Sobre los Dogmas, Los Sacerdotes de la Ciencia y Otras Zarandajas

La Visión de un Imprudente Edafólogo

 

Ayer, en el Boletín de Noticias I + D + I, podía leerse una noticia acerca de que unos biotecnólogos españoles habían derribado un dogma.  Sinceramente uno podría pensar: otro desliz de un periodista científico poco ilustrado. ¡Pues va a ser que no! ¿Dogmas en Ciencia? ¿Qué significa esto? ¿Es un atropello lingüístico? ¡Pues va a ser que no! Se trata de un atropello mental. Vayamos directamente al meollo de la cuestión.

Es cierto que muchos periodistas científicos (que no todos, por supuesto), ya sea por ignorancia, ya por realzar (inadecuadamente) el valor de una noticia, atropellan no solo el lenguaje, sino a la propia ciencia, y lo que es más grave, la razón. Así, por ejemplo, no es infrecuente que confundan (intencionalmente o no) la predicción de un modelo de simulación con hechos científicos corroborados (vease una plétora de ejemplos en lo que concierne a los escenarios de la circulación general de la atmósfera y el cambio climático). Pero no voy a entrar en este tema hoy.  Lo peor de todo es que muchas veces son simples vehículos de transmisión fidedignos de lo que los científicos opinan.

 

La naturaleza de la ciencia repulsa la palabra dogma, por definición. Estos son propios de otras formas de conocimiento como la religión. La ciencia no puede basarse en dogmas sino en hechos verificables. Existen hipótesis, teorías, conjeturas, dilemas, etc., pero jamás dogmas.  Nuestra actividad como investigadores, diría el filósofo Karl Popper (con el que no comparto, como otros muchos, ciertos puntos de vista), consistiría en: conjeturas y refutaciones. En otras palabras en elaborar conjeturas e intentar verificar su plausibilidad (corroborar) empíricamente. Una teoría que no es refutable no es tal; no es digna de denominarse científica. Lo cierto es que se trata de un esquema idealizado de la ciencia. Nuestra actividad es más compleja y sometida al imperio de la razón de nuestras mentes y a la sin razón de nuestros intereses mundanos. En mi opinión, y siguiendo a Bruno Latour (y otros muchos filósofos y sociólogos contemporáneos de la ciencia) la ciencia es una actividad Social, por lo que goza de muchas de sus virtudes y padece de otros tantas miserias. Se caracteriza y diferencia de otras ramas del conocimiento por seguir un método, el denominado científico, aunque la realidad resulta harto difícil, por no decir imposible, precisar con exactitud cual es.   Incluso filósofos de la Ciencia de la talla de Paul Feyerabend  equipara la actividad investigadora a la de un prostíbulo. Como diría Antonio FernándezRañada, la ciencia tiene muchos rostros.   Todo depende del cristal por el que se miré. Por eso el pluralismo epistemológico resulta ser saludable. Ahora bien ¿Dogmas en Ciencia? Eso son palabras mayores. Es un atentado contra el método y sus fundamentos.  Por definición un dogma es, de acuerdo a la enciclopedia libre de Internet Wikipedia:

 

Un dogma es una doctrina sostenida por una religión u otra organización de autoridad, que no admite réplica. La enseñanza de un dogma, doctrina, principios o creencias se conoce como adoctrinamiento.

En el cristianismo, la teología tradicional distingue entre dogmas generales (verdades fundamentales), en los que hay que creer para conseguir la salvación, y dogmas especiales (artículos de fe) que aclaman nada más que un asentimiento implícito.

Por extensión, el término dogmatismo es la tendencia a erigir fórmulas que expresan conocimientos, en verdades indiscutibles, al margen del estudio, de la crítica y de la discusión.

Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Dogma«

 

Por lo tanto, no debe, aunque si que puede, haber dogmas en ciencia. Pero, ¿por qué entonces muchos biólogos al referirse de la Teoría sintética (neo-darviniana) de la evolución exclaman «El Dogma Central de la Biología«?. Simplemente por pura ignorancia o algo peor «dogmatismo» (valga la rebuznancia). Y se quedan tan ufanos. Tan orondos están que no advierten que tal aseveración no difiere de la de los  dementes defensores del creacionismo, o en su versión más moderna de la Teoría del Diseño. Más aún, tan pagados están de sí mismos, que permiten que les llamen «Sacerdotes de la Ciencia«. En su visión mesiánica de la biología cabe todo tipo de abusos del lenguaje, pero también de la razón. ¿Cómo explicarlo? Así pues,  no es de extrañar que muchos ciudadanos (incluso gente que se autoconsidera culta) piensen que en las sociedades contemporáneas la ciencia reemplaza a la religión. Pues bien ¿en que sentido? (y lo dice un agnóstico), ¿tenemos nuevos sacerdotes que defienden nuevos dogmas, religiones noveles?  ¿Son ellos los valedores y ejemplos del progreso científico? Sinceramente, espero, como los físicos, que no sea así. Esto es lo que se llama emborracharse de éxito y escupir sandeces por la boca.

 

Más aún, su dogmatismo entorpece el progreso científico, excomulgando a todo aquél osado que se atreva a dudar de su «Dogma», tal como es entendido hoy por los paladines del establishment  evolucionista. Y si no que se lo cuenten a la famosa Lynn Margulis. Esta mujer, la exesposa del populista Karl Sagan, mostró como el gran salto evolutivo de los procariotas a los eucariotas se generó por simbiosis, apoyando así una visión menos «agresiva y violenta» de la evolución: la coevolución, que en su momento propuso el olvidado ideólogo del anarquismo (pero también geógrafo y estudioso de la didáctica) príncipe Pedro Koprotkin en su obra «El Apoyo Mutuo: Un factor de la evolución».   Margulis tuvo que soportar que su primera publicación sobre el tema fuera rechazada por decenas y decenas de revistas, padeciendo todo tipo de provocaciones y calificativos de mal gusto. Finalmente, los defensores del dogma tuvieron que ceder ante el cúmulo de evidencias mostradas por esta gran y tenaz investigadora. Finalmente fue laureada, pero su visión y sus ideas acerca de la evolución fueron «incorporadas de cualquier modo» al seno del Dogma (ver más abajo la filosofía de Lakatos), a pesar de las airadas protestas de la autora mentada. Ella, como otros biólogos, no se siente a gusto con un Dogma que parece justificar «socialmente» la supervivencia del más apto, de que el pez grande se coma al chico, etc. Habría que mentar que mucha de la verborrea de los defensores del «Dogma», precede a Charles Darwin. Herbet Spencer, décadas antes, se adelantó a Darwin acuñando celebérrimas frases que hoy parecen ser que fueron espetadas  por la boca del último y que son dignas de la ideología nazi más radical (El «Dios» de los «Dogmáticos» era más prudente incluso un poco lamarckiano). Ese era el ambiente social en el que Darwin publicó sus ideas. Había que justificar la esclavitud de la revolución industrial frente al inmovilismo del mundo isabelino. Hoy, frente al capitalismo globalizarte, el «Dogma» justifica todo tipo de tropelías con vistas a defender lo ilegitimizable: la explotación de la mayoría de los humanos por unos pocos, la codicia y los magnicidios entre otras lindezas. Si la visión de Margulis y Koprotkin hubieran sido asumidas culturalmente, otro gallo nos cantaría.  A Michael Ruse, uno de los filósofos e historiadores más afamados de la biología, que le ha tocado lidiar contra los enemigos del «Dogma», teniéndose que batir en retirada  frente a las argumentaciones de sus detractores. Finalmente   En uno de sus últimos libros: «El misterio de los Misterios»: ¿Es la evolución una construcción social» (Tusquets Editores; Serie Metatemas (2001) termina rindiéndose y reconociendo que la respuesta a su interrogante es afirmativa. «El Dogma» es, efectivamente, una construcción social«. Como tal constructo, defiende el capitalismo más recalcitrante. Marx cometió un grave error (esa es mi opinión) al consolidar sus materialismos histórico y dialéctico en la evolución darviniana.

 

¿Qué defendía Ruse?. Los detractores del «Dogma» claman que las argumentaciones de los neo-darvinistas son tautológicas se mire por donde se mire, así como que no puede ser refutada por hechos científicos, por lo que no se una teoría científica. Yo me subo al carro. Ruse se rindió. No había argumentos de peso que pidiera utilizar contra los malvados detractortes.  

 

Más aún, las extinciones en masa, han mostrado ser una fuerza motriz imponente de la evolución de los organismos vivos sobre la faz del planeta, a lo largo de toda su historia. Por tanto el evolucionista francés, Georges Cuvier también tenía parte de la razón con su teoría de los diluvios y su evolucionismo catastrófico (si se consideran sus palabras en el contexto histórico, científico y cultural en las que pronunciaron; a Darwin los defensores del «Dogma» le permiten todo, a los demás absolutamente nada). Del mismo modo, los Lamarcktistas o seguidores de J.B. Lamarck también albergaban parte de razón al defender que el ambiente condiciona la evolución (pero no la dirigen, por eso digo en parte). De hecho algunas investigaciones en biología molecular constatan como los stress ambientales inducen mutaciones. Finalmente, por mucho que este administrador deteste el «pre»darwinismo social y el ambiente neonazi que mostraron muchas glorias anglosajonas en los albores de la revolución industrial (como el famoso estadístico Fisher, entre otros), La Teoría de la Evolución esbozada por Herbert Spencer (visión para ser más riguroso) defendía que los sistemas bióticos y abióticos tienden a incrementar su complejidad con el tiempo. Por tanto su concepción de la evolución de la materia (biológica y no biológica) es conforme en muchos aspectos con las aportaciones recientes de las ciencias de la complejidad. En otras palabras Spencer también tenía parte de razón en sus aseveraciones.

 

Resulta pues obvio que el pluralismo epistemológico ofrece una visión más integradora y verosímil, en función de lo que hoy sabemos, que el «Dogma» defendido los biólogos moleculares y otros ayatolás del establishment. La evolución es un concepto complejo y no puede ser aprehendido desde una sola perspectiva, como suele ocurrir con todo los entes y conceptos de esta naturaleza (véanse mis contribuciones sobre las representaciones del sistema edáfico).  Jugar a quien tiene razón y quien no es una tarea infantil y fútil.   No se puede pretender concebir que una sola perspectiva capte toda la «realidad»  ¿Por qué entonces el afán de defender el denominado «Dogma Central de la Biología». Simplemente porque les interesa.

 

El imperio de los biólogos moleculares, biotecnólogos y expertos en CC. Biomédicas traspasa la biología y comienza a invadirlo todo. La «publiquitis«, que impregna hoy la política científica de este país, es una imposición de los biólogos moleculares (de hecho muchos de ellos son gestores de la I + D I). Confundir cantidad con calidad es como confundir la velocidad con el tocino. Resulta muy simple decir que los que más publican en revistas indexadas (ISI Database) son mejores que los que publican menos. También tal tipo de cuantificación numérica es simple. Sin embargo es ramplona y falaz.  Lo mismo es cierto en lo que concierne a l denominado factor de impacto de las revistas. Los «Journals» de ciertas ramas del conocimiento poseen más impacto que las de otras, con independencia de la calidad de la ciencia que publican.  Tener en cuenta esta variable condena a especialistas de campos como la taxonomía biológica o a los propios edafólogos al destierro Y aquí me encuentro; ya comentaré que pasó en mi última oposición). Bajo estas reglas se esconden hechos que los científicos en estas materias «imperiales»conocen sobradamente. Cabría recordar a los biólogos moleculares y expertos de ciencias afines  españoles, que si bien publican mucho, su impacto es bajo. Que la mayoría de sus trabajos son escasamente citados por sus colegas de otros países, así como que la transferencia de sus investigaciones en innovación y desarrollo es paupérrima (como demuestran los indicadores al uso, tales como número de patentes, etc.).

 

No se puede ni se debe confundir al ciudadano con cifras sin explicar lo que tras ellas se esconden. No interesa la posición en el ranking del número de publicaciones, lo que resulta ser relevante es la calidad, y esa es mejor estimada por  el número de citaciones que un determinado «paper» recibe por sus colegas.  Y desde esta perspectiva, la arrogancia de los mentados científicos se va por el desagüe del fregadero. Muchos artículos, pocas citaciones y escasa innovación. Cuando se comparan las cifras de España con las de Suecia y Suiza se constata que, por mucho que podemos publicar más, estamos a años luz de su calidad y eficiencia. La mediocridad de los criterios empleados en la valoración de la I + D + I por los interesados solo retroalimenta la mediocridad que atesoran una buena parte de ellos. Y pido disculpas a quien se sienta ofendido, pero diré en mi descargo que ellos ofenden a muchos más y a los practicantes de una gran plétora de ramas del conocimiento. No se puede decir que Cervantes u otro escritor sean peores que otros que publicara más ¿o sí? La relevancia es universalidad y no cantidad.

 

Pues bien, todo parece apuntar a que las esencias atávicas de la religión que la ciencia pretende reemplazar lo impregna todo: dogmas, sacerdotes de la ciencia, y otras zarandajas. Entiendo que este modo de proceder no ocurre tan solo en la ciencia. Fijémonos en la clase política: porqué en un partido de izquierdas (¿?) resulta halagador que se hable de notables y varones. ¿Volvemos al feudalismo?. Tendemos a generar castas en todas las ramas de la actividad humana, por mucho que la historia dicta las funestas consecuencias de estas «querencias».

 

Los biólogos moleculares debían recapacitar y ser más humildes. Sostengo que su modo de proceder es perverso para los intereses de la ciencia Española. Y por favor aprendamos un poco de lo que se denominan fundamentos del método científico. No hay dogmas en ciencia ¿Cuál es el «modus operandi» de los defensores del «Dogma». Auque sé con toda seguridad que no es así, parecen seguir fielmente las directrices del afamado filosofo de le ciencia Irme Lakatos. De acuerdo a este autor, una Teoría consiste (simplificando mucho, lo reconozco) de un núcleo central y un cinturón protector de constructos modelo-teóricos auxiliares. Estos últimos defienden el núcleo de las refutaciones. Cuando el primero es atacado los científicos cambian las segundas en un intento de mantener el núcleo inalterado. Si las refutaciones se acumulan con contundencia y contumacia, los científicos se verán obligados a reconocer que el núcleo central no puede sostenerse so pena de caer en el descrédito. Ahora bien, si aquel se convierte en dogma (..) Pero señores esto ya no es ciencia, si no religión.

 

Recientemente un físico que trabajaba contratado en el CSIC y que tuvo el mal gusto de desperdiciar su talento en el estudio de la física de suelos, mostró al mundo que, «posiblemente» había una terapia  para atacar gran parte de los tipos de cáncer (los tumores sólidos, para ser más precisos) apelando a la racionalidad de la física y las matemáticas. Fue indignamente machacado en unas oposiciones a pesar de mostrar sobradamente su excelencia frente al resto de candidatos que solo presentaron contribuciones mediocres. No se le concedió el contrato que se solicitó para él. Literalmente fue expulsado del CSIC. Pero lo que es más grave es que los biomédicos, biólogos moleculares y biotecnólogos han hacho causa común contra él, con valoraciones subjetivas y ni una sola argumentación científica. Se llama Antonio Brú Espino y tengo el honor de ser amigo suyo. Hoy, ni tan siquiera teniendo la financiación necesaria para realizar un análisis clínico riguroso, se le permite hacerlo. Mientras tanto mucha gente muere de cáncer. ¿Porqué no brindarle la oportunidad?. ¿Por qué no permitir que moribundos angustiados puediaran salvar sua vidas? El clasismo más rancio: «un físico invadiendo nuestra sagrado santuario». Hasta ahí podíamos llegar.  Pues sí hasta ahí deberías luchar por llegar. La física es un modelo de ciencia a imitar.

 

Rogaría a los interesados que visiten las siguientes páginas web: http://www.terapia-cancer.org/recogida-firmas.php; http://www.terapia-cancer.org%a0/.

 

Terminaré mi desiderata con un comentario que nos ha enviado hoy el representante electo del personal investigador en la Junta de Gobierno del CSIC.

 

En «Informes Quinquenales del ISI sobre la Ciencia Española» está el último

Informe, aparecido en Septiembre pasado, donde puede constatarse el imparable ascenso de la Física Española, cuyos «papers» reciben un 25% más de citas que la media mundial, y el tradicional estancamiento de todas las especialidades moleculares de la Biología. Estos datos, conocidos en parte hace ya más de una década, no parecen influir en ninguna medida de política científica detectable.

 

Juan E. Iglesias

http://www.icmm.csic.es/jeiglesias/newsletter

 

Juanjo Ibáñez en su día antidogmático

Dedicado a mi amigo Antonio Brú

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15 comentarios

  1. Yo tambien tengo el honor de haber conocido a Antonio Brú, y de contarle entre mis amigos. Compartí con él sus tiempos del C.S.I.C., fuí testigo de lo bajo que pueden caer los humanos mediocres cuando no saben ni quieren reconocer la valía intelectual y humana de grandes personas como Antonio Brú.

    Pero tambien fuí testigo de la grandeza humana de Antonio, y tengo claro que a pesar de toda la mala gente que nos rodea, la verdad que Antonio defiende saldrá a la luz. Porque él no busca nada para sí pero "esto afecta a muchas personas desahuciadas y a sus familiares, y por ellos no puedo abandonar" me dijo Antonio en una de nuestras conversaciones y se que lo dice con el corazón.

    Un beso Antonio

  2. ………..siendo que el conocimiento que se basa en los mètodos cientificos de verificaciòn de los mismos, no es, necesariamente, el ùnico, esta verdad nos conmina a descartar como verdad obligada cualquier dogma, no importa cuan verosìmil resulten sus postulados…….

  3. Juanjo, espero que consideres que mi comentario encaja en esta parte de tu blog. Leelo atentamente y por favor, no lo borres injustificadamente.

    **********************************

    Respecto al dogmatismo al que te refieres opino que los protocolos hay que seguirlos.

    El señor Bru tiene que aportar pruebas de que su metodo está probado y documentado suficientemente en laboratorio y en animales antes de emplearlo con pacientes desesperados que serían capaces de probar cualquier cosa.

    Es decir, antes de llegar aun ensayo FASE III tiene que pasar por la fase I y la II. En caso contrario está actuando al margen de la ciencia establecida, lo cual es una opcion que el puede tomar, pero no puede aprovecharse de los beneficios que esa misma ciencia establecida le otorga…. probar el metodo con personas.

    O estás dentro (aceptas los dogmas) o estás fuera(no aceptas los dogmas), pero no puedes buscar atajos y pretender que te los acepten los que han creado los dogmas.

    Creo que nadie le pondria problemas si presentase la documentacion necesaria, pero segun tengo entendido el señor Bru se ha negado a entregar informes sobres los ensayos que haya podido realizar. Como va nadie a creerle?. Por favor, si todo es como dice el señor Bru, por qué se niega a documentarlo debidamente?. Eset es un etma demasiado importante como para encabezonarse y poner el orgullo propio por delante.

    Cualquier cientifico sabe que los protocolos hay que seguirlos !!!!!!

    Yo suplico al señor Bru que se ciña a los protocolos, los siga escrupulosamente y aporte la documentacion necesaria para que le autoricen un ensayo Fase III.

    Donde está el problema?. Acasono puede demostrar la autenticidad de los resultados?

    Se lo suplico porque deseo fervientemente que tenga razón, deseo que haya dado con la clave del cancer, pero si no aporta las pruebas necesarias nunca va a poder demostrar que su metodo es bueno.

    Es el señor Bru quien debe aportar pruebas cientificas, no esperar que sus detractores aporten pruebas en su contra… Es como pedir que se demuestre cientificamente que el agua bendita no tiene propiedades curativas… nadie va a perder el tiempo con eso.

    Un cordial saludo.

  4. 1. Como Dijo el Dr Cacabelos en el programa de TV de Sánchez Dragó la ciencia creativa es transgresiva. Y eso fastidia al establishment.

    2. "Dices tengo entendido". Yo "tengo entendido lo contrario"

    3. Si personas no quieren identificarse (y en aquel momento era todo legal) el no puede dar datos por confidencialidad, aunque no sé si es eso de lo que quieres hablar.

    4. En estas bitácoras está quedando patente en muchos blogs como trabaja y las jueha el estabishment (no es mi opinión, es la de muchos)

    5. Si han publicado casos clínicos en revistas indexadas, será porque allí están las pruebas (aunque pudieran haberse equivocado).

    6 Para seguir los protocolos deben permitírtelo y lo que han hecho es entorpecer. ¿Por qué?.

    JJI

  5. No le han entorpecido… simplemente ha pretendido buscar un atajo a los protocolos, y por supuesto eso no se lo van a financiar.

  6. Melitón, esa es tu versión, la mía es muy diferente. Y el dinero lo tenía. Y los atajos no fueron tales, sino un freno incesante de la Agencia del Medicamento. Como ni tu ni yo sabemos exáctamente lo que ocurrió mejor será esperar a que escampe y un día se sepa realmente lo que ocurríó. Lo demás es hablar por hablar. Insisto, de perseverar en este acoso (ya que soy yo el que me siento acosado) volveramos a las andadas. Si eres tan conocido mio ¿por que no dices quien eres?. ¿No te das cuenta lo que implica tu anonimato?.

    Aya tu.

    Saludos

    Juanjo

  7. … que tono tan desagradable y amenazador.

    Si no te hubieras empeñado en borrar mis post una y mil veces yo no los habría publicado una y 999 veces, así que tu me has acosado a mi una vez más que yo a ti (usando lo que tu llamas "soberania" y yo llamo "censura").

    Borrar mis post también suponen un acoso desagradable, sobre todo cuando hablaba dentro de los limites de la buena educación sobre un tema que tu mismo habías tratado antes, solo que con una visión totalmente distinta.

    Bueno, tu mismo con tu mecanismo…

  8. La verdad es que es como para troncharse de risa. Eres tu el que estás initando volver a las andadas.Es soberanía efectivamente. De censura nada. ¿Buena educación? Por favor. A muchos inbocentes les colgaban con "dulces y sibilinas palabras"

    Bueno, "tu mismo con tu mecanismo".

  9. El dogma centra de la biologia es

    ADN transcripción a ARN traducción a proteina (…)

  10. Pues va a ser que no. Ese sería como mucho el de la biología molecular. En caso de duda mira los libros sobre teoría de la evolución.

    Saludos

    Juanjo Ibáñez

  11. Tengo unos enlaces a conferencias dadas por el profesor.

    Esta1ª es de la universidad de Oviedo en Marzo 2006

    http://www.etsiig.uniovi.es/conferencias/default.asp

    y tambien tengo otra de la universidad complutense de Madrid donde hablan varios conferenciantes y entre ellos(creo el tercero) habla Antonio Bru.

    Aula Miguel de Guzman

    Tiene un video aparte.

    http://ucinema.sim.ucm.es/video/ucm/demanda/jormate151205_t.htm

    Ambas son muy interesantes y con aportes cientificos.

    saludos .

    Nuevo comunicado de Antonio Bru a la opinión Pública:

    "EN RELACIÓN A LAS NOTICIAS APARECIDAS RECIENTEMENTE " del 20 de julio del 2007.

    http://www.mat.ucm.es/~abruespi/

  12. Gracias Luis,

    En cualquir caso os rogaría que todo lo relacionado con Antonio Brú lo remitiáreis a la weblog de José Antonio López (en este sistema de bitácoras), ya que es ahí en donde se debate el tema.

    En cualquier caso

    Gracias

    JJI

  13. Muy interesante tu artículo, Juan.

    Creo que sería bueno redefinir el concepto dogma, pues dogma en griego es enseñanza. Estamos acostumbrados a ver el dogma como el "dogma perverso" de Tomás de Aquino, por los horrores que ha provocado en las religiones. Por ende, hay demasiados prejuicios antirreligiosos.

    En realidad, toda verdad encierra un dogma (enseñanza); pero sin ser irracional o excluyente de otras verdades o enseñanzas. Si lo es, es perverso. Dañino. Y dogma (enseñanza) no solo hay en la religón y la teología; también en ciencias naturales y otras ciencias. Incluso en tu escrito que ahora comento.

    Por último, no pienso que los creacionistas sean dementes; mas sí lo es el ateísmo, pues el sano sentido común, la lógica y los más recientes descubrimientos de las ciencias naturales apuntan a un Creador del universo y la vida.

    Creer que el universo tan vasto (no finito) y el ser humano tan complejo espiritual, mental, emocional y físicamente son frutos del azar, la casualidad o la selección natural ciega es una locura.

    Un abrazo.

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