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Hace no mucho tiempo leí como algunos arquitectos redescubrían la dinamita al entender que en los sistemas urbanísticos en las antiguas juderías y barrios árabes, la temperatura en los calurosos periodos estivales era ostensiblemente inferior respecto al resto de las áreas urbanas entre las que se ubicaban. Quien haya disfrutado de un paseo por estos enclaves puede atestiguarlo sin tener que acudir a la ciencia. Es un hecho palmario.  En consecuencia, proponían emular este tipo de arquitectura con vistas al ahorro energético. Seguro que muchos los turistas que pasearan por ejemplo, Córdoba o Granada durante el verano, ya habían tenido tan talentosa idea. La noticia editada hace meses en un post del blog El Agua, por José Aguado nos recuerda que en lo concerniente a la captación y uso del agua también tenemos que aprender mucha del pasado con vistas a alcanzar un futuro sostenible, en lugar de estar continuamente elucubrando sobre las ciudades inteligentes o «smart cities» repletas de tecnología sofisticada hasta la ridiculez.  Siempre pensamos que las cosas cuanto más novedosas mejor, aunque a menudo la realidad suele desmentir tal idea. Nuestros antepasados tuvieron que vérselas con todo tipo de adversidades, y el conocimiento de sus respuestas, debe hacernos reflexionar que la imaginación queda triturada entre aquellos que piensan que las nuevas tecnologías son la quita esencia del futuro.  La noticia nos informa de un estudio sobre captación y almacenamiento de lluvias en Australia, así como de la importancia de algunas iniciativas en lo concerniente al aprovechamiento de los recursos hídricos en nuestras propias viviendas, al menos en una gran variedad de ambientes. Se trataría pues de construir infraestructura para aprovecharlos. Resulta sombroso/bochornoso que en un país como España, en donde este tipo de sistemas ha sobrevivido hasta la actualidad se apele a experiencias Australianas para dar cuentas de las bondades de nuestro propio patrimonio.

Diversos tipos de reservorios, incluso encima de las viviendas, pueden almacenar agua potable que, utilizando diseños y mantenimientos adecuados a sus moradores pueden ser sustentables. En el sur de España se trata de algo que por conocido resultaría ridículo defender sin que sus habitantes pensaran que eres tonto de remate.

Eso sí, es cierto que ante la contaminación del aire en diversas regiones, habría que analizar previamente su carga en polutantes como lo son los metales pesados entre otros compuestos nocivos. Sin embargo, otro tipo de diseños tradicionales de pozos contaminados demuestran como nuestros antepasados sabían solucionar tales problemas, como describo en este otro post sobre sureste asiático-  Del mismo modo, hasta donde yo sé, en gran parte de la Península Ibérica, la lluvia es ligeramente alcalina, que no ácida (como se menta en la noticia de hoy), restringiéndose esta al entorno de los núcleos industriales con las fábricas más contaminantes y/o el norte húmedo de la cornisa cantábrica y Galicia (Clima templado litoral de Europa). 

Este tipo de soluciones, de uno u otro modo, no solo pertenecen al mundo árabe, o de su propiciación por el Imperio Romano.  Los aljibes, también se empleaban en la Grecia antigua, España medieval, Mayas de Yucatán, Islas Canarias, etc. Si uno no dispone de aprovisionamiento de este vital elemento pronto busca soluciones.  

Tales infraestructuras deben ser mantenidas y restauradas con vistas a prevenir problemas de pérdida y contaminación del agua. Eso sí, en España su uso se extendió durante la dominación árabe de la Península, muchos de ellos en el interior de las viviendas y que han permanecido activos hasta la actualidad. Hablamos en el sentido más amplio de lo que los musulmanes denominaron Aljibes. No resultaría oneroso volver a instalarlos en casas de campo y chalets, utilizando, ahora sí, nuestros conocimientos actuales a la hora de  mejorar su eficiencia y sortear problemas ambientales locales. No obstante, en primer lugar deberíamos analizar detenidamente las múltiples soluciones que encontraron nuestros ancestros. No os perdáis más abajo un breve resumen del abundante material que puede consultarse en Internet sobre el tema y entenderéis que todo este asunto va mucho más allá, hasta adentrarse en temas agrícolas y ganaderos. Os dejo con la definición de Wikipedia antes de exponer más información.

De acuerdo a esta enciclopedia libre los Aljibes son….

Juan José Ibáñez

De acuerdo a esta enciclopedia libre los Aljibes son:

El aljibe (del árabe hispano algúbb, y éste del árabe clásico gubb), es un depósito destinado a guardar agua potable, procedente de la lluvia recogida de los tejados de las casas o de las acogidas, habitualmente, que se conduce mediante canalizaciones. Normalmente es subterráneo, total o parcialmente. No se debe confundir con tinaja: depósito destinado a transportar líquidos (…)

Os recomiendo que leáis acerca de los aljibes almerienses en la página Web de almediam.org, por cuanto describe el rol de estos captadores de lluvia así como su origen que en esta zona se retrotrae miles de años antes de la conocida invasión musulmana de la Península del Siglo VIII, hasta la casi desconocida cultura argárica de los Millares de la que ya os hablamos en algunos post previos, relacionados con la edad del Bronce en el árido SE español. 

Desde muy antiguo, en nuestra zona se ha desarrollado toda una cultura matenal y simbólica del agua, habiéndose encontrado restos de depósitos de agua en yacimientos pertenecientes a la Cultura Argárica y de los Millares. Los romanos también los construyeron (…) Los musulmanes los utilizaron sobre todo para abastecer a sus ciudades. En la Edad Moderna, con la expansión de los cultivos cerealísticos de secano propiciados por los repobladores y el posterior aumento demográfico que obliga a colonizar espacios baldíos y alejados de las fuentes, el aljibe se extiende por el Desierto de Tabernas, Campos de Dalías, Bajo Almanzora y sobre todo por los Campos de Níjar; territorios estos, que verán aumentados sus aljibes. En la primera mitad del s. XX, todos los aljibes estaban en funcionamiento e incluso se siguen construyendo. A la postguerra, le sigue una fuerte emigración que conlleva el abandono de nuestros campos y la decadencia, cuando no desaparición, de nuestra cultura hidráulica tradicional.

El aljibe, además de cumplir la función vital de abastecer de agua a la comunidad y a los animales, funciona como aglutinante social. Alrededor de él se crea un espacio agradable donde crecen chumberas, higueras, pitacos, algarrobos, …, el resultado es agua, sombra y verde, los tres elementos más valorados en un espacio árido. Pero además, su entorno lo conforma el sestero, espacio comunal para personas y ganado. También está el lavadero donde las mujeres se reúnen a lavar y charlar; el abrevadero, donde por la tarde acuden los pastores con sus rebaños, el aguadero del aljibe donde las mozas van a por agua y filtrean con los mozos y pastores (…) charlar. El aljibe se convierte así en el centro de relación y de la vida. En el eje vital. Los aljibes ganaderos también son los puntos de referencia para la transhumancia y funcionan como (..)


El agua de lluvia, forma de enfrentar los tiempos actuales de sequía

Publicado por José Aguado Alonso el 22 julio, 2014

Desde tiempos antiguos se reconoce como única fuente de agua potable la lluvia o el agua de pozos profundos. En algunas situaciones las aguas superficiales o subterráneas disponibles tienen una calidad muy alejada de los límites establecidos para considerarlas potable, sobre todo cuando presentan presencia de metales pesados como el plomo, mercurio cromo u otras sustancias dañinas para la salud. En estos casos se puede recurrir a la captación de agua de lluvia en forma restringida para ser usada para consumo directo, para beber y para cocinar alimentos. El uso del agua de lluvia para muchos fines en el hogar puede ser considerado una forma de enfrentar los tiempos actuales de sequía.

[CyPS-UCM -Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]

En algunas situaciones las aguas superficiales o subterráneas disponibles tienen una calidad muy alejada de los límites establecidos para considerarlas potable, sobre todo cuando presentan presencia de metales pesados como el plomo, mercurio cromo u otras sustancias dañinas para la salud. En estos casos se puede recurrir a la captación de agua de lluvia en forma restringida para ser usada para consumo directo, para beber y para cocinar alimentos. En general se considera que las necesidades para estos fines se limita a 4 a 6 litros por habitante y por día, mientras que el consumo total de agua es muy superior llegando incluso a superar los 100 litros por habitante y por día.

En la Universidad Monash (Melbourne) se llevó a cabo en 2009 un estudio realizado por investigadores de la unidad de enfermedades infecciosas del departamento de epidemiología en el que participaron 300 familias cuya principal fuente de agua para beber era el agua de lluviaque recogían en tanques. En este estudio se observó que las personas que bebieron agua de lluvia sin tratar no registraron un aumento de enfermedades, en comparación con las que consumieron el agua de lluvia filtrada, según Karin Leder, jefa de la unidad de dolencias infecciosas del Departamento de Epidemiología de dicha Universidad.

Resumiendo, quienes bebieron agua de lluvia no tratada no mostraron un incremento cuantificable de enfermedad en comparación con quienes consumieron el agua de lluvia filtrada.

El uso del agua de lluvia para muchos fines en el hogar puede ser considerado una forma de enfrentar los tiempos actuales de sequía.

No obstante es conveniente señalar que las familias que participaron en el estudio eran bebedoras habituales de agua de lluvia, por lo que ya habrían desarrollado defensas contra posibles infecciones.

Desde tiempos antiguos se reconoce como única fuente de agua potable la lluvia o el agua de pozos profundosHace unos 4.000 años existían sistemas en la antigua Palestina y Grecia para recoger la lluvia y también fue utilizado por los romanos, con su sistema de acueductos, complementado su abastecimiento de agua con cisternas individuales y patios pavimentados para recoger el agua de lluvia. En nuestro país, el agua de lluvia es un recurso que ha desempeñando un papel muy importante hasta el siglo XIXCuando a principios del siglo XX las canalizaciones de agua empezaron a irrumpir de forma masiva en ciudades, pueblos y villas, el agua pluvial pasó a un segundo plano y reservado sólo a situaciones muy especiales.

Actualmente, en el norte de Europa existen algunos casos donde ha vuelto a cobrar importancia la recogida de agua de lluvia. Alemania, por ejemplo, comenzó a subvencionar este tipo de iniciativas y centenares de miles de viviendas alemanas están disfrutando de equipos de recogida de esta agua, aunque su uso es exclusivamente doméstico.

La principal preocupación tiene que ver con el hecho de que en nuestro entorno contaminado, las gotas de lluvia pueden haber recogido algún contaminante. Una característica de las aguas pluviales, es su naturaleza ácida debido al dióxido de carbono existente en la atmósfera que forma ácido carbónico, presentando un pH de entre 5 – 6. Esta acidez natural es amplificada por la presencia de óxidos de nitrógeno (NOx) y dióxido de azufre, óxidos  producidos por la combustión de combustibles fósiles (petróleo, carbón). Cuando se disuelven en agua, el óxido de nitrógeno se convierte en ácido nitroso o ácido nítrico mientras que el dióxido de azufre se oxida en el aire para convertirse en ácido sulfúrico, dando lugar a casos extremos de lluvia ácida, donde se puede llegar hasta un pH de 2,5.

La mayoría de los expertos coinciden en que hay que tener especial cuidado con la forma en que se recoge el agua de lluvia, de modo que tome la menor cantidad de contaminantes posible. Si se quiere beber esta agua, se debe hervir o desinfectar con cloro, además de filtrarla, antes de consumirla. Sin embargo hay que tener en cuenta que estas técnicas de purificación destruyen los patógenos presentes en el agua pero no eliminan productos químicos tóxicos.

Una posible respuesta para el consumo de aguas pluviales es que hay millones de personas en el mundo en desarrollo que harían bien en tomar agua de lluvia en lugar de agua de sus ríos y lagos que están contaminados, por ejemplo, con parásitos tropicales. Con un poco de cuidado en la recolección de agua de lluvia les daría un suministro estable de agua potable, ya que no tienen una fuente de agua tratada ni los medios financieros para hervirla con regularidad. Por lo tanto, sopesando las alternativas, el agua de lluvia se convierte en una excelente fuente de agua potable.

Además, la falta de fuentes de agua apta para el consumo humano sumado al aumento de la población ha ocasionado que los acuíferos en casi todas partes del mundo sean sobreexplotados. Por tanto, toda el agua que no se extraiga del subsuelo, ya sea agua de lluvia o no, puede ser un beneficio. El agua subterránea se extrae con electricidad e implica esfuerzos y gasto de energía de diferente magnitud, mantener operando las bombas para extraer el agua representa un gasto importante de energía. Por ello, muchos de los usos que se le da al agua de red se pueden desplazar con el agua de lluvia, de forma que cada litro de agua de lluvia que se use para beber, es un litro de agua del subsuelo que no se extrae y una ayuda para evitar la deterioración masiva del subsuelo.

Referencia: Un vaso de lluvia. Beatriz Pradillo, iagua

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3 comentarios

  1. Primero que nada quiero felicitarlo por su artículo, tan ilustrativo como cierto. Hoy en día, el agua potable comienza a ser el factor limitante de la humanidad, no solo para sostener la vida humana y animal sino además como insumo primordial para la producción de forrajes y alimentos. Hacer conciencia de las formas de captar y conservar el agua de lluvia es quizás una buena alternativa y curiosamente, nuestros antepasados por todo el mundo, ya valoraban y aplicaban estos conocimientos.
    Nuevamente felicitaciones por aportar un granito de arena a la solución de este gran problema. Un abrazo.

  2. gracias por la información, importante porque en algunos lugares no tenemos acceso a contar con agua para consumir, y la alternativa es usar el agua de lluvia pero mi curiosidad es, por cuanto tempo se puede guardar esta agua sin que se contamine.

  3. Invente un sistema para almacenar miles de litros o metros cúbicos de agua a costos muy bajos Pueden ser de lluvia u otras fuentes

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