que consumimos serían más saludables, mientras que los campesinos ahorrarían bastante dinero con vistas a usar unos fertilizantes inorgánicos que contaminan todo, volviéndose finalmente contra nosotros y esa hermosa biosfera que destruimos sin compasión. Nos obligan a reciclar y desechar al modo industrial, gastándonos ingentes sumas de dinero en lugar de emplearlas para otros fines que sí lo necesitarían. El estiércol, resulta ser fundamental también a la hora de mejorar las propiedades físicas del medio edáfico, retención de nutrientes y agua, etc., es decir lo que se denomina calidad del suelo. Empero hemos convertido un recurso preciado en un problema ambiental y sanitario de gran calado, siguiendo las enseñanzas de la agricultura industrial. ¿Existe modo más lamentable de proceder?. Por favor recordar la tragedia de Londres conocida por “El Gran Hedor”, fruto de abandonar la aplicación de los detritus humanos en agricultura y ganadería. El mundo al revés.  

Así pues, la noticia que os ofrecemos hoy no resulta ser baladí, y menos aún las conclusiones que eran las únicas que cabría esperar. No se trata tanto de una genialidad como de un recordatorio e incitación a la acción. Los autores defienden que, dada la apremiante necesidad de este elemento, indispensable en la nutrición vegetal, reutilicemos el que excretamos, so pena de que finalmente sea un grave problema para la mantenimiento de la humanidad.   Ya os explicamos este candente asunto en nuestro post: “El Fósforo de los Suelos: Una Amenaza para la Producción Alimentaria Global”. Al fin y al cabo, ¿Qué es guano o nitrato de Chile?.

 Las heces del ganado y ser humano son ricas en fósforo y un excelente abonado orgánico. ¿Qué nos dice su mapa de distribución global?. Conforme a los autores: “(…) reciclar estiércol animal por su contenido de fósforo (…) el primer mapa del mundo de este recurso poco apreciado (…) muestra que la mayoría del estiércol se encuentra exactamente donde lo necesitan los agricultores, en sus propios patios traseros”. Es decir la cartografía identifica que las grandes reservas se encuentran donde debían estar: en los lares en donde abundan las cabañas ganaderas, donde vertimos las aguas residuales, y más aún bajo ese tipo de ganadería industrial en donde el ganado estante se cría abirragadamente en condiciones nauseabundas.  Obviamente también en donde ubicamos nuestros residuos urbanos. Efectivamente, al ladito de donde se necesitan en muchas circunstancias. Finalmente los autores señalan que: “utilizando datos sobre la densidad del ganado, calculando después la cantidad anual de fósforo excretado por el ganado vacuno, cerdos pollos, ovejas y cabras a nivel mundial, obtenido la importate cifra de 130.000 kilogramos por kilómetro cuadrado (Varios cálculos estiman que la producción global total oscila entre 15 millones y 20 millones de toneladas métricas por año) (…) encontraron «puntos calientes», áreas en las que el fósforo a base de estiércol está ampliamente disponible, pero infrautilizado, en todos los continentes, excepto en la Antártida. Como era de esperar, muchos de tales puntos calientes se encuentran próximos a las comunidades agrícolas y deltas de ríos donde abunda la escorrentía agrícola”. Y no digo más ya que el artículo es interesante y atesora otros datos de interés, como el de la estruvita. Abajo os lo he traducido.

 Juan José Ibáñez

 Continúa…….

 

This global map of manure could help save farming as we know it

Manure Soil Map. Source: Why researchers are mapping the world’s manure. Phys.Org

Alerta que recibí de la IUSS de [From: ASA-CSSA-SSSA Science Policy Report, 15 May 2019]

Revista Science; This global map of manure could help save farming as we know it

By Rachel Crowell; May. 7, 2019 , 12:30 PM

 To grow the world’s wheat, corn, and beans, farmers need phosphorus—an essential nutrient that comes from bird and bat droppings and rock deposits. But the global supply of easily mineable phosphorus is dwindling; to stave off the coming drought, scientists are exploring an alternative: recycling animal manure for its phosphorus content. Now, they’ve come up with the world’s first map of this underappreciated resource, which shows that most manure is exactly where farmers need it—in their own backyards.

To make their map (above), researchers used data on livestock density and calculated the annual amount of phosphorus excreted by cattle, pigs, chickens, sheep, and goats globally—as much as a whopping 130,000 kilograms per square kilometer, they report in an upcoming issue of Earth’s Future. (Various estimates put total global production between 15 million to 20 million metric tons per year.) The researchers found “hot spots,” areas in which manure-based phosphorus is a widely available, but underused, on every continent except Antarctica. Unsurprisingly, many of those hot spots are near farming communities and river deltas where agricultural runoff abounds.

But reusing old phosphorus is easier said than done. To process pig and cow poo, farmers must break it down with bacteria or use special equipment to crystallize its struvite—the same phosphate mineral that makes up some kidney and bladder stones. These processes are already used by many commercial farms, which together help recycle about half the global supply of manure. But they are costly for small family farms, which supply most food in parts of Asia, sub-Saharan Africa, and Latin America.

The researchers hope their map will encourage countries, including India, Brazil, China, and the United States (which together use 66% of the world’s phosphorus fertilizer), to support phosphorus recycling. Not only would more recycling reduce imports, but it would also help the environment by eliminating manure—and its phosphorus—from the water supply. It could also put a few more years on our phosphorus clock.

Posted in:

doi:10.1126/science.aax9536

 Este mapa global de estiércol podría ayudar a salvar la agricultura como la conocemos.

Por Rachel Crowell; Mayo. 7, 2019, 12:30 PM

Para cultivar el trigo, el maíz y los frijoles del mundo, los agricultores necesitan fósforo, un nutriente esencial que proviene de los excrementos de aves y murciélagos y los depósitos de rocas. Pero el suministro global de fósforo fácilmente extraíble está disminuyendo; Con vistas a defenderse de la próxima sequía, los científicos exploran una alternativa: reciclar estiércol animal por su contenido de fósforo. Ahora, han creado el primer mapa del mundo de este recurso poco apreciado. Este muestra que la mayoría del estiércol se encuentra exactamente donde lo necesitan los agricultores, en sus propios patios traseros.

A la hora de elaborar este mapa (arriba), los investigadores utilizaron datos sobre la densidad del ganado, calculando después la cantidad anual de fósforo excretado por el ganado vacuno, cerdos pollos, ovejas y cabras a nivel mundial, obtenido la importate cifra de 130.000 kilogramos por kilómetro cuadrado, informan en un próximo número de la revista Earth’s Future (Varios cálculos estiman que la producción global total oscila entre 15 millones y 20 millones de toneladas métricas por año). Los investigadores encontraron «puntos calientes», áreas en las que el fósforo a base de estiércol está ampliamente disponible, pero infrautilizado, en todos los continentes, excepto en la Antártida. Como era de esperar, muchos de tales puntos calientes se encuentran próximos a las comunidades agrícolas y deltas de ríos donde abunda la escorrentía agrícola.

Pero  resulta más fácil decir que llevar a la práctica la reutilización de este tipo de fósforo excremental. Para procesar las heces a caca de cerdo y vaca, los granjeros deben descomponerla con bacterias o usar equipos especiales que permitan para cristalizar su estruvita, el mismo mineral de fosfato que se forma algunos cálculos en los riñones y la vejiga. Tales procedimientos, de hecho, ya son empleados por muchas granjas comerciales, que en conjunto ayudan a reciclar aproximadamente la mitad del suministro global de estiércol. Sin embargo con la tecnología actual el proceso resulta ser costoso para las pequeñas granjas familiares, que suministran la mayoría de los alimentos en partes de Asia, África subsahariana y América Latina.

Los investigadores esperan que su mapa aliente a los países, incluidos India, Brasil, China y los Estados Unidos (que en conjunto usan el 66% del fertilizante de fósforo del mundo),  a apoyar o iniciar el reciclaje del fósforo. El reciclaje no solo reduciría las importaciones, sino que también ayudaría al medio ambiente al eliminar el estiércol y su fósforo que contamina el suministro de aguas. También podría retrasar algunos años más el reloj que da cuenta del agotamiento de las reservas de fósforo.

Artículo original en acceso abierto sobre el que se redactó la nota de Prensa de Science:

 Earth´s Future; Research Article

Open Access

Global Opportunities to Increase Agricultural Independence Through Phosphorus Recycling

S. M. Powers; R. B. Chowdhury; G. K. MacDonald; G. S. Metson; A. H. W. Beusen; A. F. Bouwman; S. E. Hampton; B. K. Mayer; M. L. McCrackin; D. A. Vaccari

 Abstract

Food production hinges largely upon access to phosphorus (P) fertilizer. Most fertilizer P used in the global agricultural system comes from mining of nonrenewable phosphate rock deposits located within few countries. However, P contained in livestock manure or urban wastes represents a recyclable source of P. To inform development of P recycling technologies and policies, we examined subnational, national, and global spatial patterns for two intersections of land use affording high P recycling potential: (a) manure‐rich cultivated areas and (b) populous cultivated areas. In turn, we examined overlap between P recycling potential and nation‐level P fertilizer import dependency. Populous cultivated areas were less abundant globally than manure‐rich cultivated areas, reflecting greater segregation between crops and people compared to crops and livestock, especially in the Americas. Based on a global hexagonal grid (290‐km2 grid cell area), disproportionately large shares of subnational “hot spots” for P recycling potential occurred in India, China, Southeast Asia, Europe, and parts of Africa. Outside of China, most of the remaining manure‐rich or populous cultivated areas occurred within nations that had relatively high imports of P fertilizer (net P import: consumption ratios ≥0.4) or substantial increases in fertilizer demand between the 2000s (2002–2006) and 2010s (2010–2014). Manure‐rich cultivated grid cells (those above the 75th percentiles for both manure and cropland extent) represented 12% of the global grid after excluding cropless cells. Annually, the global sum of animal manure P was at least 5 times that contained in human excreta, and among cultivated cells the ratio was frequently higher (median = 8.9). The abundance of potential P recycling hot spots within nations that have depended on fertilizer imports or experienced rising fertilizer demand could prove useful for developing local P sources and maintaining agricultural independence.

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