Desde ciertos puntos de vista, la estructura de la vida se asemeja a la de las famosas muñecas chinas. Estructuras complejas que albergan otras que, de alguna forma, se asemejan a las primeras, al mismo tiempo que albergan otras semejantes, y así sucesivamente. En términos coloquiales, se asemejan a una estructura fractal. En el caso de las comunidades vivas o biocenosis (biocenología), este patrón es manifiesto, mostrándonos, una vez más síntomas de la susodicha invarianza a los cambios de escala Incluso un ser humano alberga comunidades en muchos de sus aparatos como el digestivo, que nos ayudan, generalmente a metabolizar los alimentos. Nuestros huéspedes, pueden tener parásitos, que a su vez son parasitazos por otros, por citar tan solo un ejemplo. Algún nematólogo ha  conjeturado que, como mínimo, existen tantas especies de nematodos como de animales y plantas juntos, por cuanto cada uno de éstos últimos parece albergar un nematodo parásito específico de cada especie (que también contiene otros parásitos, simbiontes, etc.). A todo ello habría que añadir la plétora de especies de nematodos de vida libre. Pues bien, abundando en el entramado de la vida en el suelo, del que hablaremos en una contribución posterior,  en el seno del suelo, también podemos distinguir otro patrón muy claro. Los organismos vivos y su actividad se concentran alrededor de las raíces: un micromundo repleto de biodiversidad y sorpresas al que denominamos rizosfera.

 

Esta “esfera” apenas ocupa uno o muy pocos milímetros, pero como comentaremos al hablar del entramado del suelo,  conforman una inmensa red de autopistas por donde fluyen nutrientes orgánicos, minerales y agua. Pues bien, a su alrededor se acumulan inmensas cantidades de organismos de los grupos taxonómicos más disparatadas, así como diferenciales en función de su posición en la cadena trófica: Depredadores, herbívoros (de raíces), mutualistas, simbiontes, parásitos, descomponedores, fijadores de ciertos gases atmosféricos, etc. Es como si el mejor acomodo para la vida en el suelo se localizara al lado de tales autovías. He visto tal estructura palmariamente en la forma en que crece la población entre las ciudades italianas, al menos las de la Toscaza y la Lombardía.

 

Harían falta decenas de contribuciones para detallar lo que ocurre en la rizosfera, y eso que apenas la conocemos. Esta contribución tan solo pretende ser una introducción al tema. Espero que los expertos de esta weblog en el tema nos ayuden a ir explicando todo lo que sabemos de ella.  Seguro que lo no conocido daría lugar a escribir una enciclopedia de decenas de volúmenes. Insisto, es un microcosmos en miniatura, entramado, poroso, interconectado y amorfo.  Esencial para entender lo que nuestro amigo y administrador asociado Salvador González Carcedo denomina el sistema de reciclado más inmenso del mundo.  

 

Los exudados de organismos y sistemas radiculares actúan como máquinas de embalaje de las partículas del suelo, dando lugar a esos agregados que tan importantes son para que el suelo actúe como una esponja. La cantidad de nutrientes en formas disponibles para la biota edáfica,  en la rizosfera es enorme (muchísimo más que alejándonos de ella), lo cual facilita la proliferación de enormes comunidades vivas muy especializadas desde ciertos puntos de vista.

 

La impronta que dejan los sistemas radiculares y las rizosferas a ellas asociadas, sobre la morfología de los edafotaxa es impresionante. Frecuentemente, incluso cuando se trata de suelos de épocas pretéritas (superficies del Mioceno y Pleistoceno cerca de Madrid en las que abundan Luvisoles y Acrisoles, por ejemplo, a veces enterrados por otros sedimentos y/o paleosuelos de cientos de metros de espesor), manifiestan unos entramados impresionantes a simple vista que contrastan, por su color, composición y textura con la matriz del suelo subyacente. Se pueden observar tales paleosistemas radiculares en los suelos sobre las arcosas al norte de Madrid, o en los piedemontes de la Sierra de Ayllón, por citar tan solo algunos ejemplos.  Suelen poseer un color más blanquecino, ya que gran parte de los minerales han sido meteorizados y lavados a capas más profundas. Ello nos indica que, alrededor de las raíces, el agua se infiltra con mayor facilidad que en la matriz, así como que los procesos edafogenéticos son más intensos. Y estos testigos minerales nos informan de la inmensa red cableada de la que hablaremos al abordar el apasiante mundo de las micorrizas, millones de años después de que la vegetación primigenia desapareciera o que el propio suelo fuera sepultado.

 

 

Juan José Ibáñez

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13 comentarios

  1. Me gustaría que añadan temas como: Relación mutua entre los componentes de la rizósfera, microflofa epífita, microflora filosfera, microflora epífila, importancia agrícola de la rizósfera,. Micorrizas. Influencia de las labores microbianas en el suelo.

  2. Sería interesante el conocer sobre: Relación mutua entre los componentes de la rizósfera, microflofa epífila, microflora filósfera, microflora espermatosfera, importancia agrícola de la rizósfera,. Micorrizas. Influencia de las labores microbianas en el suelo.

  3. Verónica y Ricarda, que bueno que tienen esas inquietudes, pero la tarea es muy grande y fue casi a finales del siglo pasado cuando se empezaron los trabajos integrativos de la biología de suelos. Pero por ejemplo aunque tenemos mas de un siglo de hablar de microbios del suelo, aún no conocemos plenamente a un grupo de ellos como son las bacterias. Por si fuera poco, todavía no se ha podido integrar a la biología de suelos a la producción de cosechas y de ambos depende nuestra sobrevivencia. Necesitamos gente que ayude a volver un matrimonio funcional este divorcio.

  4. disculpe podría enviarme información sobre la microflora epifita y microflora filosfera por favor…

  5. […] de su naturaleza. La interacción entre el suelo y la planta formará tanto la imprescindible rizosfera, como un asombroso entramado de la vida bajo nuestros pies, caracterizado por un fascinante y denso […]

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