Reservas-naturales-suelos

Fuente: Colaje Imágenes Google

En principio se trataría de una buena nueva, aunque aun dista mucho de que podemos aceptar como acertado el título del trabajo original publicado en Nature: “Puntos críticos mundiales para la conservación de la naturaleza del suelo”. También observamoS carencias  serias en su contenido y racionalidad, por no citar la dudosa validez del diseño de muestreo. Podremos alegar que más vale comenzar ya, al menos con vistas a que futuras iniciativas no caigan en los mismos errores que en el documento que analizamos hoy. Realmente ya se habían realizado estudios de esta guisa y fueron seriamente criticados por muchos autores. No se trata de un estudio de naturaleza Institucional, es decir de un esfuerzo de la comunidad de edafólogos bajo los auspicios de la FAO o el ITPS, etc., sino un trabajo colectivo de una red de expertos que se encontrarán unidos por otros motivos/objetivos/proyectos. De hecho, hace muy pocos años que se lanzó una obra descomunal como lo son European atlas of soil biodiversity y el Atlas Global de la Biodiversidad del Suelo y no recuerdo que se detectaran datos tan concretos. Como ya os comenté en alguna ocasión, no conozco ningún estudio que haya reunido a los taxónomos de todos los grupos taxonómicos que se encuentran presentes en los suelos. Más aun, el título de la nota de prensa nos reza así: “Los puntos calientes de conservación de suelo presentan un bajo grado de protección a nivel mundial”. Soslayando detalles metodológicos de la importancia de como se han detectado e identificado los taxones biológicos, lamentablemente debo ser duro contra su contenido por varias razones.

Ya sabéis los lectores más asiduos que, he dedicado una buena parte de mi vida, y soy conocido en el mundillo científico por iniciar los estudios de edafodiversidad (pedodiversity). En varios de ellos, he recalcado la imperiosa necesidad de llevar a cabo un diseño de reservas naturales de suelos, primero para Europa (que fue aprobado inicialmente por el parlamento europeo, pero luego…) y finalmente a nivel global. Del mismo modo, he reincidido ad nauseam en otras publicaciones, el desprecio casi absoluto por la preservación de los suelos en el ámbito de la Geodiversidad y protección del patrimonio Geológico, haciendo que a algunos colegas se le afilaran las uñas. Tampoco en el ámbito de la preservación de la biodiversidad, se han realizado iniciativas serias hasta los últimos años. Los autores parecen ignorar, no solo mi empecinamiento, sino las reacciones de otros colegas al respecto. Conozco bien a varios de los autores de este estudio y en materia de suelos, la mayoría no resulta ser precisamente experta. Pero vayamos al grano (….)

Preservar la biodiversidad del suelo, al margen de un inventario y monitorización adecuados, no solo mediante coleccionismo de muestras de varios laboratorios (que no desdeño, empero se me antoja insuficiente) necesitamos identificar suelos si no prístinos, (¿quedan en el planeta?) al menos escasamente perturbados.  De hecho en la nota de prensa se comenta “es necesario conservar la diversidad propia de cada tipo de suelo, especialmente en las áreas más vulnerables”. Pues bien, primero no existe una cartografía suficientemente detallada y menos aún las mentadas reservas naturales de suelos. Mutatis mutandis, lo primero que hay que reservar es la edafodiversidad de “esos” tipos de suelos, ya que cada uno puede atesorar un ensamblaje único o arquetípico de biota edáfica. Y para ello hace falta una iniciativa institucional potente y de gobernanza mundial.  ¡No es posible proteger a las ballenas si no lo hacemos con los océanos ¿verdad? Pues es exactamente lo mismo ocurre en el universo de los suelos.

Seguidamente retornamos a la retahíla de quejas, carencias, etc., como siempre. Si desconocen casi todos los precedentes en la materia. Mal asunto.

Pero hay más. Los autores se olvidan de que cada horizonte del suelo atesora una biodiversidad distinta de las de los demás para cada tipo de suelos. La diversidad de horizontes es denomina diversidad genética.  Cabe pues preguntarse entonces ¿Qué se ha muestreado en el presente estudio? ¿Tan solo el horizonte superficial “A”? Pues resulta que ni tan siquiera eso, sino los 10 cm superficiales del mismo. Tal iniciativa ya comenzó hace bastantes años en Europa, empero con el tiempo, ante la insistencia de los que sí saben sobre el tema, se fue expandiendo en profundidad, hasta recomendarse que al menos se analizara el metro superficial. Buscando una analogía os diría que sería como si los expertos en biodiversidad que estudian la vegetación del bosque amazónico se limitan a clasificar e inventariar exclusivamente las copas de doseles arbóreos que alcanzan mayor altitud (en los bosques tropicales primarios del Amazonas pueden existir varios niveles de doseles arbóreos, uno debajo de otro), soslayando toda la vegetación subyacente, herbaseas, arbustos, epifitas, etc., etc… ¿Qué valor tendrán los resultados obtenidos? Corramos un estúpido velo.  

En consecuencia, esta publicación repleta de hechos consabidos y falta de los conocimientos de cómo llevarlas a cabo, la exigida preservación quías pudiera atesorar algún valor, en el mejor de los casos, aunque no hay que tomársela muy en serio.  Algunos de los autores, proceden de un instituto de Edafología del CSIC, ya extinto.  Nada hicieron para que saliera adelante y no se extinguiera. Y hoy nos hablan de lo que debían saber sobradamente de haber querido. Yo al menos lo intenté durante decenios, como con todo lo mentado acerca de la geodiversidad, biodiversidad y el diseño de reservas naturales. En este blog podéis encontrar entre estos tres tópicos más de un centenar de post. Ahora bien, en mi Researchgate se encuentran bastantes publicaciones al respecto, y no soy el único, aunque sí uno de los más afamados. Pero por ejemplo ojear esta monografía: Preserving Soil Quality and Soil Biodiversity; The Role of Surrogate Indicators. ¿Y porqué no?, también estas: Archive and refugia of soil organisms: applying a pedodiversity framework for the conservation of biological and non‐biological heritages; Preservation of European soils: natural and cultural heritage; Preserving soil quality and soil biodiversity; Pedodiversity; Preservation of European soils: natural and cultural heritage; Pedodiversity analysis and soil conservation, etc.

Hemos editado cientos de posts en esta bitácora acerca de estos temas como para compilar abajo todos ellos. Desde luego la publicación de marras no pasará a la historia de los análisis de biodiversidad de suelos, como tampoco de la preservación de la biodiversidad, ya que no atesora ideas originales, siendo confusa y confundente, al ser producto del “publica o perece” y la Tecnociencia. Triste muy triste, aunque durante los últimos años, tanto Nature como Science publican engendros parecidos en gran abundancia, al menos en materias relacionadas con el mundo de los suelos.

Juan José Ibáñez

Continúa……..

Los puntos calientes de conservación de suelo presentan un bajo grado de protección a nivel mundial

El trabajo incluye más de 10.000 observaciones de biodiversidad e indicadores de servicios ecosistémicos en 615 muestras de suelo de todos los continentes

Un trabajo liderado por el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS-CSIC), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), publica la primera estimación global de puntos calientes para la conservación de la naturaleza del suelo. Los investigadores han identificado aquellos que deberían tener la máxima prioridad para la conservación de la naturaleza del suelo; estos se encuentran en los trópicos, el norte de Europa y América, y Asia. El estudio, que se publica en la revista Nature, concluye, además, que la mayor parte de los suelos que mantienen los niveles más altos de biodiversidad y servicios ecosistémicos no cuentan con la protección adecuada a nivel mundial.

Con el fin de evaluar los puntos calientes globales para la conservación de los valores ecológicos del suelo, un equipo internacional de científicos ha incluido más de 10.000 observaciones de biodiversidad (invertebrados, hongos, protistas, bacterias y arqueas) y de indicadores de servicios ecosistémicos en 615 muestras de suelo de todos los continentes. Los científicos han combinado estas observaciones para evaluar tres dimensiones ecológicas del suelo: la riqueza de especies, la singularidad de estas especies en cada región y los servicios ecosistemas (como la regulación del ciclo del agua o el almacenamiento de carbono).

Los datos obtenidos revelan que las diferentes facetas de la conservación del suelo alcanzan su punto máximo en distintos lugares del planeta, lo que hace difícil protegerlos a todos de forma simultánea. Los ecosistemas templados, por ejemplo, muestran una mayor biodiversidad local del suelo (riqueza de especies del suelo), mientras que los ecosistemas más fríos se identifican como focos de servicios ecosistémicos del suelo. Por su parte, los ecosistemas tropicales y áridos albergan las comunidades más singulares de organismos del suelo. “Los valores ecológicos del suelo suelen pasarse por alto en las decisiones políticas y de gestión de la conservación de la naturaleza. Este estudio demuestra dónde son más necesarios los esfuerzos para protegerlos”, señala Manuel Delgado Baquerizo, líder del Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico del IRNAS-CSIC.

El suelo es un recurso todavía poco reconocido que alberga una biodiversidad inmensa y que incluye elementos clave para ciclos básicos para el sostenimiento de la vida”, indica Ana Rey, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). “Por eso, para preservar sus servicios ecosistémicos, es necesario conservar la diversidad propia de cada tipo de suelo, especialmente en las áreas más vulnerables a los previsibles cambios ambientales”, añade Asunción de los Ríos, investigadora del MNCN-CSIC. Por su parte, José Luis Moreno, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), señala: “La protección de esta diversidad es fundamental para mantener funciones de vital importancia para nuestra existencia como son el secuestro de carbono, degradación de contaminantes, etcétera”.

Los suelos también son vulnerables al cambio climático y a los usos que se les da. Para conservar mejor los valores ecológicos del suelo debemos saber dónde es más necesaria su protección”, comenta César Plaza, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC). “En el caso de las plantas y los animales que viven sobre el suelo, hace décadas se identificaron puntos calientes de biodiversidad. Sin embargo, hasta ahora no se había hecho ni se podía hacer una evaluación de este tipo para obtener los valores ecológicos del suelo”, apunta Felipe Bastida, del CEBAS-CSIC. Y añade Jorge Durán, científico de la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC): “La mayoría de los alimentos que consumimos provienen del suelo de forma directa o indirecta. Proteger estos suelos es esencial para nuestra supervivencia”.

Puntos calientes para la conservación

Los patrones espaciales contrastados para las tres dimensiones ecológicas del suelo demuestran lo complejo que es protegerlas a la vez. “Cuando se trata de proteger los suelos, probablemente no deberíamos centrarnos en maximizar localmente todas las dimensiones ecológicas del suelo al mismo tiempo, sino más bien en enfoques integrados que destacan el potencial local”, destaca Carlos Guerra, autor principal del estudio e investigador del Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad.

Los trópicos, América del Norte, el norte de Europa y Asia son las regiones donde se han identificado los puntos calientes de los ecosistemas que deberían tener la máxima prioridad para la conservación de la naturaleza del suelo. Los investigadores compararon estos puntos críticos prioritarios con las áreas que ya están protegidas y descubrieron que la mitad de ellos no están actualmente bajo ninguna forma de conservación de la naturaleza.

Las zonas protegidas se han diseñado para proteger plantas, aves o mamíferos. Sin embargo, no tenemos claro si estas zonas protegidas son eficientes a la hora de conservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de nuestros suelos. Nuestro estudio sugiere que no estamos protegiendo de forma eficiente los puntos calientes de conservación de suelo a escala global. Cuando se diseñan zonas protegidas, es necesario considerar de forma explícita los suelos, su biodiversidad y los servicios que nos proporcionan, de forma que protejamos su capacidad de secuestro de carbono y su biodiversidad”, manifiesta Manuel Delgado-Baquerizo.

Junto al IRNAS-CSIC, el estudio está coliderado por el Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv), la Universidad de Leipzig y la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg (MLU).

Información bibliográfica:

Guerra C.A. et al. Global hotspots for soil nature conservation. Nature. DOI: 10.1038/s41586-022-05292-x.

Delegación del CSIC en Andalucía/ CSIC Comunicación.

Puntos críticos mundiales para la conservación de la naturaleza del suelo

Métodos utilizados por los autores Guerra, Carlos (2022): Global hotspots for soil nature conservation – survey dataset + supporting code. figshare. Dataset. https://doi.org/10.6084/m9.figshare.20221713.v3 

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