En parte porque el sentido de la vista es el sentido que se usa de un modo más extenso en la práctica de la ciencia y en parte por conveniencia, restringiremos el análisis de la observación al dominio de la visión, como ejemplo. En la mayoría de los casos no resultará difícil ver cómo se podría reformular el argumento presentado de manera que fuera aplicable a la observación mediante los otros sentidos. Desde esta perspectiva, existen dos cuestiones clave para el inductivista. La primera es que un observador humano tiene acceso más o menos directo a algunas propiedades del mundo exterior en la medida en que el cerebro las registra en el acto de ver. La segunda es que dos observadores que visionen el mismo objeto o escena desde el mismo lugar «verán» lo mismo. A continuación se criticarán directamente estas dos cuestiones, poniendo como ejemplo la estimación de los colores del suelo.

 

 

 

Estimado los colores del suelo

Las Tablas Munsell: Imprescindibles

Para el Edafólogo de campo

Horizontes de un Podzol férrico-húmico

Hay una gran cantidad de datos que indican que la experiencia sufrida por los observadores cuando ven un objeto no está determinada exclusivamente por la información que obtienen, en forma de rayos de luz. En otras palabras el flujo de datos sensibles que entra por los ojos del observador y procesada por su cerebro, no está determinada solamente por las imágenes formadas en sus retinas. Dos observadores normales que vean el mismo objeto desde el mismo lugar y en las mismas circunstancias físicas no tienen necesariamente idénticas experiencias visuales. El inductivista presupone la experiencia visual de los observadores es relativamente independiente de su cultura. Por tanto, el proceso es objetivo. Además, parece seguirse de su argumentación que las experiencias perceptivas que los observadores alcanzan en el acto de ver no están especialmente determinadas por las imágenes de las retinas (Hanson 1958: «Patterns of discovery, Cambridge University Press en Chalmers 1984). Ya nadie duda, especialmente tras los recientes descubrimientos en el campo de las neurociencias, que lo que un observador ve, esto es, la experiencia visual que tiene cuando visiona un objeto, depende en una buena parte de su experiencia pasada, su conocimiento y sus expectativas. De aquí quizás la frase de que solo se ve lo que se sabe. Los neurocientíficos han mostrado que un cambio en el conocimiento y expectativas del observador, va acompañado de otro en lo que “cree ver”, aunque se trate del mismo objeto físico. De hecho tras descubrimientos recientes van mucho más allá y consideran haber demostrado que nuestra visión “subjetiva” del mundo exterior, en parte, procede de un proceso de simulación alimentado por la experiencia y la información que percibe. Así pués nuestro cerebro procesa las imágenes y con su “software” nos muestra una realidad simulada, o al menos tamizada por razones subjetivas.

 

¿Qué nos aporta este conocimiento a los científicos? La respuesta es que no resulta difícil proporcionar ejemplos procedentes de la práctica científica que ilustren la misma concepción anti-inductivista: que en lo que ven los observadores, las experiencias subjetivas que atesoran a la hora de visionar un objeto o una escena, no está determinado únicamente por las imágenes formadas en sus retinas. Tal proceso también depende de la experiencia; el conocimiento, las expectativas y el “estado neurofisiológico” del observador.

 

Así por ejemplo, es necesario aprender a ver de un modo experto a través de un telescopio o de un microscopio.  La serie no estructurada de manchas brillantes y oscuras que observa el principiante es diferente del ejemplar o de la escena detallada que puede distinguir un  observador adiestrado (¿de nuevo, solo se ve lo que se sabe?: Sí, al menos en parte).

 

Una respuesta usual de los inductivistas a las cuestiones planteadas consiste en que los observadores que visionan la misma escena desde el mismo lugar, ven la misma cosa, pero la interpretan de forma distinta. Una respuesta discutible. En la medida en que se refiere a la percepción, con lo único que el observador está en contacto inmediato y directo es con sus experiencias. Estas últimas no están dadas de modo unívoco ni son invariantes, sino que cambian con las expectativas y el conocimiento del observador. Lo que viene unívocamente dado por la situación física es la imagen formada en la retina estos, pero el observador no tiene contacto perceptual directo con la imagen. Cuando el inductivista ingenuo, y muchos otros empiristas, suponen que hay algo unívocamente dado en la experiencia que puede interpretarse de diversas maneras, están suponiendo, sin argumentarlo, y a pesar de las muchas pruebas en contra, que hay una correspondencia unívoca entre las imágenes de nuestras retinas y las experiencias subjetivas que tenemos de todo cuanto vemos. Así pues, llevan la analogía demasiado lejos de los límites razonables. Mientras que las imágenes de nuestras retinas perciben parte de lo que visionamos, otra parte muy importante está constituida (“simulada”) por el estado interno de nuestras mentes o, cerebros, la cual dependerá evidentemente de nuestra educación cultural, nuestro conocimiento, nuestras expectativas, etc., En otras palabras lo que vemos no estará determinado únicamente por las propiedades físicas de nuestros ojos y de la escena observada (las acaloradas discusiones que absorben a un grupo de edafólogos mientras describen y analizan un perfil de suelos sería un ejemplo).

 

Nuestra posición, no significa (como Chalmers argumenta correctamente) que nosotros aceptemos que la dependencia entre lo que vemos y el estado de nuestras mentes o cerebros es tan íntima que imposibilite la comunicación y la ciencia. Por otro lado, nadie discute que los observadores ante un mismo objeto vean en un cierto sentido la misma cosa. Aceptamos que existe un solo y único mundo físico independiente de los observadores (realismo ontológico, que no necesariamente epistémico). Pero de tan asunción no se sigue que tengan experiencias perceptivas idénticas. Hay un sentido, muy importante en el que no ven la misma cosa, y en él se basa la crítica que suele realizarse a la postura inductivista.

 

El Color del Suelo: Una de las propiedades más utilizadas por los edafólogos con vistas a describir y clasificar el suelo es su color (o colores de los distintos horizontes que lo forman). Existen muchas pruebas científicas que manifiestan una clara correspondencia entre ciertos colores y determinados procesos edáficos. Por estas razones, con vistas a eliminar ambigüedades nomenclaturales y de otro tipo, solemos hacer uso de unas tablas de colores normalizadas denominadas Munsell, elaboradas con minuciosidad, y que permiten cierta cuantificación. Pues bien, ni aun así se evita que diferentes edafólogos discutan acaloradamente si un determinado horizonte tiene un valor de color determinado, en las mismas condiciones y con la misma muestra en la mano. Es decir, no ven el mismo color en el objeto que visionan. Y la cuestión es grave, por cuento se trata de un criterio diagnóstico la clasificación de los edafotaxa. Algunos “genios” han llegado a idear cámaras blancas acondicionadas, con vistas a eliminar este tipo de discrepancias. Obviamente, tal iniciativa no han calado entre mis colegas, por cuanto en el campo se requiere determinar el color, so pena que terminemos realizando todas las tareas en el laboratorio y debamos cambiar la práctica edafológica en su totalidad. Sin embargo, como mostraremos seguidamente, ni tan siquiera así podemos eliminar el “subjetivismo” cognitivo.    

 

El siete de noviembre de 2006, en el Boletín de Noticias de la CAM, aparecía una noticia cuyo encabezamiento rezaba así: El cerebro nos engaña. Si bien es cierto que en los debates filosóficos sobre la validez de la concepción inductivista de la ciencia no se disponía de tal información, también lo es que sus detractores la habían deducido por otras vías “menos tecnológicas”: el razonamiento. Por su interés, reproducimos aquí algunos párrafos de la susodicha nota, para los más perezosos (el coloreado es mío).

 

En las últimas décadas, la neurociencia ha experimentado un considerable avance, debido sobre todo a la superación del dualismo cartesiano con su división tajante entre cuerpo y alma, o como diríamos hoy, entre mente y cerebro. Este hecho ha permitido que se utilice el método científico-natural para el estudio de los fenómenos mentales, como la consciencia, (…), considerando que todas las facultades mentales del hombre tienen como base la actividad cerebral. Temas que tradicionalmente han sido tratados por la filosofía o la teología se abordan hoy desde la neurociencia


El resultado de estos estudios  (…) va a suponer una auténtica revolución (…) ya que probablemente cambie la imagen que tenemos no sólo del mundo, sino de nosotros mismos. Por ejemplo,
el que la realidad exterior sea una proyección del cerebro y que sea más una realidad cerebral, que realmente existe en la naturaleza. (…).


(…) En todos estos casos se puede decir que hemos estado engañados por el cerebro, que no tiene en cuenta otra cosa que asegurar la supervivencia del organismo y que es capaz de crear una historia plausible, aunque sea falsa, antes que no tener ninguna.


Conferencia: D. Francisco J. Rubia Vila

 

Os recomiendo que “visionéis” la película ¿Y Tu que Sabes? Se trata de una especie de psico-documental que versa sobre lo que ahora se ha convenido en denominar con paupérrima fortuna “Filosofía cuántica”. Ya hablaremos de ella, aunque de cuántica tiene poco. 

 

 

De noche todos los suelos son pardos

Mejor no discutir y muestrear de noche

 

 

Juan José Ibáñez

Compartir:

10 comentarios

  1. Juanjo, respecto específicamente al color, existen unas tablas japonesas donde los grises ofrecen un rango mas amplio de opciones. Esto es muy útil en los suelos inundados, como los de los humedales. Estos últimos aún carentes de justicia ambiental.

    Con todo respeto dificilmente podremos igualar una buena determinación de color del suelo en el campo, con una en un laboratorio. El colmo de este último era su determinación en suelos secados, molidos y tamizados. El marmoleado de los horizontes B de algunos acrisoles, se transformaba en un color rosado, que nada tenía que ver con el rojo brillande de los grandes bloques de suelo, rodeados con bandas grises bien diferenciadas.

    Otro caso son los suelos derivados de calizas, donde los agregados estan barnizados por ácidos orgánicos, que parecen indicar una gran riqueza de materia orgánica. Pero con el manipuleo, el color gris oscuro o negro puede llegar a tranformarse en un gris claro.

    Disculpa por aumentar la confusión. Pero el trazar límites en el campo entre las series de suelo, merece mas cuidado del generalemente asignado.

  2. Régulo,

    Justamente era lo que quería señalar. Justamete los edafometras geoestadísticos "Comisión de pedometrics" son los que propusieron eso. La verdad es que de suelos saben más bien poco. De ahí mis discrepancias continuas con ellos.

    Lo de las cartas japonesas está bien. Ahora lo que hay que hacer es convencer a la UISSS ya que utilizar varias cartas a la ves es malo para taxomías universales.

    En todo lo demás estoy de acuerdo contigo.

    Saludos

    JJI

  3. Régulo,

    Justamente era lo que quería señalar. Justamete los edafometras geoestadísticos "Comisión de pedometrics" son los que propusieron eso. La verdad es que de suelos saben más bien poco. De ahí mis discrepancias continuas con ellos.

    Lo de las cartas japonesas está bien. Ahora lo que hay que hacer es convencer a la UISSS ya que utilizar varias cartas a la ves es malo para taxomías universales.

    En todo lo demás estoy de acuerdo contigo.

    Saludos

    JJI

  4. saben mucho pero poco entienden quisiera tenes un curso con ustedes ya que ne interesa todo eso

  5. ME PARECE MUY ELEMENTAL QUE TENGAN EN CUENTA TODO TIPO DE INFORMACION.

    ES MUY UTIL Y GRACIAS POR SU COLABORACION.

    ESPERO QUE SE TENGAN MAYORES RESULTADOS.

  6. queridos amigos soy especialista e analisis de suelos hace muchos años me compre un ejemplar de tabla muncell para determinar y interpretar el color del suelos y muy lamentablemente me lo sustrajeron les ruego a los hermanos entendidos en la materia pudieran ayudar a consiguer este pedido me encuentro en la ciudad de puno peru mi Direccion Jr: altiplano 188 barrio Cejoña 188 o a mi otro Correo Electronico juanponce12@hotmail.com muchas gracias

Deja un comentario